El chamán responde con negativas, dejando claro que es mi raza la que no es digna de confianza de nadie de su pueblo. Aparentemente, además, tiene ganas de una buena fogata, porque parece que me ha calado y está dispuesto a hacerme desembuchar por la fuerza.
Maldito hijo de perra... -sonrío, mientras pienso en los ascendientes del viejo. Cuando estoy a punto de intentar un desenvainado rápido y un degüello aún más veloz, decido cambiar de táctica, pensando en que no tengo derecho a poner en peligro las vidas de los compañeros que han arriesgado la suya para que yo pueda seguir viviendo, aunque sólo sea unos pocos días más.
- He estado enfermo. Y he sido curado. Pero el secreto de la cura se ha perdido. Sólo encontrando a los caminantes del fuego podremos descubrirlo de nuevo. Nuestra búsqueda es sagrada, y une a todos los pueblos. ¿No quieres ayudarnos porque soy elfo? Bien, de todos modos, si tenemos éxito, acabaremos con la plaga para siempre, incluso para beneficio de tu pueblo. Aunque no nos ayude. Y sabe que, sin la ayuda de tu pueblo, esta búsqueda tiene más posibilidades de fracasar que de tener éxito.
Tras una pausa teatral, en la que espero a que el chamán añada algo, se calle, siga en posición hostil o se lance directamente a mi cuello, añado:
- Nosotros, nos vamos. Vosotros, podéis seguir quemando a los rabiosos, si queréis. Creo que es bueno. Evitáis que la plaga se extienda. Pero no os interpongáis en nuestro camino, o sabréis lo que es la auténtica ira de los dioses.
Motivo: Persuasión
Tirada: 3d6
Dificultad: 11+
Resultado: 3(+2)=5, 4(+2)=6, 6(+2)=8
Tiro persuasión. Compañeros, ha sido un placer...
Yren, he puesto de modificador el +2 de comunicación, pero no sé si es correcto.
Pues creo que no es correcto. Parece que si pongo +2 de modificador y le doy a desglosar las tiradas, me suma el +2 a cada una de las tiradas... Igual es mejor dejar en blanco el hueco del modificador, para otra vez.
Sí, déjalo blanco... el +2 se suma a la suma de las tiradas:
2 + (3+4+6) + 0 Vs 11---> 15 vs 11 ---> Éxito. Dado dragón 8.
La tension parece ir incrementandose, mi mirada nuevamente busco la del enano y di un paso hacia adelante para estar más cerca de Itán para protegerlo si hiciera falta, sus palabras aunque no carentes de verdad me parecieron un gran riesgo, si aquellos barbaros decidian que la peste era una maldicion y solo el fuego podia purificarla, tendriamos que abrirnos paso a la fuerza. Solo esperaba que los Chasind no fueran tan duros sin contraer la rabia amarilla.
- Dejadnos marchar si no pueden ayudarnos, hemos de encontrar a los caminantes para curar a muchos más del poblado del que venimos, asi como tambien encontrar la razon de que esta peste este azotando a su gente...
Me temo lo peor. Observo como mi compañero Morrowir se tensa y trata de solventar la situación. Antes de imbuir de materia primordial y hurgar en el Velo, espero la reacción. No obstante preparo mi mente y trato de permanecer alerta por si necesito recurrir, igual una demostración de poder sería suficiente para espantar los aldeanos, pero prefiero esperar si se soluciona por la vía diplomática.
Kazurh mira a Morrowir y asiente despacio. También está dispuesto a morir luchando. Artros parece dudar.
El chamán mira a Itán con una sonrisa enigmática.
- Joven elfo... listo. La Rabia en tu interior veo... - dice algo en chasind y la gente se separa aún más de vosotros - Ashe-Ras no contenta... Dashur tu guarda. Puedes marchar... no volver nunca...
Se gira alejándose de Itán mientras hace un gesto con la mano. La gente, os abre un pasillo de salida del pueblo mientras unos cuantos guerreros aprestan sus lanzas para empujaros fuera del pueblo. Ahora veis cara de odio entre la gente del pueblo. Sea lo que sea lo que ha dicho el chamán ha cambiado la forma de veros de la gente del poblado.
