Partida Rol por web

Con demasiado apresuramiento, el Skarge da por finalizado su aseo. No ha encontrado con qué arreglar el estropicio de su pelo y barba, pero al menos ahora está limpio y viste una piel nueva.

Antes de salir de la habitación mira por última vez el retrato. Vagamente iluminado, el Skarge se percata de lo bien conservado que está el color. No parece muy antiguo. No tiene más de veinte o treinta años. La mujer es, sin duda, una vallesa por sus rasgos. Por lo que sabe Verom de la política de sietevalles, Feleppo no tenía mujer, y ni Mastina ni Roichim, generales de los valleses vecinos han sido aliadas suyas. El cuadro debe representar a Elena Hochalas, renombrada diplomática muerta en las postrimetrías de la guerra civil posterior a la secesión de Sietevalles. Pero la mirada plasmada en la pintura no está muerta para Verom, y algo le dice que la ha visto en otra parte. Es eso lo que le inquieta, pero acaba por rechazar darle más vueltas al asunto ante la prisa que lo corroe.

El gordrino trata de abrir la puerta con delicadeza y avanzar en silencio hacia la terraza, pero se encuentra con Hos y Rakuar dialogando dentro del salón, ambos de pie ante la puerta doble que conduce al camino de vuelta al exterior. Le sorprende ver los ojos desencajados de Hos y el movimiento nervioso de su pie golpeando el suelo. Está casi descompuesto.

Ambos se han callado en cuanto el Skarge abrió la puerta, aunque Verom escuchó al aproximarse a ella hablar a Hos muy alterado.

Verom se encoge de hombros ante la pregunta de Horgan Hos.

- Me temo que nada desde que salimos de Kar Duchodri ¿Ha pasado algo, mi señor?

Verom sigue a Horgan Hos en su deambular frenético por la habitación.

- Mi señorrrrr, no crrreo que debáis parrrrtirrr. Ennntiendo que essstéis prrreocupado perrro eso es lo que ellos quierrrren- dice mientras intenta ponerse delante de bárbaro para que pare y le escuche - Si rrregrrresáis, sólo serrrrá una muestrrra de que poco os imporrrta el destino de vuestrrro pueblo comparrrado con una mujerrrr.

Además, aunnnque me siennnnto alagado porrrr vuestrrrra oferrrrta debéis reconocerrrrr que las trrrribus no me seguirrrrían ni a mi ni a otrrrro- al decir esto mira fijamente a Hor Rakuar - Ojan Argar os habrrrá quitado de en medio y no le costarrrá encontrrrrarrr un Aros que quierrra suplantarrros.

Inspira con fuerza y hace una pausa dramática buscando las palabras adecuadas.

- Vuestrrrra visión sobrrre los Hombres es el futurrro perrrro vuestrrro pueblo no está prrreparrrado todavía. Los ancianos añorrran la caza, los argar siguen teniendo demasiado poderrr y muchos Duchodri comienzan a vivirrr igual que los come-hierbas.

Ha llegado el momennnto de regrrrresarrrr.

Entonces busca de nuevo la mirada de Rakuar intentando que el viejo apoye sus palabras...aunque sólo sea porque es lo que él siempre ha querido hacer.

Rakuar aguarda un sólo segundo en apoyar a Verom, segundo en el que le dedica una significativa mirada. No hago esto por ti, lo hago por los míos, le dice silenciosamente. Acto seguido, se dirige a Horgan Hos.

-El Hace-palabras habla la sabidurría de los Hombres, poderroso Hos. Aquí varrados los Hombrres se vuelven vagos y estúpidos. Si seguimos adelante, no serrremos más que un perrro rrabioso, fuerrrte, de dentelladas morrrtales, perro sin dirrección, destinado a morrirr sin conseguirr nada- esto lo dice volviéndose hacia el Skarge, castigándolo por sus intentos pasados de dirigir el rumbo de la horda hacia Gordram-. Si no acabamos matándonos entrre nosotrros antes.

El viejo hace un alto para carraspear y escupir una enorme flema al piso.

- El Pueblo es fuerrrte, perro le falta madurrez parra poderr rrecuperrarr las tierrras de caza de los ancestrros. Sobrre todo lo demás, necesitas Hor y Horgan librrres de las superrcherrías de los Argar. Vuelve a casa. No oigas a los Argar: usa el Brrazo con tu mujjerr y vuestrro hijjjo. Hazle muchos niños. Alejjja a los que siguen a los Argar de Kar Duchodri. Cuando tengas asegurrada la descendencia, prroclámate Rey de los Duchodri y funda una dinastía como la del prrrimerr padrre en la noche de los tiempos. Lucha con los Perto, somete a los clanes menorrres, busca aliados en el Viento y en la Guja. Aprrende de los Arrar a comerrciarr con los come-hierrbas. Abrre la mente de nuestrros niños parra que los Argar no los manipulen con sus mentirrras. Y cuando porr fin el Pueblo hable a trravés de una sola voz, sea la tuya o la de tus niños, volvimos parra quedarrnos. Parra siemprre.

