Partida Rol por web

Vuestra ama ya no tenía demasiado claro dónde estaba cada uno y aquello empezaba a cabrearla, porque era como tratar de seguir la vida de alguno de los famosos que salía en la tele, un culebrón de mierda que al final ni te va ni te viene... Lo que a ella verdaderamente le interesaba era la misión que no habíais sabido cumplir.

- No vas a tener demasiadas opciones más para explicarte Mucus, así que deja de marearme y dime qué era lo que hacías saludando y entablando conversación con aquellas gentes... Porque viendo vídeos de Youtube seguro que no ibas a completar la misión...ni en toda una eternidad...

Ella tampoco conseguiría hacer ninguna gran maldad si todos sus esbirros seguían siendo tan catetos...

- Quizás para el próximo Halloween debería desenterrar a gente como Einstein.. quizás Mozart... seguro que aunque sean más remilgados lo harán pensando un poquillo más... al menos sabrán que los volveré a enterrar allí donde los saqué si no cumplen...

-¿Y cuando se suponía que nos iba a contar este genial plan? ¿Ein? mejor lo dejamos… suficientemente claro quedó que no iba a hacerlo.-

Todavía resonaban en sus oídos las insidias* de Lord Petimetre…- Mi Señora, no hagáis caso de ese engomado. Si él no conocía mi plan, era porque había surgido de la oportunidad, pero era más que evidente que si hablaba con Chemo era para infiltranos. En fin, ese inepto tampoco nos contó sus planes cuando se metió en la manifestación gay, y ahora me reprocha lo mismo. Pero a lo que íbamos, los mensajes de bienvenida de la Comunidad. Veréis, cuando encontré al gato, pensando que era la bola de pelo, me metí donde él se encontraba,  que resultó ser un foro de bienvenidas. Había pantallas con mensajes y vídeos por todas partes, y el gato estaba en la esquina más alejada, así que no pude evitar ver algunas de aquellas manifestaciones de mal gusto, pero no fueron las que me hicieron perder el sentido. En realidad, cuando estaba a punto de llegar a lo que yo creía que era la bola de pelo, tropecé con un umbriano que estaba desternillándose viendo un vídeo de youtube de un tal Morapio, y mientras me caía por el tropiezo y tocaba al gato que me dio la descarga y me hizo perder la consciencia, pude vislumbrar la cara del que yo había tomado por un umbriano más, y no podéis imaginar de quién se trataba.-  

Mucus se tomó unos segundos antes de continuar, para dar mayor efecto a sus siguientes palabras: - El que allí se encontraba, perdiendo el tiempo, era el mismo Lord Engomado que ahora me acusa de la traición que él cometió.-

La mujer no entendía demasiado bien a qué venía aquello, que parecía un partido de tenis que no llegaba a comprender demasiado bien, pero estaba claro que iba a tener que hacer algo de una vez o se le iban a seguir subiendo a la chepa.

- No he preguntado quién más estaba allí, sino qué era lo que hacías tú allí! - En realidad no había preguntado nada, pero era la respuesta que quería.

Ya estaba de nuevo lo suficientemente enfadada como para hacéroslo saber sin ningún tipo de contemplación y lanzó una mirada tan fulminando a Mucus que sintió como de repente le falta el aire, como si algo le estuviera aplastando tanto la garganta que le fuera a romper la tráquea en un momento. Para cuando consiguió volver a respirar sus ojos estaban inyectados en sangre y su cabeza, ahora de color verde-rojizo, era un par de centímetros más grande por la sangre que se había coagulado así sin más en ella.

- Esclavo sigue tú antes de que me hagan tomarme algo para el dolor de cabeza. Me recuerdan a una pareja de " deshecho ".

Esclavo intentó fundirse con el piso en cuanto vio que la Señora Oscura descargaba su ira contra Mucus. Viéndola tan cabreada, le hubiera gustado no estar allí... o al menos pasar desapercibido. Pero como no era muy avispado, se había quedado justo al lado del esputo verde, así que cuando su ama corrió la vista del esbirro anterior se topó con él y como era de esperarse, le pidió que rindiera cuentas de lo que había ocurrido.

Buscando coraje para continuar, con un hilillo de voz, retomó donde lo había dejado el Lord Estirado: en su paseo con la cebolla.

