Partida Rol por web

Sibiriana

Escena I, la novia.

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20/09/2017, 10:18
Jimena

Jimena intentó controlar su respiración para que no se percataran de que ella estaba allí, cerró los ojos deseando que todo pasara pronto, entonces escuchó las conversaciones ... así que era la maldita ama la que quería que consumaran el matrimonio. 

Jimena tragó saliva cuando vio caer los pantalones al suelo, ella nunca había visto a un hombre desnudo y para su suerte, no tenía la obligación de hacerlo ... ¿que hacía? no podía permitir que violaran a esa muchacha ... si la ama se fuera, podría salir lentamente de debajo de la cama, coger un objeto, golpear al hombre en la cabeza y dejarlo inconsciente ... pero con aquella mujer, que empezaba a darle asco, era imposible.

" Piensa Jimena ... piensa " se obligó a si misma.

Miró hacia los lados de la cama, intentando ver algo que le sirviera de inspiración para trazar un plan.

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20/09/2017, 22:43
Director

El señor debía estar a disgusto con el ama mirándole, así que la despachó.

   ¿Podríais dejarnos algo de intimidad?-se escuchó su voz un poco enfadada. Ya no se veían sus pies, debía estar en la cama con su esposa.

  Como ordenéis señor.....estaré tras la puerta por si me necesitáis.-acto seguido vistes como se abría la puerta y se alejaban los pies del ama.

Debajo de la cama encontraste un orinal de metal, parecía bastante duro y bien podía servir para lo que tenías en mente.

Escuchaste al señor decirle algo a doña VIolante

  Tranquila....ya verás como te gusta¡¡¡....aaaaaaahy!!!!¿Qué haces zorra?, ¡me has mordido!-

lo siguiente que escuchas es la risa de Doña Violante. El señor  se enfurruña y oyes como empieza a pegarla, Doña Violante se rie con más fuerza a cada golpe.

 

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21/09/2017, 10:30
Jimena

"Maldita sea" - pensó Jimena apresurándose a salir con cuidado bajo la cama y con el orinal bien fuerte. La muchacha no sabía realmente porqué hacía eso, ella nunca se había metido en problemas, nunca había sido una chica conflictiva pero por alguna razón sentía que debía ayudar a la muchacha, sin miramientos, sin pensarlo, alzó el orinal y golpeó al tipo lo más fuerte que pudo en la cabeza, intentó acertar de lleno ... y después trataría de bloquear la puerta para que la dichosa ama no pudiera ... ¿y después que? se estaba metiendo en un lío, en un lío gordo, más valía que no la pillaran ... ¿porqué hacia eso?, se preguntaba una y otra vez.

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21/09/2017, 13:21
Doña Violante

El barón se desplomó encima de Doña Violante. Esta dejó de reír, era una risa histérica a estas alturas. Tenía marcas en la cara de un par de bofetones y un poco de sangre en la boca....pero no parecía suya. Cuando moviste al barón le viste una herida en el labio, no muy grande, de un mordisco.

Atrancaste la puerta, aunque de momento no parecían sospechar nada las personas de fuera....si es que quedaba alguien. Pero el silencio repentino podía llamar su atención.

La señora empezó a llorar, por la situación, por lo que le acababa de pasar, por frustración. Seguía sin poder mover el cuerpo, solo la cabeza y un poco empezaba a mover los brazos con los que intentaba golpear el cuerpo inerte del barón.

Notas de juego

Una tiradita, mientras no saques un 00 todo bien ;)

 

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21/09/2017, 17:17
Jimena

El corazón de Jimena iba tan rápido que esta sentía que se le iba a salir - Tranquila, tranquila - dijo la muchacha acercándose a la señora - Tengo unos polvos que mezclados con un poco de agua, tienen la capacidad de hacer olvidar, el barón despertará con dolor de cabeza y pensará que habéis consumado, si eso es lo que queréis - trató de explicar. Jimena sabía que esos polvos se sacaban de unas plantas y en los burdeles los usaban para dejar inconscientes a algunos clientes pesados, luego despertaban pensando que habían consumado y bebido demasiado. - Pero creo que lo que vos queréis es escapar de aquí y pienso ayudaros, pero no puede ser ya, eso solo traerá problemas, tenemos que tramar algo - Jimena acarició el pelo de la muchacha para calmarla - Vuestra ama ... - hizo una mueca de asco - será de la primera que tenemos que encargarnos, el barón es hombre, es mas sencillo - sonrió con cierta malicia.

