Partida Rol por web

El general escuchó la pregunta y asintió, despacio. Eran cuestiones que él mismo había considerado.

-Tenga usted en cuenta que la media de edad de los presos es superior a 30 años. Ergo, la gran mayoría de ellos hicieron el servicio militar obligatorio en su día. Además, ese tal Fuenclara, el que apodan el sheriff, fue sargento paracaidista durante más de 15 años. Han tenido todos éstos meses desde el desastre de Cuatro Vientos para habituarse con el armamento que utilizan, así que posiblemente sepan usarlo. Otra cosa es que lo manejen como un soldado profesional, asunto sobre el que pensamos que, si bien tendrán alguna especie de "tropa de choque", que manden a las misiones de saqueo y conquista, la mayoría de ellos no serán muy competentes, quizá nada más que utilizando armas de fuego por motivos obvios de la lucha contra los zetas.

Parpadeó, considerando lo dicho.

-De cualquier manera, no ha de preocuparnos el por qué. Es decir, la razón por la que éste hombre ha conseguido aglutinar a los prisioneros bajo su mando. Hoy mismo, el Sheriff dejará de ser un problema para nosotros. Tenemos un equipo de exploración con ropa civil que, en éstos momentos, está vigilando la zona. Y sus informes son concluyentes. No tienen ni puta idea de lo que se les viene encima. Y no importa los medios de los que disponga o su astucia. Si está en ese castillo, hoy morirá. Nos vamos a encargar de que así sea.

-Con mih propiah mano, henerá. Estaré encantao de reventalo. Noh meresemo un dehcanso y viví en páh duna puta véh, con perdón.

Al general le gustaban aquellas cosas. Alicatar, dar una vuelta de tuerca, apretar un poco más. Por eso cuando Jose Luis Carmona dijo aquello preguntó en voz alta.

-El soldado Carmona va a matar a esos hijos de puta. ¿Que váis a hacer vosotros?

Los militares respondieron en órden diverso, ya que los oficiales no estaban tan acostumbrados a aquel tipo de cosas.

-Matar a esos cabrones.

El general puso la oreja.

-No oigo una puta mierda. ¿Que váis a hacer?

-¡Matar a esos cabrones!

Negó, despacio.

-¡Debo estar putamente por que no oigo nada!, ¡¿Que coño vais a hacer??

-¡MATAR A ESOS CABRONES!

Parecía una peli americana. Todos pillaron la referencia e hizo gracia. Entonces él dió una palmada en la mesa.

-Pues manos a la obra, señores. Pinten los techos de sus vehículos, preparen la munición y sigan las órdenes de su oficial. Grupo de avanzada lo mandará el coronel Airás. Grupo de blindados, yo mismo. Al tajo, señores. Hay muchos hijos de puta a los que la parca debe visitar. ¡A paso ligero!

Muchos abandonaron la sala a grandes zancadas. Otros lo hicieron caminando a buen paso. Ellos, por su parte, volvieron al vehículo con el coronel. Se distribuyeron los botes de pintura y comenzaron con la faena, congregándose la tropa de avanzada frente a la nave de DERPROSA, la industria que fabricaba capas de recubrimiento para los más diversos materiales. El grupo de asalto iba justo detrás y se congregó en la rotonda donde había un Cajasur.

La avanzada la formaban los vehículos ligeros uro, 4x4 particulares y de la guardia civil y un grupo de 10 blindados ligeros VCR con su cañón de 20mm. Entre los uro los había que tenían lanzacohetes TOW, que les vendría bien para la faena. Éste grupo, de armamento más ligero, recibió como refuerzo unos cuantos lanzacohetes alcotan C-90 y C-100, más pesados y capaces de reventar casi cualquier cosa que tuvieran los malos. El Cagaprisas recibió uno de esos y prometió cuidarlo como el gatito que había encontrado.

