Partida Rol por web

Avanzaron a través de la gigantesca sala hasta llegar al despacho de ese tal Coruum, seguramente sería un carca. En la pantalla había para introducir unos datos que obviamente no tenían, pero no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.Algo tendría que serles de utilidad en aquella sala, el viaje no podía ser en vano, les había costado lo suyo llegar hasta allí.Se acercó a la mesa y deslizó sus dedos por la superficie de esta, mientras se paseaba contoneando sus caderas.Su mirada se mostraba analítica con el entorno, miraba cada pequeño detalle, sentía aquel despacho en su interior, quería convertirse en una trabajadora más de aquel edificio.Rebuscó pacientemente en cada esquina de la mesa, en busca de algún interruptor secreto, rebuscó en sus posibles cajones, sacó los archivadores e intentó comprobar a grosso modo su contenido, pasando las hojas con rapidez y decisión, comiéndose con su mirada cada letra allí plasmada.Chasqueó la lengua un tanto indignada, le estaba costando salir de aquel callejón sin salida.

En ese momento, pensaba en las otras maneras de haber entrado.Se podría haber ligado a algún guardia que supiese algo de información privilegiada, y ahora mismo le estaría pisando su pecho con uno de sus tacones, mientras el guardia probablemente le diría el código tartamudeando mientras se le ponía dura.Si, a la twi'lek le encantaban esas escenas.

-Tiene que haber algo chicos...- les dijo sin darse por vencida, animándoles también en cierta manera para que buscasen algún indicio.Dejó el archivador que tenía a medias para despejarse un poco, y se acercó al cuadro resoplando mientras estiraba sus brazos con las manos entrelazadas hacia arriba.Lo miró durante unos segundos analizándolo, quizá escondiese algo detrás suyo, era típico en las películas cuando los peces gordos escondían sus premios más jugosos, o eso le contaron los clientes que conoció en su pasado; rodianos, tusken, zabraks, ithorianos, gamorreanos o bothans, una lista casi interminable de clientes exquisitos que solo querían paladear el plato más exclusivo del local.Todos ellos con sus aires de grandeza, sus vidas llenas de pomposidad y ostentosidad, siempre presumiendo de esto o aquello, o de todas las pelis que habían visto, nunca dejaban de sorprenderle cuando se trataba de sacar un tema de conversación.

Dejando sus divagaciones a un lado, posó su mano delicadamente sobre el marco del cuadro, y acercó su rostro hacia el canto  del marco pegado a la pared.Con ayuda de sus dedos, intentó separar el cuadro unos centímetros de la pared para comprobar que no había nada oculto tras aquella obra pictórica.

Después de que Nersha le diera un poco de su amor a la cerradura accedimos a las oficinas. El lugar estaba desierto, dada la hora que era, y nosotros eramos los únicos trabajadores que nos encontrábamos ahí.

Recorrimos la planta hasta encontrarnos con el despacho del director, si nuestro nikto había pasado por ahí sería en esa habitación donde probablemente encontrásemos algo.

Al entrar en el despacho Nersha se centró directamente en el cuadro, buscando quizá una caja fuerte oculta tras este. No era el tipo de trabajo al que yo estaba acostumbrada, pero formaba parte de la caza así que me detuve delante de uno de los archivadores.

- Wazn, vigila por si viene alguien, Apple, ayúdame a buscar en los archivadores, quizá aquí encontremos algo, que no necesitemos llegar a intentar hackear el terminal - dije.

Si no encontrábamos nada, ni tras el cuadro, ni en los archivadores, tendríamos que prepararnos para lo peor tras intentar saltarnos la seguridad de Zelcom.

Wazn se limitó a cumplir la importante tarea de vigilar el pasillo, mientras el resto, ponía patas arriba la oficina.

El pistolero seguía con su arma en la mano, notaba su peso y eso le reconfortaba, ardía en deseos de que algo apareciera por ese pasillo para interrumpirles. Tenía ganas de un poco de adrenalina.

Tal y como la dijeron, ella se pone a mirar en los archivadores al igual que sus compañeras.

- Y no habeis probado con admin admin???? Quizás no son tan listos como pensamos... y este tiene pinta de no gustarle mucho.. o con su propio nombre..y el de su perro

Empieza a decir opciones, a lo mejor se están complicando demasiado y resulta que es mas sencillo de lo que piensan, pero mientras tanto sigue buscando algo, aunque antes mira en la pantalla y en el teclado tambien, por si hubiera dejado un papel escondido.