- Vos que queréis hacer señora ... trataré de ayudaros - dijo Jimena con intensidad mirándola a los ojos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

59, no está mal, creo jajaja

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21/09/2017, 18:43
Director

La señora....que ahora que era poco más joven que tu, se fue rehaciendo poco a poco mientras la hablabas. Parecía comprender lo que le decías, pero no parecía ver la salida de esta situación-yo......yo.......yo lo que quería es morirme.¿no? -dice dubitativa. Es como si durante mucho tiempo hubiese estado rondando esa idea y no viese ninguna otra opción-yo.....no puedo escapar, mi padre me perseguiría y.....y me cazaria......y ¿huir?¿para qué? no tengo a dónde ir, ni con quién......por no tener no tengo ni honor.-Dice cabizbaja a la vez que se incorpora lentamente, es como si poco a poco la vitalidad volviese a ella.-​Mi ama....no es mala.....solo quiere lo mejor para mí, por eso quiere que....bueno que......ya sabéis qué.-

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21/09/2017, 18:53
Jimena

-yo......yo.......yo lo que quería es morirme.¿no? 

- No -  dijo Jimena con firmeza - La muerte nunca es una solución, hay mucho por lo que vivir, aunque a veces sea dificil verlo, pero conseguiremos ver cual es la razón por la que vos debéis vivir - dijo con amabilidad sonriéndole.

-yo.....no puedo escapar, mi padre me perseguiría y.....y me cazaria......y ¿huir?¿para qué? no tengo a dónde ir, ni con quién......por no tener no tengo ni honor.

- Bueno buscaremos la mejor opción ... ahora hay que encargarse de lo que hay que encargarse - miró al Barón y suspiró - Le habéis dado un buen mordisco - bromeó Jimena intentando animar a la señora. 

Con cuidado, Jimena intentó colocar al barón tumbado sobre su espalda - Debe creer que habéis consumado, pero necesitamos que no recuerde nada, yo no tengo mis polvos aquí y no creo que me de tiempo a ir y volver antes de que despierte - Jimena miró a su alrededor, ¿habría alcohol?. - Querida, una mujer siempre debería tener honor, independientemente de lo que haga con su cuerpo - dijo Jimena, sabía que nadie pensaba así, salvo su madre y ella, que pensaban de manera diferente, pero por eso a veces las tachaban de brujas y Jimena estaba sola.

​Mi ama....no es mala.....solo quiere lo mejor para mí, por eso quiere que....bueno que......ya sabéis qué.-​

- Dejarme creer lo contrario, creo que si quisiera lo mejor para vos, no os obligaría a ser violada por un hombre que no amáis, aunque claro, vuestra clase y la mía es distinta en algunas cosas - dejó el orinal cerca por si el barón despertaba y tenía que volver a atizarle. 

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22/09/2017, 04:31
Doña Violante

Doña Violante te miraba confundida, es como si le hubieses dado la vuelta a su mundo en apenas unos segundos. Cuando nombrastelo del mordisco se ruborizó un poco.

Querida, una mujer siempre debería tener honor, independientemente de lo que haga con su cuerpo

Ya......pero......yo-parecía que tenía algo dentro que quería dejar salir y no se atrevía a soltar.

Mi ama pretende defender mi honor y el de mi familia-dijo recuperando la compostura-por eso me han casado con este .......viejo-dijo mirando al barón con desprecio. Estaba claro que el acuerdo no parecía gustarla.