El jefecillo de los soldados chasind os grita algo mientras señala la salida del poblado. Parece ansioso porque salgáis del pueblo. El pasillo entre la gente tiene paroximadamente un centenar de pasos de largo.
- Vamos, salgamos de aquí rápido - insta la mujer mago.
Apresto a mis compañeros y avanzo con paso ligero. Era mejor no soliviantar a esa muchedumbre, somos inferiores en número y lo mejor será dejarlos atrás. No me detengo a esperar si el resto me sigue. Sólo el estar lejos de allí relajará mis músculos, hasta entonces mi corazón late apresurado.
Al ver la tensa situación, intento hacer un amago para coger al viejo y usarlo de rehén par que nos dejen ir.
Por sorpresa, parece que las palabras de elfo nos abren las puertas de la libertad.
Vamos corred- grito al grupo y corro sin mirar atrás.
Personalmente... creo que correr no es lo más adecuado... puede desencadenar algo terrible... MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHAHAHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!
- Artros, sin pausa pero sin prisa por todos los Dioses - una mueca se dibuja en mis labios carnosos.
¿Dashur?
Las palabras del chamán me confunden. Habla como si supiera más de mí que yo mismo... Pero el resultado final parece ser que nos quieren bien lejos, y que temen por alguna razón quemarnos en su poste de barbacoas, quizá por miedo a un dios rival al que ellos adoran, y que pueden haber visto escondido en mis palabras o en nosotros como grupo.
Asiento al Chamán.
- Así sea. Nos iremos, y nunca volveremos.
Cuando estoy a punto de salir de forma digna aunque a paso vivo por el pasillo dejado por los hostiles chasind, veo a Artros echar a correr y maldigo en voz baja. Por suerte, Lilith reacciona a tiempo y le para con un discreto aviso imperativo.
Casi había quedado como que no teníamos miedo de su poste de mierd* dado que nos protegía el tal Dashur, pero con una carrera tan sólo aparentamos que les hemos intentado colar un farol... Maldita sea...
Con algo más de precaución de la que tenía pensada, continúo andando detrás de mis compañeros, sin volver la vista atrás, aunque no dejo de mirar -sin temor, ni desafío- a los hostiles chasind que nos hacen pasillo.
Ante las palabras finales del anciano chaman y la indicacion de que marchasemos, alejo la mano de la empuñadura de mi arma y accedo a encaminarme cerrando filas junto a Kazurh, pero el repentino correr de Artros me pone en alerta y si no fuera por la pronta reaccion de la maga, ya hubiera saltado sobre el primer enemigo que tuviera cerca.
-Hombre, parece que has perdido los nervios. No actues como un novato que gracias a nuestro vocero elfo estos tios no temen más de lo que tu a ellos.
Continuo la marcha hacia atras de todos, atento a cada movimiento de la guardia que nos mira impasible esperando el momento que dejemos aquel sitio como si fueramos fantasmas.
Una manzana vuela de entre el gentío y golpea el hombro de Artros. Dos nuevos objetos vuelan a vuestro encuentro mientras crece el murmullo entre los chasind. El movimiento de Artros parece haber roto el hechizo. El pasillo se estrecha. Kazurh agarra el hacha inquieto. Dos nuevos objetos golpean la armadura de Morrowir manchándola de veteasaberqué...
Cincuenta pasos. Aceleráis el paso. Las caras de los chasind ahora son máscaras de odio y sólo el miedo al contagio les mantiene separados de vosotros aunque cada vez menos. El pasillo se cierra más.
Veinte pasos. Por encima del gentío suena un graznido. El cuervo os observa con sus ojillos negros posado sobre una de las estacas de la empalizada. Sus graznidos parecen apremiaros a dejar el poblado.
