Partida Rol por web

Sobre aguas oscuras

001.- En algún lugar del Caribe...

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20/09/2007, 01:15
Director

Notas de juego

Ekao, el puerto y el pueblo, a estas horas, están completamente desiertos. Te he modificado el primer mensaje que has mandado. El segundo deberías modificarlo tú.

Es casi medianoche en un pequeño pueblucho. No hay gente en las calles, ni mercado. Puedes conocer la casa de Nohaba y no hay problema ninguno en que la encuentres, pero paseas por callejuelas vacías y desangeladas.

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20/09/2007, 01:24
Director

Uno al lado del otro, aunque al principio cada uno en su mundo, Santiago y William se dirigen hacia en la dirección que John Roach ha señalado y se pierden en la oscuridad de la noche. Por unos instantes, Ekao les sigue, pero pronto cambia de rumbo para dirigirse hacia algún lugar en dirección opuesta con la confianza del que conoce el lugar. Un aparentemente cansado Munrow sube, a grandes trancos, detrás de John Roach por la pasarela, observando las tres velas: ¡Tres velas!¡Ignorantes!¡Esto no es una corbeta, es un balandro de guerra!.

Indecisos todavía y sin prisas para decidir, Berenguer y Thomas permanecen todavía unos minutos meditando sus opciones.

Notas de juego

He optado por hacer que los dos jugadores que no han respondido se queden parados un rato más, para no detener mucho rato la partida.

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20/09/2007, 01:26
Director

John Roach sube delante de Munrow. Un fanal deja en penumbra la cubierta, haciendo visibles a cuatro marineros que esperan a los recien llegados. No hay nada que los distinga de tantos otros: no parece que el capitán o Jack Dew hayan buscado lo mejor o lo peor de los puertos.

- Enseñarle dónde pué dejar sus cosas pa dormir - dice al grupo que espera, sin detenerse mucho más y dirigiéndose hacia la parte izquierda del castillo de proa, donde se encuentra la entrada a los camarotes de los mandos.

Un marinero, casi un enano, se acerca a Munrow. Parece cansado. Los otros tres recogen la pasarela en un gesto de inusual desconfianza.

- Tó el mundo está durmiendo ahora. Tós. Así que esta noche no hay hamaca. Pués dormir sobre una maroma, si quiés. - informa el enano, y Munrow tiene la sensación de que eso exactamente era lo que estaba haciéndo él.

Bajo las velas se encuentran dos botes, colocados a ambos lados de cubierta. Tanto cerca del castillo de popa como del de proa hay maromas enrolladas, y sobre alguna de ellas asoman cuerpos de marinos durmientes. Del interior del castillo de popa surge una sinfonía de ronquidos que deja claro dónde se encuentra la habitación comunal de la tripulación.

Notas de juego

En breves minutos (tan pocos como pueda conseguir) tendrás a tu disposición un mapa de la cubierta en la sección de mapas.

EDITADO

Ahí lo tienes. Las partes interiores de los castillos no puedes verlas, por supuesto, pero como pronto conocereis el barco de pe a pa no tiene sentido quitarlas.

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20/09/2007, 01:26
Director

En un silencio sólo roto por el tarareo de William, los dos hombres salen del muelle y se adentran en las callejas de Port-au-Paix. Es un pueblucho de mala muerte, y encontrar la única posada del lugar no les resulta para nada difícil. En un par de minutos pueden oir un murmullo de voces y risas que salen de una puerta tras la que se adivina una luz. Tras un corto trecho embarrado, Santiago y William llegan hasta la puerta y la abren. Fuera dejan a un grupo de tres marineros que parecen hablar con seriedad, y que se quedan en silencio hasta que entran.

