Partida Rol por web

Se mantuvo al margen de las discusiones, sin embargo cuando escuchó la justificación de la pequeña Liz puso cara de circunstancias. Él nunca había visto cosas tan extremas como ella clamaba haber presenciado, lo cual no lograba que desconfiara de su afirmación, pero ¿cuántos años tenía para decir tales palabras? En cualquier caso le seguía pareciendo sospechoso y entrecerró suspicaz la mirada.
—Independientemente de lo que hayas visto... ¿No te sientes ni siquiera intimidada por lo de aquí dentro?
Igualmente le permitió despotricar contra Amanda y prefirió respirar profundo tratando de sosegarse. Debía estar alerta y a la altura de la situación, pues un paso en falso y terminaría en la camilla con la cabeza abierta.

Mientras transcurría el intercambio y la pelirroja adoptaba el papel de criminal, Cameron prestó atención a lo del dispositivo salido del cerebro del otro y enarcó sus cejas, ¿acaso también llevaba tal artilugio? Eso explicaba la voz hablándole y la visión de ordenador.
—¿Qué es eso que te está dando? —inquirió carifruncido al médico.

No obstante de repente comenzaron los disparos y el híbrido alzó los ojos como platos.
—¡Mierda! —exclamó.
Aunque gracias al cielo no llegaban a pegarles, mas lo mismo tragó saliva e intercaló la vista entre la americana y el doctor.
—¡No se lo des! —indicó alzando la voz—. ¡Primero que nos saque de aquí!

A continuación iba a añadir algo más, pero de de la boca sólo le salió respiración y quedó colgado debido a alguna razón.
—¿Apretar mis dientes y golpear? ¿Quién eres tú? —dijo hablando solo.
En el proceso miró una imagen invisible para el resto de chicos y torció el morro confundido. Aun así, vio el escudo conjurado de la mano de aquel loco de bata y jadeando de ansiedad se detalló el brazo. Podía intentar llevar a cabo la acción solicitada por la alucinación, a esas alturas no perdería nada.
Después de meditarlo, ignoró el jaleo de hormonas reinante en el grupo y tornó el cuerpo a quienes iban cayendo víctimas de la chica de gafas. Luego cobró posición defensiva enseñando el culete culpa de la ropa de hospital y mordiéndose dio un piñazo al aire con todas sus fuerzas...

Del miembro superior extendido de Bowie surgió cierta onda expansiva alada que dispersó los tiros y además golpeó a uno de los agresores mandándolo a volar acompañado de plumas holográficas.

Asenti con decisión ante la pregunta de Iván na. Claro, que podía entenderlos era mudo no sordo. Los demás seguían diciendose cosas feas entre ellos y por eso los ignoraba. Intentaba dejar atrás toda la tristeza por la que acaba de pasar y seguir adelante por lo que lo último que quería era escuchar a otros pelear.
Me gire al escuchar hablar a otros adultos, estos estaban enfadados y armados, sabía que eso era malo lo había visto en la películas por lo que empecé a retroceder. Por suerte algo raro pasó el hombre al que seguíamos creo un escudo de la nada y yo sin perder tiempo me puse detrás suya para estar a salvo. Pero lo más extraño estaba por suceder, había alguien más con nosotros alguien que solo yo veía y estaba dispuesto a ayudarnos o al menos lo parecía. Levante el brazo derecho y abrí la mano hacia arriba sobre ella apareció un bola del tamaño de mi mano, la mire sorprendido, luego miré al chico que ahora flotaba sobre mi y por último volví a mirar a la bola, tuve una idea y como por arte de magia la bola cambió para representar lo que imaginaba, una granada. Di gracias a todas esas películas americanas llenas de acción y lance la "granada" hacia los hombres armados no sin antes retirar la anilla.
Aparte de eso también tuve la sensación de poder hacer más, de poder hablarle como Lachesis lo hizo conmigo. Las palabras que le transmiti fueron pocas y simples: Gracias, por tu ayuda.

