Partida Rol por web

Secretum Laviana

PARS PRIMA - Por caminos de mal terminar.

Cargando editor
14/10/2016, 02:50
Narrator

Sabias fueron las palabras del erudito salamantino; docto rerum natura, título que el mismo había tenido a bien recalcar momentos antes. Pues con tanta intriga, grandes intereses, y aún mayores recompensas, se hacía más que evidente que la tal Adriana era pieza importante en algún tipo de puzzle que la compaña encomendada a encontrarla no era aún capaz de dilucidar.

Si estaba en lo cierto el Alquimista, lo cual se antojaba harto lógico, lo propio sería partir cuanto antes sin más demora. Que el camino se presentaba largo y fatigoso, y ya brindaría éste buenos momentos para la charla y el sosiego.

Cargando editor
14/10/2016, 02:50
Inaciu

El carretero asentía a cuanto decía Sixto, aún sin prestarle demasiada atención a sus palabras, que tampoco es que tales asuntos fueran de su incumbencia.

-Vamos vamos, que'l tiempu vien feu.

Con sus palabras indicaba que su preocupación se hallaba arriba, en el cielo plomizo que amenazaba a lluvía por momentos.

-¡Ea! -exclamó al tiempo que sus manos agitaron las riendas del animal que, cual látigo, indicaron con su sonido el comienzo de la marcha.

Cargando editor
14/10/2016, 02:52
Narrator

Y así, formuladas unas breves presentaciones y con el carro ya cargado, inició marcha la comitiva en aquella fría mañana que invitaba más al disfrute de un buen vino al calor del hogar, que a las penurias que habría de imponer el viaje que estaba de venir. 

Que empezaba el Invierno. Los prados morían bajo las nieves, la yerba crecida fresca y vigorosa otrora, apenas resistía las bajas temperaturas. Los castañedos, robledales y pomares que en hondonadas y laderas se extendían sembrados por el ancho valle resistían en espera de la llegada de la primavera, destacando sobre prados y maizales con tonos obscuros; la paja del trigo, escaso, amarilleaba. Las casas de labranza y algunas quintas de recreo, blancas todas, esparcidas por sierra y valle reflejaban la luz como espejos. Aquel verde esplendoroso con tornasoles dorados y de plata, se apagaba en la sierra, como si cubriera su falda y su cumbre la sombra de una nube invisible, y un tinte rojizo aparecía entre las calvicies de la vegetación, menos vigorosa y variada que en el valle. La sierra estaba al Noroeste y por el Sur que dejaba libre a la vista se alejaba el horizonte, señalado por siluetas de montañas desvanecidas en la niebla que deslumbraba como polvareda luminosa. Al Norte se adivinaba el mar detrás del arco perfecto del horizonte, bajo un cielo enfadado, que surcaban como naves, pesados nubarrones de un color gris oscuro. 

Cerca de la ciudad, en los ruedos, el cultivo más intenso, de mejor abono, de mucha variedad y esmerado, producía en la tierra tonos de colores, sin nombre, exacto, dibujándose sobre el fondo pardo obscuro de la tierra constantemente removida y bien regada.

 

Cargando editor
14/10/2016, 03:08
Inaciu

El carretero no tardó mucho en sacar una gruesa manta de su morral. Aquesti tiempu ye para arricierase!. -exclamó mientras se la echaba sobre los hombros, protegiéndose así de la persistente brisa que se empeñaba en calarle hasta los huesos. 

 

Notas de juego

Os dejo otra ronda de posteo para que intercambiéis opiniones y os preparéis para lo que viene (frío y probablemente lluvia). Pronto entramos en "materia" ;).

Cargando editor
14/10/2016, 09:10
Blanca

¿Encapuchados decís?¡hideputas desconfiados! Et es que lo que describía el del pelo rizado me sonaba más que familiar. El viejo apeló al dinero et la discreción...seguro que algo sabía. Non creía yo que el mesmo numerito se lo hubiesen montado al religioso y al viejo et algo habían de saber. Non quise darle más vueltas al asunto ni remover la mierda, que todo aquesto me olía muy mal.

