Partida Rol por web

Tras extraer rápidamente el estoque de la cabeza de mi enemigo, que en paz descanse, trazo varios arcos concentricos para darle al estoque una vibración apropiada para mi siguiente ataque. En unos ágiles movimientos manteniendo el equilibrio me apresuro hacia el exaltado que probó anteriormente mi estoque en su dolorida pierna. Intento dirigir el golpe hacia su cabeza como suelo hacer, sin necesidad de maniobras al ver que su atención se centra en Ankor, y realizo el ataque especial combinado con mi compañero Ankor.

Al terminar mi ataque casi sin ver el resultado y al oir las palabras de mi joven alumno, me doy media vuelta y me dirijo hacie el resto de enemigos mientras grito:

-[b]Si teneis honor luchad conmigo, malditos exaltados!!!

Un latigazo de dolor recorre la pierna de Ankor que tras el yelmo aprieta los dientes y convierte ese dolor en mayor fuerza para asestar el siguiente golpe tal y como lleva haciendo desde que tiene recuerdos. Mueree, cerdo asqueroso!!!! El espadon de Ankor traza un arco que acaba en el cuerpo de su enemigo.
Tirada:48
Daño:4+3+1=8+4=12
Localizacion:9+10=19

Marcho apresurado hacia Dolid que supongo que es el exaltado más cercano.
Al ver que los otros dos están ocupados realizaré una apertura Molhan apuntando sobre el craneo del jinete y deteniendo un posible ataque.

Da un espadazo a Mordido. Éste responde con un mordisco al caballo de Dolid. Recibe un flechazo en el rostro que le deja un surco de sangre a lo largo de la sien. Posa una mirada mortífera sobre Kanlil.
-Te haré comer cada una de esas flechas, jodido cobarde- le dice mientras se aleja al trote hacia el Exaltado 1.

Termina de retirar el yelmo del rostro de su compañero y lo tira al suelo. Otea a su alrededor. Ante el varapalo sufrido por sus dos compañeros, vuelve a gritar:
-DOLID, AL PUENTE CONMIGO
Mientras, tira de las riendas de la montura de su dolorido hermano.

Intenta detener a la desesperada el golpe. Su fallo supone ver su craneo hecho trizas.

Forad
Tu nueva estratagema da resultado a medias. Sólo el caballo del jinete de abrasado rostro parece molesto por la herradura hirviente, y no parece que la fundida vaya a resistir mucho más tiempo el conjuro. Lo peor es que estos veteranos Exaltados parecen comprender qué está ocurriendo, por los comentarios que hace el del rostro quemado.
Kanlil
Esta vez lo que faltó fue suerte. Un último movimiento imprevisible del gordo Dolid le salvó de acabar con una flecha colgando de su ojo. Su amenaza suena convincente, tanto como otro millón más que has escuchado desde que abandonaste de su pueblo. Aún le arrojas otra flecha que no le alcanza mientras se aleja al trote hasta donde están sus hermanos. Por desgracia, no has podido evitar que el gordo desvencije la pata delantera derecha de Mordido, que con las dos patas delanteras dobladas contra el suelo, se retuerce de dolor relinchando, soltando espumarajos y coceando de cuando en cuando.
Faldoras
Sigues inconsciente.
Ankor
Tu ya debilitado oponente apenas tiene fuerzas para alzar su escudo. De una patada se lo apartas y le hiendes la cabeza hasta la mandíbula. Retiras la espada con facilidad; el dulce olor de la sangre revuelve tus tripas, pero también te hace sentirte vivo, te recuerdas que eres tú el que venciste, y no el que yace en el suelo muerto.
Sortien
Saltas ágilmente el murete, esquivas un charco y corres por el camino hacia donde estaba Dolid. El jinete se aleja al trote sobre el caballo bastante antes de que tú llegues a su posición.

Tras gritarles a los exaltados observo mi alrededor para una buena posición en el caso que picaran el anzuelo

El exaltado viejo y de la banda morada adelanta unos pasos su caballo cuando escucha lo que dice maese Werter. Grita con una voz grave acostumbrada al mando, a hacerse oír:
-¡Honor, decís! ¡Vos, que cruzáis nuestras tierras y siendo huéspedes hacéis de vuestras costumbres la Ley!¡¡Que nos ofendéis acompañándoos por nuestros enemigos jurados!¡Que matásteis a Freda, Kadel y los mellizos Nodang por prohibiros el paso por la comarca que protegemos!¡Que robáis a los muertos y os vestís con sus despojos!- grita, señalando a Kanlil.
-Decidme, pues, ¿quién sois vos para hablar en esos términos a mí, Amil Vurong, Alto Caballero Exaltado, protector de la Ley y azote de las gallinas bigotudas, y a mis hermanos?¿No seréis vos la sierpe de lengua bífida y sucia con la que pretendéis que compartimos nuestro honor?
Parece esperar tu respuesta. De mientras, Dolid examina las quemaduras del jinete del rostro abrasado.

Ankor otea en todas las direcciones mientras espera el desenlace de la guerra dialectica que se está produciendo. Será mejor no tener más sorpresas por hoy...

El exaltado que se ha presentado como Amil Vurong alza la espada señalando a Sortien.

-Habláis demostrando un profundo desconocimiento, mas no seré yo quien os ilumine. Quizás me dignaría a cruzar con vos mi espada si fuérais un caballero, no la inmundicia cloaquera de los caminos que sois. Las injurias y los insultos lanzados por vagabundos sin nombre no dejan mácula en nuestra reputación.

Os conmino por última vez a salir de nuestra comarca. Dejadnos a la gallina con bigotes y os acompañaremos al borde de Esquina de Gunjen que queráis, sin haceros daño. Lo juro por mi honor de Alto Caballero Exaltado

¡Ahí está ese cabrón incendiario, Amil!-, grita el hombre del rostro hinchado por las quemaduras. Véis ahora que, a parte de ellas, su cara es desagradable a la vista por la falta total de nariz y de un gran trozo de carne de la mandíbula izquierda - ¡Quiero el criadero de piojos que tiene por cabeza colgando de mi silla de montar!- ruge, cogiendo del hombro a Amil.