 [...]extendiendo su mano, con la palma hacia arriba en donde apareció un circulo de color verdoso, era como un control o algo parecido de carácter holografico, y sobre ella apareció una cosita hermosa, peludita y con una enorme nariz roja que flotaba como una pelota de pelos, ¡era un pequeño moogle con un báculo con un reloj!,pero que solo veía Amanda, así como la cosa que aparecía en su mano, sin embargo a pesar de sólo ella verlo, y escucharlo, (además de hacerla parecer demasiado loca), esa cosita hermosa le sería de mucha ayuda.[...]

Apenas dió tiempo a respuesta de nadie tras lo que había mencionado el doctor del aparato, cuando la gente por detras que nos seguía, comenzaron a disparar. Por un momento lo ví todo a camara lenta, como si hubieramos llegado a nuestro final, después de 225 años de frio...

Pero no todo quedó ahí. Después de una sorpresa extraña venida en forma de chica translucida que solo podía ver yo, las balas cayeron a mi alrededor, y las cercanas a Jess. - ¿Qué narices? Otro subdito... o más bien subdita. Y parece reconocerme desde el primer momento como su señora. Interesante. - De intromisión nada, has llegado justo a tiempo. Ahora acaba con ellos mi pequeña guardiana. - Señalé cual emperadora a aquellos hombres que había armados al otro extremo con una sonrisa un tanto sadica.

Fue entonces cuando parecía que mi poder como soberana empezaba a hacer efecto en la tecnología. Aquella pequeña guerrera empezó a correr como una autentica valiente y leal guardiana, destrozando las balas a su paso y de pronto, su imagen para mi se hizo más tangible, y no solo para mi. Como si fuera una sombra, comenzaba a cobrar visibilidad, mientras aqueña chica sombra destruia las balas y avanzaba a saltos hasta que finalmente se lanzó a por uno de los enemigos que teniamos al otro extremo, pero noté algo en ella, y no solo eso, también las balas que rebotaban de la asesina, las hondas del chico y la granada del pequeño Shizu

-Vuelve... quiero que me protejas, no que te destruyan. - Dije por lo bajo centrandome solo en ella - Has hecho un buen trabajo, pero ahora vuelve con tu señora - Mi mirada era de enfado hacia los enemigos, pero el leve tono que apenas si podría escuchar Jess, contenía algo de preocupación minima. Entonces la sombra se desvaneció antes de atravesar a aquel soldado haciendome producir una sonrisa juguetona y sadica final.

Tras ello miré al doctor - Suficiente distracción ¿Por qué no salimos ya?

Ante las palabras de Liz, asentí con serenidad -Se lo agradezco de verdad. Y si claro, estoy a su completa disposición al igual que para el resto... _{salvo de ella}- dije en respuesta. Serviría a todos los presentes (menos a la pelinaranja) para hacer que todos podamos salir de aquí y de esta situación tan extraña, y pronto nos puedan dar respuestas. Pero entonces...

Todo pasó de cero a cien en menos de un minuto. De pasar de una discusión incómoda que finalizó en ignorar a la gafotas, a una lluvia de proyectiles que se dirigían hacia nosotros. Dos sujetos que estaban abriendo la extraña puerta eran los responsables de ese tiroteo... ¿con que nos estaban disparando? No sonaban a las armas que salían en las películas, ni parecía que no todos los proyectiles llegaban hacia nosotros... pero aún así la situación era alarmante y no paraban allí las sorpresas. El médico que nos estaba acompañando materializó de la nada lo que parecía un escudo robusto, así porque si... ¿como lo había hecho? Y continuaban ocurriendo... ¡de repente tenia delante algo que me hablaba... más bien me gritaba! Había pasado de ser una situación preocupante a sin duda surrealista, sobretodo por lo que me pidió... aunque me daba algo de miedo decirle que no, por lo que... le hice caso.

Levanté la cara como dijo (y como me obligó tirando de la barbilla hacia arriba)... y sonreí mirando las balas, intentando que fuera una sonrisa sincera aunque la situación fuese muy rara... ¡Queda muy raro en una situación así! ¡Me van a mirar todos y me voy a agobiar! Pero entonces, lo fui notando... Notaba las balas chocando en mi cara y... ¿eran agua? ¿Esas balas eran miniglobos de agua? Notaba perfectamente como si me estuviesen cayendo goterones de lluvia en la cara mojándome el pelo y la cara... ¿que? Además, las gotas parecían chocar en mi cara y rebotar con un poco de menos fuerza... ¿como? No lo entendía... pero... ¡el escudo del doctor tambien se estaba convirtiendo en agua! ¡¿Pero que había hecho y como?! ¡Si solo estaba sonriendo! Que... ¡Que raro! Pero desde luego no voy a dejar de sonreír... prefiero agua a balas.