Poco a poco se iba la señora haciendo cargo de la situación, también iba recuperando la movilidad. Ya no solo en los brazos sino también en las piernas. Se bajó de la cama y buscó entre los potingues que le daba su ama-esto quizás debería valer....me lo da mi ama para que olvide y no piense....-dice con cierto aire de culpa. Empezó a dárselo.

Señora.....hay algo que no entiendo ¿cómo váis a salir de aquí? y ¿cómo váis.....vamos a impedir que lo que iba a ocurrir hoy no ocurra mañana? y otra cosa, mi ama querrá entrar para ver si hemos "consumado", es lo que la trae de cabeza. Y no abandonará la puerta hasta ver que es así.-dijo conociendo a su ama

- Tiradas (1)

Notas de juego

Es un preparado de hierbas para dormir y relajarse que ningún daño pueden hacer al barón.

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06/10/2017, 09:39
Jimena

Ya......pero......yo-parecía que tenía algo dentro que quería dejar salir y no se atrevía a soltar.

Mi ama pretende defender mi honor y el de mi familia-dijo recuperando la compostura-por eso me han casado con este .......viejo-dijo mirando al barón con desprecio. Estaba claro que el acuerdo no parecía gustarla.

- Pero no es lo que vos queréis, ¿verdad? - preguntó Jimena confusa, como si lo que esa muchacha quisiera fuera lo más importante. - Si vos queréis defender vuestro honor y el de vuestra familia, tendréis que hacer lo que sea necesario, como estar casada con el barón ... pero si no es lo que vos queréis, deberéis actuar y conseguir otra cosa - dijo con firmeza en sus palabras.

esto quizás debería valer....me lo da mi ama para que olvide y no piense....

Jimena comprobó las hierbas y asintió, poniéndole al Barón un poco en los labios - Esperemos que sirva - dijo Jimena dándole más dosis de la necesaria, para que el Barón lo tuviera todo borroso - Tendréis que encargaros de decirle que se encontraba mal, mareado y que según intimabais, le viste cada vez más cansado, puede que los nervios de todo esto y después de que llegara su culmen, se desmayó, espero que eso funcione - suspiró Jimena. 

Señora.....hay algo que no entiendo ¿cómo váis a salir de aquí? y ¿cómo váis.....vamos a impedir que lo que iba a ocurrir hoy no ocurra mañana? y otra cosa, mi ama querrá entrar para ver si hemos "consumado", es lo que la trae de cabeza. Y no abandonará la puerta hasta ver que es así.-dijo conociendo a su ama

 - Bueno yo me esconderé y saldré cuando sea necesario ... ¿Sabéis fingir? pues gritar de placer, desnudaros, esperar unos minutos y salir a la puerta envuelta en una manta, decirle a vuestra Ama que el barón perdió la consciencia justo después de consumar, posiblemente del cansancio y que os quedaréis con el hasta que despierte, ella posiblemente entrará y querrá comprobar que es cierto, así que voy a desnudar al Barón y espero que me ayudes - miró a la muchacha a los ojos. Jimena, por primera vez en mucho tiempo, no sabía porqué, pero sentía que tenía una razón para vivir, ayudar a esa muchacha.

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08/10/2017, 07:18
Director

  Doña VIolante se quedó de piedra con lo que decías.¿decidir ella?Yo......mi honor está mancillado por un truhan que me conquistó y me prometió que vendría a buscarme.....mas después de lograr lo que quería jamás apareció. Mi padre no quería ingresarme en un monasterio y decidió casarme con este....viejo. Yo solo quería quitarme la vida pues al que creía que era mi amor verdadero me había traicionado.¿Qué he de hacer? Lo correcto es seguir los designios de mi padre, pero no soporto a mi marido, ni creo que pueda llegar a soportarlo. Quizás......solo quizás lo mejor sea recluirme en un monasterio y olvidar que alguna vez quise amar y ser amada.-Esto último lo dice con resignación, pero es un paso adelante respecto a quitarse la vida.