La búsqueda rápida por los archivadores revela mucho material físico arcaico: miles de papeles con olor a viejo donde buscar. Por suerte el señor Coruum era un tipo ordenado, aunque un poco descuidado, porque solo os bastó una vuelta para encontrar múltiples facturas de encargos y envios con el signo del sol negro como firma, sobretodo armas robadas a los imperiales o de contrabando del borde exterior, es más, todavía había encargos en el sótano 1 A.

Nersha busca en los lugares donde un viejo hombre de negocios escondería algo valioso. Bajo la mesa, en los cajones y oh, el típico escondite detrás del cuadro del tio pescando con un perro, un toquecito maestro en uno de los laterales hizo saltar las manijas del cuadro y este se movió hacia un lado, revelando una caja fuerte bastante antigua. 

La preciosa Twi´lek colocó la oreja en la caja y movió la rueda de un lado a otro hasta que un "click" hizo que la puerta se abriera. Dentro había una tarjeta que ponia: Almacén 1A, una pistola bláster de bolsillo, un escaner calibrado para comprobar los niveles de energía de sistemas de armamento. Además de una nota con un holograma. Una figura negra con la voz distorcionada decía: Pronto enviaremos a alguien a hacer una inspección, manténgase listo.

- Creo que hemos dado en el clavo - dije mirando a Apple y girándome luego para comentarlo con Nersha y Wazn -. Mirad, aquí tenemos datos sobre encargos del Sol Negro, contrabando y armas robadas, dice que en los almacenes del sótano todavía puede haber algo de material, puede que con ello haya algo de información de donde se encuentra nuestra presa.

Estaba emocionada, estábamos acercándonos a nuestro objetivo y eso siempre hacía latir de forma especial el corazón de cualquier cazarrecompensas.

- ¿Tienes algo ahí, Nersha? - le pregunté a la twi'lek. 

Sonrió satisfecha al ver que todas esas historias que le contaban los fanfarrones y ricachones no eran del todo mentira.Apartó el cuadro y analizó detenidamente todos aquellos artículos.Pudo escuchar a sus espaldas como Irella compartía la información recolectada con el resto, y cuando se dirigió a Nersha, esta se giró con uno de sus brazos en jarra y dejando caer el peso de su cuerpo sobre una de sus caderas.En su otra mano, agarraba entre dos de sus dedos, una tarjeta magnética en la cual ponía Almacén A1.Su mirada juguetona hacía juego con su sonrisa traviesa.

-¿Un almacén decías?- preguntó con un tono casi heroico-.Aunque, creo que tenemos que darnos prisa, queridos, o tendremos visita- tras esto, se guardó la tarjeta entre sus voluptuosos senos, haciendo que la carne violácea de estos devorase la tarjeta como si fuesen un par de bestias hambrientas.Tras esto, se giró para coger del interior de la caja fuerte que logró abrir, una nota en forma de holograma sonoro, y se la mostró al resto.

Pronto enviaremos a alguien a hacer una inspección, manténgase listo.

-Mmm, puede que nos encontremos a ese tal Coruum "Sandía" por esos almacenes.Tendremos que actuar sigilosa y rápidamente.¿Estáis listos?- preguntó aún sujetando el holograma en su mano.Mientras tanto, su otra agarró un bláster de bolsillo, bastante práctico en situaciones delicadas y lo guardó en la parte de atrás de su cintura.

Se emocionó al igual que Irella al haber encontrado la información, y más aún cuando Nersha encontró la llave a aquel lugar. Parecía que las cosas estaban saliendo bien.

Sigilosa y rápidamente.. eso iba a ser todo un reto. Tragó saliva y asintió, parecía que ahora si que iba a empezar la acción. Se llevó la mano a la pistola que llevaba guardada, aunque no la tocó mucho, no había tenido buenas experiencias con ellas.

- Lista.. demonos prisa.

Avanza hacia la puerta y se detiene

- Dónde está el almacén ese?????

Mira en la puerta por donde han entrado por si hubiera un mapa de los típicos con salidas de emergencia.

Wazn se sentía en cierto modo satisfecho, comenzaba a ver las ventajas del trabajo en equipo. El tener tantas actitudes al servio del grupo era un cambio muy grato y sin duda todos tenían aportaban

- ¿Como llegamos a ese almacén? ¿No tenemos mas datos? Mientras preguntaba observaba como Apple buscaba algo en el pasillo.