Rakuar termina su perorata cruzándose de brazos. Horgan Hos mira al suelo, cabizbajo, pensando quizás en su mujer, quizás en los sueños que se romperán si deshace la horda y regresa a casa. El viejo se gira de nuevo hacia Verom, tu turno de rematar la faena, le indica con su mirada.

Verom siente la frustración de este gran líder como la suya propia.

- Mi señorrrr, los Argar no perrrmitierrron llegar a Gordram, buscarrrron rrrencillassss entrrre los Hombres para merrrrmarr el poder de Horgan Hos y consiguierrrron que los valles se unierrran contra los Duchodri y los cazarrran como a cierrrvos asustados. - resopla y se acerca al jefe bárbaro.

- Una manada no puede tenerrr varriosss líderrres. Vuelve a Kar Duchodri con el botín adquirrrido como un grrrrran Hos y afianza tu posiciónnnn. Passsaaaste varrrrios años prrrreparrrándote y volviste sin nadie que te hicierrrra sombra....el Pueblo tuvo una sola voz, la tuya.

Verom termina de hablar y el silencio se apodera de los presentes. Sólo se escucha el tintineo de la armadura colgada a modo de títere en el balcón de la estancia.

Hos al fin levanta la cabeza. Sus ojos han recuperado el aplomo perdido, asiente para sí antes de dirigir su mirada a Hor Rakuar, en primer lugar, y al Skarge después.

-Sí... un Rey. Mi hijjo volvió cuando todo esté atado, y terrminó la caza que un padrre insolente crreyó que podía hacerr sin prreparrarrse.

Golpea su mano izquierda con el puño derecho.

-¡Le dimos a esos Argar una durrra... ¿lección? en la reunión! Tenemos a Folcad y a la lengua del Hace-palabras. ¿Hay algo más que atarrr antes de que parrtamos?

Rakuar se apresura a decir que sí.

-Poderroso Hos... hay algo más. Las puerrtas de la casa de los bigotes no fuerrron abatidas porrr la maggia de los Argar. Usarrron a los guarrros, a los hijjjos de Melvith que nos echarron con su fuego hace años de las montañas Valwochi, parra derrribarrlas. ¡Hijjos de Melvith! Hay un guarrro entre las paredes de piedrra, y lo tuvimos en nuestrrro poderr. Pudo serr la prrueba final con la que destrruirr el honorr de los Argar ante el Pueblo. Perro escapó. Todavía tenemos esperrranza de que lo cazen, quizás con más Hombres buscándolo lo atrrapemos antes de que acabe la rrreunión...

-No sé... la victorria contrra los bigotes es mi mayorrr.... ¿logrro? Si ese guarrro declarró eso en la rreunión, prrimerro se... ¿rrrestó? valorrr a la victorrria, y segundo quedé como un tonto al que los Argar engañan hasta en el campo de batalla. ¿Qué dices, casi-hombre?

Verom sopesa las palabras de Horgan Hos. Ha llegado el momento que temía, Rakuar no le debe nada al embajador ni a los otros come-hierbas y los sacrificará si le hace falta.

...de hecho yo tampoco le debo nada al guarro...puede que sea útil...

- Mi señorrrr, guarrrdemos esa carrrrta como último recurrrrso. Lo buscamos y lo tuvimossss oculto porrrr si los Argar tenían alguna trrrreta contrrra ti. Siemprrrre podemos decirrrr que no sabíaissss nada de lso guarrros y que sólo os dierrron tiempo. Los Hombres hubieran ganado esa batalla con o sin el fuego, porque los liderrrrraste tú

Horgan Hos bate el aire con las manos, como espantando esa idea.

-Sí, envié a alguno de mis hermanos a buscarrrlo. Rakuar, hablaste con Beros abajjo y le explicaste porrr donde deben buscarrlo. Luego te fuiste con tu niño Folcad a buscarr a Arum de Hor Cardar parrra que lo cuide y lo... ¿restablezca? parra la rreunión. El Lago cuidó de que no te pase nada en tu camino. Durrrante la rreunión, el hace-palabrras llamó a... ¿declarrarr? a Folcad, así que quierrro que estés prresente allí. Ve ya, buena caza.

Rakuar, contrariado, hace un leve gesto de cabeza.

-¿Y si lo encuentrran, qué les di...?

Hos hace caso omiso de sus palabras, abre la puerta de la sala e invita a Rakuar a salir.
-No tengo tiempo parrra más, Hor Beros sabe qué tiene que hacerr. El Viento y el Lago son uno hoy grracias a ti, Hor Rakuar. Ojjalá prrronto hagamos lluvia jjuntos.

