Partida Rol por web

Las dulces e inocentes palabras de Sarah hicieron que una sincera y cariñosa sonrisa apareciera en mi rostro, había visto crecer a la pequeña y prácticamente la sentía como si fuera mi sobrina, la miré con ojos tiernos y luego guiñé el ojo cómplice con Alan-Desde luego que sí, Sarah es la niña más lista del lugar ¿Verdad pequeña?-pregunté afable agachándome a su lado para pellizcarle una mejilla con suavidad, mi enfado se había esfumado tan rápido como llegó.

Mirando a Sarah en ese momento pensé si yo tendría hijos ¿Dentro de ese mugriento vagón, casi sin futuro ni esperanza, quién querría traer una nueva vida a éste mundo? Sin duda gente como Alan, le miré con aprecio y me incorporé de nuevo para ver con gesto de sorpresa que Henry se acercaba como si fuera el relevo de John al irse con CJ, para generar tensión, pero su caso era diferente.

Antes había sido un pasajero de tercera como nosotros, pero se convirtió envío guardia, se pasó al otro bando por decirlo de alguna manera y desde entonces su presencia en el vagón generaba hostilidad, él lo sabía mejor que nadie, por eso me extrañó que se acercase a nosotros y más aún que soltase tal comentario, al cual yo respondí con una mirada tensa, pero no abrí la boca, Alan había conseguido calmar los ánimos y no pensaba volver a caldearlos, de eso ya se encargó Roland.

En parte no le faltaba razón pero no era el momento no la situación para montar otra escena-Vamos Roland, relájate-llamé su atención indicándole a Sarah con la mirada a la vez que apoyando las palabras de Kaidan, Creo que con el fallecimiento de la señora Giggs hemos tenido bastantes emociones por hoy amigo, déjalo correr anda, no vale la pena-dije con tono conciliador, mirando luego a Henry-Porque hoy no queremos más ejercicios de violencia ¿verdad?-dejé la pregunta en el aire esperando a que fuese suficiente y en caso contrario intervenir.

- Tranquilos no quiero pelea ninguna, pero no por ello mis palabras son menos ciertas, la verdad es que no quiero pelear, sino que te des cuenta que esto es insostenible, y que tarde o temprano acabara MUY MAL, y la única solución es acabar con este regimen dictatorial, y tu Henry, conociendo como es la vida en 3º y como es en primera estoy seguro que ya has pensado mas de una vez que estoy no funciona, y que hay que acabar con esto de una vez- Le miraba a los ojos lleno de ira, pero de determinación, intentando durante mi parrafada que no fuera demasiado duro para que Sarah estuviera incomoda o algo peor - O acaso te parece bien que Sarah crezca asi, o que la gente muera como moscas con la anciana ..., apelo a tu sentido de la justicia Henry, ....  al menos piensalo, comprendo que es dificil, pero vivir aqui lo es aun mas y ya lo sabes - Mirando fijamente sus ojos, he intentando llegar a su alma a sus emociones y a su sentido de la justicia y del deber.

Frente a todo el problema inicial parecía que Kaidan y Jake estaba conmigo, al menos lo animos se relajaron un poco al hacer aquello. Caroline también ayudó por su parte y el que apartara a John fue algo bueno, tanto por una parte como por la otra. Pero la venida de Henry atizó las brasas que quedaban en el grupo, en Roland haciendo que le gritara aquellas palabras a Henry.

Si bien razón no le faltaba, no era el momento ni el lugar, ni tampoco la persona adecuada. Jake y Kaidan se lo intentaron hacer ver, pero sin embargo yo no dije nada. Simplemente esperé a que acabara de hablar y entonces... - Basta - esa palabra fue dirigida en especial a Roland - Puede que tengas razón Roland, pero en serio, crees que este es buen momento para hablar del tema, o acaso crees que es buen lugar. O simplemente piensa en Henry, puede que nos traicionara yendose al otro bando, pero el tendrá que informar de todo ¿Crees que es buena idea decirle eso? - Miré profundamente en los ojos de Roland y Henry con una clara mirada de, esto no está ocurriendo y bajando cada vez más la voz - Sí hay que acabar con esta dictadura, pero no creo que primera clase sea mejor. Sarah se ha criado aquí entre gente querida y aprendiendo de nosotros. No he visto tanto como otros de primera pero, sinceramente prefiero como somos nosotros a como son ellos.