Tenía... tenía a una sirena gritándome delante mía y llamándome inútil. No se como lo hacía... pero la veía. Y aunque fuera traslúcida, podía notar su mano alzando mi cara hacia arriba... por lo que era real supongo. No sabía como hablarle o que hacer... y solo le hacía caso obedeciendo. Y sin duda luego de estar viendo y viviendo los resultados... estaba demasiado alucinado... ¿Podría... podría hablar con ella? -¿Como... estas haciendo esto...? ¿Quien eres? ¿Y... porque una sirena?- pregunté para mi mismo... pensando que los demás no podrían verla... mejor no llamar más la atención hablando solo. Bastante que estoy sonriendo en un tiroteo.

Le sirena abrazó al chico amablemente... O eso parecía hasta que le gritó en el oído tras hablar normal un momento - solo lo hago ¿importa? Soy acuarius es obvio, ¿quien si no? ¡Y SOY UNA SIRENA PORQUE ME DA LA GANA! ¿¡QUE SON TANTAS PREGUNTAS!?

Te dio un ligero mordisco en la mejilla mientras se desvanecía y con ella el peinado húmedo...

- ha sido un honor serviros mi señora, pero no necesito volver, puesto que ya estoy junto a vos - esperaba no haberle fallado mientras se desvanecía por completo.

Aysha aún trataba de enfocarse en salir de ahí. Llevar a dos personas, aún como apoyo moral, era algo complicado; pero no quería permitirse fallar en esta circunstancia tan bizarra que con solo decir "están a 225 años en el futuro" era la punta del iceberg en su interior que no quería inundarse en la desesperación. Escuchó  a Cameron cuando dijo que tomaban el tema de manera natural y sonrió de manera torcida.

-Es mejor eso a caer desesperados... y no creas todo por la primera impresión-ella ya había llorado en la cabina antes de salir y dejarse llevar por la frustración; pero el estado en sopor por la criogenización la habían ayudado a "serenizarse". Otro cuento sería si estuviese completamente sola.

Sin embargo, lo dicho por la rubia y la pelinegra, con temas dispares entre sí, le hizo hacer una mueca de cansancio y asco al recordar lo que hizo la inglesa. No quería decir nada de SOAN frente al tipo del bisturí, incluso ya comenzaba a planear de manera breve cómo planteárselo al pelirrojo porque era quien parecía más alterado o al menos quien exteriorizaba su malestar hacia esa situación en concreto; pues la rubia tenía su complicación y no tenía ánimos ni conocimientos para intervenir en eso. Seguía dándole repulsión recordar lo que hizo la de anteojos, por lo que se enfocó en no pensar en eso.

-Me llamo Aysha-contestó para Liz, pero ésta ya se encontraba hablando de las acciones de quien revolvía en el cerebro del otro muerto y suspiró cansada, asqueada, harta. Sí, fue horrible lo que hizo, pero no quería crear un juicio ahí mismo mientras huían para no perder el tiempo. Si bien no tenían ni una hora y ya lanzaban piedras. 

Entre todo el enredo, logró comprender el nombre del pequeño a su lado, Shizu y supo que era mudo. Pensó que no había hablado en todo ese tiempo por miedo o similar; pero no pudo evitar preguntarse por qué él había sido escogido para el proyecto, meditando si le habría pasado lo mismo que ella en su país natal. Luego, la chica que ayudaba también, se presentó como Ivanna y le sonrió para indicarle que la escuchaba a pesar del relajo que sucedía con los demás aunque trataba de prestar atención. Estaba cansada, muy cansada. Su cabeza comenzaba a dolerle.

-Por favor-dijo en un tono harto-. ¿Pueden hacer esto LUEGO? Entiendo que quieran explicaciones, pero este NO es el momento ni el lugar...