Haré lo que me decís, pero temo por mi alma pues es pecado. Aunque de un tiempo a esta parte soy una gran pecadora.- Acto seguido te ayda a desnudar al barón, se desnuda, no sin cierto pudor y hace la segunda parte del plan mientras tu te escondes. Empieza con gemidos tímidos y ligeros, después , a medida que coge confianza va subiendo el tono de los gemidos hasta que parecen gritos de placer. Finalmente suelta un último grito y calla. Espera un poco, un tiempo prudencial y se lia en las sábanas y sale a buscar a su ama.

Lo primero que oyes es una voz autoritaria hacia el guardia-¿Te hace gracia, escoria?¡largo de aquí, ya no haces falta! Soy la señora de Sibiriana.-

   ¡Si señora!-escuchas los pasos que se alejan.

Lo siguiente es el cerrar de la puerta tras el ama y la señora.

Se ha dormido-dice secamente.-Ya nada debéis temer, soy su esposa. Velaré su sueño y mi hijo será el suyo. Ahora marcháos y dejadme sola con mi marido.

  No señora, no.......algo ocultáis. Muchos años ha que estoy a vuestro servicio y se que me estáis mintiendo.-Se acerca al barón, o ves como sus pies se acercan al barón y lo inspeccionan.

  Cuida tus palabras, ya no soy la niña que te tenía miedo. Ahora soy una mujer. LArgate y deja de importunar a mi marido.-suena autoritaria, un poco titueante al principio pero ganando fuerza al final.

  Cómo ordenéis-después ves sus pies salir y cerrar la puerta tras ella.

Doña Violante echa el pestillo y espera a oir sus pasos alejarse. Después te ayuda a salir de debajo de la cama y te pregunta.

  ¿Y ahora qué?

 

- Tiradas (3)
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27/11/2017, 09:16
Director

Después de la ceremonia te dirigíste al castillo. Donde se celebraba el banquete. Allí estaban los hombres del barón, contentos por la unión y los del marqués....estos parecía que habían asistido a un funeral, salvo por el apetito que mostraban comiendo y bebiendo. También estaba un trovador que había llegado por la mañana al pueblo y tocaba distintas melodías alegres.

El barón comía y bebía felíz, quizás un poco apenado por lo que ocurrió en la boda. Su suegro estaba serio, quizás por eso lo estaban sus soldados. Y no se le veía sonreir ni por asomo.

 El hijo de la cocinera que era un poco retrasado pero querido por toda la soldadesca salió a escena y se puso a imitar al cerdo y a los hombres del pueblo persiguiéndole. El barón se desternillaba, igual que sus soldados. Pero el marqués seguía impasible y sus soldados si se reían era en tono de burla.

Al rato vino la ama de la nueva baronesa, le susurró algo al barón al oido y este se subió al cuarto con ella. Seguramente a ejercer sus derechos con su joven y bella mujer.

EL hijo de la cocinera se marchó a la cocina y un silencio extraño se apoderó de la sala, solo la música del trovador y las risas de los soldados del barón se oían. Y Blanca iba atendiendo las mesas como buenamente podía, pero ya se le había escapado alguna mano a los hombres del marqués y se la veía nerviosa.

Notas de juego

Actualizado, dale caña cuando quieras ;)

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27/11/2017, 18:04
Julian Gallardo
Sólo para el director

La ceremonia había sido un poco accidentada, desde luego no transcurrió como a Julian le hubiese gustado, pero ¿cuántas cosas sucedían como a uno le agradaba? muy pocas. El párroco, que no pudo evitar preocuparse por el desmayo de la dama, continuó de forma muy profesional la ceremonia, y una vez casados los nobles se atavió para acudir al castillo tal y como había sido invitado.

Le daba un poco de lástima que la joven esposa de Don Pedro no se encontrase con ánimos para acompañarles en aquella fiesta, pues a fin de cuentas todo aquello era en honor de los recién casados. El barón parecía disfrutar de todos modos, aunque Julián estaba seguro de que el hombre preferiría tener a su nueva y joven esposa sentada a su lado y brindando por el futuro juntos. 