Sarah por otro lado agarraba con fuerza a Kaidan, no le gustaban estos momentos tensos, ni las peleas, ni que los guardias nos amenazaran cuando ocurría. Por ello trataba de protegerla o evitar esos momentos, para que estuviera bien, para que no se sintiera triste.

Desde luego el tema lo desvié mucho en ese pequeño discursito, pero era la realidad. - Aunque tengas razón Roland, espera al momento oportuno. - Por otro lado miré a Henry, era obvio que todo lo que había dicho Roland podía tener consecuencias pero... - Henry, entiendo que hiciste lo que hiciste por tu propio bien, pero por favor, por los viejos tiempos. Olvida lo que ha ocurrido aquí. - Solo nos traería problemas si se supiera, y hasta Henry lo sabía.

- John...- Salió brevemente un susurro de mis labios.

Sabía que decía la verdad. En mi interior sabía que era totalmente cierto. Pero estaba enfada con él. Puede que mi frustración con los guardas viniera precisamente de ahí. Cuando ese chico murió bajo la bota de uno de los guardas de 1º, cuando venían de cuando en cuando a hacer inspección, John no hizo demasiado. Solo me mantuvo entre sus brazos para que no fuera a socorrerlo.

Seguramente me habrían matado a mi también ¿Quien sabe? Se lo habría agradecido de pensarlo mas detenidamente, pero un tiempo después John se presentó voluntario a las pruebas de seguridad. Eso... me dolió.

Con una mano le cogí el mentón para que me mirara. Estaba realmente frustrada y en mi cara se mostraba una mueca mezcla de enfado y... de no saber que decir ni hacer.

- Pero me falta algo... - Susurré. Estaba confundida. Después de tanto tiempo, tener una charla así con el... Mas bien de tener el valor de acercarme y decirle algo. Sacudí la cabeza, como si hubiera despertado de un sueño, cuando en realidad lo que pasaba es que me había dado cuenta de que llevábamos mucho tiempo allí, juntos.

-¿La madre de Elaine? Oh! Si, bueno. No estoy muy segura. Parece un catarro, pero, ya sabes. Aquí no todo es lo que parece. Si no mejora... - dije de forma esquiva.

Tu madre de apaciguó unos instantes y empezó a respirar con mayor tranquilidad cuando te encontró a su lado.

- Oh! Elaine, querida! Cof ...Coff- Empieza a secarse el sudor de la frente con su propia mano al notarse algo sofocada. -¿No estaba despierta? Creía que si lo estaba. Coff... coff. No es por la señora Gigg. Es.. otra cosa cariño.

Cada vez empieza toser mas.

- Es el tren. Se muere el tren! Coff ..Coff- Suspira al fin. - No veo nada cielo, pero lo oigo. Coff.. -Se gira hacia ti, sin verte pero es como si te mirara realmente.- No suena igual que siempre cariño. Si es tren se para algún dia...Cof COFF.- Con el ultimo quejido una poco de sangre sale de sus labios para ir a parar a sus manos que intentaban contenerlo.

Los "entierros" siempre me dejan un poco fría. Un poco más, claro. Me arrebujo bajo la manta, mirando el grupo que se aclimata junto al fuego, a lo lejos. Parece que hay algo de lío, por lo que no sé si aproximarme, pero creo que no podré dormir esta noche, después de ver cómo se llevaban a la señora Giggs, ¿qué harán con los cuerpos? ¿Los lanzarán al vacío, o alimentarán con ellos las calderas?

La muerte da tanto miedo... Contengo una tiritona, cerrando los ojos con fuerza. Debo ser más positiva, al fin y al cabo, mi padre decía que sólo somos polvo de estrellas con ansiedad. Y que, cuando morimos, volvemos a ser lo que éramos: seres espaciales. Sonrío, apoyando la barbilla en mi mano. Al final, todos somos extraterrestres. Debería contarles eso mañana a los niños, para que no estén tristes.

De acuerdo, voy a calentarme. Tengo que cuidarme, ahora. Me levanto, colocando una manta más sobre mi cabeza, y me aproximo al barril, tratando de hacerme un hueco discretamente hasta notar el calor de las llamas rozándome la cara. Emito un quedo suspiro de placer, cerrando los ojos. El calor debe ser lo mejor de la vida. Bueno, eso y un buen filete.