-Estimadísima Oscuridad, como dijo Lord Black Adler, que más bien podría haber sido un queso azul para ser un poco más digerible, él fue tras el mocoso, y la cebolla asesina y yo nos encargamos de vigilar qué estaba haciendo Ala Rota con Unai. De más está decir que el plan fue consensuado por ambos y no solo idea de él como pretende haceros creer; pero bueno, eso ahora no es importante, pues yo sé que Usted desea que vaya directo al grano.

Mientras seguíamos al hada que parloteaba con el goblin muy animadamente vaya uno a saber qué, yo comencé a tirarle la lengua a la cebolla. Al parecer, siempre había sentido deseos de asesinar a Chemo y convertirse en Demiurgo del lugar para poder instalar los productos de Mapple y deshacerse libremente de aquellos umbrianos que le caían mal, es decir casi todos; con lo cual, al saber que veníamos de su parte con la intención de acabar con todos ellos, vio su gran oportunidad: si la Señora Oscura dejaba desierta Umbría, nada le impediría a él hacerse con el control y forjar una Comunidad a su gusto. Por supuesto yo no le hice notar que su plan tenía una falla: Usted pensaba acabar con toda Umbría, así que él estaría muerto también, pero como me servía tener un aliado "adentro" lo dejé creer que sus delirios de grandeza podrían volverse realidad.

Así, puesto a ayudar, me dijo que tratar con Unai para organizar la KDD era una pérdida de tiempo. Según me explicó, ese goblin era tan solo el secretario de la JOKU, un simple recadero. Si queríamos que realmente la Organización apoyara nuestra candidatura teníamos que hablar con EbaN, el vicepresidente que además era un cuervo.

Esclavo respiró hondo e intentó acelerar su explicación para no cabrear más a su señora.

-Esta cebolla me llevó hasta un sitio bajo su control llamado "Partida" donde unos usuarios simulaban ser asesinos infiltrados entre un grupo mayor y por las noches mataban a los otros. Según me dijo, era algo de Vampiros de Cthulhunegro, u Hombres lobos de Castilloazul, una chorrada del estilo. En ese lugar se encontraba EbaN y hasta él me llevó.

Al alcanzar la sala donde conversaban los usuarios que estaban jugando, el tal EbaN se encontraba enzarzado en una discusión con otro usuario llamado Diluvi el Corb [interrupción: Los cuervos] acerca de no sé qué concurso fotográfico. El Corb graznaba y graznaba exigiendo que le validaran “aquello” y que “lo otro” era una prueba muy chunga de concretar, mientras que EbaN intentaba acallarlo sin lograrlo porque justo ese día tenía problemas de conexión ya que alguien le había robado el wi-fi.

Por suerte, cuando llegó la cebolla, interrumpieron la conversación... o debería decir el monólogo del cuervo nº 1 salpicado de algunas incoherencias del cuervo nº2 para escuchar el anuncio que el bulbo tenía para hacer.

Apenas se habló de la candidatura, EbaN, cosa rara en él según me comentaron después, se mostró muy entusiasta y me llevó a un off-topic privado para discutir las actividades a presentar. Allí le mostré los beneficios de organizar esa KDD en forma gratuita para que asistieran todos los Umbrianos y ninguno quedara afuera por cuestiones monetarias (es sabido que esos frikis gastan un pastón en juguetitos, pero si se trata de actividades sociales, parecen tener un cocodrilo en el bolsillo) y lo escolté hasta un centro multimedia llamado “Noticias” donde este cuervo hizo el anuncio de que no habría votación este año, ya que la opción presentada por los miembros de La Torre Oscura (es decir, nosotros, sus esbirros) era la “más mejor” y que en breve anunciarían el lugar de reunión para que todos estuvieran allí recibiendo la noche de Halloween.

Como ve Señora, faltaba cada vez menos para poder cumplir con sus oscuros designios porque una vez estuvieran todos reunidos, sería muy fácil acabarlos... Hehehe- con una risita nerviosa el esbirro se detuvo en su relato para poder recuperar el aire una vez más.

Mucus estaba respirando todavía con dificultad, tratando de mantener su ahora más grande cabeza de manera más o menos erguida, para no ofender a su Señora, y entretanto escuchaba la narración del engendro, que aparentaba que todo le había ido de maravilla, cuando ambos sabían que no había sido así. De manera que, armándose de valor (pues interrumpir a su compañero cuando la explicación parecía coherente por una vez, podía enfurecer de nuevo a su Señora), se atrevió a decir:

- Permitid que en este momento haga una aclaración, mi pérfida Señora. Según esta alimaña, vuestro plan estaba cerca de concluir con buenos resultados. Si no fue así, fue porque el tal EbaN, que parecía tan importante, era un impostor, que lo había suplantado en la susodicha "Partida", así que todo lo que le prometió al engendro se quedó en promesas vacías cuando la partida terminó y todos vieron que se trataba de una ardilla* sin apenas rango en Umbría, que se había infiltrado como EbaN para darse importancia.