El interior huele a humo y a sudor. La habitación, no muy grande, está iluminada por un par de candiles, lo que permite distinguir a un animado grupo de unas quince personas, al menos, que parece demasiado grande para el lugar. Las mesas están atestadas de marineros que, vistas las pocas embarcaciones en el puerto, seguramente pertenecerán en su mayoría a la tripulación del Arcana. Un par de marineros se vuelven para miraros, pero el resto, que parece haber confraternizado bastante bien, os ignora. Un orondo posadero, ayudado por una mujer del mismo tamaño, sirven ron y carne asada con nerviosismo, al parecer poco acostumbrados a un número de clientes como este.

Podeis ver la bebida y la comida. Las mujeres de las que habló Roach parecen ausentes, aunque un par de cortinas separan la habitación de otras estancias que no están a la vista...

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20/09/2007, 09:04
Santiago Caballero Negro

Santiago busca con la vista algo de sitio, para él y su compañero. No es que el español considere al pelirrojo un amigo, pero esta acostumbrado a confraternizar a su fría manera con los que alternativamente iban siendo compañeros suyos en la batalla. Demasiadas veces debías confiarle la espalda un casi total desconocido para salir con vida.

Alza la mano y alza la voz para hacerse sentir:
-Posadero... alegrame la noche y dime que tienes algo de autentico vino ahí atrás.-

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20/09/2007, 11:18
William O´Linch

William prefería la compañía del español antes que la de Ekao o la del inglés. Si tenían que ir en la misma nave durante mucho tiempo era bueno tratar de llevarse lo mejor posible, y nada como una noche en la taberna para confraternizar un poco.

Al ver el local atestado, el marino buscó un sitio con poca o ninguna suerte, de modo que utilizó el método clásico. Había varios hombres que ya estaban ebrios, o casi, de modo que se acercó a un par de ellos por su espalda, fijándose bien de que no estuvieran acompañados, dio un fuerte tirón de los hombros a uno de ellos para hacerlo caer del banco mientras se dirigía a su compañero de mesa.

-Creo que tu amigo se ha caído, será mejor que le ayudes a levantarse.- La mano de William reposaba relajadamente sobre su alfanje por si había errado con la suposición de que ambos hombres estaban ebrios, pero parecía que había acertado.

Cuando ambos borrachos trataban de ayudarse, William también lo hizo, consiguiendo que ambos cayeran de nuevo al suelo y, dándolos por perdidos, se sentó con una sonrisa en el banco.

¡Español, ya tenemos sitio!, !espero que no te importe pedirme una jarra de ron!.- Había pensado en cerveza, pero para beber meado prefería beberse el suyo.

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20/09/2007, 16:53
Berenguer Alstrà

Berenguer espero durante un momento viendo como algunos se alejaban hacia la taberna y el hombre que le había ayudado con la vela subía al Arcana. Como parecía que durante un tiempo no pisaría tierra firme Berenguer se decidió a ir a beber un poco a la taberna, allí podría relajarse un rato e incluso saber algo más de sus nuevos compañeros, el nombre sería un buen comienzo.

Con paso decidido Berenguer empezó a andar hacia donde los otros se habían dirigido, con un poco de suerte los alcanzaría o la taberna estaría cerca.

Notas de juego

siento el retraso, ayer miré la escena pero al final se me paso postear :(

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20/09/2007, 19:46
Santiago Caballero Negro

En la atestada sala, repleta de olor a sudor y alcohol, Santiago se intentaba acerca a empellones a donde se había podido colocar William llevando dos jarras en la mano. Al final lo consiguió, se sentó su lado y dejó reposar las dos jarras sobre la mesa.

-No hay ni un maldito antro en estas islas que tengan nada que no hallan aguado y azucarado antes-
Dijo mirando con malos ojos el contenido de la jarra, que debía ser un compuesto de ron aguado y mucho azúcar. Santiago cree que lo llaman grog los jodidos herejes de Albión.

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21/09/2007, 01:29
Robert McMaster

- Y será todo lo que consigas para beber, si te embarcas, cada día - responde, con un acento escocés cerrado el hombre que junto al que Santiago se ha sentado - Soy Robert McMaster, "el Escocés". Y, si no me equivoco, compartiremos grog en el Arcana.