Pasada la salida del pueblo fuí andando, et cuando el carretero miró las nubes non pude evitar sonreir. Sentir la lluvia en mi piel después de tanto tiempo sería una delicia. Esperé a recibir las primeras gotas como si nunca hubiese visto llover. Después de unas pocas me puse el capacete que algo de calor me daría et la capucha por encima. Apreteme la capa et caminé por delante del carro, que el barro non me salpicara.

Cargando editor
14/10/2016, 09:47
Pelayo de Arango

Poco o ningún caso hicieron la mayoría de los allí reunidos a los rezos obligados antes de emprende cualquier misión. Tan solo Sixto que acompañábame et la joven muchacha de pelo rojo. Se fueron acomodando en la carreta y acuciados por el carretero comenzamos la marcha. Mantuve puesta la cota de malla y la sobrevesta pues parecía que el tiempo arreciaba et algo de protección antes el frio et la lluvia otorgaríame. Eche mano al zurrón por ver si entre las pertenencias que llevaba en las alforjas de la montura encontraba mi manta de viaje, mas non hayé nada. Maldije las prisas con las que habíamos salido que me ficieron perder la precaución que me caracterizaba.

Mantúveme silencioso durante el trayecto, ensimismado en los mios propios pensamientos. Solo yo en mi viejo jamelgo y el camino que en breve se tornaría en barro, si el tiempo no cambiaba. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
14/10/2016, 09:57
Pelayo de Arango

Fi de putas, panda de rufianes! Bandidos y gente de mal vivir es lo que han reunido aquí en pos de la búsqueda de la mía hermana. Qué, sino acabar con su vida es lo que el tal encapuchado habrá tramado para con ella. Mas prefiero tener a los que tratan de hacer mal a mi familia en pos mía para poder pararles las manos cuando sea menester a que anden por ahí sueltos sin yo poder hacer nada. Aunque esto signifique tener que compartir camino con una banda de infieles que ni ante las palabras del señor et de sus representantes en la tierra son capaces de mostrar respeto.

Miro de soslayo a Sixto que acomodose en la carreta para mejor hacer viaje y noto que me observa por ver mi reacción. Mantengo la calma pues non sería beneficioso para este entuerto imponer xusticia con esta plebe sin antes ver si pueden ser de utilidad en la búsqueda de la mía hermana. Mas poco puedo hacer que mantenerme cayado, pues al hablar desvelaría mi origen y mi relación con mi hermana. Aun non se con que fin han sido contratadas estas gentes, más si Tiago díjonos que un enemigo de mi familia estaba detras dellos, nada bueno está en sus objetivos. Bien parece que él que lo hizo no les dió mucha información ni se mostró a rostro descubierto como ha dicho el tal Randa

Cargando editor
14/10/2016, 10:33
Lázaro "el Randa"

Aquellas dos mujeres eran harto diferentes. Una era, según lo poco que ví, recia y dispuesta a desollar a cualesquiera que le tosiera cerca, y por otro lado Nela era más tranquila y muy prudente. Intentaba caminar todo el tiempo junto al lado de ésta última por si necesitara cualesquier cosa. Además, al otro lado del carro veía al caballero, y aún no entendía cómo podría aguantar todo el camino, tantas leguas, con aquella armadura puesta. Sin duda que debía ser un hombre de respetar, no sólo por lo religioso, sino por lo peligroso. Pero quien me inquietaba realmente era aquel hombre que decíse Sixto, doctor en algo que ni yo mismo logré comprender. Cierto era que parecía profesar gran estima al caballero, como si su siervo fuera, y si estaba allí sería por algo. ¿Acaso conocía más cosas de las que a priori aparentaba?

Y entre tanto, mientras salíamos de Oviedo, que comencé a preguntarme acerca de todo esto, puesto que no tenía uno otra cosa que hacer mientras escuchaba el restallar de los látigos de las monturas cada cien o doscientas varas.

Así es -respondí a Blanca-. Y créase que no se andaban con menudeces aquellos, créeme.

Y de cuando en cuando sacaba alguna de mis flechas, y hacía como que la cargaba y tensaba un poco la cuerda, por matar un poco el tiempo y estirar los dedos.