La nieve estaba formando ya una capa consistente, y hubo un retraso de 30 minutos en la salida por que otros vehículos que no traían cadenas necesitaron de su instalación. Las encontraron en una tienda de repuestos de coches. Cuando estuvo todo listo, y el Zeky hubo cagado (el miedo a cascarla era mejor que los bifidus activos de José Coronado), se dió el aviso por radio y la larga columna marchó hacia su destino. Hacia la fortaleza de La Calahorra.

Recorrieron el paisaje. Con la nevada y el frío intenso, los zetas caminaban más despacio. Se estaban congelando. Era un extraño fenómeno que se daba en otras partes del mundo, pero que en España solo se produciría en zonas de montaña. Por eso, aunque nevara, solo los ralentizaba, como si les costara moverse, y no se terminarían de congelar del todo.

Los paisajes cambiaron. De los Montes Orientales de la provincia de Granada llegaron a la Hoya de Guadix, con sus paisajes kársticos, más propios de un desierto que de una planicie. Pasaron junto a la otrora gran ciudad de la Bastetania, ahora silenciosa, despojada de hordas por la acción de los prisioneros, con sus carreteras despejadas para facilitar sus idas y venidas. Y apretaron el culo, preparándose para lo que estaba por venir.

A diez kilómetros de la Calahorra recibieron la orden de abandonar la carretera y formar un frente de vehículos que se aproximara a la fortaleza a campo traviesa. El paisaje nevado parecía impropio de aquel lugar, y seguro que jodería la marrana al enemigo cuando intentara desplegarse.

Llegaron por el norte, cruzando la llanura nevada. El castillo de La Calahorra se alzaba desafiante sobre la loma, y bajo él, en la cuesta, eran visibles muchos de sus medios blindados, aparcados. El mando no había exagerado. Tenían muchísimos, casi tantos como ellos juntos, o quizá más.

A su llegada, parecía cundir una especie de pánico en la fortaleza. Las puertas se abrieron y de ellas salieron equipos de hombres que corrían hacia los tanques, mientras otros se armaban con urgencia dentro de los muros del castillo.

El 4x4 del coronel se adelantó con gallardía, deteniéndose a la vista del castillo. La formación hizo el alto y se preparó, mientras el silencio de radio se rompía.

-Aquí el coronel Arteaga de la Guardia Civil al jefe de la fortaleza. Ríndanse ahora y eviten un derramamiento de sangre.

Hubo un silencio al otro lado de la estática, que luego se rompió con una voz dura y algo aguardentosa. Era el Sherrif.

-Estimado coronel. ¿Por que no viene y me come la punta de la polla?

Dicho eso, el cañón de la fortaleza comenzó a disparar. Con tan mala fortuna de que el segundo tiro, tras quedar el primer corto, destruyó el 4x4 del coronel, incinerándolo dentro. Puntería o potra, el caso es que habían agitado el avispero. Ahora los presos corrían en masa hacia los vehículos, dispuestos a darles una buena tunda.

Mari Cruz acababa de ascender a jefe de la avanzadilla.

Seguían la batalla por la radio. A las dos y media de la tarde habían salido hacia La Calahorra, llegando a las cuatro. Ahora parecía que las fuerzas de avanzada estaban cruzando mensajes de radio con los de la fortaleza.

-Aquí el coronel Arteaga de la Guardia Civil al jefe de la fortaleza. Ríndanse ahora y eviten un derramamiento de sangre.

-Estimado coronel. ¿Por que no viene y me come la punta de la polla?

Hubo un silencio después y en las comunicaciones de radio se escuchaban disparos de artillería, ametralladoras y explosiones por todas partes. El cipote se estaba liando.

Sí dijera que en ese momento no estaba que se cagaba encima mentiría. Apretó el ojete, había llegado la hora, se santiguó, besó su medalla y rogó al Cristo de los favores que las bragas de WonderWoman le trajeran suerte de verdad

"¡AIRÁS!"