El cura comía y bebía con moderación, no es que comiese poco, no era un pajarito, pero tampoco mostraba ansias ni voracidad. Su secreto para mantener tan bien las formas frente a la comida abundante y de tan buen aspecto no era otro si no que, en vista de lo que estaba por llegar, había pedido a la buena de Ramona que cocinase algo para poder comer él un plato antes de arribarse al castillo. De este modo, con el estómago ya saciado en parte, uno podía ser más digno una vez sentado a la mesa.

Sonrió levemente al ver cómo el duque acudía, casi con toda seguridad, al encuentro de su esposa. El matrimonio no quedaba sellado hasta que se consumaba, y aunque lo más normal hubiese sido esperar a después de la fiesta, era probable que la débil salud de la joven requiriese hacerlo antes. Mientras Don Pedro desaparecía bajo el arco de la puerta el padre Julián dibujó una cruz imaginaria sobre su pecho y alzó la vista a los cielos.

Señor, Padre nuestro, concede a Don Pedro, Barón de Sibiriana unos hijos fuertes y sanos para que hereden su título. Bendice este matrimonio y llena a la joven Violante Mendoza con tu luz, dale salud y tráele la felicidad que también ha de ser la de nuestro pueblo. Que juntos gobiernen con sabiduría y amor. Amén.

Rezó con los ojos cerrados y en silencio, a penas moviendo muy levemente los labios mudos. Tras ello alzó su copa en un ligero gesto y, tras un brindis intimo con su señor, El Creador, tomó un trago. 

Estaba seguro que entre tanta algarabía cualquier cosa que él hiciese pasaría desapercibida, casi lo prefería así, pues sentía una rareza en el ambiente que no sabía explicar. Era como si una electricidad fría tirase de todo el vello de su cuerpo poniéndolo de punta. Conocía bastante bien al duque y la mayoría de los de Sibiriana, o eso creía. Sin embargo los forasteros se le antojaban distantes e inquietantes. Casi pareciese que ocultaban algo. Quizás todo fuese fruto de la preocupación por la salud de Violante, pero al padre Julian no le había gustado demasiado el hecho de que la boda se hubiese adelantado con tantas prisas que no había permitido siquiera un momento para que la joven prometida se confesase. ¡A saber cuántos pecados arrastraba la criatura ante el espíritu del Señor, invitado al sacramento que los dos esposos presidían! Y todo debía ser por su padre, aquello intuía Julián, un hombre rudo, frío y despiadado, que no había dudado un segundo en propinar una patada en la cara de Fernandito, pobre muchacho. 

Suspiró Julian mientras llevaba un trozo de pan a su boca. La dama era joven y hermosa, y realmente creía que una vez pudiese cobijarse bajo la fe, y ayudada por los cuidados de Jimena, la salud volvería a sus mejillas. Pero aquel hombre, el marqués Juan Mendoza, esperaba que tras la fiesta volviese a su hogar, pues él y sus hombres solo auguraban problemas y sombras cirniendose sobre Sibiriana, y Julian velaba ante todo por su rebaño y su parroquia. Aquellos hombres no respetaban a nadie ni a nada aquí, parecían sentirse superiores a ellos, riéndose con sorna del pobre Mateo, que no tenía maldad, y propasándose en confianzas con la joven Blanca. Debía reconocer que el Señor había hecho un buen trabajo con los atributos de la muchacha, pero eso no daba derecho a aquellos desconocidos para actuar así. Sin embargo Julian se mantuvo en su sitio, al menos por el momento.

Quiso observar el castillo engalanado y dejarse mecer por las notas atinadas y animadas que tocaba el músico. Aquello debía insuflarle fuerzas, y cuándo el hijo de la cocinera abandonó la estancia  y Blanca parecía estar ya poniéndose nerviosa, decidió intervenir para provocar un punto de inflexión, llenando el silencio incómodo que se estaba apoderando de la sala y ofreciendo una vía de escape a la muchacha y su trasero.  De esta guisa Julian se puso en pié y alzando la copa llena de vino habló con voz alta y clara para proponer un brindis:

-Por los nuevos esposos y los lazos que unirán en adelante las dos casas. Que el futuro traiga riquezas, amor, paz y fe- Dijo mirando al final de su frase al padre de la novia, con una sonrisa amplia digna de un acto de puro afecto y bondad.