Y Mucus se quedó intentando parecer entero y que no le cayesen los mocos coagulados que hacían palpitar su enorme cabeza. 

El " lo que fuera " verde fue el único que se atrevió a abrir la boca después de que Esclavo expusiera " sus " hechos, así que la mujer atendió a sus palabras, pues al menos, en aquella ocasión no le habían llenado del todo la cabeza de datos inútiles y cosas incomprensibles de esas que sólo hacen los esbirros...

- ¿ Es cierto que te dejaste engañar? ¿ Cómo descubristeis que era un impostor? ¿ Qué hicisteis después? Al menos os lo quitarías de en medio ¿ no? Siendo una ardilla bastaría con llamar a una protectora de animales o a la perrera o como se llame para estos bichos...

La mujer se quedó mirando atentamente al esbirro pues era ahora cuando tenía de nuevo la palabra.

Esclavo no contaba con que el moco verde tuviera ánimo de contar ese pequeño contratiempo. Asumía que luego de la "llamada de atención" de su ama permanecería quietecito en un rincón y él podría obviar lo de la ardilla. Pero el asqueroso esbirro sin forma había encontrado el valor para mandarlo al frente y nuevamente la espada de Damocles pendía sobre su cabeza.

-Bueno mi estimada Señora, algo así ocurrió, efectivamente... Yo no tenía manera de saber que la cebolla había sido absorbida totalmente por su juego y que había quedado mal de la cabeza, creyendo que los suplantadores eran los verdaderos usuarios. Así que como bien indica Mucus, perdí un poco de tiempo hablando con ese roedor. Por suerte no fue mucho. La ardilla recibió un aviso de que tenía que responder en otra partida así que salió corriendo entre la gente. El maldito bicho era muy rápido por lo que, al poco tiempo, lo había perdido de vista. Siguiendo por la dirección que lo había visto correr terminé metido en un lugar llamado "Galerías de fotos". Como no sabía muy bien que pasillo tomar, recorrí algunos de los salones y me encontré con una imagen que me abrió los ojos. Allí estaba retratado el verdadero EbaN y no se parecía en nada a una ardilla.

Cabreado por el tiempo que me había hecho perder la cebolla, volví sobre mis pasos para buscar a estos inútiles para que ayudaran en la realización de la KDD porque estaba visto que la íbamos a tener que montar nosotros mismos. Como era de esperarse, mientras yo había estado trabajando para destruir Umbría, estos dos inservibles- dijo señalando a Mucus y a Blackadder -habían pasado el tiempo "desvirtuando" (no querrá saber que clase de aberración es esa) en hilos de Bienvenida o algo así. Poco más tuve que sacarlos a los empujones para que dejaran de pedir fotos en bikinis de las féminas y se concentraran nuevamente en lo que Usted nos había encomendado. Al hada fea fue más fácil hallarla. De tanto hablar con Unai, éste la había convencido que el trabajo de goblin era muy saludable para alguien como ella y que si quería ganar unos frikipuntos extra, sólo tenía que picar piedras... o códigos, eso no lo entendí muy bien. Al principio parece que había aceptado de buen grado por lo que contó, pero la pereza la pudo, así que en cuanto nos vio abandonó al goblin y volvió a unírsenos.

Los cuatro juntos... bueno, y esa mascota que tiene su lord Estirado, leímos las bases para presentar la candidatura. Aunque las actividades y los costos eran algo simple de resolver (total, no íbamos a hacer nada, el objetivo simplemente era reunirlos a todos en un mismo sitio), nos quedaba encontrar el lugar dónde hacer la reunión para así destruirlos.

Así fue que uno de los dos que habían pasado más tiempo viendo chorradas, se acordó que había un sitio muy de moda, del cual hablaban todos los umbrianos y que sería un buen lugar donde armar la KDD. ¡Nada menos que un castillo en las nubes!