- A mi me falta todo...- susuro John en respuesta. Sin estar seguro de si ella lo habria oido. Tal vez si, aunque aquello solo tenia sentido para él. No había conocido a su padre, su madre no le dijo quien era y ya no importaba porque la pobre mujer había pasado a mejor vida cuando apenas era un muchacho. Ella era lo unico importante que tenía... y no la tendría jamas.

Quien había considerado amigos le miraban con recelo por su actual condición y no terminaba de encajar con los guardias por sentirse todavia parte de aquel vagón que vigilaba.

Garraspeo la garganta.- Intenta cuidarla lo mejor que puedas... yo tengo que volver, no puedo dejar mi puesto desantendido tanto tiempo.

Levanto el culo de aquel sitio, casi sintiendo hielo en sus posaderas. Se permitio mirarla una ultima vez.- Me a gustado hablar contigo.- confeso poniendo distancia de nuevo entre ambos.

Aquello era doloroso, como arrancarse una muela podrida, pero igual de necesario.

La tos de su madre le hizo preocuparse seriamente por su estado de salud. Todavía más cuando fue consciente del delirio que experimentó, pensando que estuvo despierta mientras estaba soñando.

Cuando empezó a decir que el tren se moría, el semblante de Elaine se transformó de la preocupación a la confusión. - ¿Qué... se muere, mamá? - le preguntó sin soltar su mano.

Respondió que el tren no sonaba como siempre, eso significaba que el motor tenía una avería. Quizás necesitaba más energía, y el combustible del "sagrado motor" funcionaba con algo que ella no quería ni siquiera imaginar. - ¿Quieres decir que el tren se va a parar? - preguntó antes de que su madre tosiese sangre y el shock por el hecho provocase que las manos de Elaine comenzasen a temblar, gritando desesperada.

- ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude por favor! ¡Mamá! ¿Qué te pasa? ¡Estás muy enferma!. - gritó nerviosa mientras cogía sus manos entre las suyas, manchándose con la sangre que había escupido.

Su cuerpo reaccionó temblando como una hoja, desorientada, sintiéndose pequeña ante la magnitud de su enfermedad. Un torbellino de nervios e impotencia la sobrepasó, dando lugar a unas lágrimas de tristeza y desesperación que la ahogaban por dentro. Si algo le pasaba a su madre... ella... simplemente no podría soportarlo.

La situación estaba un poco tensa.

Alan y Kaidan están preparados junto a Roland, para que éste no cometa ninguna locura contra el guarda Henry. Henry los mira dando un paso hacia a tras con precaución. No es un mal guarda, ni temeroso, ya que al final todos allí son conocidos. Pero por instinto lleva una de sus manos al arma, solo para sentirse mas tranquilo.

Sarah, la hija de Alan, está agarrada a Kaidan, a sus pantalones mientras mira con algo de temor esa escena, cuando de pronto ois todos un grito.

>Elaine<- ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude por favor! ¡Mamá! ¿Qué te pasa? ¡Estás muy enferma!. -

Sin embargo, antes de que podáis hacer nada, las luces artificiales del tren se apagan todas de golpe. La única iluminación que hay es la que entra por los pequeños ventanucos del tren, iluminando muy pobremente la estancia del vagón. El único ruido que oís es el del traqueteo del tren, que, si no fuera porque es imposible, parece que cada vez es menor y mas débil.

Las luces de emergencia se activan dejándoos a todos cubiertos con una luz rojiza que casi parece que hace daño a los ojos. La gente empieza a murmurar y a hacer comentarios ¿Que está pasando? ¿Porque se han ido las luces? Como sea es algo nuevo y no parece normal. La gente se empieza a poner nerviosa y Henry, nervioso y confundido, pide calma con un grito imperativo mientras alza el rifle frente a vosotros.

-Silencio todo el mundo!- grita alzando una de sus manos. Inmediatamente todo el mundo se calla y aguarda como si fueran conejos asustados.

Henry se acerca a la puerta, sin dejar de mirar al fondo del vagón, y golpea un intercomunicador cerca de la puerta de salida que parece bloqueada del todo. Nadie entra ni nadie sale, a juzgar por el símbolo de << Loked>> en el frontal.

- Aquí Henry. ¿Que ocurre?- Apenas se oyen un par de frases incongruentes mezcladas con interferencias. -¿Porqué han saltado las luces de emergencia?

Por su parte, Sarah asustada corre hasta su profesora que esta junto al barril y se agarra a ella, como si fuera su salvación, ya que su padre está mas a tras y no puede verlo desde ahí.