- Si no tenemos nada, creo que ese guardia volverá, tal vez podamos preguntarle a él. Dijo irónicamente.

- Justo el almacén donde dicen estos papeles que tenemos que ir. La seguridad no es el punto fuerte del director - dije esbozando una sonrisa mientras la twi'lek se metía la tarjeta entre los pechos -. El almacén está en el sótano. Si por lo que dice el holoaudio alguien vendrá a inspeccionar esto, lo mejor será que salgamos de aquí cagando leches - les dije -. Una vez en el sótano ya nos preocuparemos del almacén A1.

Saqué del archivo algunos papeles sobre el almacén A1 los plegué abrí mi chaqueta lo suficiente para deslizarlos dentro de está, y, volviendo a subir la cremallera y ajustando los cierres, cerré el archivador.

- Lista, vamos - concluí poniendo mi carabina de nuevo en guardia.

El pasillo estaba solitario salvo el zumbido habitual de las luces de seguridad, de los respiradores y algunos viejos aparatos todavía encendidos que a saber para qué servían. Ni rastro del guardia. El grupo entró en el ascensor, aunque los cuatro estaban bastante apretujados.

Nersha sacó la llave de su perfecto escondite. Se hizo el silencio en el momento en el que ella introdujo la tarjeta, como si esperaran algún tipo de trampa, al fin y al cabo, había sido demasiado fácil. La Twi´lek miró al resto, y obtuvo una respuesta similar. 

Un segundo después, la puerta del ascensor se cerró y el led sobre la puerta del elevador marcaba las letras A1 en un rojo intenso.

Todos resoplaron. Parecía que el sistema de reconocimiento tardaba un poco en responder por lo antiguo que era. Al menos la llave no era una trampa.

El ascensor llegó a su destino unos segundos después. La puerta se abrió ante ellos, revelando un pasaje bastante diferente al de la superficie. Había un pasillo largo, de paredes metálicas pintadas de diferentes colores que señalaban caminos según la ruta.

No era difícil de seguir, puesto que el más cercano era el de las escaleras al piso inferior. Bajo sus pies había rejillas metálicas que no disimulaban bien el impacto de las botas y que protegían la jungla de cables y tubos que estaban bajo sus pies de pisadas inoportunas.

Los involuntarios mercenarios bajaron por las escaleras principales y observaron por la esquina: La sala era grande, tenía la de un almacén corriente, repleto de cajas, maquinaria de carga y conteiners de seguridad. Al otro extremo de la sala podía intuirse una enorme puerta blindada que estaba cerrada, lo suficientemente grande como para que los deslizadores y naves de tamaño medio de carga pudieran despegar desde ahí. Podían oírse voces no muy lejos.

-Vamos, rápido, rápido, el señor Coruum quiere que nos demos prisa embarcando esto.

El grupo se introdujo con sigilo para ver de dónde venían las voces. Era de un grupo de tres contrabandistas que movían cajas a toda mecha hacia un deslizador de carga. No eran cajas normales, sino que eran de metal, muy protegidas, sin duda algo muy propenso a hacer "boom" se escondía dentro.

El camino de descenso donde se encontraba el contrabando y con el, probablemente una mejor ubicación de donde se encontraba nuestra presa fue tranquilo, en algunos momentos lo suficiente como para despejar la cabeza, dejándola descansar para lo que se nos venía, probablemente el sótanos estuviera lo suficientemente guardado para que nos diera problemas.

El ascensor era tirando a pequeño, y los cuatro cabíamos no sin antes necesitar poner en vertical las armas largas y arrimarnos los unos a los otros. La tarjeta con la que se había hecho Nersha funcionó, quizá demasiado lento, el tiempo suficiente para que, al menos yo, contuviera el aliento el tiempo suficiente para necesitar exhalar hondo el aire una vez se hubo verificado la veracidad de la tarjeta por parte de la máquina, pero no tanto como para sentir que me estaba ahogando.

Una vez en el sótano A1 el camino era sencillo, quizá hecho para guiar a la cantidad ingente de personal externo que visitaba las instalaciones o, en tiempos pasados, para ayudar a droides logísticos a moverse por el laberinto que suponía, cuando estos eran de fábrica antigua.