Cargando editor
14/10/2016, 14:49
Sixto de Salamanca

Contemplé con cansancio los nubarrones que tomaban forma en el horizonte, queriendo creer que no tenían tales categoría de presagio. Empero, que siendo aquel viaje tan sombrío, pareciera un tiempo acorde con los ánimos y las gentes que lo emprendían. No hice mucho, ni dije gran cosa, pues implacable es el clima y no tiene sentido hacer mucho comentario sobre él. Ya había leído yo otrora sobre el norte y sus fríos y humedades, siempre persistentes, y la cercanía del invierno no debía sino empeorar las cosas. Temí que la lluvia pudiese dañar mis útiles de trabajo, así como los escritos que entre mis enseres se ocultaban, y por ello los traje hacia mi, y procuré echar por encima manta, o aquello de lo que pudiera echar mano para así protegerlos. Ya de paso, alejé mis útiles de las otras mujeres, que pareciendo de tan mala vida no sería de extrañar que tuvieran los dedos ligeros. No es que quisiera desconfiar en exceso, pero tampoco me tomé molestia en ocultar mi celo: que supieran que andaba atento.

Poco quedaba, salvo abrigarse y esperar al aguacero. Lamenté todas esas horas perdidas, que bien podrían haber sido aprovechadas en el estudio, si el tiempo hubiere sido más propicio, y el carro dispusiere lugar en que apoyar un pergamino para su lectura.

Cargando editor
14/10/2016, 14:55
Sixto de Salamanca
Sólo para el director

Entre tanto, palpé con los dedos el interior de mi zurrón, buscando el tacto tranquilizador de los libros que en él portaba. Luego rebusqué también, acariciando con los dedos los frascos de sangre de dragón, suaves al tacto por fuera, pero mortales en caso de necesidad. Esperaba hallar un modo menos aciago de arreglar aquel asunto: quizá esos hombres pudieren servir a la finalidad que nos movía, mas no confiaba en que pudiere mi señor pagar más pecunias que quienquiera que les hubiere contratado, y menos podría yo. Siendo así, quizá conviniese andar presto a tomar drásticas acciones respecto de ellos, aunque no fuese el dar muerte la mayor de mis pasiones. Ya había arrancado vidas otras veces, y volvería a hacerlo, si la causa era justa.

Notas de juego

Comentario: Voy a echar un vistazo al manual en busca de algún veneno que pueda servir a mis intereses (de origen mineral, para justificar el fabricarlo a partir de los componentes que tengo). No digo que lo vaya a usar, es sólo para estar preparado :P.

Cargando editor
14/10/2016, 16:52
Narrator

Notas de juego

Adelante con ese veneno ;).

Cargando editor
14/10/2016, 16:53
Narrator

No pudiste evitar, ya una vez hechas las primeras presentaciones y comenzada la andadura, fijarte en aquel noble de nombre Pelayo. Compartía éste rasgos y numerosos parecidos, así como porte y estampa, con Federico de Arango, tu amante fallecido. ¿Sería él su hijo?. Federico nunca te habló de su vástago ni tampoco te dijo su nombre, pero si sabías que tenía un descendiente varón de una edad que, si los cálculos no te fallaban, debía coincidir ahora con la que debía tener el tal Pelayo. Demasiadas coincidencias quizá, pero lo cierto es que debías mantener los sentidos alerta, porque si el caballero alcantarino que ahora formaba parte de la comitiva era quien creías que era, de conocer tus actos para con su familia no mostraría reparo en enseñarte el filo de su espada...

Cargando editor
15/10/2016, 01:25
Inaciu

Inaciu eligió bien la senda, que con habilidad y diligencia recorrió la compaña dejando tras ellos majestuosas visiones que la naturaleza desinteresada les regalaba. Franquearon el río Nora, cruzando el puente Romano de Colloto que marcaba la divisoria entre los concejos de Oviedo y Pola de Siero. Y sobre estas piedras, levantadas con precisa decisión por los romanos, los viajeros hicieron breve alto para llenar barriga, pues con las prisas del alba la mayoría hubo de partir con el estómago vacío.

