Partida Rol por web

¿Y ya está? ¿Ahora seremos nosotros quienes averigüen sobre este asunto? Y eso que pensaba que los humanos estaban mal organizados.

La muchacha miró a sus compañeros con aprensión sin entender el porque los enviaban a ellos a hacer este trabajo que se suponía que era cosa de los del "alto mando" Pero bueno tendrían que aguantarse e intertar conseguir al sospechoso de todo aquello.

Parecía que todos estaban como agilipollados con lo que había dicho Edward. Sin embargo, a mí no me preocupaba el ir y quemar las oficinas de Zeus y todas sus filiales. Tenía otras cosas en la cabeza.

—Aparte de que estoy canino, que eso no lo niego, yo me pregunto de todo esto... ¿Van a enseñarnos a hacer... Cosas de vampiros antes de que nos vayamos?

Dicho esto, me puse a pensar en cómo cojones íbamos a averiguar cosas sobre la empresa esa. Tal vez pidiendo trabajo o algo así... Pero a ver donde hacían entrevistas por las noches.

Seguro que había otra manera, y si no, el clásico método de quemar sitios nos podría valer.

Sean tras unos segundos sumido en sus propios pensamientos sobre lo que les deparaba el futuro más inmediato volvió a la realidad enontrándose con la mirada de aprensión de Anette. El escolta sabía que no sólo él tendría problemas para adaptarse a esa nueva no vida, la doctora era una persona extraordinaria, llena de candidez y bondad ¿Cómo se adaptaría a ese mundo? Un mundo que a Sean se le entojó cruel y dominado por la ley del más fuerte... Le devolvió la mirada tratando de transmitirle confianza.

- Vamos a salir de esta, tranquila, recuerda que tenemos que sobrevivir- le susurró mientras le guiñaba un ojo.

Asiente tras las palabras de Sean si apartar la mirada de Edward por la pregunta de Jack, luego mira al hombre a su lado y sonríe levemente mientras con los labios dibujaba una palabra en silencio. Gracias.

Emma escuchó el susurro que Sean, a su lado, había lanzado. Se volvió hacia él y entonces se percató de la expresión en el rostro de Anette.

Todos nos hemos quedado igual...bueno, todos no. Jack tiene la cualidad de no preocuparse en este tipo de momentos. Pensó mientras miraba al motero cuando habló, esperando que su comentario generase alguna reacción por parte de Edward como la que había tenido lugar momentos antes.

Sean entendió el tímido gracias de Anette, el guardaespaldas el dedicó una rápida sonrisa de asentimiento, al menos parecía que la doctora se había tranquilizado pero lo pero vendría cuando cada cual tuviese que irse con sus respectivos sires. 

Se centro entonces en Edwar y el resto de vampiros, nunca se sabía las reacciones que podrían tener y más tras las palabras del motero, que se tomaba las cosas como si nada le importase.

Me giré hacia Jack para responderle

- Si, se os enseñará. Damas y caballeros, la reunión ha terminado. Nos reuniremos de nuevo dentro de...

No pude terminar la frase, porque vi que Markus me interrumpía humildemente, como siempre, levantando tímidamente una zarpa

- Per-perdón, mi Príncipe - me atreví a decir, al fin - C-creo que tengo algo q-que añadir. Sup-pongo q-que no es imp-portante, p-pero me p-parece necesario p-ponerlo en c-común.

Me restregué entre sí mis deformadas manos, nervioso, mientras me arrastraba cojeando hacia el centro, para exponer lo que sabía, aunque no era mucho.

- D-debo d-decir que R-r-r-romero ha desaparecido. Antes de la fiesta. No sabemos nada de él desde hace una semana...

Un murmullo de voces se alzó poco a poco ante las nuevas noticias

Aquello no era bueno. Podía significar muchas cosas. La cabeza se me empezó a llenar de paranoicas ideas de conspiraciones, pero no, no era posible. Romero siempre había sido un siervo leal y solícito. Pero...

- ¿Por qué no me informaste antes?

Me froté las manos más rápido, presa del nerviosismo, y bajé la mirada, ante los ojos del Príncipe.

- Verá su Ex-x-c-celencia. C-como usted-d sabe R-romero se suele ausent-tar de vez en c-cuando, p-para p-profundizar-r en sus est-tudios. Nunc-ca tant-to t-tiemp-po, p-pero no me p-pareci-o mot-tivo suficient-te p-para informar... Hast-ta ahora, mi P-príncipe. Con est-te at-taq-que las circ-cunst-tancias han c-cambiado...

Todos, incluído Edward, parecieron asentir a las palabras del deforme Nosferatu. Al fin y al cabo, todos conocían a Romero y sus excentricidades. Finalmente Edward, tras mucho pensar, pareció decidirse por algo, asintiendo.

Miré de nuevo a los novatos.

- Os encargaréis también de investigar qué ha pasado con Romero, y me informaréis. Traedmelo vivo, si podéis.

Y dicho esto me di la vuelta, dispuesto a marcharme

Muchos de los presentes se miraron entre sí y también se dieron la vuelta, en dirección a la salida del local. Por lo que parecía, la reunión había terminado.

La cosa se complicaba algo más al sumarse la búsqueda de un tipo que ni tan siquiera sabía quién era. Poco a poco los jerifantes de aquella reunión iban volviéndose hacia la salida, imitando a su Príncipe, dejando solos a los novatos... ¿con sus Sires y mentores?