-Oly!!!. Tengo miedo!!!- Grita la niña agarrándose a las mantas de Olya.

Todo pasa demasiado deprisa, el grito de Elaine, el apagon, Henry nervioso apuntandonos, sabia que no debia moverme de forma acelerada ni precipitada, pues quería libertad, no morir por un guardia acojonado por un apagon. Deseoso de ir a ayudar a Eliane intento esperar el momento adecuado, el cual el guardia me lo dio cuando su comunicacion fue desastrosa .....

Comienzo a alejarme poco a poco y llego hasta donde esta Olya - Olya, sal del vagón con Sarah e ir saliendo detras mia, no quiero que os quedeis a merce de Henry, aqui solo pueden pasar cosas malas a partir de ahora y no quiero que pase lo peor -

Espero la respuesta de Olya, y sigo mi camino hasta donde poner a las dos chicas a salvo ( Si me siguen bien, y sino pues sigo mi camino sin ellas detras mia)- Quedaros aqui y avisa a su padre para que venga con ella, seguro que estara mas tranquila con el- ( esto igual lo digo si me siguen y si no pues nada)Cuando siento que Henry no me ve o no se pondria nervioso al verme moverme, comienzo a correr hacia donde escuche el grito de Elaine

Mientras corro no puedo evitar la ironia de la situacion, esquivando y buscando de donde salio el grito

- Henry, te han abandonado en el 3º vagon - y sigo corriendo

Al sentir el grito John se alerto de inmediato. Miro a la doctora con la que estaba hablando en ese momento y decidio abrirle camino para que llegara más rapido hasta su paciente.
- ¡Por favor, apartesen de...- no le dio tiempo a decir nada más. El apagón cayo sobre ellos como si les hubieran tirado una oscura manta desde el maldito techo.-¡Joder!¿y ahora que coño pasa? gruño acelerando el paso.

No había que ser muy listo para saber que aquello era algun tipo de emergencia. Las putas luces rojas se encendieron sirviendo de más molestia que de ayuda y sacandole otro gruñido.
La gente estaba asustada, preocupada... aterrada.
-Mantengan la calma, quedesen quietos para evitar accidentes.- pidio mientras se acercaba a un acojonado Henry. Algo tenía que ir horriblemente mal para que su compañero alzara el arma.
John llego a su altura y le obligo a bajar el cañon.
-Calmate ¿quieres? Es solo un apagón, algun cable de corriente que se ha jodido.- especulo con tono firme y seguro.
Si los guardias perdian la calma aquello podía terminar con sangre muy facilmente.

-¡Señores, mantengan la calma!- pidio volviendose acia los pasajeros de tercera, poniendose delante de Henry para evitar que este tuviera la tentación de levantar el arma de nuevo. John les enseño sus manos abiertas, en un gesto que pedia tranquilidad al tenerlas tan alejadas de su arma.
-Estoy seguro de que enseguida se restablecera el flujo electrico, permanezcan tranquilos y nadie resultara herido.- prometio.La doctora ya ha acudido a la llamada de auxilio de Elaine, por favor, sientensen y mantengan la calma.- repitio para que el mensaje calara en los pasajeros.

Lo que parecía un breve tumulto junto al fuego ha resultado ser toda una pelea, incluyendo a uno de los guardias, nada menos. Empiezo a retroceder cuando de pronto se van las luces, arrancándonos a todos un grito de sorpresa. Alguien ha gritado al fondo, y de pronto la pequeña Sarah se pega a mis faldas. Voy a agacharme a consolarla cuando el manitas del vagón, Roland, se pone a darnos órdenes. ¿Pero no eras tú el que estaba involucrado en la pelea?

 Olya, sal del vagón con Sarah e ir saliendo detras mia, no quiero que os quedeis a merced de Henry

Bueno, no seré yo la que diga que no le importaría quedarse a merced de Henry en un vagón a oscuras. No, en serio, ahora no es momento de bromas. No puedo negar que estoy sobresaltada, e incluso asustada. Cojo a la niña en brazos sigo a Roland a través del vagón, dejándolo atrás. Apenas veo una silueta enrojecida por la penumbra y la tonalidad de las luces de emergencia, pero le seguimos mientras le susurro palabras de consuelo a la niña.

-Todo se va a poner bien, ya lo verás. Los de la cabeza lo arreglarán, siempre lo arreglan todo -murmuro.

