Partida Rol por web

Abre desmesuradamente los ojos. Nunca antes había visto nada parecido. En ningún momento una presencia como la tuya se había vuelto tan terrorífica.

Está paralizada.

¡¿Cómo?!

Llegas a ella, sin problema ninguno. Reacciona muy lenta. Sigue temblando de miedo. El rugido que acabas de soltar retumba aún en su cabeza.

La destrozas. Cuando terminas el último golpe ella ha quitado el bankai y está a punto de caer.

Sigue temblando unos segundos hasta que por fin, reconociéndote detrás de esa terrible aura, sonríe.

- 1-1.

Y caerá.

Apago mi fuego antes de atraparla, pero no la dejo caer cogiéndola en mis brazos.

-Pese a esto, aún no he visto todos tus movimientos, ni tú los míos. Aún nos quedan varias peleas me parece a mí.

Regreso andando hacia la segunda división, para dejarla con Soi Fong. Sonrío a la capitana mientras dejo a Yoruichi.

-La que era demasiado fuerte para mí, ha perdido esta vez.- Le guiño, recordando las palabras que me dirigió un rato antes.

-¿Se ha escuchado?- no aclaro el qué...si se ha escuchado el rugido, sabrá a que me refiero. Y si no, dará igual.

Te mira.

- ¿Que si se ha escuchado? A más de uno he escuchado llorando por ahí. Las paredes y el suelo temblaron. Apuesto a que las cosas que hubiese en alguna estantería se han caído.

Yoruichi se incorpora un poco del masaje que Soi Fong le está dando.

Yoruichi:- Y eso que no te ha afectado tan de lleno como a mí.

-Ups...- sonrío sacando la lengua y rascándome la cabeza.

-Bueno, será mejor que vuelva a mi división a ducharme y eso. Recuperate, cagueta-sama.- bromeo.

Y me marcho tranquilamente, contenta de haberla vencido.

- ¡Me debes otro combate!

El suelo se ha abierto por algunas zonas y los shinigamis de mantenimiento están intentando arreglar el lugar. En tu división todos están tan tranquilos, aunque a los que barren les notas el pulso algo tembloroso. Incluso alguno ha desarrollado un tic de nerviosismo.

En la división las mismas actividades y el mismo montón de papeles en tu despacho, además de una invitación de la Asociación de mujeres shinigami a su reunión de mañana.

En el gimnasio hay hoy entrenamiento de kidô y Kenin es el que se está encargando de ello ya que es el día libre de Kizuku que ha decidido buscarse algún spa donde pasar el día. Seguramente allí haya llegado tu rugido.

Atila está con el rabo entre las piernas y lloriquea hasta correr a ti para que le protejas.

-¿Qué te pasa miedica? Le acaricio y calmo. He sido yo la que ha rugido, no tengas miedo.

Me pongo a firmar papeles, como siempre con su cabeza en mis piernas, de cuando en cuando le rasco la cabeza mientras leo algo. Conforme voy terminando una pila u otra, voy llamando a Mizu o Hisagi para que la lleven a la división correspondiente.

-Mizu, ¿Algo que deba saber?- me refiero a si ha ocurrido algo en la división que se me deba informar.

- Nada importante taicho. Excepto quizás... bueno, Kuchiki taicho vino a verla.- se rasca la nuca, pensativa y extrañada por ese hecho.- Pero no me ha dado ningún mesaje. Y en cuanto a Kizuku... acaba de llegar una mariposa avisando de que se ha pasado en la sauna del spa y que quizás debería ir alguien a buscarla. Si quiere voy yo, taicho. ¡Ah! Y Kurostsuchi taicho mandó a Nemu con el mensaje de decirte que no vuelvas a ir a su división sin avisar. Aunque... con palabras menos... amables.

-Nemu no tiene culpa de nada...pero ni caso a Kurotsuchi. Y sí, ve a por Kizuku...¿Sabes que Byakuya resulta que es el padre de Soyu? Nos hemos enterado hoy.

Me encojo de hombros.

-Mandame a Hisagi cuando lo veas, aquí hay más informes para llevar.

Cuando termino, me acuesto. Pensando en como le irá a Soyu en el mundo real.

- ¿Nan...?