Robert es un hombre bajo, delgado pero fibroso. A pesar de hablar a Santiago, mira con seria curiosidad a William O'Linch.

- Aunque la opción de beber el agua podrida de los barriles es aún peor. Al menos el grog le quita ese horrible sabor - termina. Su acento es tan fuerte que a veces resulta difícil entenderle - ¿Cómo os han engañado a vosotros para enrolaros en este viaje de locos? ¿Y de dónde sois, si puedo preguntarlo?

El Escocés bebe de su jarra, esperando vuestra respuesta. En vuestra misma mesa hay sentada media docena más de hombres, pero ninguno parece intentar escuchar por encima del estruendo. En la parte trasera se oye una cloqueante risa de mujer, seguida de la de un hombre. Un grupo de marineros se alborotan, en una esquina. La puerta se abre y entra uno más: Berenguer, otro de los agraciados con la moneda de Jack Dew.

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21/09/2007, 01:42
Director

En el silencio de la noche, Berenguer sale del muelle dejando atrás a un todavía dubitativo Thomas y se adentra en las callejas de Port-au-Paix. Es un pueblucho de mala muerte, y encontrar la única posada del lugar no le resulta para nada difícil. En un par de minutos puede oir un murmullo de voces y risas que salen de una puerta tras la que se adivina una luz. Tras un corto trecho embarrado, el marinero llega hasta la puerta y la abre. Fuera, una pareja de hombres parecen observar a un tercero que se aleja en la oscuridad, para luego escrutar, segundos antes de que entre, a Berenguer.

El interior huele a humo y a sudor. La habitación, no muy grande, está iluminada por un par de candiles, lo que permite distinguir a un animado grupo de casi veinte personas que parece demasiado grande para el lugar. Las mesas están atestadas de marineros que, vistas las pocas embarcaciones en el puerto, seguramente pertenecerán en su mayoría a la tripulación del Arcana. Un par de marineros se vuelven para mirarle, pero el resto, que parece haber confraternizado bastante bien, le ignora. Un orondo posadero, ayudado por una mujer del mismo tamaño, sirven ron y carne asada con nerviosismo, al parecer poco acostumbrados a un número de clientes como este.

Puedes ver la bebida y la comida. Las mujeres de las que habló Roach parecen ausentes, aunque un par de cortinas separan la habitación de otras estancias que no están a la vista...

Tras una corta inspección, descubre que sentados en una de las atestadas mesas se encuentran dos de sus compañeros, Santiago Caballero Negro y William O'Linch, al parecer hablando con un hombre bajo y fibroso que le observa también con aire inquisitivo.

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21/09/2007, 13:29
William O´Linch

Aquel marino parecía tener bastante experiencia encima, además de ser compatriota, aunque escocés.- El grog no es tan malo, sobretodo cuando estás a bordo durante mucho tiempo, al final llegas a echarlo de menos cuando te ves obligado a beber el agua podrida como dice "el Escocés".- Sin levantarme tiendo mi mano por encima de la mesa y delante de Santiago.- Yo soy William O´Linch, Irlandés, y este de aquí es mi compañero Santiago, " el Español".- Le comento mientras guiño un ojo.

Siendo escocés y estando en tortuga era probable que Robert fuera un exiliado forzoso por culpa de los ingleses. Esto hacía que William tuviera una buena predisposición hacia aquel marino.

- Imagino que embarcamos por las mismas razones que tú, una buena paga, algo de emociones y la posibilidad de conseguir un poco de venganza. ¿Como ha llegado hasta aquí un escocés como vos?

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22/09/2007, 13:14
Santiago Caballero Negro

Intenta ceder algo de sitio al ver a Berenguer. Al principio lo hace por las buenas, pero resulta imposible. al final se decanta por dar un empujón a su lado, el contrario al que ocupa William.

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24/09/2007, 14:48
Ekao Mogamba

Una vez finalizado el ritual, en la habitación flota todavía un aire espeso y húmedo, pesado y difícil de respirar. No queda rastro alguno de la enorme rata, y todas las velas están apagadas.