Deseaba ver la reacción del marqués y también la reacción de sus hombres, pues hasta el momento Juan Mendoza no parecía un hombre entregado a las enseñanzas de la bíblia, o quizás con el brindis pudiese serenar su preocupación, si era aquello lo que ensombrecía su semblante.

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29/11/2017, 15:17
Jimena

Lo primero que tenemos que hacer es conseguir ropas que no llamen tanto la atención. Dijo mientras tocaba el fino vestido que la joven doncella había llevado.  Necesitaremos rapas de criada si queremos salir sin llamar la atención.

Jimena no estaba muy segura de lo que iba a hacer, estaba ayudando a escapar a una noble, eso podría acarrearle muchos dolores de cabeza incluso pena de prisión o la muerte en la soga.

¿De donde era el joven que la desfloró? Pregunto de improviso Jimena. ¿Si no es mucho preguntar? Puede que sea bueno volver a encontrarlo y…. Dejo las palabras en el aire esperando la respuesta de su interlocutora. 

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29/11/2017, 20:01
Director

  El marqués se levantó en el momento del brindis, no era para menos. Alzó su copa y añadió-Por los novios, hoy no pierdo una hija, sino que gano un hijo. Por Sibiriana, donde espero que la felidad y la salud colme a los novios.-

Sus hombres se levantaron y apoyaron el brindid, los hombres del barón también. Mientras, Blanca traía una nueva fuente a la mesa en la que estaba sentado el marqués, con tan mala suerte que tropezó y se le cayó el pollo relleno encima del marqués.

¡Lo siento señor, ya lo limpio!-decía la joven mientras con un trapo que llevaba en el mandil intentaba limpiar al marqués.

El silencio se hizo en la sala, lo que era un momento de celebración se tornó en uno de miedo a la reacción del marqués. Incluso el músico paró su melodía.

  ¿¡QUÉEEEEEEEE!?¡MAldita zorra, aparta tus sucias manos de mí!-dijo a la par que le golpeaba un fuerte puñetazo en la cara haciendo que Blanca cayera al suelo. Después empezó a patearla vehementemente. Blanca se hizo una pelota y recibió los golpes lo mejor que podía.

Los hombres del barón miraban anonadados la escena, todos querían a Blanca, era una muchacha buena y afable que bebía los vientos por Pedrito. Este comportamiento no lo habían visto nunca, pero no se atrevieron a intervenir.

Por contra, los hombres del marqués miraban la escena con júbilo, divertidos y apostando si el barón la dejaría con vida para ellos o no.

El trovador dejó el laud y echó mano a su espada, no le dió tiempo a más.

 

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29/11/2017, 20:23
Director

  La joven Violante asintió a lo que le dijiste, pero.....¿de dónde íbais a sacar las ropas? La joven Blanca tenía la talla de la señora, le podrían valer, pero había que llegar abajo y hacerse con ellas.

Toledo.......era de Toledo. ¡El muy bribón! me engañó.....me dijo que me amaba, que nos escaparíamos juntos. Que le esperase por la noche donde el árbol muerto......y no se presentó. No apareció. ¡Canalla, bellaco!-decía a la par que se secaba las lágrimas.

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29/11/2017, 21:48
Julian Gallardo
Sólo para el director

Se sintió complacido Julián al comprobar que el Marqués correspondía al brindis, aunque no le pasó desapercibido que en su respuesta eludió el concepto de la Fe.

