Partida Rol por web

Por unos instantes, Ettin puso los ojos en blanco. Que el johnson se le hubiera quedado mirando más de lo debido no le había molestado. En realidad, sí le había molestado, pero lo que realmente le molestó, de verdad, fue que la comisión del intermediario la pagasen ellos. ¿Qué mierda de contratista se pensaba aquel payaso que era?¿Le da el trabajo a otro, para que busque a quienes hagan el trabajo pesado y encima le iban a pagar ellos? Bufó a modo de protesta y se acarició el cuerno, el mellado.

- Llevamos la carga del punto A al punto B antes del alba. Eso entendido. La ruta entre ambos puntos queda a nuestra discreción. Cualquier mierda que tengáis preprogramada en el navegador equivale a una ruta suicida. Y la paga no es tan buena como para aceptar tal cosa.

El troll no hizo ademán de consultar la hora. Sólo de dar un paso en dirección a la salida para dar por terminada la reunión. El corpo ya había soltado sus términos y tenía prisa (un eufemismo por "no voy a negociar las condiciones") y Ettin ya le había avisado de antemano de las suyas y también "tenía prisa".

El johnson habló. Dijo más o menos lo que había dicho Gabriel, aunque el pago era el doble ¿Nuestras dudas habían hecho subir la apuesta o el elfo pensaba quedarse con la mitad? Supongo que no lo sabríamos, aunque tampoco importaba demasiado. Después de todo, Gabriel era un arreglador…

Ettin expuso el problema de la ruta. Suponía que ahora era el momento de exponer mis dudas, y a ver si le podíamos sacar algo más de dinero a este corpo… -Sobre el cargamento ¿lo lleva alguien? De ser así ¿Tiene que llegar ese alguien en condiciones? ¿Es peligroso? ¿radioactivo? ¿hay que tomar alguna medida de seguridad? Y la embarcación ¿hay que evitar que sufra daños? ¿devolverla de una pieza? Mejor que quede claro ahora, por valorar adecuadamente el trabajo...- Si el tipo estaba tan desesperado como parecía la carga valdría más de lo que decía.

Cerraste los ojos físicos y abriste los astrales mientras oías palabras que no te decían nada. Tu cuerpo se volvió libero, comenzaste a sentir esa sensación que parecias flotar, aunque no lo hacías, y a la vez si lo hacías. 

Sondeaste alrrededor en busca de magia, espiritus o cualquier otra forma, pero no había nada. Estabais solos con el Johnson. A parte de sus emociones en forma de colores que interpretabas como disgusto, aburrimiento y parte de impaciencia, no detectaste nada extraño.

-Haced lo que querais-. Dijo contestando a Ettin y K a la vez. -Podeis ir hasta la luna y volver a travesando el centro de la tierra, pero llegad antes del alba al destino. Y-, continuó mirando esta vez a K -si quereis poneros un traje antiradiacion, o un preservativo gigante es vuestro problema. La carga es inerte, no sufras, pero debe llegar en buenas condiciones. Llegais, entregais la carga, bajais de la lancha y en cuanto me verifiquen que todo está correcto daré el visto bueno para que os paguen. Si me la jugáis no volvereis a trabajar en las sombras nunca. Ya me encargaré de que nadie os contrate-.

¡Barcos! Si hay algo en lo que se parece mi Portland natal con Seattle es que, no importa cómo lo hagas, siempre acabas subido encima de un barco, navegando por el río o alguno de sus canales. Espero que al menos tenga con lo que conectarse decentemente.

Pero lo que no me ha gustado un pelo es el tema del dinero. O sea, que sea más de lo que nos habían dicho está bien, pero me huele todo un poco extraño.

—¡Ey, K! ¿Piensas quedarte con la mitad de nuestro pago, o es que el corpo nos ha cogido cariño?

Corpos, ratas con traje...

Aquella situación no le gustaba a Grimgor. Nadie te paga más de lo acordado por un trabajo que ya habías aceptado.

Miró a sus compañeros, y vio que la sensación era bastante similar. Al menos, nadie es especialmente crédulo. El equipo que K ha traído parece de fiar.

Siguió sin abrir la boca, sólo observaba, por ahora.

Especialmente a la enana. Parecía que estaba "un plano por encima" de los demás.

- ¿No has prestado atención cuando el johnson ha dicho que al intermediario le pagábamos nosotros? - La perspectiva tampoco es que le agradase; si el trabajo les proporcionaba mil nuyens por cabeza, los mil restantes iban para el intermediario de K... Eso hacía cinco mil nuyens por rascarse la barriga mientras se limitaba a llamar por teléfono. Incluso dándole sólo quinientos por barba, eran dos mil quinientos nuyens, mucho más que los mil quinientos que se seguirían embolsando ellos. Los que iban a correr el riesgo. Aquel pensamiento terminó de exasperar completamente al troll. Se giró todavía más de lo que había hecho para mirar al elfo mientras le respondía, de modo que observara al corpo.

- Lo mismo te digo. Juégasnola de algún modo y yo personalmente de encargaré de que no vuelvas a respirar, ni en Seattle ni en ningún otro lugar.

Cuando giró sobre sus talones una vez más, Ettin dejó una marca visible con sus cuernos en el techo. Había llegado al punto en que su humor no estaba para preocuparse por no causar daños materiales.

Bueno, parecía que había poco más que hablar. El comentario del elfo hacía ver que habríamos aceptado el trabajo por menos. Decidí ignoralo. Eso era mejor hablarlo cuando no estuviera el corpo delante.