Como yo había vuelto a reunirlos, y yo era el que se había encargado de encauzar el plan, me pareció que lo mejor que podía hacer, era encargarme yo mismo de contratar ese peculiar lugar, una antigua construcción medieval, ideal para realizar roles en vivo, grandes habitaciones para alojar a todos, numerosos atractivos históricos y por sobre todo, un lugar alejado de la sociedad, sin teléfono ni comunicaciones con el exterior. Era el lugar idóneo para dejar a todos aislados y que nadie pudiera venir a rescatarlos. Si hacíamos la KDD allí, Umbría sería historia.

El esclavo con cara de mono y cuerpo de serpiente se quebró. Él sabía que esta vez no podría esquivar la parte de la culpa que le correspondía en el fracaso de la misión pues no había conseguido su objetivo. Llorando, se tiró a los pies de su Ama y comenzó a lamentarse.

-Buaaaaahhhh, ¡¡¡no merezco su perdón mi Oscuridad!!! ¡¡¡No fui capaz de conseguir que me alquilaran el predio para la noche de Halloween!!! Intenté sobornar a los dueños, los amenacé, incluso recurrí a la extorsión... y nada!!! Me dieron la espalda, alegando que tenían contratos hasta el día de Pascuas, que recién ahí estaría disponible... Si hubiéramos conseguido ese sitio estoy seguro de que la KDD habría sido un éxito, pero fracasó, en parte por eso, en parte por el resto de la organización... aunque de eso ya no puedo decir más nada, porque mientras yo estaba negociando el lugar, los demás debían encargarse de esos puntos.

La explicación de aquel esbirro al que directamente podía llamar esclavo sin el menos problema, fue tremendamente buena, pero cuando llegó al final de su narración y tuvo que escuchar aquello de que no merecía su perdón la mujer se calentó, lanzándole una fulminante mirada que hizo que el suelo desapareciera a sus pies y el esbirro cayera y cayera hasta que cuando al fin tocó el suelo, fue para estrellarse de nuevo en el mismo lugar donde estaba parado, eso sí, sin poder evitar que se le descolocara algún hueso, que alguna cosa se le aplastara... Esclavo estaba seguro de que se había tragado hasta un par de sus propios dientes después del fuerte impacto.

- Si tú mismo consideras que no mereces el perdón, yo no te lo voy a discutir... - La mujer se reía de manera divertida, pues Esclavo se lo había puesto en bandeja.

Se volvió hacia el resto y su mirada se paró en el único al que todavía se le veía entero, sin que éste tuviera demasiado claro si era porque quería que dejara de estarlo o porque quería alguien que no balbuceara demasiado cuando hablaba.

- Edmund, estando ya en umbría la cosa debería de haber sido sencilla ¿ no?

-ÑÑÑññññéééé siiiiiiii… tenía que haberlo sido, o debería haberlos sido sino fuera por esa idea de la KDD, en la que perdimos tanto tiempo, y que hacía aguas por todas partes- Miró con reprobación exagerada al resto. -YO se ya se lo dije desde un principio. ¡Pero noooooooooooo, estos imbéciles descerebrados de escasos modales no me escucharon! Perdiendo un tiempo que era sin duda de un valor incalculable.-

No se sentía muy cómodo bajo aquella mirada atenta que uno a uno había castigado sin esfuerzo a los de aquél grupo, claro que ninguno de ellos podía compararse con el astuto y refinado Lord Blackadder.

-Lo que había que hacerse estaba claro, solo hacía falta mi intelecto y escuchar esa secta de depravados un poco.- se refiere a lxs umbrianxs, si, es su simpatía natural. -Veréis mi señora, esa gente a veces pueden resultar un poco… monotemáticos, son muy pegados a ellos mismos y no cuesta mucho hacerles hablar de lo que les había pasado como comunidad o acerca de la historia de umbría, beben de sus propios mitos como si de la biblia para los católicos se tratara.- No estaba muy fino en metáforas pero aquella vez se le veía apurado. –Estuve relacionándome, charlando con ellos, reprimiendo las nauseas que tanto bichejo raro me provocaba. Al final di... con lo único que había conseguido sacarlos todos de allí; una renovación de la web.- Hizo un gesto de complejidad como si la mención de aquello por si solo le diera una idea clara a poco paciente e irritada dama. -Así que ese era mi segundo plan maestro para vaciar Umbría y sacar a cuervos, goblins, mujeres con látigos, dragones, gatos, y ardillas de allí.

Solo había que conseguir que se creara una nueva web, (o al menos que ellos creyeran al menos esto).