Sin embargo, mientras el sacerdote se mantenía en pié con la copa en alto y dispuesto a llevársela ya a los labios la pobre Blanca tropezó y se desencadenó la temible rabia de Don Pedro. Julián quedó petrificado por una fracción de segundo que le pareció una hora. La pobre Blanca, cubriéndose como buenamente podía para, simplemente, recibir golpes hasta que al noble se le agotasen las fuerzas o la furia, pero ninguna de las dos cosas parecían escasearle y Julián temía que las consecuencias para la joven fuesen demasiado graves.

¿Cómo un hombre de Dios podía permanecer impasible mientras molían a palos a uno de sus fieles? ¿Qué diría Dios si la pobre Blanca perdiese la vida a consecuencia de los golpes que no intentó detener? Porque una cosa era embriagarse un poco de vez en cuando en la intimidad del hogar, o devolverle las ganas de vivir a una viuda, eso pasaba en las mejores casas, no debía molestar al todopoderoso. Pero esto era muy distinto, se estaba golpeando a una pobre inocente sin compasión, el diablo actuaba a través del marqués, y como brazo de Dios Julián no podía permitirlo.

-Creo que la joven ya lo entendió y recibió un buen castigo. ¿No deseamos ensombrecer un día tan dichoso con una muerte, cierto?- Se atrevió a hablar como hombre santo, esperando que su condición le ayudase a ser escuchado.

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30/11/2017, 07:30
Director

  El marqués pone una mueca que podía ser una sonrisa diabólica y una mirada que da miedo. Se para, propina una última patada a Blanca y dice-cierto, no queremos estropear este día con la muerte de esta chusma-acto seguido se marcha camino de sus aposentos.

El trovador aleja la mano de la espada después de tu intervención y se agacha a socorrer a la joven. Ramón y la cocinera se acercan también a ver el estado de Blanca. Los soldados del barón forman un corrillo, los del marqués miran como buitres y decepcionados se van al cuarto de la soldadesca haciendo acopio de vino y mirando de reojo y divertidos lo que pasa. El joven MAteo se mantiene a cierta distancia con cara de preocupación y golpeandose la cabeza con la diestra.

  Dolores, la cocinera palpa a la joven que está quieta en el suelo inconsciente, niega con la cabeza y dice- Necesita cuidados, hay que llevarla a la Jimena- te mira a tí, como esperando que lo entiendas y te hagas cargo.

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30/11/2017, 10:06
Julian Gallardo
Sólo para el director

Gracias Señor Piensa Julián al ver como sus palabras surten efecto, deteniendo aquella barbárie.

Todos los de Sibiriana se acercan raudos a la pobre Blanca que quedó sin sentido y permanece desplomada en el suelo. El trovador, pese a ser forastero, igualmente se preocupa. Julián no es menos, aliviado al ver marchar al marqués y sus hombres acude a paso ligero junto a Blanca y el resto.

-No se preocupe tiá Dolores, yo la llevaré- sabía que el Barón no compartía la crueldad de Don Juan Mendoza, pero los sirvientes del castillo tenían obligaciones y no podían eludirlas a capricho.Se agacha el capellán para cargar a Blanca en los brazos, procurando que la chica estuviese lo más cómoda que le fuese posible. -Ocupaos de Mateo, me temo que el zagal está muy preocupado y asustado- Añade mirando a la Dolores, pues por alguna razón piensa que es ella quien mejor sabrá ayudar al chico.

Después posa la mirada en el joven y apuesto forastero, el músico. ¿Podría él acompañarle? ¿O acaso su contrato con Don Pedro lo impide? Nada se pierde por preguntar y por eso Julián se decide a hacerlo.

-Muchacho-dice dirigiéndose al trovador -¿Tendrías a bien acompañarme?- Julián sabía que por su profesión el muchacho debía viajar mucho, y aprender canciones e historias también con el fin de reproducirlas o poder componer las suyas propias. Si el músico accediese podría preguntarle sobre el Marqués, con un poco de suerte el trovador tendría algun conocimiento que lograse que Julián comprendiese mejor que tipo de elemento se había mezclado con sus ovejas.