La marcha siguió, tornando al sur en dirección a Meres, una pequeña villa rodeada de prados. Tras ésta, el camino comenzó a hacerse pesado, pues poco a poco se iba antojando cada vez más empinado, enseñando a lo lejos sierras y picos los cuales habían de ser rebasados si se quería llegar a el pueblo de Riañu. Y allí, ya casi a los pies de los picos llamados de la Peña Mea, Peña Villa, y del Santo Medero, llegó la tarde acompañada de las primeras gotas de lluvia...

-Cuando hay niebla’n picu Arbolín, non i falta’ l agua al molín. 

...y allí, a la par que las primeras gotas de lluvia, llegaron también los primeros refranes del carretero.

 

- Tiradas (2)
Cargando editor
15/10/2016, 14:22
Lázaro "el Randa"

Miré al cielo, poco sorprendido por lo que se nos avecinaba. Lluvia en exceso, tal vez, precedida por esas caricias de agua final que tan usuales eran cuando había niebla. Ya con el estómago lleno, el camino se llevaba mejor, mucho mejor.

¡Eh, vos! -le grité al carretero-. Usted sabe llevarnos, por lo que veo, ¿verdad? -aquello era evidente, antes de partir había dado localizaciones concretas, y parecía saberse bien el camino de memoria, aunque también estaba demostrando cómo conducir un carro a la perfección-. ¿Pero quién le ha dicho que nos ha de llevar? -le espeté a Inaciu indiscretamente-.

Pensándolo bien, aquel tipo se había presentado y habíanos hecho montar los petates y a la gente en el transporte, pero no había dado ni tan siquiera una pincelada de aclaración. Y aquello era sólo por saber.

Cargando editor
15/10/2016, 17:08
Blanca

Lo se, disje al de los rizos-conoscilos he , et el mesmo número montaron. Lo de las capuchas et las sombras. Miedo me da si fallamos...et si tenemos éxito también. Que mal me huele todo aqueste asunto. Después seguí caminando en silencio y por un momento me pareció...no, non podía ser. Me quedé mirando al religioso un momento quizás demasiado largo, entónces sacudí la cabeza et seguí la marcha. Apretándome la capa para protegerme de la lluvia.

Cargando editor
15/10/2016, 20:13
Nela "La Roxa"

Coyí'l cobertor pa tapame, pos el tiempu amenaciaba col fríu del iviernu yá a les puertes y el cielu escuru traía promesa d'agua, que non d'orbayu sinón de nube. Me arrebujé buscando'l calor mientres reparaba non yá a los mios compañeros, sobremanera al vieyu que nun mostraba intención dalguna de despintar el recelu que por nós sentía, sinón tamién al paisaxe tan conocíu pa mi, pos pasábamos pel camín que conocía como la palma la mio mano yá que la mio casa nun s'atopaba lejos del llugar onde paramos a comer. Y que bien sentó esa comida.

A pesar de los mios intentos por mostrame sele y despreocupá, nun podía dexar de pensar en qué demonios facía yo naquella aventura que, por culpa d'unes visiones que preocupábenme por demás, acababa d'empezar. Esperaba que naide preguntárame qué motivos tenía yo pa compartir aquella misión, pos nun creía que me fueren a entender si falába-yos de lo que viera, sobremanera el caballeru que tan piadosu amosábase y el vieyu que, anque me recordaba a Xamín l'amigu del mio padre, tan pocu tenía que ver con él.

Miraba'l paisaxe y los negros nubarrones que namás consiguíen nublar los mios propios pensamientos. Nun dexaba de pensar si los peligros que pudiéramos atopar, y que si la visión yera cierta nun dudaba qu'atoparíamos, dexaríenme volver percorrer esi camín en sentíu contrariu de vuelta al mio llar nel monte.

Nun yera bona idea pensar yá d'esa manera cuando acabábamos d'empezar el viaxe asina que, p'aselar el mio espíritu, dediqué a canturrear una añada que siempres consiguiera aselar el mio cuerpu y la mio alma.

A pesar del fríu consiguí dar dalguna qu'otra cabezá, pos pocu yera lo que durmiera y precisaba fuerces pa lo que tuviera a puntu de llegar. Pero les voces de los mios compañeros sacáronme de la mio apigazadura, abriendo los güeyos como platos al comprobar la rocea que reinaba nel grupu, daqué per otra parte normal.