Pregunté a un tal Sharak, quién con mucha amabilidad y poca palabrería no tuvo problema en contarme sobre el funcionamiento de la dichosa web. Así pude confeccionar mi plan. Solo me hacía falta un paquete de tabaco, 15 y medio frikipuntos, un buen video de desvirtúe (por eso estuve allí viéndolos), un tirachinas, el demiurgo dichoso, una usuaria sin cabeza y un pato de goma.-

Edmund recuperaba su buen humor según contaba su plan.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-Si, era un plan genial, que en un chasquear de dedos conseguiría sacarles de allí, anuncié la migración para la nueva web, todos estaban eufóricos. El plan iba a marchar viento en popa. Envié a mi mascota a conseguir todo aquello que me era necesario.- Obviamente se refería a Baldrick. –Poco podía esperar o imaginar yo que se cruzaría con esa una momia* que se dedicaba a la reventa de nabos. ¡Nabos! La perdición de Baldrick.-

-Ooooo... pero señora… ¡eran unos nabos de categoría!- Dijo este como si eso fuera justificación suficiente para todo.

-¡¡Callaté Baldrick!!- le espetó este muy corto de paciencia y tiempo. –Como siempre dije, si algo quieres que salga bien, mata primero a Baldrick.- Mumuró para él.

-La cuestión es que la momía era un esbirro de esa tal Shilyen, quién astutamente ya sabía de nuestras intenciones, y se propuso no solo a fastidiar nuestro plan, sino que además pretendía vencerla a vos.-Edmund dejó una pausa para dejar descansar los oídos de su señora. -La momía supo sonsacar a mi chimpacé, y mi plan como vos ya sabeis se fue al garete.

Aunque... si pude impedir que Shilyen atentara contra usted, y creeme que no fue nada fácil conseguir eso.-

Ala Rota todavía estaba en el suelo, desmadejada. Le dolía todo el cuerpo a causa del golpe de la Señora Oscura, que la había castigado por su plan fallido. Temblando de miedo ante su magnificencia, permanece tumbada, intentando batir levemente las alas, pero hasta eso le causaba un gran dolor. Tuvo que aguantar cómo sus "compañeros", aunque hoy en día a todo se le llamaba compañero, alardeaban de un plan que había sido exclusivamente suyo, sin poder abrir la boca, todavía aturdida y dolorida. Cuando al final consiguió levantarse, estaba hablando el humano amanerado, y decidió que ya era hora de volver a encauzar la historia por el lado correcto. Así que cuando Edmund dijo lo de Shilyen, y su plan, abrió la boca y lo interrumpió.

- Edmundicia, ¿no se te olvida comentar cierta parte? ¿Dices que pudiste evitar que Shilyen atentara contra nuestra preciada ama? - A pesar del evidente tono ácido, todavía se percibía miedo en la voz de Ala Rota, y su cabeza se mantenía gacha, humilde - Dejando de lado el hecho de que nuestra ama nunca podría amedrentarse contra una insignificante umbriana, por muchos esbirros que tuviera, y que si no controlas a tu mascota-humanoide, es culpa tuya, ¿no se te olvida comentar algo sobre cierta guardiana, que te pegó un buen tute? Este desgraciado afirma haberos salvado del supuesto "ataque" - La entonación de la palabra "ataque" dejaba sin lugar a dudas la opinión de Ala Rota al respecto -, pero en realidad, sólo provocó a Shilyen con sus amenazas vanas y sus sonoros lamentos. La enfadó tanto, que llamó a su guardiana, la que os acabo de comentar. No era gran cosa, aunque su aspecto podría atemorizar a un miedoso, igual que un payaso asusta a un niño. Al verla, Edmundicia empezó a chillar, gritando que salvaría a Su Majestad del ataque de esa guardiana, y se lanzó contra ella. Cómo no, la fogosa azulgrana consiguió darle una buena tunda, he de admitir que daba unos ganchos bastante decentes. Al final, vuestro esbirro no pudo más que tocarle un mechón de su rojizo pelo, antes de caer medio muerto al suelo. Y a pesar de todo, de haber fallado de manera tan vergonzosa, ¡se rió delante de todos, pavoneándose de que se había ganado vuestro favor, al haber luchado contra la guardiana, y haberla...ejem...derrotado!. Así que ya ve cuál es la forma de salvaros que tiene éste ser indigno. 

