Partida Rol por web

Divertido por el juego y conociendo ya los poderes de mi hermana, sigo a la araña que, seguramente me lleve hasta su presencia.

Cuando ve que su hemano llega a la sale , la araña corretea hasta la cleriga y sube por su tunica hasta colocarse en la oquedad que hay en su mano. Tras ello, se trasforma en uan mano suave y banca amoratada.
Y bien hermano? que nuevas has conseguido? Estoy ansiosa por saber que tal ha ido fuera.

Con una inclinación de cabeza a modo de saludo, me dispongo a sentarme mientras, juntado las puntas de los dedos me los llevo a la boca

Hemos estado dando vueltas por el bazar y, la verdad, es que no hemos encontrado gran cosa. De los objetos ni rastro y, en las posadas, pues bueno, estuvimos en una donde conseguimos algo de información, aunque no es que sea muy alagüeña, la verdad. en este momento, vuelvo a separar las manos y ponerlas, una sobre la empuñadura de mi espada y la otra sobre el reposabrazos.

Todo el mundo sabe que la casa ha caído asi como su nombre, pero nada más. A pesar de que me han dicho que, tras un ataque de esta índole los comentarios y rumores corren como la pólvora, en este caso parece que no se sabe nada de nada, o que los rumores no corren por alguna otra razón.

Lo único que hemos podido sacar es que, por alguien cuya casa está en el mismo barrio, el ataque debió de ser fulminante, no hubo apenas explosiones, sólo hubo un leve resplandor continuo y una humareda con olor a churrasco que se prolongó toda la noche, ya te puedes imaginar lo que se estaba cocinando. acabo mi relato alzando las cejas.

Tus correrías por la ciudad antes y durante tu pertenencia a la casa Nilbazaran te han dado el suficiente conocimiento de las calles para saber que estos momentos no son los más adecuados para dejarse ver, por lo menos en ciertas zonas, aquí, en las calles de los sin casa es diferente.; aún así te mueves con la capucha echada y sin llamar la atención, evitando en lo posible las zonas mejor iluminadas.

Mientras caminas hacia una de las posadas de peor reputación, tu mente no deja de pensar, sabes que en tu situación actual tienes pocas opciones de supervivencia, la mejor y que te tiene obsesionado es contactar con Bregan D´Aerthe, en el pasado intentaste ponerte en contacto con ellos, pero no estuvieron interesados en ti. De repente te acuerdas que Shibole ha hablado de que entre los contactos de la casa había un tal Mallian Gosther, un prestamista que regenta un establecimiento en el Bazar. Lanzas un par de miradas alrededor tuyo y cambias de dirección, ahora te diriges al “callejón usura”, lugar donde se concentran casi todos los establecimientos dedicados al delicado y lucrativo negocio del préstamo de dinero.

Tras llegar al “callejón usura” echas un vistazo y compruebas la seguridad del lugar, sabes que las pocas patrullas que se atreven a entrar en el Bazar tienen como visita obligada este callejón, así se aseguran de que los más desesperados y hambrientos miembros de  las castas inferiores de Menzoberrazan no intentan ningún asalto; eso ya lo has tenido en cuenta al dirigirte hacia aquí, pero ahora quieres comprobar la seguridad privada de cada establecimiento. Desde el rincón sombrío donde hace un rato que te has escondido te fijas en que la mayoría de entradas tienen un par de guardias que hacen ostentación de sus armaduras y armas, ves que la gran mayoría de ellos son drows, aunque también hay algún orco. De vez en cuando algunos de ellos se juntan y forman corrillos para charlar, pero siempre queda vigilando al menos uno por entrada.

Tomas una decisión y sales al descubierto, preguntas a un par de esquivos transeúntes y localizas sin problemas el garito que buscas, la superficie pulida y barnizada de las tablas de corteza de hongo de la fachada da una muy buena impresión en comparación con el resto de los negocios, que ya están pidiendo una buena mano de pintura.

Con decisión te diriges a la entrada, sientes muchos pares de ojos clavados en ti, cuando llegas a la puerta con una ”G” grabada en su parte superior, uno de los guardias te dice si llevas armas tendrás que dejarlas en la entrada, al ver tu gesto de asentimiento te abre la puerta y te acompaña al interior.

Tus párpados se medio cierran mientras tus pupilas se adaptan al exceso de luz, cuando echas una ojeada a tu alrededor ves que te encuentras en un cuarto sin adornos, con una puerta metálica frente a ti y un arcón, también metálico con la llave puesta  el guardia te señala el arcón donde evidentemente has de dejar las armas.

Maldita sea. Esperaba que se supusiera algo por ahi, y que se confirmara que la casa Tin´tal tuviera algo que ver. El odio entre ambas casas era notorio. O han sido ellos o la casa ascendente que mercadea con esclavos. Veamos que nuevas traen los demas. Shibolé se atusa el peinado y se apresta a hablar de nuevo. Esta mascarada va a determinar si vivimos o morimos. No hay mas. Hemos de ser astutos. No habeis levantado sospechas verdad?
Una mueca de preocupacion se asoma en su cara.

Niego con la cabeza.

No, sacerdotisa.

Ahora, si me disculpa, me gustaría comprobar una cosa en la pila de cadáveres.

Mientras escancia dos jarras de un líquido que presumes cerveza de hongos, el maduro orco te contesta con voz cascada eso fue un bonito regalo de un enano de la superficie al que abatí hace unos cuantos años con un sonoro golpe deja las jarras en la barra cuando monté el negocio me sirvió como emblema, ha sido más rentable en la pared que en mi brazo  jaahh  lo que pretende ser una risa suena como un chasquido en los labios del orco.