-CAGONSUPUTAMADRE!-

Tardó en coger la radio y dar órdenes lo que le llevó parpadear y abrir la boca ¡Ea! Les tocaba hacer de los 300, o lo que era lo mismo seguir el plan: Entrando en Fase 1. No había tiempo que perder 

-¡Avanzadilla respondan al ataque! Los blindados esperen a mi orden- se giró a sus compañeros mirandolos por encima de sus gafas super cool de picoleto clásico  -Ha llegado la hora del rock&roll- y se echó un chicle nuevo a la boca

Me quedé con el culo torcío cuando vuelan el 4x4 del coronel. Así como petrificao...Esto no era un Call of Duty.

- !Ohtia puta! - me sale del alma, con un esfinter que amenaza con quedar flojo. !No no! Hay que echarle huevos. Por la Yaisa, los papas, hasta por la puta tía Paquita, la hijaputa que roñosa que era y que pellizcos me daba en los mofletes.

Apreté la mandicula y aferré bien mi arma, previamente preparada.

- Enga, con doh cohone. A reventá cabesa - serio. El Chuck Norris interno que conocí en el Casablanca estaba ahí diciendome "!Pétaleh er culo, pringao. Pétaleo er culo!"
 

Jose Luis apretó el gatillo de la calibre 50 y comenzó a escupir fuego. Otros vehículos le imitaron, y comenzaron a vomitar mierda sobre los que trataban, allá a lo lejos, de montarse en los blindados. A algunos mataron, y al menos les obligaron a agacharse y avanzar cubriéndose.

Rugieron los primeros motores al encenderse. Había que pasar ya a cosas mayores, o llevarían las de perder. Fue entonces cuando, desde la nada, por su izquierda, surgieron de un bosquecillo un blindado y un uro, posiblemente de una patrulla de reconocimiento de ésta gente, dispuestos a joderles vivos. A menos de 500 metros y acercándose a todo trapo. El carro Pizarro, aunque con un cañón de cadena pequeño, les podía hacer mierda dentro del coche en el que iban.

No tenía sangre tenía fuego -Wang, estate atento, vosotros seguid disparandole a esos cabrones- así que "con to su coño" salió del vehículo a la carrera, abrió el maletero y sacó el alcotán 100, le metió una carga, un flipe ver una tía tan seca con semejante bicharraco al hombro, apuntó al blindado y disparó. (Aún era pronto para sacarse el as de sus propios blindados)
-Me vais a comer la polla a mi, cabrones- rechinó masticando su chicle

La rubia disparó el misil e inmediatamente se dió la vuelta. Todo muy épico, claro, mientras explotaba desde dentro y la torreta salía disparada unos metros hacia arriba. Amasijo de hierros y bola de fuego incandescente. Cool guys don't look at explosions, o eso dicen.

El uro enemigo maniobró por que le estaban comenzando a tirar mierda desde los VCR con sus cañones de cadena de 20mm, haciéndolo puré de patatas. La jefa se metió en el vehículo justo cuando las balas comenzaban a silbar en su dirección desde el castillo. El enemigo avanzaba, blindados por delante, mataillos por detrás cubriéndose con éstos al estilo de la Segunda Guerra Mundial. Por eso avanzaban despacio, pero ya comenzaban a tirar mierda a lo lejos. Un impacto de la artillería cayó a treinta metros de ellos, hizo que el vehículo se zarandeara y les cayera encima un montón de tierra. La cosa se estaba poniendo fea, y más que se iba a poner cuando los cañones de aquellos tanques comenzaran a hacer blanco en ellos.

Cuando explotó eso se sintió como Dios -Que os follen cabrones- regresó al asiento del copiloto justo cuando caía el proyectil cerca de ellos -¡COPÓN!- y dio una nueva orden por radio, no debía apurar más -Blindados ¡AHORA!- cerró la puerta -arranca Wang, quietos somos un blanco fácil- 

Eso era la guerra, adrenalina.