Pero se interrumpió cuando esa esa voz le habló y se quedó pensando en lo que le dijo, recordando la advertencia que le hizo cuando despertó. Se le quedó viendo y tragó saliva, asintiendo y manteniéndose cerca de quienes estaba, habló en voz alta.

-Los que puedan, vengan conmigo por favor-expresó con inseguridad. No sabía si le harían caso, pero como cada quien ya había tomado sus pautas, decisiones y bandos... sería lógico pensar que su voz se perdería en el eco de sus pensamientos y acciones defensivos. Sin embargo, ante esa petición miró con más ahínco a Shizu sin saber por qué exactamente. Por la actitud de los demás, parecía que podría defenderse, pero de él...

Y entonces, unos tipos que entraron con las armas y, por instinto, sujetó con más fuerza a Shizu e Ivanna por estar con ellos dos. ¿Esa era la tecnología del futuro? Hasta en los videojuegos presentaban cosas más...

Aysha, prioridades.

Veía que todos se libraban de esta pelea hablando solos, haciendo movimientos raros o que ocurriesen fenómenos fantasiosos, pero..

Aysha, prioridades.

- jiajiajajajaja divertido divertido jejejeje oye chaval cuando tu amigo te pida hacer algo, ¿lo podrías hacer desde detrás del escudo del tipo ese? Jijijijiji ¿eh, como? ¿Que no hay ningún escudo? Jiajajajaja estos humanos solo ven lo que quieren jajajajejejejeje bueno si sigues a la chica pronto entenderás de que hablo jajajaja ais ais tengo que controlar estas risas, me duele el estómago jijijijiji ¿te presto mi cabeza? Baja jejeje jijijijijiijiijii ais ais...

El felino alado se va desvaneciendo mientras ríe, sin duda es raro, pero te pide que sigas a Aysha, es tu elección hacerle caso o no.

Tras escribir mi nombre en la palma de la mano de Aysha, me di cuenta que lo había escrito en katakana y pensé que tal vez era mejor escribirlo con su alfabeto pero las palabras de la chica de ojos bonitos (Lizbeth) me confirmaron que al menos ella lo había entendido y al decirlo en alto también se habrían enterado el resto, Le asenti confirmando que lo había dicho bien.
Seguimos andando y no tarde en ver a un gato con alas cerca de mi, me dio mucha curiosidad y aun más ganas de agarrarlo y mimar lo pero me resistí y asenti a sus palabras.

Al escuchar las palabras de la otra chica con heterocromía, Ivanna asintió.

- Comprendo. Encantada, Shizu - sonrió lo más dulcemente que podía, aunque aún sentía su cara algo entumecida. Tanto tiempo en criogenia...

Entonces, todo pareció empeorar. Disparos, chicos hablando consigo mismos, todo era muy raro. Ivanna se alejó del agarre de Aysha y se paró cubriendo a la chica de cabello castaño y al pequeño de cabellos plateados* y los balazos atravesaro su piel. El cuerpo de Ivanna se retorció y su espalda se arqueó de una manera casi antinatural, mientras que una mirada escalofriante se apoderaba de su rostro.

Comenzó a caminar con pasos erráticos y dijo - ¿Creyeron que podrían deshacerse de mí? Ja! No pudieron antes, no podrán ahora. Se arrepentirán - e hizo ademán de seguir avanzando.

Mientras reía a carcajadas, la verdadera Ivanna permanecía junto a Aysha y el pequeño Shizu. Parecía bastante fuerte para ser un chico mudo.

Al escuchar las palabras de la otra chica con heterocromía, Ivanna asintió.

- Comprendo. Encantada, Shizu - sonrió lo más dulcemente que podía, aunque aún sentía su cara algo entumecida. Tanto tiempo en criogenia...

Entonces, todo pareció empeorar, la puerta se abrió y los Disparos comenzaron a llegar, chicos hablando consigo mismos, todo era muy raro. Ivanna se alejó del agarre de Aysha y se paró cubriendo a la chica de cabello castaño y al pequeño de cabellos plateados*, mientras ellos y otros de los presentes seguían a Aysha, los balazos atravesaron su piel se introducían en su físico y golpearon sus huesos. El cuerpo de Ivanna se retorció y su espalda se arqueó de una manera casi antinatural, mientras que una mirada escalofriante se apoderaba de su rostro. Casi como si estuviera por morir.