Poco vamos avanzar si tenemos recelu  más de lo de dientro que de lo de fora.

Cargando editor
16/10/2016, 01:09
Narrator
Sólo para el director
- Tiradas (2)
Cargando editor
16/10/2016, 01:11
Inaciu

Se volteó el carretero a fin de dar respuesta a la pregunta del muchacho del semblante sombrío. -Pos el mesmu qu'a vos, non se, digo, vamos... -respuesta que se vino presta, concisa y no sin cierta sorna, ya de paso. -cosa que poco m'importa, mientres pague. -y con la otra mano, la que no sujetaba las riendas, sacó con sorprendente habilidad una botella de sidra del zurrón. -y pagar, paguen bien. -finiquito la charla descorchando el recipiente con los dientes. El cual, tras darle un buen trago, ofreció al Randa.

Cargando editor
17/10/2016, 19:27
Pelayo de Arango

Presté atención a las palabras del carretero que respondía a la pregunta de Lazaro. Me interesaba saber quien era el que había organizado aquesta búsqueda, mas parece que se habían preocupado et mucho en non dexar rastro de la mano que afloja la bolsa. Mal negocio, si tanto secreto y recelo se guarda.

Caminaba fixandome en el cielo cuando en de repente noté una mirada que me daba como una pedrada en la sien. Gire entonces la cabeza et vi como la bella muchacha observábame mas luego no quiso cruzar su mirada con la mía. Yo no la conocía, eso era seguro mas parece algún recuerdo yo le traigo.

Ocasión habra de entablar conversación con ella, pues parece que el camin será largo y las jornadas lentas  

Cargando editor
17/10/2016, 20:01
Narrator

El camino se fue haciendo cada vez más difícil conforme se subía al pico del Santo Medero. Y mientras el carretero maniobraba el carro por la serpenteante senda, la compaña miró al cielo y el tiempo los desagradó sobremanera. Pese a que en la amanecida la jornada se anunciaba triste y gris con promesas de frío y llovizna, ahora amenazaba con temporal en toda regla. La bóveda celeste tenía en aquellos momentos un peculiar tono cobrizo, hacia el este y el sur se condensaban grandes y negros nubarrones y destellaban los relámpagos en la distancia.

 

 

El poco sol que momentos antes asomaba a ratos entre la llovizna había desaparecido y se preparaba la tormenta. Tan intenso era el poder latente que sentían los viajeros acumularse en el cielo que Inaciu comenzó a proferir funestos presagios.

Entonces las nubes fueron descendiendo cada vez más, los relámpagos caían más próximos y se distinguió el trueno sobre los campos. Aquella compaña nunca vio el cielo de tal modo. La luz se volvió tenue, con un sobrecogedor resplandor que recordaba el azufre y las nubes eran negras como el hollín y se retorcían como el humo de una inmensa hoguera de aceite que, al ser iluminada por los relámpagos, se convertía en intenso azul.

 

 

Una vez alcanzada la cima, comenzó lo peor. Pues para cuando se inició el descenso del Medero, la comitiva y sus posesiones estaban completamente empapadas, y no parecía que la cosa fuera amainar, sino al contrario. La lluvia, y las nubes bien metidas en la montaña, no dejaban ver más allá de un par de varas, lo que hacía necesario caminar muy cerca los unos de los otros a fin de evitar perderse. Además, el camino, que se presentaba cuesta abajo, se había tornado en una torrentera de agua, barro y piedras. La situación se presentaba fea y preocupante, y se hacía urgente encontrar refugio en algún lugar lo más pronto posible.

 

Notas de juego

El descenso se presenta muy complicado. Existe la posibilidad de resbalar y escurrirse cuesta abajo 1D10 varas, quedando, además de mojados, embarrados hasta los huesos, lo que aparte de un problema estético supondrá quedar tullidos de frío. Así que haced todos la siguiente tirada:

-Los que vayáis a pie:  AGIx5.

-Los que vayáis montados: Cabalgar.

-Los que vayáis en la carreta: si preferís bajaros ahora y seguir el descenso a pie, tirad por AGIx5. Si no, debéis esperar a que Inaciu haga la pertinente tirada de Conducir Carro para saber cual es la suerte que corréis.