Partida Rol por web

El sargento corrió hasta su habitación, para coger el MBITR. Sabía que era un tiro a ciegas, por que la radio operaba como transmisor de corto alcance si la del humvee estaba apagada, que era la radio principal y amplificadora de la señal. La pequeña radio estaba en su habitación, y era la más cercana. Quizá, y solo quizá, el enemigo no le hubiera jodido la radio principal antes de atacar, lo que teniendo en cuenta la profesionalidad de aquellos tipos, era quizá mucho suponer.

Lo que si ocurrió, es que al acercarse a la radio escuchó una voz en su propia frecuencia, dentro del alcance corto.

-Aquí Kendrik, a cualquiera que siga de una pieza ahí fuera. Han entrado unos mercenarios, creo que pretenden capturar al plumilla... En cualquier caso, me he cargado su furgoneta, así que de aquí ya no salen. Estoy en el exterior del hotel, jodido, pero entero.-

La ráfaga de disparos se desvío, como era usual en fusiles de asalto, un poco hacia arriba y hacia la derecha. Así, el primer disparo se perdió bajo el matorral, impactando en la pierna del mercenario, mientras que el segundo entró a través de su chaleco, y el tercero hizo lo propio en su hombro.

Debido al shock masivo, el mercenario perdió inmediatamente el conocimiento, y no le cupo ninguna duda de que no iba a despertar de su sueño. Se escuchaba movimiento más allá, en la calle, mezclado con gritos en inglés. También ruido de motor, como si estuvieran maniobrando un vehículo. Si no se acercaba a la puerta, la tapia no permitía ver mucho más.

Afuera, en el patio, el polaco había disparado. Brooks hizo una seña a su grupo de fuego, y salieron al patio cuando el enemigo fue abatido. Maggie había bajado, preparada para transportar a Jonas en la camilla improvisada en cuanto se despejara el camino hacia el Cougar. Luego, escuchó el ruido de motores, entendiendo rápidamente.

-¡El enemigo pretende huir! ¡Rápido, DeMille, quiero el M82 en la mayor cota posible, preparado para disparar a esos vehículos, perdiendo el culo!

Luego hizo una seña a los que le acompañaban, diciendo "avance, cubrirse, fuego de oportunidad". Y corrieron, medio agachados y con las armas preparadas, hacia la puerta de salida del patio.

Kendrik sintió como le daban una patada en la mano en la que sostenía la radio. Luego, alguien le asió violentamente, levantándole, y arrebatándole la pistola con furia, amartillándola contra su propio chaleco. Olía a sudor, y podía sentir el brazo del mercenario haciéndole una estrangulación respiratoria, mientras tiraba de él un poco hacia atrás, para desequilibrarle e impedir que respondiera a la llave.

-¡Hijo de puta! ¡Vas a morir, cabezabote! -dijo la voz.

Sintió como le apoyaban la pistola en la cabeza, y como se escuchó el ruido de otro vehículo al maniobrar. Sin embargo, éste frenó, y al abrir la ventanilla, pudo ver de refilón a un tipo con una enorme barba, con aspecto de mandar en aquel grupo, lo que quedó confirmado por sus palabras.

-¡Buzz, no seas estúpido! No nos sirve de nada muerto, traelo aquí de una puta vez, y asegúrate de que esté desarmado y tranquilito.

James baja un poco el arma tras los disparos. Deja de apuntar mientras ve como su objetivo se desploma en el suelo, sin saber si esta muerto, o solo inconsciente. Cae en la cuenta de que es la primera vez que le dispara a alguien de manera directa, la primera vez que apunta a una persona y jala del gatillo dispuesto a acabar con su vida. La primera vez desde que había llegado a ese lugar de mierda. Aquella es la primera persona a la que mata con sus propias manos en aquel sitio, y no siente absolutamente nada. No en ese momento.

Da un paso delante, mirando el cuerpo, buscando alguna señal de vida, pero solo con el propósito de saber si su blanco se encuentra abatido o no, como si no le importara otra cosa. Entonces sus compañeros llegan al lugar, tratando de dar caza a los demás mercenarios que huyen de la zona. James se queda en medio de aquella sala con el fusil en manos, apuntando al suelo, y sin el uniforme de combate. Parece que la mina de las escaleras ya no es un problema, pues los demás bajan por ahí sin ningún reparo. Posiblemente Brooks se haya encargado del asunto, y lo hace ahora junto a su equipo de fuego.

Hasta entonces James siquiera había tenido tiempo para atarse las agujetas de las botas, y en ese momento ve que es lo único que puede hacer. Se cuelga el fusil al hombro, y en medio de todo aquello, de soldados disparando a un enemigo que huye, James se agacha a varios metros del mercenario que acaba de abatir, dispuesto a atarse las agujetas. Pero no llega a eso, pues entonces aparece Maggie cargando a Jonas, el cual se encuentra herido – ¡Mierda! - exclama James, poniéndose de pie, y corriendo hacia donde sus compañeros – ¡vamos...! - dice por lo bajo mientras ayuda a Maggie, dándole una mano para cargar a Jonas en aquella camilla improvisada. James no sabe casi nada de medicina, pero no necesita un titulo para darse cuenta de Jonas esta bien jodido con esa herida.