Es lo único que le escuchas a Mizu cuando le das la noticia. Es evidente que cree que le estás tomando el pelo. Francamente imposible, piensa.

Terminas por dormirte sin ningún problema, quizás quitando que Atila no te deje ni a sol ni a sombra y se meta en la cama contigo. Es el único modo para que se sienta seguro.

¿Qué tal le estará yendo a Soyu? ¿La estará tratanto bien Kurosaki? ¿Y qué habrá sido de él? ¿Sguirá con Orihime? ¿Cumplirá sus cometidos como shinigami sustituto? ¿Y sus hermanas? Fueron amables contigo..

Un dolor en la frente te despierta. Una sombra en tu habitación te está dando capirotes en la frente.

Yoruichi:- neee, neeee-san, despierta, no me terminaste de contar lo de Kuchiki.

¿Qué hora es?

-Baka....quiero dormir...¿Qué más hay que contar? Es el padre...creo que el proceso no tengo que explicártelo no?

Me giro escondiendome bajo Atila.

-Déjame dormir...

Se sienta en el suelo y la escuchas suspirar.

- ¿Qué hacía allí? ¿Y por qué no avisó de tu paradero? ¿Por qué te acostaste con él? ¡Es Byakuya! Podías haber elegido a alguien mejor...  baka... no vuelvas a beber tanto.

Atila se debe de estar soñando algo porque mueve las patas como si corriese.

-Byakuya es guapo, no creo que me importase otra cosa estando bebida. Y creo que le supliqué que no dijera nada. El también bebió, tras sacarme de una taberna. No lo sé...lo que hacía allí tampoco lo sé, algo de "asuntos familiares que no te incumben Shihöin"- imito su voz - O algo así.

Yoruichi está en silencio un rato que te parece tan largo que casi te vuelves a dormir; no obstante, termina levantándose.

- Pues está claro que ahora sí deberían importarte esos asuntos.

Y sin decirte nada más, termina por irse por donde ha entrado, por la ventana abierta que deja entrar una brisa fresca que suele acariciar tu cara y en ocasiones de verano, todo tu cuerpo.

-Si tanto te interesa ve tú...Yoruichi-baka...

No sé si me habrá escuchado, estoy muy dormida y a lo mejor ya se había marchado y todo.

El día siguiente amanece y los rayos del sol de las 11.00 entran por tu ventana y te dan de lleno. Atila ya no está a tu lado. Se encuentra comiendo y bebiendo en la esquina de la habitación.

Nadie te ha llamado ni despertado, quizás porque hay poco que hacer.

¿En qué gastarás las energías de este nuevo día?

Si no hay nada que me requiera, me dedico a entrenar mi shunko. Ataco muy bien con él, pero debo también poder defender cuando sea necesario.

Cuando ya no pueda más, ir a husmear que prepara Byakuya a Soyu.

Es media tarde cuando ya estás cansada de entrenar y decides pasarte por la sexta división. Lo sorprendente es que Byakuya no está en su habitación como suele estar, sino que ha habilitado una habitación enorme solo para Soyu, donde hay una montaña de chuches, kimonos, ropa más informal... y cosas por el estilo. Lo que un niño siempre querría tener.

Está todo ilusionado, aunque no sonríe ni cambia su expresión de siempre, tiene un brillo diferente en la mirada.

Y no parece darse cuenta de tu presencia.

-Se te ve ilusionado Otto-san. ¿Qué crees que pensará ella? Tienes fama de ser muy estricto y borde...

Me apoyo en el quicio de la puerta mientras hablo, sonriendo.

Levanta los hombros por el susto y luego se gira. No parece avergonzado por que le hayas pillado.

- Eso debería preguntártelo yo a ti. La conoces mejor.

Se acerca a ti. Te fijaste que hasta se quitó el haorí de capitán.

- ¿No estás nerviosa?

-¿Yo? No. ¿Por qué habría de estarlo? Si te acepta o no es cosa suya, y tuya. No me pienso meter. Eso sí...si, por ejemplo, cualquier "asunto familiar" que requiera que el cabeza de familia vaya a una zona perdida de todo dios afecta a mi hija, cierto capitán puede salir escaldado...así que el momento de pedir ayuda, si hace falta, es ahora.