Finalmente nos detenemos junto a un camastro vacío, y meto dentro a la niña antes de ocultarme allí yo también. Ahí es cuando nuestro guía nos detiene.

- Quedaros aqui y avisa a su padre para que venga con ella, seguro que estara mas tranquila con el

Pongo los ojos en blanco, ¿en serio? Si estábamos al lado antes de empezar la peregrinación. Vale, no pasa nada -pienso, mientras le escucho alejarse hacia los gritos de Elaine. Me seco las manos, algo sudadas, en una de las mantas que llevo, y después me la quito para tapar con ella a Sarah.

-No te muevas de aquí -le susurro, mientras la tapo de pies a cabeza- voy a buscar a tu padre. No te muevas ni hagas ningún ruido, ¿vale? ¿Vas a portarte bien? ¿Sí?

No sé si ha asentido con la cabeza o me ha hecho un corte de mangas. Tanto da. Me incorporo y miro a mi alrededor. Otro de los guardias está diciendo nosequé, supongo que alguna gilipollez sobre que todo se va a arreglar. Suspiro, mientras regreso sobre mis pasos para buscar al padre de la chica.

-¿Habéis visto a Alan? -Le pregunto a cualquiera que pase cerca, inquieta. Hay muchos más niños sueltos por ahí, tengo que empezar a juntarles con sus padres.

Los ánimos seguían caldeados, aún con nuestros esfuerzos. Tanto John como Henry habían sido los detonantes de todo el revuelo y si tan sólo se hubiesen quedado en sus puestos todo seguiría en relativa paz, pero no, Roland tenía que sacar su vena revolucionaria otra vez y tan oportuno como siempre para empeorar las cosas. Puse los ojos en blanco intentando mantener la calma, cuando sobrevino el apagón.

Las luces rojas inundaron el vagón y el miedo se adueñó de los presentes, los niños empezaban a llorar y la gente se ponía más nerviosa-"¿Y ahora que mierda pasa? Como si no tuviésemos bastante"- pensé cabreado mientras miraba a mi alrededor viendo el caos que se había formado en un momento.

Henry salió disparado hacia la puerta del vagón, que ahora estaba bloqueada, los nervios le estaban perdiendo, pero por suerte John estaba más templado e intentó tranquilizarle, que nos apuntase a todos con un arma no animaba el ambiente precisamente.

Busqué a Alan con la mirada y no di con él aunque sí con Sarah que fue corriendo a refugiarse con Olya, cosa que me relajó, a otra persona no, pero si a Sarah le ocurriese algo, no me lo perdonaría jamás...

Un vez acostumbrado a la tenue luz noté que la potente vibración del tren a la que estábamos acostumbrados y que nos acompañaba a diario anunciando una velocidad constante, parecía suavizarse, cosa que me preocupó seriamente-mierda- farfullé.

Aún si fuera un fallo mecánico, entre Alan y yo podríamos arreglarlo seguramente, pero ¿y si esa pérdida de velocidad fuese porque han desenganchado nuestro vagón? Serían capaces de dejarnos morir en mitad de un infierno helado con tal de sobrevivir?-¡John!- pregunté desde una distancia prudencial ya que no quería parecer hostil-¡el tren parece que está aminorando la marcha!-no pensaba decirle lo que tenía que hacer pero esperaba que con ese aviso preguntase por el comunicador qué estaba pasando.

Y yo tenía que descubrir por qué estábamos decelerando y cuál era el origen del problema.

Mantenía agarrada a Sarah de manera firme, aunque sin imprimir la suficiente fuerza como para que ella notara la tensión que llevaba encima. Puede que no fuera su hija y que los valores de Kaidan no fueran todo lo altos que una persona de bien pudiera desear, pero por nada del mundo iba a permitir que le pasara algo a un niño en su presencia. Aunque al ver como Henry echaba mano de su fusil de asalto ante los continuos reproches de Roland temer por su compañero de vagón.

El grito de Elaine no auguraba nada bueno, pero dió el tiempo suficiente para que todos se estuvieran quietos hasta que tuvo lugar el siguiente suceso. De repente, Todo quedó prácticamente a oscuras, ya que apenas entraba luz por las diminutas rendijas de la parte superior del vagón. Pronto saltaron las luces rojas de emergencia, bañandolo todo con un ofensivo color rojo que no auguraba nada bueno. Los habitantes de la sección de cola empezaron a ponerse nerviosos pero un grito del barbudo fue suficiente para silenciar a todo el mundo. Entre la fuerza de sus pulmones y el arma en sus manos, era comprensible la reacción que provocaba. Por suerte se retiró hacia la puerta a preguntar que sucedía.