Cita:

Maggie grita ¡Úrah!, ayuda a los demás porteadores de la puerta-camilla a depositarla en un lugar mínimamente resguardado, y hace señales al resto de desplegarse y asegurar perímetro. Ella se queda en cuclillas cerca del herido, con el fusil preparado y cubriendo una de las direcciones posibles, mientras reza en voz baja todo lo que recuerda.

Jesusito de mi vida / tú eres niño como yo / y a mí qué coño me importa / si vengo de patinar. ¡Mierda! ¡No era así!

Volví rápidamente a la habitación, cogí el resto de equipo necesario y la emisora MBITR. A través de ella pude escuchar la voz de Kendrik afirmando que se encontraba en el exterior del hotel. Con un poco de suerte, quizá alguien de los nuestros también escucharía esa misma transmisión, y quizá con un poco más de suerte, la radio del Humvee estaría entera.

Salí de la habitación a toda prisa hacial pasillo y en dirección a las escaleras. Kendrik estaba ahí abajo, y quizá todavía quedasen más tíos mierdas de Blackewater saltando como conejos por allí afuera, tratando de cubrir la retirada de sus compañeros.

"-¡Vamos a salir de aquí! - les grité- Fuera están repeliendo el asalto y Kendrik está solo.... Necesitamos llegar a un Humvee- empecé a hacer señales con la mano para que se dirigieran a las escaleras - Vamos a sacar a los heridos. Vamos a sacarlos a todos. Los Marines nunca dejan a nadie atrás... - añadí mientras contaba a los que quedaban en el pasillo.

Comprobé que Jonas estaba a cubierto. Era evidente que no podíamos bajarlo sin tener un perímetro seguro ahí abajo. Y tampoco al plumilla, ya que el jodido podía ser un imán para las balas.

"-Vamos a asegurar nuestra salida. -les dije- Nada de gilipolleces ni heroicidades. Quiero un perímetro seguro en el que no pueda entrar ni salir una pulga... ¿Hua?."

"-Maggie, te puedes quedar con Jonas o bajar con nosotros. Tú eliges.  Si no te quedas tú, lo hará Janet... pero necesito a alguien aquí cubriendo nuestro culo - les dije a ambas - Y tú, plumilla, ni se te ocurra moverte de aquí hasta que yo lo diga. ¿Está claro? - le dije al periodista.

Aturdido, sorprendido, y mareado, Kendrik apenas podía presentar resistencia. Apenas podía pensar en que hacer o cómo hacerlo. No obstante, una cosa tenía muy clara. No iba a dejarse coger, eso ni de coña, y mucho menos por aquella panda de hijos de puta. Golpeó hacia atrás con la cabeza. El tipo parecía igual de alto que él, por lo que, con algo de suerte (si es que no la había gastado ya toda), podría darle en la nariz, lo suficiente como para librarse y poder cogerle la pistola. Además, el negro cabrón de Jackson le había oído por radio. Parecía a punto de llegar, así que, si podía resistirse un poco más, el resto llgarían y darían por saco a todos los presentes. 

-Tú me servirás de felpudo, jodida maricona barbuda.- Dijo al tipo del coche, apretando los dientes, haciendo lo imposible por librarse del que lo tenía cogido. 

Kendrik se revolvió, mientras el mercenario tiraba de él. Era una estupidez, por que apenas si podía mantenerse en pie. Lo único que hizo fue trastabillar, y caer de rodillas. El mercenario blasfemó, y en ese momento, aparecieron los marines de la escuadra de fuego de Brooks, seguidos por Kazcynski, que estaba en gallumbos y con el MTV puesto y las botas sin abrochar, con su fusil en las manos.

Él pudo ver como había dos vehículos: un 4x4 que estaba esperando a que el mercenario que tiraba de Kendrik lo montara en él, y una furgoneta, medio reventada por la metralla, de donde venía el rallante pitido del cláxon. Dentro parecían haber muertos y moribundos.

Fue llegar al lugar cuando el 4x4 aceleró, de repente, intentando escapar de allí por velocidad. Casi atropelló a uno de los marines, y el mercenario que se quedó allí, no daba crédito.

-¡Eh, hijos de puta! ¡No os vayáis sin mi! -gritó, soltando a Kendrik.

Todavía iba armado, con una beretta 92 en la mano.

Mientras Tyrone bajaba, unos marines del otro grupo de fuego subían a toda leche las escaleras, con un barrett en las manos. Aquello comenzaba a ser algo surrealista, y lo fue todavía más cuando, al bajar, vió que habían desactivado una mina claymore junto a la escalera. No había ningún marine a la vista, y el único que quedaba arriba, Janet, se había quedado con el plumilla en la habitación.

La camilla estaba preparada abajo, pues habían bajado hace rato, y afuera se escuchaban gritos, el motor de un coche y carreras cortas. Parecía que los mercenarios se estaban retirando. Y si eso era así, el paso hasta el humvee quedaría libre.

Pero, en ese momento, mientras el negro miraba de rojo a Maggie, se preguntó si iban a dejar escapar a algunos de esos hijos de puta, con vida. Algo le decía que prefería que eso no fuera así.