El chino maniobró para apartarse de la previsible corrección de tiro del cañón. Y efectivamente el segundo tiro del cañón falló por bastante. La cosa era no quedarse quietos, claro. Hacían como que retrocedían, la trampa se iba cerrando.

-Cagaplisa, Seky, Paco. Fuego cobeltula. Hay infantelía avansa descubierto.

De vez en cuando le gustaba verse una peli de guerra occidental. Aunque también le gustaban las chinas y las coreanas, claro. De todo se aprendía.

Efectivamente había un grupo de cabrones que salían del mismo bosquecillo, con lanzagranadas, fusiles y demás, tratando de ponerse a cubierto tras una tapia de piedra para dispararles desde allí.

Tiró del cetme, con el movimiento no estuvo muy fina en esos primeros disparos

Estaba mas perdio que un hijoputa el día del padre, pero hacía lo que podía. Igualmente, para mi, aquello se estaba poniendo feo de cojines. Opté por usar el lanzagranadas de mi fusil, para reventarlos en grupo, y lance. Después disparar normal, un poco en modo berserker.

- A COMEH FUEGO, HIJOPUTAH - Chuck Norris

La Kimberly seguía inquieta, esperando, a ver en qué quedaba to aquello. Porque como su Paco no volviera era cuando se iba a liar gorda, no era como la zorra de la Toñi que se lo merecía y mucho. Al parecer los hijos de puta aquellos no s'iban a rendir y ella solo podía sentarse a esperar al lao de aquel bragas.

Morcilleándose metafórica y literalmente. No solo por el zumbeo vibrador ese de andar dando saltitos por el campo con sus zanjillas, balates, bancales, bujeros y demás. Ni siquiera por andar mirando de reojo las peras de la rubia dando botes con los socavones. No, nada de eso. Morcilleo puro y duro de la adrenalina y calentón de macho ibérico, de escuchar los tiros y la fanfarria. Que les faltaba el rollo música de Apocalisi Nau. Que no se la habían puesto por megafonía pero él la tenía en la boca.

-¡NO NAINO NANAINO NAINO NANAAAINO NAINONAAAAAA!! -cantaba a toa voz. Le importaba una polla que le miraran de reojo.

Estaba pletórico. Un día, con el Call of Duty, uno de sus juegos de cabecera ...ehto éh reá, Toñi, la guerra éh así, Toñi..., se lamentó de que a ningún empollón se le hubiera ocurrido hacer una versión CoD con zombis. ...con sombih nasi, Selui, ¿timagina? la polla... . Cojones, pues ahí la tenía, en 3D, realidá virtual y dolbisurraun.

Cuando vio el 4x4 volar por los aires aulló frenético como si estuviera viendo una película. ¡Qué definición! ¡Qué bien hecho tá tó! Y luego, con el calibre 50 en la mano, tracatracatracatraca regalando fuego que aquí nadie se queda sin postre. Zambombazos por todos laos y gente muriendo. Que alguno luego se levantaría a acojonar al personal por la retaguardia. Y ya cuando la Maricrú sale, se planta el lanzacohetes y revienta un tanque casi se le moja la puntita. To guapa la tía, to malafollá, to eficaz. Casi la veía en cámara lenta y to. Pa tirársela ahí mismo. Hacía tiempo que fantaseaba con vivir a lo Equipo A con un grupo de mercenarios entre los que no podía faltar una valkiria con mala leche. Nunca había estado más cerca.

Estaba pegando tiros, pensando por un instante si no podría conducir él el cacharro a 200, y al mismo tiempo con el brazo izquierdo por fuera disparando el lanzacohetes, pero el delirio le pareció complicado por mucho que hubiera visto cosas peores en las películas. ...quen el sine usan epesialihtah, Selui... No era momento de funambulismos. Era momento de matar o morir. Fue entonces cuando apareció por el flanco aquella banda de mamones. Se giró y apretó el gatillo apretando los dientes como un cepo ...láhtima no tené un puro en la boca ahora, te quedaría de puta madre, Selui...