Lo que me extrañaba era que el corpo estuviera tan desesperado y no usase sus recursos. En un avión o un helicóptero corporativo haría el viaje en minutos… era evidente que no nos contaba algo. Pero bueno, lo veríamos pronto.

-Una última cuestión ¿A quién le tenemos que entregar el paquete? ¿A ti? Si es otra persona ¿cómo la reconoceremos?-

Grimgor estaba empezando a ponerse nervioso.

En su "lista de cosas que le apetecían aproximadamente lo mismo que pillarse el meñique con la puerta de un tanque" estaba el discutir sobre honorarios de fixers y sobre dinero con corpos.

Mientras el resto cerraba los últimos flecos, el orco se centró en cosas más importantes a su juicio.

El jhonson había dicho que tenía otra reunión. 

¿Habrían venido con tiempo? ¿Estarían escuchando detrás de la puerta?

Rápidamente centró su atención en el exterior. Encendió sus lectores y puso todos sus sentidos en descubrir alguna presencia intentando olisquear en su presa. Al fin y al cabo, un grupo grande de metahumanos se había reunido... y eso no siempre era bien visto. Ni siquiera por sus compañeros de profesión.

Buscó una ventana que le permitiese otear el exterior de forma discreta.

Seguramente sería mejor no discutir según qué cosas delante del corpo, pero después habría que dejar todo muy claro. No me iba a jugar el pellejo sin saber por cuánto lo estaba vendiendo. Principalmente porque solo tengo uno.

Pero la pregunta de K era pertinente. No era cuestión de llegar al punto de entrega y entregar la mercancía a algún advenedizo.

- Eso, figurín ¿cómo reconocemos a quien tiene que recoger el pedido?

Grimgor intentó echar un vistazo a través de la ventana que había detrás del Jhonson.

No quería que se notase demasiado. Por suerte, se había dejado las lentillas puestas, por lo que activó el zoom primero, y luego pasó a visión térmica para detectar fuentes de calor en el exterior, recorriendo de un vistazo las paredes laterales.

El poco espacio del que disponías en la ventana aparecía libre de gente a primera vista. Cuando pasaste a visión térmica tan solo las huellas de calor de las personas que estábais en la habitación podían confirmarse. Nada más. Nada extraño dentro ni fuera, y eso, era lo mas extraño.

¿No detecto ninguna otra fuente de calor? ¿En un edificio en uso? Entonces SI que me acojono

La chamán volvió a enfocar el mundo físico, recuperando su sonrisa animada, dedicó un breve asentimiento a "K".

Se había perdido las primeras palabras del Johnson, pero creía haber captado lo fundamental y, a juzgar por las preguntas de sus compañeros, no estaba rodeada de novatos.

Le interesó especialmente la naturaleza de la carga -¿Inerte? Es bueno saberlo, ¿Es también inocua?- preguntó al Johnson, dedicándole una sonrisa. A lo largo de su corta vida había aprendido que muchas veces se ganaba más lamiendo que mordiendo.

Antes las palabras de la enana, el Johnson la miró de nuevo con superioridad, y dándose por vencido, puso los ojos en blanco inspirando aire para relajarse.

-Inerte, dijo con suavidad, -inocua y además altamente industrializada. Por lo que tus sentidos astrales no te dirán tampoco mucho acerca de su contenido-.

El humano dio unos pasos hacia vosotros, llegando hasta la altura de K, donde se paró para hablarle directamente.

-Gabriel dijo que eras de confianza, un talento en bruto-. Dijo sin que le temblaran las palabras a pesar de que el orco casi le doblaba en tamaño. -Espero que tanta pregunta acerca de la carga no sea porque querais jugármela, sino por una curiosidad insana poco frecuente en vuestra profesión-.

El Johnson siguió caminando hacia la puerta decidido a terminar la reunión. Abrió la puerta y se dió la vuelta para observaros.

-No os preocupéis, sabréis exactamente a quién entregarle la carga. Podeis usar esta habitación el resto de la noche para lo que deseeis, ya está pagada-. Miró de nuevo su reloj inhalando aire, lo que parecía una costumbre en él para expresar fastidio.

-Tengo otra reunión a la que no deseo llegar tarde. Recordad, antes del alba-.

El sonido de la cerradura cerrándose dio por concluída la conversación. Allí os dejaba la tarjeta de acceso al embarcadero y una habitación pequeña, sucia y maloliente. Os dejó un poco descompuesta su partida, pero enseguida visteis el pequeño maletín de plástico negro al pie de la ventana que había estado siempre ahí, oculto detrás de las piernas del Johnson. Dentro se encontraban cinco credsticks embutidos en espuma.

Con vuestros coms pudisteis comprobar que cada uno tenía el pago inicial pactado de 500 nuyens para cada uno.

En cuanto el Jhonson se hubo marchado, Grimgor habló, por fin.

- Mierda corpo... que pocas ganas de hacer nada para ellos. Pero bueno, al menos, pagan bien.

¿Quién se apuesta una cena a que, al final, el tipo al que hay que entregar la carga es el propio Jhonson? -

No le gustaba hablar con humanos, odiaba a los corpos... y el jhonson lo tenía todo. Fuera de esas negociaciones, era bastante más hablador.

—Corpo bueno, corpo muerto; pero no si es nuestro cliente, claro— soltó Cornelius con una sonrisa sibilina.

—De todas formas me gustaría que quedara claro, antes de seguir, cuánto vamos a ganar cuando entreguemos el paquete, incluyendo comisiones que no conocíamos...