En el alboroto perdió a Sarah, aunque comprobó con alivio que había huido hacia una cara más conocida y amigable que la de Kaidan, la de su profesora Olya. Roland también se les acercó para intentar apartarlas de la primera línea, una sabia decisión, aunque si todos empezaban a moverse aquello se volvería un caos. Por suerte, John dió un paso al frente y trató de controlar a la muchedumbre con su potente voz, que obligaba a escucharle se quisiera o no.

Entonces oyó las palabras de Jake. Y entonces prestó atención a los sonidos a su alrededor. Apenas se percibía, pero era cierto. El tren estaba ralentizando la velocidad. Joder, aquello no podía ser cierto. Que el tren se detuviera solo podía significar una cosa, y era la muerte segura de todos. Esperaba que fuera solo su propia paranoia o un fallo temporal, porque si no estaban todos bien jodidos.

Vio a Olya volver a la parte delantera sin la niña. La habría dejado en un lugar apartado y seguro mientras buscaba a su padre, al que llamaba entre gritos. Se acercó a ella - Te ayudaré a buscarlo - dijo mientras le daba un apretón amistoso en el brazo. Sería mejor que se organizaran antes de llevar a cabo cualquier otra acción. Empezó a llamar a Alan y a buscarlo entre la multitud.

-Joder, es verdad, esta mierda se mueve más despacio. Algo va como el puto culo.- penso John pero trato de que no se le notara, si se dejaba llevar por el panico las consecuencias serian mucho peores.
-Es evidente que debemos tener alguna averia. Es posible que se necesite la ayuda de los que sabeis de cables y de mecanica. Por favor, estar preparados por si vienen a buscaros.-pidio esperando sonar lo más sereno posible.

-Todos sabemos que el tren no aminora, puede que sea un efecto optico o nos lo parezca por las luces o el miedo que da el apagón repentino pero vereis como no es nada. El miedo es el unico enemigo real aqui, así que vamos a tranquilizarnos. Henry ya esta preguntando, cuando tengamos respuestas os las haremos saber. ¿De acuerdo?

Casi grito cuando siento una mano cogiéndome del brazo. Estoy a punto de darle una bofetada a la sombra que me apresa, cuando descubro que es Kaidan, prestándome una ayuda amistosa. Suspiro, aliviada, mientras disimulo el gesto violento de mi mano, acomodándome el cabello.

-No me des estos sustos, así, a oscuras...

Empezamos a caminar, chocando contra otros cuerpos en movimiento, todos iluminados a medias por esa agresiva luz rojiza.

-Deberíamos decirle a la gente que vuelva a sus literas. Ir caminando de un lado para otro, sin luz, es un peligro -murmuro, más para mí misma que con la intención de hacerme oír, por encima de las voces nerviosas del resto de pasajeros.

De pronto, alguien exclama que el tren está aminorando la marcha, y lo cierto es que desde que se han apagado las luces, siento un sonido extraño. Acostumbrada toda la vida al traqueteo rítmico de los raíles, la carencia del ritmo habitual, el desacompasamiento del movimiento, crea como una especie de cacofonía inusual en mi cerebro, que me perturba profundamente. No le había prestado atención al origen de este malestar hasta que el guardia grandote (ya, como si no fueran grandotes los dos), trata de tranquilizarnos. Y cuando hay que tranquilizar a la gente... ay, amigo, es ahí cuando el pánico debe empezar a cundir. 

Pero no, el pánico debía quedarse sabiamente contenido dentro de los cuerpecitos escuálidos de los pasajeros de tercera, o acabaríamos siendo aplastados y pisoteados por cientos de personas histéricas. Y no es lo que tenía planeado para esta noche. Aprieto los dedos de Kaidan, que aún rodean mi brazo, con mi propia mano.

-¿Crees que es verdad? -Le susurro, haciendo un gesto hacia Callahan- ¿Nos estaremos parando?

Sujetaba las manos de su madre ensangrentadas mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. La tos de Ellen era tan preocupante que Elaine temía por su vida.

El nerviosismo de la joven era patente en su cara y sus manos que temblaban. Cuando escuchó a su madre decir que el tren se moría y la marcha empezó a aminorar, saltando las luces de emergencia bañando el ambiente de rojo como la sangre que cubría su piel, Elaine no pudo más, perdió los nervios.