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03/12/2017, 08:25
Director

  No se preocupe padre, que aquí estaremos bien. Ande con Dios y tenga cuidao con la Blanca.-Dice la cocinera evidentemente preocupada y mordiéndose el labio para no decir lo que piensa del marqués. Se acerca a MAteo, le aparta las manos d ela cabeza y le besa la frente. MAteo parece relajarse un poco.

  Voy con vos padre.-dice mientras asiente con la cabeza a tu petición. Recoge su laud y se marcha un momento. Vuelve con su capa y un zurrón. Te va abriendo las puertas mientras cargas a la joven.

  Ramón se adelanta a los otros soldados y os acompaña a la puerta mientras niega con la cabeza y va murmurando para sí algo relaccionado con el marqués.-Tomad mi caballo, será más fácil llevarla ....y una manta para que no coja frío .....y ..........maldito hideputa el marqués-se le escapa en voz alta-Tened cuidado, es tarde.

Salís del castillo con Blanca en el caballo puesta como un fardo y cubierta con la manta, el trovador y tú a pie guiando el caballo. AL salir os mira extrañado el guardia de la puerta, pero Ramón se queda con el explicándole lo que ha pasado. Por las calles de Sibiriana no se ve ni un alma. Finalmente llegáis a la casa de Jimena, la más alejada de todas. La puerta está cerrada, el trovador la abre y dentro no hay nadie. Es una casa pequeña pero acogedora. Tiene botecitos llenos de distintos potingues, una olla grande colgada y distintos crucifijos de madera.

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03/12/2017, 22:55
Julian Gallardo
Sólo para el director

Me tranquiliza ver como la Dolores calma a base de afecto a Mateo. 

El amor mueve montañas 

Pienso para mis adentros, y con ese pequeño gesto algo de calor vuelve a mi corazón. Asiento con la cabeza al joven trovador, tener un tiempo con él dará la oportunidad de entablar una conversación con el joven. 

-Que Dios os bendiga- Agradezco a Ramón por ofrecer su caballo. Pues en realidad, a pesar de que la joven Blanca no esté entrada en carnes, el camino es algo largo para saber si mis brazos aguantarían tal esfuerzo. -Hijo mío, es posible que la madre del marqués no sea el problema- llamo la atención del soldado por su mala lengua, aunque sin mucha severidad, pues si bien considero que no ha estado acertado en las formas sí estoy de acuerdo en el fondo. -Andaremos con ojo, no os preocupéis. Cuidad de las damas, esos soldados son hombres de espíritu oscuro- Y es que desde luego buenas personas no me han parecido, la maldad parece ocupar buena parte de sus corazones e inquietudes, y si la muerte de Blanca les pareciese bien, poco problema tendrían en aprovecharse de cualquier otra sirvienta.

Con la joven inconsciente colocada sobre el caballo lo mejor que nos es posible y guiando al animal de pié a tierra nos encaminamos el joven forastero y yo hacia la casa de la Jimena. 

- Normalmente Sibiriana es un lugar tranquilo, sus habitantes son buenas gentes et hospitalarios. Por mi parte no se nada del Marqués Don Pedro, pero por su alma espero que la moza sobreviva- Con la soledad de las calles como aliada entablo la conversación con el muchacho, pues tengo la esperanza de que tenga a bien compartir conmigo la información de que disponga, de saber él algo por su parte. 

Llegamos a la casa de la Jimena, pero hallase vacía, al menos en apariencia. El joven abre la puerta y yo, una vez amarrado el corcel, vuelvo a cargar con Blanca en mis brazos y entro. Prendemos una vela para lograr ver algo y tiendo la muchacha en lo que hace las veces de camilla. Observo si está muy ensangrentada, los porrazos a base de patadas no han sido poca cosa. 

-¿Qué hora debe ser?- Pregunto más meditando sobre el asunto que esperando una respuesta. 

-¡Jimena! ¡Soy el padre Julian! ¡Necesitamos que ayudes a la Blanca!- Grito varias veces esperando a que la curandera me oiga y baje de ser el caso que esté en su habitación.