-Y no todo termina ahí su excelsa Malificencia- acotó Esclavo con esfuerzo aún sin poder incorporarse del suelo. Su cuerpo reptiliano tenia unos cuantos quiebres más que un rato antes, algunos bastantes antinaturales. Es que la caída de quien sabe cual dimensión al que había sido enviado por su Señora para que tuviera un largo recorrido antes de tocar el suelo había sido muy dura. Sin embargo, no por ello iba a dejar de exponer su verdad... el humano no se libraría de su responsabilidad en el fracaso del plan.

-Como se imaginará, cuando este asador con patas comenzó a vociferar que había derrotado a la guardiana a pesar de que todos habían visto la paliza que la chica del Barça le había propinado, lo tomaron por loco y comenzaron a retirarse del lugar. Shilyen, cansada de escuchar los balbuceos incoherentes de Blackadder, ordenó a su guardiana que le cortara la lengua, pero él, rápido y rastrero como una serpiente, se acercó a sus pies y rogó por que lo perdonara, a cambio de rendirse incondicionalmente a la umbriana. Para demostrar la sinceridad de sus palabras, ordenó a su mascota entregar el escudo de armas de su casa y juró fidelidad a esa señora. [Interrupción: Escudos de armas]

No la costó demasiado imaginarse la escena, pues un hombre pavoneándose que acaba a los pies de una mujer pidiendo clemencia era algo tan normal como que en su salón del trono hubiera muy poca luz... pero lo que no la gusto tanto fue el hecho de que eso lo hiciera mientras estaba en una misión.

- Nunca pensé que tendría un esbirro capaz de hacer una cosa así... - Estaba dudando si arrancarle la piel a tiras o todavía no, pero decidió dejarle hablar a ver por qué había dado tal vergonzoso espectáculo. - ¿ Ahora es cuando me vas a contar que fue todo una estratagema o alguna cosa así verdad? No sé si ya vas a poder ser tan convincente como para que me lo crea...

Estaba claro que la mujer no tenía demasiado interés en escuchar cualquier posible excusa, aunque una razón de qué llevaba a un esbirro a comportarse tan cobardemente....

-¡JA! ¡¡¡¿Lo veis puñado de pusilánimes podridos?!!!- Gritó eufórico. -Nuestra amada y virtuosa señora lo ha visto en un periquete. Claro que era un ardid, pero NOoooooOOOoooo…. Vosotros no podíais verlo¡¡¡cerebros de mosquitos!!!- Dijo claramente dirigiéndose a sus compañeros.

–Majestad…- dijo dando una solemne reverencia y volviendo a su lugar. –Si. Tenía un plan, ¡siempre tengo un plan!

¿Cómo iba a fallaros mi señora?

¿No fui yo quién los sacó de la comisaria? ¿No fui yo quién evitó de que se fueran estas cabezas huecas a Umbría Italia?¿No fui yo quién consiguió el gato que nos hizo de guía al fin hasta allí?¿No fui yo quién nos devolvió a Umbría cuando nos expulsaron?¿No fui YO quién advirtió que lo de la KDD no iba a funcionar?

Señora, solo vivo para serviros.
Llevaba ya dos planes fracasados por la ineptitud de mis compañeros. Así que me vi obligado a trazar un tercero, aunque el tiempo se nos acababa.-

Edmund descansó un par de segundos su gaznate, pues ahora venía cuando contaba su plan.

-Provoqué a Shilyen apuestas, me lanzó una de sus esbirros argumentando que no merecía ni recibir sus azotes.
Sabía que tenia que dejarme vencer, que me creyeran derrotado, e incluso simulé llorar y pedir clemencia. Ella se lo tragó, igual que se lo tragaron los otros esbirros, pues de haberles contado el plan seguro que no habría quedado verosímil (ya me habían fastidiado el resto de los mismos). Claro que la Umbriana era astuta y guardaba sus dudas así que me obligó a entregar mi escudo de armas, se lo entregué (pues ¿qué vale el honor de mi propia casa cuando hay en juego cumplir los deseos de mi elevadísima señora?). Nada. Así que si, mentí, me “vendí” y mentí como un bellaco que se ve acorralado.-