-MORÍ SIOPUTAAAAAAA!!!

Los disparos fueron como la pedrea. Mataron a un par, y eso que la calibre 50 podía hacer grandes estragos.

Pero antes de que pudieran disparar una segunda ráfaga, el Zeky lanzó su granada HE que se coló elegantemente en una parábola detrás de la tapia de piedra. La fortuna fue tal que dicha carga reventó a su vez el misil que querían dispararles con un lanzagranadas, y el resultado fue un gran BOOOM y levantarse una columna de humo parecida a una seta.

El Zeky flipó, pues por primera vez en su puta vida de mono se daba cuenta que las clases de física y las matemáticas servían para algo en la vida real. Más de una vez tuvo que calcular parábolas con ecuaciones cuando estaba en el instituto, y siempre pensó que era una chorrada que no servía para nada. Pero el caso es que si servía.

Los malos avanzaban y la cosa estaba jodida. Los primeros disparos de un tanque centauro dieron en la formación, destruyendo otro coche, esta vez un uro. Un disparo les pasó rozando, de tal manera que la ráfaga de viento tiró para atrás al Cagaprisas, sin herirle. El obús explotó a diez metros por detrás del coche, haciéndoles avanzar a causa de la honda expansiva.

En esa situación, estaban vendidos. El tanque volvió a apuntar, y sin tiempo para sacar el lanzacohetes, con fuego de ametralladora cayendo sobre la chapa del uro, que paraba las balas a duras penas, pensaron "adios muy buenas". Entonces el tanque explotó. Y no fue el único. Tanques comenzaban a explotar en todos lados. Un harrier hizo una pasada sobre ellos, disparando como si no hubiera un mañana.

Y no solo eso. Sus propios tanques aparecieron por ambos flancos, izquierda y derecha, cubriendo el hueco que hacían al retirarse. Disparaban con sus cañones una y otra vez. Era ensordecedor. Se había liado un pitote del copón, la trampa se estaba cerrando. Y más que se iba a cerrar.

La radio se activó con un nuevo mensaje.

-Aquí García. Nosotros les cubrimos. ETA de los tomahawk, cinco minutos.

Con la destrucción de blindados enemigos, su "infantería" quedaba más al descubierto. Había que seguir disparándoles, pues los tanques se concentraban en sus homólogos.

El obús le peinó que casi le deja la cabeza a la altura de los hombros. El proyectil explotó y Jose Luis sintió la ola de calor aun antes de tocar el suelo empujado por el mismo.

-¡LAVÍN!

De puro milagro no estaban muertos. Miró a sus compañeros buscando malas noticias. Pero ahí estaban todavía.

Incluso con su blindaje, se podía sentir el estremecimiento y el bamboleo del URO, el empuje de cada bala al impactar en la chapa con un sonido metálico. PANK PANK PANK PANK PANK PANK

Entonces llegó la puta caballería. Y la radio habló. Sonrió de oreja a oreja.

-Hoy no éh día pa morí. ¡AMO, AMO, AMO! ¡HAY HENTE QUE MATÁ HOY!

Agarró el arma con firmeza y apretó el gatillo. ¡Cómo vibraba la polla de jierro!

Me vine arriba con el puto BOOM de la granada. Esos hijoputas habrían quedao como carne pa hacer macarrones.

- A MAMÁHLA HIJOPUTAAHH - grite, ya con los ojos de puto loco que acaba de catar la sangre otra vez. En ese frenesí poco consciente era de que estábamos un poco jodidos. Pero salí un poco del trance cuando empezaron a bombadear por aire los vehículos enemigos, ahí me vino una puta risa de loco. Esto empezaba a molar un cojon.

Entre risa y risa, viendo que su infantería quedó un poco en bragas, les regalo otro par de granadas a esos mamones.

- !IROH TÓH A TOMÁ POR CULO! - y granadas.