Rakuar aprieta los dientes y encoge la nariz con rabia. Sale lanzando una última mirada furibunda a Verom Skarge.

Hos cierra la puerta a la espalda de Rakuar y espera allí pegado un tiempo a que se haya alejado. Cuando está seguro de ello, se acerca en dos pasos hasta el Skarge y le coge por el hombro.

-¿Hasta dónde ha llegado Rakuar con sus... ¿curriosas? ideas sobrre los guarrros y los Argar?

Verom mantiene la mirada de Hor Rakuar cuando se va. Tras un minuto, Horgan Hos le interroga sobre el ausente.

- Parrrece que tiene algo contrrra ellos perrrrro no sé si es perrrsonal o porrrr ayudarrrr a losss Argar.

Hace una pausa y respira profundamente.

- De todas forrrmas os es leal y cumplirrrra vuestrrrras órrrrdenes.

Acercándose al gran jefe de los bárbaros cambia la conversación.

- ¿Qué pennnsáis hacer en la rrrreunión?¿Y si Aros os rrrreta?

Aros escucha las palabras de Verom cruzado de brazos. Mira hacia el balcón y gruñe asintiendo cuando el Skarge dice que el viejo Rakuar le obedecerá. Cavila un rato antes de responder al gordrino.

-Si Aros me rrreta porr el... ¿liderrazgo? de los Hombres pueden ocurrrirr trres cosas. Uno: que los Argar lo apoyen. Entonces necesitamos mancharr su honorr parra que los Hombres no sigan sus indicaciones. Dos: que los Argar no lo apoyen. Entonces no tuvo apoyos parra derribarrme y volvió a mí con el rrabo entrre las pierrnas.

Hos carraspea y escupe hacia atrás. Luego clava al fin los ojos en su hace-palabras.

-Y trrres: que rrompa la unión entrre los Hombres y decida... ¿prroclamarrse? más allá de mi autorridad. Entonces hubo guerrra, los Lago cazarron Pertos antes de irrse a dorrmirr. Volví a casa parra... ¿instaurrarr? un rreino en paz. Si ha de corrrerr de nuevo la sangrre, que sea al menos lejjos de Kar Duchodri.

Hos da una palmada vigorosamente que sobresalta a Verom y se gira para salir por la puerta.

-Vámonos. Lo que tengas que hablarr, hazlo de camino a la rreunión. Y no cantes a mi oído, parrra eso tengo a muchos otrros. Me hablaste con... ¿frranqueza? o te devolví al carrro de las verrdurras.

Verom se repone del sobresalto asiente.

- Fue una batalla durrra la rrreuniónn de essssta noche.

Camina unos pasos saliendo de la habitación.

- Porrrr cierrrto hay unos come-hierbas porrrr aquí que me ayudarrrron a escaparrrr y están buscando al guarrrro. Deberrrías avisarrrrr a losss guarrrdias que no les ataquen si intentan llegarrrr a la rrrreuniónnn parrra hablarrrr conmigo

-¿Son útiles estos comehierrbas parrra nuestrros planes? De todas forrmas, cuéntale lo que tengas que decirrr a mi Hor Beros, él se encarrgó de buscarr al guarrro de Rakuar, él es el que puede que se encuentrre con ellos, no yo.

Horgan Hos y Verom caminan juntos y en silencio durante un rato. No vuelven a dirigirse la palabra hasta que salen al patio central de la octogonal fortaleza. Verom repara en el saco roto tirado junto a una pared rezumante de humedad; parece que fue hace siglos cuando lo usó para burlar la vigilancia de los bárbaros.

-Verom...- comienza de nuevo Hos, su vacilante voz apenas un susurro en la fría noche de Vallealto - si algo sale mal y esta noche me rreunierra con mis ancestrros... prrométeme que te mantuviste aparrte. Alguien tiene que llevar el Brazo hasta mi Erethis parra salvarrla. Mis herrmanos crreyerron que eso fue un uso indigno y no lo hicierron si yo no estoy parra forrzarrlos. Y Rakuar y su Viento cambiarron de dirrección cuando yo me fui. Tú, sin embarrgo... tú no tienes esos... ¿complejjos? Y sé que puedes camuflarrrte bien hasta llegarrr a donde esté ella- Verom no puede evitar que su escepticismo salte a su rostro, y Hos suspira mientras niega con la cabeza clavando sus tristes ojos grises en el Skarge -. El Brazo es viejjjo, es poderroso, funciona. Salva a mi Erethis y a mi descendencia. Si no lo haces porr simpatía o porr camadarrerría, hazlo al menos porr haberrme cabalgado hasta mi tumba.