Llegamos a una especie de almacén, más tirando a hangar, ya que por su aspecto parecía que los vehículos podían maniobrar aterrizajes y despegues sin muchos problemas. No tardamos en oír las voces de alguien metiendo prisa a otras personas acerca de la carga que les había indicado el director de la compañía que debían cargar a toda prisa.

En silencio me giré al grupo, señalé a Nersha y luego apunté hacia el lugar donde estaban los tres contrabandistas, luego señalé a Apple, Wazn y a mí, puse mi mano cubriéndome la cabeza y volví a señalar a Nersha y acabé con un gesto invitándola a pasar y puse mi carabina sobre mi hombre y en guardia a la espera que la twi'lek se moviera.

El viaje en ascensor no fue de lo más cómodo, iban muy juntitos, podían sentir la respiración de sus compañeros en la nuca y.. oir las tripas rugir de Apple.

- Perdón.. los nervios me producen hambre..

Se disculpó con sus compañeros y miraba hacia otro lado, sonrojada, a ver si así se disimulaba más y olvidaban lo que había ocurrido. 

Una vez llegaron al almacén, ella se mantuvo la última dejando que los otros que eran más especialistas en este tema les guiara y dijeran como tenían que actuar. Ella imitó a sus compañeros teniendo el arma en sus manos, aunque eso la ponía muy nerviosa por si disparaba a alguien inocente o a sus compañeros! Al detenerse, no se asomó a ver que pasaba, miraba a Irella que les hacía gestos de lo que debían hacer en ese momento. Se quedó un rato pensativa, intentando traducir todo lo que les había dicho, hasta que abrió mucho los ojos y la boca como con un gesto de sorpresa y le enseñó el dedo pulgar indicándole que lo había entendido, ellos tenían que cubrir. Se prepara para que en cuanto salga Nersha para cubrirla.

El pistolero guardo su arma al ver las cajas que transportan los individuos. Parece peligro disparar cerca de eso. Pensó. Mientras Irella explicaba el plan por señas el no terminaba de ver claro el iniciar un tiroteo ahí, así que cuando la cazarecompensas termino él comenzó.

Señalo la carabina de Irella y negó con la cabeza, para acto seguido señalar donde los individuos y chocar sus puños.

No tenia duda de que si Nersha los distraía podría el tiempo suficiente, podrían colocarse en una posición ventajosa para poder caer sobre ellos por sorpresa.

Entraron como pudieron al ascensor.A Nersha le tocó estar en el medio,y estaban tan apretados que sus pechos parecían repartir su calor a todos los presentes, empezando por la cabeza de Apple sobre la que estaban apoyados, después también tocaban los pechos de Irella a su izquierda, y el pecho de Wazn a su derecha.Nersha no pudo evitar cerrar los ojos y aguantar aquella situación un tanto ruborizante.Finalmente llegaron al Almacén, suspiró aliviada al salir del ascensor, y se abanicó la cara con su mano para intentar sofocar aquellos calores que sentía en sus zonas voluminosas y su rostro.

Avanzó con cautela y se quedó expectante, observando oculta aquella escena.Parecían contrabandistas, tipos peligrosos, pero nada del otro mundo, al menos para Nersha.Cerró sus ojos y se concentró en sus lekku, viajando al pasado por un instante, llegándole viejos y tormentosos recuerdos de su planeta.Esa misma imagen de gente transportando y saqueando cosas, se convirtió en una de las muchas escenas que vio por última vez en Ryloth, cuando estuvo enjaulada.Imperiales saqueando sus propiedades, saqueando a su pueblo, robando su cultura y sus ilusiones, destruyendo su futuro.Gritos y fuego, explosiones y disparos por todos lados, un escenario caótico que sonaba como un requiem macabro mientras la jaula de la twi'lek se ocultaba en la oscuridad de una nave imperial.En ese momento Nersha abrió los ojos y se volvió a transportar al presente, junto a sus compañeros de trabajo.

Su mirada parecía ahora más seria y profunda, claramente afectada por las pasadas visiones que tuvo.Sus ojos recorrían cada rincón del almacén en busca de alguna zona interesante, algo que le pudiese servir para atraerlos y aplastarlos, como unos miserables insectos, al fin y al cabo siempre fue algo que se le dio bien, siempre fue aquella luz intensa que atraía a las polillas.