Comenzó a caminar con pasos erráticos y dijo mientras volvía a alzarse - ¿Creyeron que podrían deshacerse de mí? Ja! No pudieron antes, no podrán ahora. Se arrepentirán - e hizo ademán de seguir avanzando.

Mientras reía a carcajadas, se acercó más y más a la puerta que se cerraba

Quien diría que la muchacha pediría que le siguieran, así ocurrió y fueron pocos quienes le hicieron caso, al seguir a Aysha, Shizu y Cameron se posicionaron más adelante del doctor, mientras este parecía pensar algo. Aquella chica americana era extraña, o tal vez común para los suyos, SIEMPRE haciendo lo que querían, que hubiera despertado y siguiera viva, le ahorraba tener que quitar ropa para una autopsia debidamente correcta, pues al parecer, en aquel país hicieron con las normas de criogenización lo que hace la mayoría de gente con el papel para el baño... Obviando malas palabras, en aquel instante le ofrecía algo que él mismo había tenido que dejar abandonado.

Le cogió el chip de la mano a la vez que la puerta que posiblemente daba al exterior se abría, dando paso a un pequeño grupo armado. Los que parecían mandar eran uno muy ruidoso y uno de voz grave y tranquilo, se hacían notar hasta el punto de que los cuatro que entraron detrás y comenzaron a disparar siguiendo el ejemplo de sus superiores, casi pasaban inadvertidos.

El doctor se llevó el chip a la barbilla pensando que esa tal Amanda era quizás aceptable pese a ser de aquel país que se creía grande por si solo, sin percatarse que eran todos inmigrantes... Le resultaban tan... "Tan", que ni describirlos le apetecía.

Inició una descarga de munición algo extraña, pero el tipo al que ya veían como sádico por tener una profesión de índole tal vez agresiva, respondió en un instante, creando un asombroso y hermoso escudo.

Pero ese clásico que parecía ser el recibir esa munición y escudarse, ya que se veía demasiado acostumbrado, se vio afectado por un suceso bastante extraño,...

Por un lado sin amedrentarse, o puede que si pese a no mostrar esa debilidad, al lado del doctor y aun así sin dejar que el escudo le cubriera, Amanda estiró su mano, y movía sus dedos en el aire cual titiritera, un buena cantidad de balas se desviaban e incluso regresaban a unos tipos, a los que este hecho les tomo realmente por sorpresa, el grande y ruidoso recibió un par de duros impactos en el hjombro y estómago, y las ráfagas constantes se vieron menguadas no solo por este acto.

Otras balas comenzaron a licuarse ante una muchacha a la que parecían estar peinando con mimo, su trenza volaba con los impactos como si una lluvia horizontal le refrescara, incluso alzó su rostro y sonrió, aquella extraña lluvia que desaparecía en materia y humedad por igual, sin mojar realmente a esa chica, parecía ser un regalo para sus sentidos. Aunque lo sorprendente en este caso fue, ver como medio escudo del doctor, en el lateral en el que ella estaba se disolvía como cera consumida, que en lugar de caer al suelo se desintegraba. Un par de ¿gotas de ese agua seca? Golpearon al hombre que comenzaba a abrir los ojos sorprendido, una vez más, tampoco solo por ello.

El pelirrojo que había seguido a la chica, en principio cubierto por aquel escudo, vio como una "gota" pasaba cerca de su mejilla retransformada en munición sólida. Tomó una posición marcial y golpeó el aire hacia adelante, una especie de vendaval intuido por la compañía de extrañas plumas salidas de ninguna parte, golpearon nuevamente al gigante, este hubiera salido volando si no fuera por que el tranquilo y más pequeño se posicionó detrás utilizándolo de muro para seguir disparando, sin embargo, si volaron dos de los "mequetrefes invisibles" que les seguían. La descarga de munición no se detuvo, y de hecho, parecía hacerse más intenso.

"Shclink, shclink, shclink" los perdigones dirigidos a la muchacha de cabello negro, eran eficazmente partidos en dos, desviándose sin ningún problema lejos de su piel, parecía incluso mirar por encima del hombro a sus agresores como si le bastara con ordenar que aquellas veloces pequeñas esferas se apartaran de su camino. Una temible sombra apareció con una katana ante aquellos hombres armados, no llegando a cortarlos, pero incluso el pequeño y tranquilo dio un par de pasos atrás, con cara de sentir ver algo que no debía.