Las dos estaban sentadas en el suelo, descalzas y apoyadas en la pared. Madame Nohaba fumaba un enorme y pestilente puro, y entre dos profundas caladas, bebía de una sucia botella ron de importación.

-Te has portado bien, pequeña; los Loas están contentos, ois? -tiene los ojos cerrados-. Si acá se oyeran aun lamentos, el sacrificio habría sio pobre y pa ná, y aún les debieras algo, pero la rata era mu grande, ha estao bien -asiente.

Pero Ekao tenía los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás. Tenía un cierto aire de preocupación.

-Pequeña, no, dime pues.. qué pasa por tu cabesita, Ekao? Ya casi es de dia, tenés que ir allá, al puerto, con los hombres blancos!

-Hay un inglés en la tripulación. No me fio de él -dice, sin abrir los ojos. -Tiene la cara de alguien que ha vivido bien, y los ojos del mismísimo Nuar dan Lubre.

Madame Nohaba abre la boca de sorpresa, y rápidamente se santigua tres veces y escupe.

-Parece educado incluso. No me fío de él. No me gusta.

Deben de ser las tres o las cuatro de la mañana, por la posición de la luna que se ve a través de ua pequeña ventana. El insomnio siempre lo han sufrido ambas. Madame Nohaba le ayuda a levantarse.

-Mal rayo les parta a todos los de piel clara, voz suave e intenciones decentes. Todos los hombres son bandidos. Todos los blancos son diablos. Escúchame Ekao.. no puedes bajar la guardia ni cuando estés meando, me ois?

Salen de detrás de la cortina, llegando al cuarto en el que se encontraron las dos. Madame Nohaba se acerca a una gran alacena que cubre toda una pared, coge la bolsa de Ekao, y comienza a reordenarla a su antojo.

-Necesitarás de mi ayuda, aun cuando no estaré cerca, niña... -dice, mientras lee frascos, y deposita algunos en la mesa-. Sabes tanto como yo, pero he estao trabajando en nuevas mezclas y quiero que las lleves contigo, cerca.

Ekao sólo asiente.

-Venga, siéntate, que aun no llegó la mañana y tienes cosas que aprender.

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24/09/2007, 17:44
Berenguer Alstrà

Berenguer observa a sus dos compañeros sentadas en la mesa mientras hablan con una tercera persona, a medida que se acerca ve como Santiago abre un pequeño espacio a su lado, lo justo para que pueda sentarse una persona.
- Saludos de nuevo, parece que esta taberna se ha convertido en el recibidor de la Arcana. - Poco a poco, Berenguer intenta sentarse en el hueco que le han proporcionado, suerte que no abulta demasiado.
Berenguer alza la vista intentando ver al posadero en alguna de sus continuas carreras con comida y bebida a ver si él también puede empezar la diversión. - Una jarra de ron y... - Berenguer mira a Santiago y a WIlliam para ver el contenido de sus jarras. - De momento sólo una, ya habrá más detras.

Mientras su ron aun no llega Berenguer presta algo de atención a la conversación de los otros tres, empieza a preguntarse quien será esa tercera persona pero viendo el ambiente general de la taberna no es algo que le intrigue demasiado en estos momentos.
Cuando por fin tiene su jarra la levanta un poco hacia sus compañeros. -Por un gran viaje. Salut.-

Notas de juego

NO se si la comida por la mesa será un bien comunitario, así que mejor evitar peleas y pido lo mío xD
COmo ya llevaís un rato espero que tengais la jarra llena ;)

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24/09/2007, 18:36
Santiago Caballero Negro

Sin decir palabra alza la jarra en gesto de saludo. Luego sigue escuchando al escoces.

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29/09/2007, 18:49
Ekao Mogamba

Para cuando los primeros rayos del sol asoman tímidamente por la única ventana que tiene la pequeña habitación, la bolsa de Ekao ha sido examinada a conciencia, y está repleta de pequeños frascos de cristal, con un contenido que sorprendería a más de uno.