Mierda pensé , ¿tendré que explicarle esto a un pistolero con pelos en los huevos?. Levanté los ojos resignada, le hice a Wazn la seña OK y acerqué la mano a la carabina para tocar el interruptor que cambiaba el modo letal del arma al modo aturdir, volví a decirle OK con la mano.

Nersha ve varias cajas de metal amontonadas a la izquierda, formando un muro pequeño en forma de "T", a unos 5 metros de donde están los contrabandistas, aunque habría que jugársela pues estaba de frente a los contrabandistas. En la parte central están ellos, moviendo cajas metálicas más pequeñas, metiéndolas en un deslizador. En la parte derecha hay una grúa con unos palés que flotan por encima del deslizador, los mandos no están muy lejos. El transporte está conectado actualmente a unas celdas de energía bastante inflamables. Uno de los contrabandistas hace guardia y está bastante nervioso, mira a un lado y a otro, armado con un blaster a dos manos. Parece como si esperara que de cualquier esquina apareciera el mismísimo diablo. Para pillarle la espalda habría que rodear el deslizador y las células y pasar tras unas cajas donde el tipo está apoyado.

Nersha pudo ver muchas cosas en ese almacén, mucho movimiento, muchas cajas y estanterías, vehículos, grúas y demás materiales, un lugar un poco caótico que le recordaba el desorden de la habitación de su hermana.Intentó llamar la atención de sus compañeros y les indicó que le observasen, primero señalándoles, después señaló sus ojos y luego se señaló a ella misma.Había muchas cosas en ese hangar como para ponerse a explicarlas en aquel momento.Nersha no conocía ese mundillo de sicarios, ni su lengua sigilosa, ella siempre tuvo su manera de actuar, tuvo sus propias armas y la determinación suficiente como para sobrevivir con ellas.

Hace tiempo que dejó de jugar limpio, la vida le enseñó muchas cosas, y una de ellas fue que "jugando limpio nunca se gana".Hay mucha maldad en el universo, demasiada, y al final hasta la flor más delicada y pacifica se marchita, como se marchitan las ganas de vivir de las twi'lek esclavizadas.Desenfundó su bláster, siempre había que ir armada en esas ocasiones, pues los contrabandistas eran inesperados muchas veces, podían salir huyendo como que podían lanzarte todo su maldito arsenal encima tuya y desatarse una guerra.Nersha se llenó de determinación y se introdujo del todo en el almacén.Su objetivo eran los mandos de una grúa que parecía sostener unos palés, justo encima del aerodeslizador.Esos matones no iban a escapar, no al menos con la carga.No sabían bien dónde se habían metido, como una mosca en las telas de una viuda negra.

Solo esperaba que sus compañeros estuviesen atentos, pues con el caos que provocaría si todo sale bien, les daría una oportunidad de atacar o coger una posición más ventajosa para el combate que se avecinaba.Comenzó a moverse como una sombra por las estanterías, evitando miradas curiosas.Siempre fue su especialidad, para lo que se entrenó incluso cuando ni sabía que lo llegaría a usar.Esas clases de combate y agilidad en palacio no fueron más que un pequeño tentenpie para lo que le deparaba la vida.En un primer momento pudo llegar a los mandos, allí los tenía, en frente suya, con todos esos botones y palancas.Los ojos de Nersha se abrieron, como si hubiese encontrado un cofre lleno de créditos.No pudo evitar relamerse de manera sensual, incitada y atraída por la atractiva idea de provocar tanta destrucción con un solo movimiento, de despertar tanto caos, todo el caos que llevaba dentro.

Nersha se movía como un fantasma por entre los estantes repletos de cajas, herramientas y demás objetos comunes en un almacén de transporte. Llegó a la grúa que estaba tras el deslizador y accionó los controles. En realidad era fácil, bastaba con tocar botones al azar y la gravedad haría su trabajo.

-Bo, deja de joder con la grúa.

Dijo uno de ellos.

-¿Qué dices? yo estoy vigilando.

-Si tu no eres entonces quie....JOOODEEEER

-BOOOM-

Una pequeña explosión hizo que el deslizador quedara destruido bajo la pesada caja que aguantaban los palés de la grúa cuando se precipitó sobre el transporte, miles de piezas saltaron por los aires, un muro de humo negro se levantó en el lugar del "accidente" y los contrabandistas tuvieron que saltar para no morir aplastados.

El grupo entró en acción en ese momento. Los contrabandistas estaban aturdidos. Era el momento perfecto.