Miró a Esclavo, quién había contado aquello. –Como veis… se lo tragaron.
Me llevaron, me interrogaron y obviamente (sin que les costase mucho) confesé todo el plan.- Ahí Adder desató su naturaleza bífida dejando ver una sonrisa maliciosa. –Siiiiiiiiii… “su” plan de tener a los umbrianos juntos DENTRO de la web para hacerla explotar con todos.  La Umbriana del látigo se asustó de aquél perverso plan, y quiso sacarlos a todos de la web para salvarlos (¿todos? No, creo que a un canario con gafas de sol y a un duende quiso dejarlos allí, pero si a los demás).Así que en vez de fastidiar el plan de mi señora oscura, Shilyen sin saberlo lo sirvió en bandeja de plata. Yo sabía que era un buen plan, pues era una umbriana conocida muy respetada en la comunidad y que por ello los umbrianos le harían caso…-

A la mujer no es que le importara mucho todo lo que hubiera hecho aquel esbirro en concreto, sino más bien, lo que no podía soportar era tanto " yo " " yo " y " yo " dentro de la misma conversación, en vez de que la estuviera alabando como ella se merecía así que sin pensárselo demasiado y queriendo que le sirviera de lección, al lado de Edmund aparecieron dos enormes rottweiler con cara de no haber comido al menos en una semana.

Ambos animales se ensañaron con el pobre esbirro, arrancándole cachos de ropa, cachos de piel con esa ropa, cachos de carne con esa piel... en definitiva, para cuando desaparecieron quedaba tan sólo medio esbirro y con una apariencia que no querría ninguno de vosotros.

Vuestra ama pareció estar eligiendo una nueva víctima, de manera más relajada ahora que ya había podido descargar un poco sus ansias homicidas, así que fue Mucus de nuevo el elegido.

- ¿ Por qué si estabais dentro de Umbría como dice el " friskies " habéis vuelto con las manos vacías?

Mucus tembló al ver de nuevo el punto de mira sobre su humilde e hinchada cabeza, más todavía tras los castigos que sus compañeros habían recibido. Se alegraba de que hubiesen sido castigados por su ineptitud e insolencia, pero le hacían temer por su vida, pues sabía que su amada y venerada Señora estaba perdiendo la paciencia. Así que trató de explicarse de la mejor manera posible:

- Es cierto, mi perfecta Señora, que parecíamos a punto de conseguir vuestros deseos. Pero lo que pasó entonces fue que la umbriana Shilyen acudió con su aviso al consejo de cuervos y al chemiurgo en persona, para solicitar la evacuación de Umbría. Sin embargo, se encontró con que, por culpa de una de las ideas geniales que Lord Friskies había tenido previamente, habían decidido renovar la web. Por ello estaban muy ocupados y no hicieron casoa Shilyen, limitándose a decirle que subiera una incidencia. Cuando la umbriana hizo lo que le decían, su alarmante noticia quedó sepultada entre miles de otras incidencias y bugs que habían subido todos los enfermizos umbrianos a los pocos minutos de estrenar la “nueva Umbría”, y nadie se enteró. Intentó entonces alertar a los umbrianos en una sala llamada chat, en la que parece que se reúnen a hablar con frecuencia. Pero estaba cerrada por traslado. Así que el plan del alimento canino se fue al garete junto con Silben, que decidió abandonar la web ella solita.
Así que allí estábamos, en Umbría, reunidos de nuevo todos vuestros esbirros, y sin un plan efectivo. Y de pronto, la “renovación” de la web, hizo que todas sus estructuras sufriesen cambios, y de pronto sus rectos pasillos, por los que ya nos orientábamos bastante bien, cambiaron de orden y lugar, apareciendo un laberinto en el que nos perdimos sin remedio. Y con nosotros, miles de umbrianos perdieron el camino de salida, haciendo todavía más difícil el objetivo de nuestra misión de sacarlos de allí.

-Claaaaaaaaaro…- Interrumpió Edmund aplaudiendo ostensivamente, y chorreando sangre. Se la jugaba, volviendo a abrir la boca, eso lo sabía, y de haber podido habría huido lejos de allí, pero no tenía otra opción, si quería sobrevivir a aquella mala experiencia tenía que hacer rodar la cabeza a sus compañeros antes de que rodase la suya y claro… ni que decir que a esta le tenía bastante aprecio.