Las nuevas mezclas de Madame Nohaba iban desde los encantamientos de vudú más sencillos (como escorbuto, sífilis o diarreas), hasta auténticas maldiciones que harían temblar al más aventurero. Ekao era buena aprendiz, con una gran retentiva, y enseguida entendió todo cuando la Señora del Vudú le indicó.

-... y de esta forma, si ves que todavía le quedan fuerzas pa respirar, cogés este alfiler y atravesas la muñeca con la punta, entendiste? -Madame Nohaba era tan gráfica que hasta un ciego lo habría entendido-.

-Tengo todo claro, pero no entiendo para qué sirve.. esto -sacó de su bolso un frasquito muy pequeño, cuyo contenido parecían limaduras de hierro, pero verdes-.

Madame Nohaba se echó a reir. -Esto é a la vé veneno y remedio, viste? -giraba el frasco entre sus grandes y rechonchos dedos. -Son semillas de la flor del Guanmaner, la droga de los pobres, mijita. Ya sabés lo que quero decir.

Le lanza una mirada, como la del maestro que espera la respuesta correcta de su alumno.

-Sé lo que es, pero no entiendo de qué me va a servir en este viaje, Señora.

La Señora sigue sonriendo, complacida. Como quien sabe que lleva la razón en lo que dice.

-Tú llévalo, mijita, llévatelo contigo. Haz caso a esta vieja.

Ya el alba comenzaba a despuntar.

-Apúrate. Todos estarán medio borrachos aun. Sé ejemplo, Ekao. Compórtate y sé una auténtica señora.

Antes de salir por la puerta, ambas se dan un sentido abrazo. El sol aún no ha salido, pero el cielo rosado le delata.

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30/09/2007, 17:07
Munrow

Notas de juego

¿Hay posibilidad de que Munrow baje del barco sin que nadie se de cuenta? Quizás descolgándose por las amarras, o qué se yo.

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01/10/2007, 20:05
Director

Notas de juego

Hay posibilidad de que lo intente. Parece complicado -hay algunos marineros en cubierta despiertos- pero no excesivamente. Seguramente te resultaría mucho más fácil que volver a subir sin que se diesen cuenta.

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01/10/2007, 20:29
Munrow

Notas de juego

Mmm... estoy pensando en dejar caer a Munrow en el bar y asesinar a alguien a traición, mientras se cubre las espaldas diciendo que estaba durmiendo abordo cuando sucedieron los hechos.

Que Munrow se pasee sin hacer mucho ruido por cubierta, a ver si descubre algún rincón oscuro desde el que descolgarse y volver a entrar después sin ser visto.

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01/10/2007, 20:37
Robert McMaster

- ¿Mi historia? - pregunta McMaster - Bueno, una como tantas otras...

Al ver que sus nuevos compañeros hacen sitio -entre los gruñidos desaprobatorios de un par de marinos sentados al lado de Santiago que son empujados por este- a un nuevo invitado, se detiene hasta que Berenguer se sienta. Levanta las cejas, interrogante, y se presenta:

- Soy Robert McMaster. Enrolado en el Arcana, como vosotros, a falta de algo mejor - se lleva su jarra a los labios, y bebe un largo trago - Venido a estas tierras en busca de fortuna y, aunque los botines y las pagas la han puesto es mis manos varias veces, poco disciplinado para invertirla cada vez en algo que perdure.

El Escocés sonríe. En el fondo de la pequeña habitación tres o cuatro hombres caen al suelo en un amago de torpe trifulca tabernaria.

- Y, decidme - pregunta a su vez tras observar sin mucho interés el jaleo - ¿quizá sabreis vosotros el nombre de nuestro tímido capitán? He oído muchos rumores, algunos descabellados, pero ninguna certeza. ¿Sabeis si es cierto que es un noble europeo, o que busca venganza, o que tiene noticias de un tesoro? La paga es buena, pero estaría contento de saber de qué manera tendremos que jugarnos la vida para conseguirla.