Véis que tras la barra el otro orco, de considerable tamaño, deja en el suelo un par de tinajas de unas 200 libras cada una y se pone a secar unas cuantas jarras apiladas al lado de un cubo de agua pestilente.

Ahí tenéis sitio libre, continúa hablando con un gesto hacia una de las mesas  como veo que no sois habituales os diré que por aquí no nos gustan los problemas ¿verdad Tully?

Di que si, Jorhass no nos gustan los problemas, di que si. contesta el enorme y con cara de tonto friegaplatos.

Casi sin esperar a que el otro responda añade no nos metemos en movidas ajenas y esperamos que nadie se meta con nosotros, por lo demás espero que se diviertan en “La Jarra del escudo” añade mientras da un paso atrás y le sacude una colleja a Tully, te he dicho mil veces que me llames jefe, maldito mastuerzo.

Tully continua su tarea murmurando di que si jefe, se me había olvidado, di que si.

Con paso tranquilo me dirijo a la pila de cadáveres carbonizados. El fuerte olor todavía penetra profundamente por mis fosas nasales, lo que hace que eche la cabeza para atrás instintivamente. Con una mueca de repugnancia, me embozo con mi capa y me acerco a la pila.

Una vez allí, miro con detenimiento los cadáveres buscando algún sigo de reconocimiento en el equipo que portaban. Mientras miro los cuerpos, decido volver a buscar a la sacerdotisa.

Curioso, muy curioso. ¿Qué harías si viniera un mago, le pedirías que dejara sus manos y su lengua en este cofre?. He venido a comerciar - digo en voz muy baja aunque audible, tratando de parecer peligroso - Casi nunca se necesitan armas para eso - añado, acercándome mucho al arcón y depositando en él la ballesta y la espada corta, cerrándolo y tomando la llave, que guardo con parsimonia.

Bien, mi tiempo es valioso - termino, mirando con fijeza al guardia - ¿Podemos empezar...?

¿Qué problemas?

Dice Ryltar levantando la fúngica cerveza a modo de saludo o brindis y dando a entender que había captado el mensaje.

Vamos Ainirahc, esa mesa parece un buen sitio. 

-Glu glu gloup glu glou gloup ..... ahhhhhhh, rico este brebaje! , dejando la jarra sobra la mesa, Ainarahc se limpia la bocaza con el brazo.

Aprovecha este tipo de movimientos para observar con la mayor discreción posible a los parroquianos, los objetos y enseres varios de la taberna, escuchar ...

Al observar con detenimiento, ves algunas armas, espadas cortas y largas en su mayoría, y algunas armaduras, la mayoría son cotas de mallas que están pegadas a los cuerpos carbonizados de sus portadores; tanto armas como armaduras está todas cubiertas de hollín, también puedes ver algunos pequeños objetos metálicos retorcidos que podían haber sido joyas ó algún tipo de abalorio. No reconoces por esos objetos a ninguno de sus portadores.
 

Observas alrededor de los cuerpos en busca de restos de algún material combustible, no detectas nada, aunque tampoco nada te dice que haya sido mágico. No sabes qué restos dejan los fuegos mágicos…

Sin hacer demasiado caso a tus palabras el guardia levanta una mano y dice por aquí con esta escueta frase  el guerrero te acompaña hasta la puerta metálica, la golpea y sin esperar respuesta la abre dejándote paso.

Al entrar, la puerta se cierra tras de ti, dejándote solo en presencia de un drow, seguramente Mallian Goosther, este se encuentra sentado tras una amplia mesa que ocupa gran parte de la cuadrada habitación, los ropajes caros con que se viste te indican que sus negocios no marchan mal, el pelo largo y blanco enmarcan un rostro al que sólo parece asomar una emoción, la tristeza, unos grandes candelabros de plata situados a ambos lados de la mesa inundan de luz la estancia, permitiendo al drow escribir en unos pergaminos situados frente a él. Tras su espalda, una estantería llena de libros ocupa toda la pared, al mirar alrededor puedes ver en una pequeña mesa auxiliar unas copas y una jarra de vino. Las paredes están adornadas por dibujos geométricos tallados en las placas de corteza de hongo, un par de cuadros de retratos de drows rompen la geométrica decoración.
 

El drow levanta la vista y con un gesto de cabeza te indica que te sientes en una de las dos butacas que se encuentran frente a la mesa.

Bienvenido a la casa de Malllian Goosther, encantado de conocerle dice levantando las manos a la altura del pecho con las palmas hacia afuera, reconoces el  antiguo gesto que significa que no se portan armas y que existen buenas intenciones.
te pido disculpas por los modales de mis guardias, pero cualquier precaución es poca, siempre hay gente que se equivoca y piensa que mi humilde establecimiento es una presa fácil de robar. Sin esperar que aceptes sus disculpas continúa  ¿con quién tengo el gusto de hablar? y ¿qué asunto te trae a mi humilde establecimiento? La suave voz del prestamista contrasta con los duros ojos que te miran.

MIentras echas un vistazo alrededor intentas escuchar retazos de las conversaciones de la mesas de al lado, donde un grupo de tres orcos y un semidrow hablan en voz un poco más alta de lo normal.

 
Semidrow:-Ya tenía ganas de acabar el trabajo y cobrar la paga
Orco 1:-Si señor, lo mejor es cobrar y venir a beber con los amigos, es la única forma de quitarme el puto polvo de la garganta.
Orco 2 :-Ir al lupanar de Gramma y pasar un buen rato tampoco es mal uso para la paga  dice otro de los orcos de pelo aceitado moviendo sus brazos de atrás para adelante en un claro y obsceno gesto.  JO JO JO

El grupo rie mientras chocan sus jarras de cerveza...