–Chemo aceptó la preposición de una nueva web, pero… ¿Ha olvidado alguien que NI siquiera pude llegar a aquél plan porqué este sapo con barba…- Se refería a Baldrick, su sirviente. -…se distrajo con el vendedor de nabos y ni siquiera llegó a traerme los ingredientes necesarios para llevarlo a cabo?¿no lo conté ya? Ñññññññéééééée… Estoy seguro que si.
¿Quién le contó mi plan y convenció a Chemo?¿Quién podía llegar a él?¿Quién?¿Quién fastidió mis dos planes haciéndolos chocar? En efecto mi señora solo UNO de vuestros esbirros había alternado con Chemo en el famoso restaurante Chino. Solo uno nos contó que después todos juntos habían entrado en Umbría. ¿No es verdad, mi excelentísima señora que no hace ni 15 minutos el mismísimo MUCUS aquí presente se congratulaba y regodeaba de haberse ganado su confianza y de haber entrado con él a Umbria? Fue ÉL, y nadie más quién convenció a Chemo de renovar la web, y quién fastidió el engaño que con dolor convencí a la umbriana del látigo de que iba a ser la “salvadora de los umbrianos” sacándolos de allí.
Pero…¿por qué? ¿Por qué tal traición? Os preguntareis. También yo me lo pregunté y no fue nada fácil dar con la respuesta.- Entre los jirones de ropa que aún vestían a Lord Blackadder este sacó un sobre y lo esgrimió al aire, como un fiscal ante el jurado.

-Pues la razón había estado allí siempre, en cada uno de los planes que esta “bolita rechoncha de mocos” nos fastidió, cada vez que nos saboteó y que no comprendíamos porqué.

Al principio pensé que se vio influenciado por el amor que sintió por aquella umbriana pelirroja que se prendía en fuego, pero no era razón suficiente por todo lo que había hecho. La razón era más profunda, la traición era más honda. Estuvo siempre allí, luego creí que lo hacía por envidia a vos, o por conseguir que nuestra señora (si, nuestra, no de él) nos ejecutase. Pero la respuesta fue mucho peor.-

Empezó a sacar un recorte de diario sin desdoblarlo aún.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

-En cuanto, estábamos perdidos por los dichosos laberintos en que se había convertido Umbría, pillé a ese “ser repulsivo verdoso híbrido engendrado por un moco y moho”, hablando con una umbriana *, iba vestida algo así como una ángel oscura.
No conseguí escuchar nada de lo que decían, pero quería saber el porqué nos había puesto la zancadilla desde un buen principio, pues sabría que llegaría la hora en que nos pedirías explicaciones. Así que seguí la Umbriana cuando se separaron, y la torturé, la cual me lo contó todo antes de fallecer.
Según descubrí, vuestro “leal esbirro”.- Dijo con “rintintín” señalando claramente a Mucus. –y ella (y unos cuantos elementos más), eran un vomitivo grupo de justicieros (de estos de ponerse los calzoncillos por encima los pantalones) que se hacían llamar los Ángeles del infierno, (que es de donde decían provenir) y su objetivo era hacer el bien, y entre muchas de sus acciones se contaba fastidiar los planes de nuestra maligna y maquiavélica señora.- Ahora si extendió el recorte de diario, que la “ángel” le había entregado para que terminase con su vida y su tortura, aunque un poco manchado de sangre se podía leer por completo. En él había un artículo que contaba en elogios infinidad de logros del grupo de héroes que iban desde salvar gatitos de un árbol, hasta deshacer planes de maestros malignos del más elevado calibre. En el mismo había una foto del grupo y entre ellos se hallaba, sin lugar a dudas, Mucus con unas mallas de mal gusto y unos canzolcillos horripilantes por encima.

- Permitió que Shilyen se fuera, así se vengaba de ella permitiendo que la señora oscura la matase junto al resto de mortales, eso si lo hizo por despecho, porqué le había rehusado, pero a nosotros no nos traicionó, sino que desde el principio se había infiltrado para que él y su pandilla de amigos pudieran derrotar los planes de nuestra bella señora oscura.-

La Señora Oscura no había contado en ningún momento con una posible restructuración de nada, pero claro, a veces las cosas cambiaban cuando uno menos se lo esperaba y era deber de sus esbirros salir del paso como buenamente pudieran así que... era o que tenían que hacer...exprimir esos cerebros de mosquito que tenían dentro de una cabezota demasiado grande.

- Cambios... Ummmm... - Se quedó unos momentos pensando. - No suele haber nada más fácil que liarla cuando nadie tiene seguro como está o cómo va a quedar todo...

Si no hay mal que por mal no venga...

Lo que la mujer ya no se esperaba, como siempre, era el culebrón barato que de nuevo estaba llegando a sus oídos por boca del recién " bautizado " Friskies, así que miró a Mucus, con bastante cara de hastío ya, esperando una explicación a eso de que " si Enrique Alberto ya no quería a Marta Elena de las Mercedes... "