Se sintió tan sola y desamparada, sin nadie que la ayudase que se hizo una bolita al lado de su madre quedándose abrazada a ella sobre la cama llorando. ¿Por qué nadie la socorría? ¿Acaso no la habían escuchado?

Entonces una voz conocida le sorprendió. La muchacha se limpió las lágrimas y la nariz, manchándose con la sangre de su madre parte de la cara.

- ¡Roland! ¡Mi madre está muy enferma! ¿Dónde está Carol? ¡Tiene que venir, por favor! - preguntó desesperada a su amigo.

Miro hacia mi espalda sobresaltada, aun cerca de John.

Ese grito... Elaine!

Casi me giro del todo cuando las luces se apagan, e instintivamente, sin pensarlo me acerco a John, como si quisiera su protección por el susto. El toma las riendas rápido, ya que Henry parece nervioso ante tanta confusión como hay. Y no es para menos. Alguno comentan en voz alta algo que sentimos todos: entren se paraba.

Según se decía era lo peor que podía pasar. Si eso pasaba, todos morirían de frio.

Empecé a andar, a tientas, aunque la luz rojiza iluminaba todo, no ofrecía lo mejor para ver. Como dejando la protección del coloso, me puse algo nerviosa. Sobre todo por los niños, que algunos empezaban a gimotear.

La profesora se encargará de ellos, pero tengo que llegar hasta Elaine!

Cuando menos lo esperábais, las luces volvieron a la normalidad y un leve tirón, que por un segundo os desequilibró a algunos, indicó que el tren reanudaba su marcha normal. La gente gritó contenta mientras otros no le daban importancia y continuaron con sus cosas como si no hubiera pasado nada.

Henry miró a todos lados sin saber que había pasado y suspiró, después de lanzar una mirada de alivio hacia John, que se había convertido en el Moises del vagón.

Finalmente, Llegué, como pude hasta la cama de Ellen, la madre de Elaine. Junto a ellas estaba Roland.

- ¿Que pasa? ¿Que ha ocurrido? - Miré a Elaine como tenia manchas de sangre por el rostro y después sus manos. -Elaine?! ¿Que...? - Pregunté sin saber que pasaba

John sintio que se quitaban cincuenta kilos de sus espaldas cuando la luz volvio pero hizo un gesto como si fuera algo que esperara que sucediera de un momento a otro.-¡Ya esta, ya paso!Un pequeño contratiempo pero todo esta bien ahora, asi que intentar relajaros.- dijo con su mejor sonrisa aunque la mirada que lanzo a Henry decia algo asi como "no se que coño a pasado pero espero que no se repita en la puta vida, porque casi me cago"
Dio una palmadita de animo en el brazo de su compañero.-Voy un momento atras, a controlar el resto de vagones. Volvere en unos minutos, ¿De acuerdo?- dijo a su compañero, aunque lo que en realidad queria era ver que le pasaba a la madre de Elaine.
-¿Todo el mundo bien? ¿Algún herido?.- pregunto mientras volvia sobre sus pasos en dirección a donde estaba la doctora.-Bien, voy a ver como estan por el resto de vagones.- le dijo a la gente.
Por experiencia sabia que las personas agradecian cuando se les decia que cojones estabas haciendo en lugar de pasearte con cara de perro de un lado a otro.

Caroline apareció cuando más la necesitaba. Le seguía de cerca John, que fue a comprobar que estaba pasando con su madre.

La luz del tren había regresado a su normalidad y ahora era más evidente el contraste de la sangre roja en la cara y las manos de Elaine.

Estaba tan ida, con un ataque de shock que no podía dejar de temblar. No alcanzaba a pensar una frase completa que tuviese sentido.

- Está muy enferma, está muy enferma. - repetía de una forma compulsiva mientras sus ojos incrédulos y ausentes observaban la sangre de sus manos.

La doctora le preguntó preocupada por su madre y ella no pudo dejar de llorar. - Ha escupido sangre mientras tosía. - las lágrimas quemaban sus ojos. - haz algo Caroline, por favor. - suplicó sin fuerzas.

Las medicinas en 3º eran escasas, y no sabía si la enfermedad de su madre tenía solución, pero solo pensar que pudiese pasarle algo, sería suficiente para que se volviese loca y algo hiciese "click" dentro de su cabeza.