Y entonces incluso el niño de pelo "cano" tomó en sus manos una esfera que se transformó en granada, algunos de los presentes tragaron saliva, alguno quizás llegaría a pensar "espera chaval esas cosas son peligrosas, por favor apunta bien". Pese a ello la lanzó con una parábola perfecta que golpeó el rostro del grandullón, aunque por algún motivo en vez de explotar, se desvaneció tras impactar en su objetivo, el gigante, no pudiendo aguantar más, cayó de rodillas, y se balanceaba con los ojos en blanco.

El pequeño y los dos restantes se ensañaron especialmente en ese último instante, pero Ivanna abrió sus brazos, su cuerpo recibió aquellos impactos de bala, con leves salpicaduras en torso, brazos, piernas e incluso en el rostro, pero... De algún modo se puso en pie tras unos gestos más aptos de un zombie que de alguien vivo, incluso les animaba a disparar más, seguía recibiendo algún proyectil, que aparecía de la nada, incluso aunque el miedo obligó a aquellas personas a detener su ataque compungidos por el terror, nunca habían visto tal cosa. Cuando la arbórea puerta se cerró, Ivanna pareció atravesarla, para aparecer más adelante totalmente despreocupada - salimos ya?

El doctor solo acertó a decir un par de frases, pensando como ordenarlas - ¿que... Quien... De donde habéis... Como habéis hecho eso...?

La salida estaba unos metros más adelante, y parecía una puerta magnética corrediza.

Después de haber sido testigo de sus propios poderes, agachó la mirada a su mano y desvió la vista al resto de compañeros. Granada, escudo, una zombi... Ese día sería recordado por él como en el cual perdió la cordura en sentido figurado. No obstante, lejos de dejarse llevar frente a la surrealidad del asunto, tragó saliva y sintió la tranquilidad de tener un hechizo para defenderse.
—¿Esto no es una simulación, verdad? —preguntó confundido.
A continuación oyó a la chica pidiendo que la sigan y asintió dispuesto a caminar tras ella.
—Va-vamos —dijo dubitativo.

Después de haber protagonizado un anuncio de champú en el que mi pelo ondeaba el viento gracias a los goterones de agua, perdí la sonrisa y me llevé la mano a una de las mejillas como si me doliera algo, con cara de circunstancia por todo lo que he visto... lo que yo había visto solamente, y lo que había ocurrido con el grupo de gente armada. No había entendido absolutamente nada de nada, todo había sido un batiburrillo de agua, plumas, cortes, granadas, gritos y situaciones que escapan a mi comprensión... volvía a hacer la pregunta solo que añadiendo un plural: ¡¿Pero que habíamos hecho y como?!

Porque además, no eramos solo nosotros quienes no habíamos entendido esto... sino que el propio doctor compartía mi cara de confusión. ¿El tampoco sabía que había ocurrido? ¿Al hombre que acaba de materializar un escudo de la nada le ha parecido raro lo que hemos hecho? Este futuro es un lugar extraño desde luego. El pelirrojo dijo algo que me llamó la atención -¿Una simulación? ¿Simulación de que?- pensé... creo que esto era la realidad. Una extraña realidad lleno de fuerzas invisibles, agua que no moja, y más cosas extrañas.

Me acerqué al médico que tan confundido estaba como nosotros -Señor, lamento decirle que desconocemos esas respuestas que usted pide... al menos por mi parte me encuentro con la misma confusión que usted. Aunque si lamento lo de su escudo... creo que fui yo quien lo hice, aun sin saber como...- empecé disculpándome ante el hombre con educación -Pero creo que tampoco es este el lugar donde debamos buscar las respuestas, con un grupo armado detrás de este grupo y de usted... ¿podría abrirnos la puerta y llevarnos a un lugar más tranquilo? Por favor- le pedí al médico. Tenemos a un grupo con armas pisándonos los talones, no quiero perder más tiempo aquí... prefiero tener un lugar donde podamos hablar todos e informarnos mutuamente.