Diez pasos. Los últimos chasind parecen envalentonados. Un par de guerreros blanden sus puños frente a vosotros mientras el gentío explota en gritos hacia vosotros. Uno de ellos incluso se atreve a acercarse a Morrowir pero un gesto de éste de desenfundar le hacer detenerse.
Salís apresuradamente del poblado. Todos los chasind os observan desde la puerta, gritando, gesticulando y alzando las armas. Veis a varios guerreros deslizarse hacia la derecha y desaparecer en la espesura.
El cuervo grazna de nuevo volando hacia la izquierda hacia una loma boscosa.
No sin razon el pueblo Chasind termino despidiendonos con miedo y odio, como quien expulsa de su casa un mal presagio nos arrojaban sus inmundicias e improperios en un lenguaje que por fortuna no llegabamos a comprender. Clave la mirada en Artros tras casi tener que echar mano a mi espada cuando un grupo se atrevio a acercarse demasiado queriendo vaya a uno a saber si quedar como valientes o simplemente asegurarse de que finalmente nos marchasemos.
El cuervo inmediatamente nos grazno por sobre nuestras cabezas, entre impaciente por la demora y al mismo tiempo instandonos a apurar el tranco, seguro no habria más tiempo que perder.
No se me habian escapado del ojo aquel grupo de guerreros que se internaron bosque adentro, sin querer sobrepreocupar al resto me acerque a Kazurh y le digo:
-Mantengamos los ojos bien abiertos, pues quizas recibamos visitas tan pronto estemos suficientemente lejos de este poblado.
Mi mente trata de serenarse. Hurgo y rasgo la fina capa que separa el plano material del Velo. Su corazón apelaba un demostrativo de poder lanzando un relámpago mágico pero su mente le pedía paciencia. Era mejor esperar y salir de allí lo antes posible.
- No mováis un músculo hasta que salgamos de la aldea - digo en voz media - apresurémonos pero sin gestos bruscos.
Una vez fuera del poblado, camino en pos del cuervo, atento a los movimientos en los alrededores por si hubiese una repentina emboscada chasind en este terreno que tan bien conocen.
Supongo que, si nos atacan, será a distancia, tratarán de cosernos a flechazos, o de dirigirnos a una trampa, por miedo a contagiarse...
- Será mejor que sigamos al cuervo, no nos queda mucho tiempo -les digo a mis compañeros de viaje, tras lo que me apresuro, ya con el arco en la mano, a continuar nuestra marcha hacia la loma boscosa.
Ante la advertencia de la maga, miro para atrás y grito: si señora quedaos y ofreceros voluntariamente como presa para que los demás podamos escapar. Gran idea la vuestra.
Sigo corriendo e intento cargar mi arco de nuevo ya que parece que nos van a perseguir.
Más que por las prisas de Artros, que entiendo dadas las circunstancias, maldigo por lo bajo por su comentario mordaz.
Maldición, Artros, no hace falta que les pidas que se sacrifiquen por nosotros, ya lo están haciendo, ya que nosotros estamos infectados y ellos no... ¿Y qué ganas corriendo? Esta tribu chasind conoce el terreno mejor que nosotros, si nos quisieran muertos ya lo estaríamos, sólo la magia de Lilith ha conseguido impresionarles lo suficiente como para poder hablarles de tú a tú cuando nos superan en diez a uno...
Sin alejarme del grupo, continúo arco en mano, atento al desarrollo de los acontecimientos.
- No digo que nos quedemos, Artros - responde lilith ofendida - si corremos como conejos asustados nos asaltarán, nos superan en número y es su hogar y su terreno; si demostramos valentía y templanza no se atreverán a atacarnos abiertamente.
Con paso apresurado, os encamináis a la cima boscosa. El cuervo vuela de rama en rama acompañado de graznidos. De vez en cuando echáis vistazos hacia atrás pero no hay ni rastro de los chasind. Tras una larga hora alcanzáis la cima y os paráis a descansar. El cuervo os apremia hacia el sur. Pero el sol ha empezado a descender y por delante de vosotros se adivina, entre la neblina, una ciénaga salpicada de árboles...
Tirad por percepción...