Volvió otra vez su atención a Cassandra, para ver qué actitud tomaba y si se quedaba o no en el pub. Sandro se alegraba de que aquella multitudinaria reunión hubiese llegado a su fin y se quedasen de nuevo en petit comité. Sólo había servido para generarle mayor incertidumbre y esperaba ansiosamente comenzar a tener algo firme a lo que agarrarse. Aunque fuesen las indicaciones de una niña no muy centrada en sus cabales.

Sean miró al resto de sus compañeros con incredulidad, ni siquiera sabía quien era ese tal Romero, ¿Cómo querían que lo encontara? No habían echo más que despertar en aquel extraño mundo y ya le estaban encomendadndo las misiones que ellos no querían, de no ser por la situación tan complicada en la que estaban se habría negado en rotundo, pero suspiró y buscó a su sire, si no le daban más información no podría hacer nada de lo que le habían pedido, esperaba que al menos Sir Taylor se dignara a echarle una mano...

Me dirigí hacia mi chiquillo, intentando no parecer demasiado ansioso por salir de allí. Aunque he de reconocer que tampoco puse todo mi empeño en ello.

- La Capilla de los Tremere se encuentra en la Biblioteca Pública de Denver. Dirígete allí cuando acabes lo que tengas que hacer. A partir de ahora será tu hogar. Di en recepción tu nombre. Ellos sabrán qué hacer.

Y tras eso, me di la vuelta y empecé a dirigirme a la salida

Cassandra permanecía junto a Sandro, mirándole muy contenta y dando saltitos, emocionada ante su nuevo chiquillo.

Emma escuchó atentamente las noticias que aquel vampiro de aspecto tan raro comunicaba a Edward y percibió sorpresa y desconcierto de nuevo en el Príncipe, solo por un instante, pero creyó detectar esa reacción en él. Y no supo por qué, pero intuyó que eso iban a ser más problemas para ellos.

Me podía haber equivocado… Pensó cuando escuchó el nuevo encargo que Edward les dejaba.

Emma se guardó de nuevo la cámara en el bolsillo, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no abrir la boca y gritarle a Edward que como pensaba que iban a hacer ellos todo eso. Pero algo en su interior le decía que no respondiera, que le hiciera caso a Sean y se mantuviera callada por una vez en su vida y que esperara. Tal vez las respuestas eran más fáciles de lo que parecía todo aquello en un principio, tal vez ellos no estarían solos y sus sires les acompañarían. No se le había escapado la mirada de Edward a todos ellos, no se había dejado a ninguno fuera. Así que simplemente, se concentró en dejar que pasara el tiempo y que todo fuera sucediendo tal y como tenía que suceder. No veía el momento de salir de allí, de sentir el frescor de la noche en el exterior. No quería pensar en lo que tenían que hacer, ni como lo iban a hacer, por que simplemente ahora mismo no podía, eran demasiadas cosas juntas y tenía que procesar toda la información que le habían estado lanzando en aquella reunión, todo lo que ahora sabía de ella y de esos vampiros. Y pensar en atrapar "con vida" a otro vampiro en aquellos momentos le resultaba, cuanto menos, un problema tan inalcanzable que se negaba a preocuparse por eso en aquel instante.

¿Como vamos a encontrar a un vampiro que anda suelto por la ciudad? Venga Edward... ¿me acabo de enterar que los vampiros existen y ahora quieres que encuentre a uno? Si llevo toda mi vida moviéndome entre vosotros y no me he dado cuenta de que existíais...

Y entonces, las palabras del sire de Sean hicieron que se volviera hacia él y abriera los ojos con un gesto de sorpresa.

¿La Biblioteca? Hay que fastidiarse... ¡Están en la Biblioteca! ¿Y no se lleva a Sean con él? ¿Por qué no?

Emma miró a Sean sin saber como iba a reaccionar ante aquel comentario de su sire.

De nuevo Sir Taylor lo había vuelto a dejar con la palabra en la boca, ¿Era eso lo que le esperaba con él? ¿Tanto trabajo le costaba hacerse cargo de su situación? ¿Si tanto lo odiaba por qué demonios lo había abrazado? 

Apretó el puño y luchó por contenerse, quería abalanzarse sobre él y obligarlo a que lo mirara y le contestara unas cuantas cosas, pero Sean no era un descerebrado, si hacía lo que anhelaba su corazón sería objeto de la ira y el desdén de aquel maldito viejo. Así que apretó los dientes clavando su fría mirada en la espalda de su sire y recuperó la calma. Sabía como llegar a la biblioteca, confió en que al menos el aire fresco lo despejara.

-Al parecer no soy digno ni de que me acompañe él en persona- murmuró para sí

Supongamos que tienen mejores cosas que hacer, que ayudarnos... No te preocupes. Si quieres te acompañaremos a la entrada de la biblioteca cuando todo acabe.

Dijo la joven Anette tras haber estado unos minutos ausente en sí misma escuchando todo para no olvidarse de nada. 

¿Creéis que ese tal Romero tenga algo que ver con lo que ocurrió en la fiesta? ¿O simple coincidencia que desapareciera antes de que ocurriera? Soltó de sopetón lo que estaba pensando, ya que no servía de nada el callarse nada.