Partida Rol por web

Rápidamente sacáis los trastos de la agotada mula para preparar la cocción. Mientras, otros buscan los leños para hacer el fuego pero en este lugar resulta verdaderamente complicado encontrar leña seca. Morrowir, Artros e Itán maldicen mientras sólo consiguen leños y ramas mojadas; pero por suerte, el enano se demuestras más hábil y logra encontrar algunas ramas y lianas más o menos secas y con la ayuda de Lilith (y su magia) pronto logran un pequeño fuego que poco a poco aumenta de tamaño mientras despide mucho humo por la abundancia de ramas mojadas. Os ha llevado más de lo esperado pero por fin está listo el fuego. Esperáis impacientes a que hierva el agua y entonces echáis las hierbas que os dio la anciana. Pronto un olor acre y repulsivo se alza del caldero puesto al fuego. Pronto, todos estáis reprimiendo las arcadas por el apestoso olor que se desprende en el aire y os alejáis del caldero con la nariz y la boca tapadas. Por suerte, ninguno pierde el sentido o vomita. 

Expectantes y asqueados miráis en torno esperando la aparición de los seres de fuego, imaginando en vuestras mentes las más diversa formas. A lo lejos, el agua de la ciénaga empieza a agitarse. Al poco aparece entre el lodo una especie de caparazón junto a dos grandes ojos y poco después, dos gigantescas pinzas surgen del lodo chorreando agua. Aquel... lo que sea, se dirige hacia vosotros...

Intento commo los demás buscar leña para el fuego, pero las fuerzas y las esperanzas se me van acabando.

No obstane, unas palabras de ánimo de Itán me dan algo de impulso.

Esperemos esperemos

El olor del fuego es asqueroso, pero mi orgullo hace que me trague las arcadas.

Finalmente, de las aguas surge un ser monstruoso, pero me surge la duda si es real o producto de mi imaginación por la inhalación de vapores apestosos.

Eso, eso también viene hacia vosotros????

Por fin sonrío cuando las llamas prosperan y la hoguera crece. El caldero comienza a hervir y el olor nauseabundo me consterna. Rápidamente me retiro y me tapo la boca tratando de no inhalar esa sustancia de olor repulsivo. Me arrodillo lejos del caldero tosiendo y jadeando cuando un movimiento capta mi atención.
- ¡Por todos los dioses!
Me parece que voy a tener que hurgar tras el velo esta noche. Algo grande viene hacia nosotros.

Por fortuna para el grupo el enano habiaresultafo muvho más util que un simple musculo tirando de la mula. Entre todos prepararon aquel brebaje de olor insoportable y mientras esperabamos que aquellos seres de fuego legendario aparecieran, una criatura aberrante surgio de las ponzoñosas aguas de una charca.

Eso es un ser de fuego?- Dice el guerrero sin estar seguro de desenfundar su arma por miedo a insultar a aquellas magicas criaturas de leyenda.

Mis esfuerzos parecen inútiles. Todo lo que encuentro parece tan capaz de servir para prender un fuego como yo de mantener mi integridad. Agotado, vuelvo junto a los demás y observo cómo Kazurh y Lilith ya han conseguido las primeras llamas. Esperanzado, recibo las pútridas vaharadas en mi rostro con firme estoicismo, dispuesto a dejar que me cure quien sea o lo que sea. Pero lo que sale del agua... Simplemente, no estaba preparado para eso.

- Lo veo Artros...

Ante la pregunta de Morrowir, tan sólo niego con la cabeza y desenvaino el cuchillo.

Mi espíritu comienza a apelar a mis sentidos sensoriales. Deberé cruzar el Velo y hacer algo pues esas pinzas nos harán pedazos. Apelo a mis fuerzas mágicas con todo mi ser.

El gigantesco cangrejo termina de salir del agua. Mide más que un vagón de cuatro ruedas y sus poderosas pinzas, chasquean con fuerza. Sus ojos se mueven de lado a lado mientras inspecciona todo. Las patas, chasquean al moverse cada vez más fuera del agua. 

El monstruo se mueve rodeando la isla pero de momento sin lanzarse sobre vosotros. Os va rodeando mientras poco a poco se acerca a vuestra posición. Con un movimiento raudo, desborda al enano, que esgrime su hacha y se lanza por encima de las raíces hacia el caldero...

- ¡El Caldero! - grita Kazurh - ¡No dejéis que lo alcance!

Y sin más, lanza un tajo contra las patas del monstruo.

Cauteloso espero una respuesta, pero al ver como la criatura se va acercando chasqueando sus pinzas saco la espada de la vaina y ante la embestida del enano cargo en su apoyo mientras grito a los demas.

-Protejan el caldero, Lilith danos soporte para enfrentar a esta criatura!

Joder esto nunca acaba!!!!!!

Cojo mi arco y apunto a ver si puedo darle entre algunas de las placas del abdomen.

Apelo las fuerzas primordiales y espero que el agresor salga. Para cuando el cangrejo sale del agua, mis manos comienzan a arder y forma una bola de fuego que irradia. Apunta al cangrejo y lanza el torrente ígneo hacia el crustáceo gigante esperando reblandecer su grueso caparazón.

El elfo carga el arco y dispara sobre el cangrejo intentando acertar un punto vulnerable.

Kazurh se lanza sobre el cangrejo, esquiva sus pinzas e intenta cercernar una de las patas del monstruo. El golpe es brutal pero el esqueleto quitinoso aguanta el golpe emitiendo una sangre verdosa. Itán dispara al cangrejo pero su flecha rebota inofensivamente en la concha del gigantesco animal. La magia fluye en torno a Lilith y la libera en un chorrente de llamas que sorprenden al cangrejo y lo envuelven en fuego. Aún así el animal, mojado por el agua de la ciénaga mueve sus antenas con rabia y chasquea las pinzas desconcertado. Parece que le ha hecho daño. Artros deja ir la flecha pero al igual que la de Itán, reobota en la cáscara. Aprovechando la confusión Morrowir lanza un tajo contra el corpachón del monstruo pero apenas le hae daño. Kazurh intenta volver a atacar pero esta vez el cangrejo es más rápido y atrapa al enano con una de sus pinzas y lo arroja contra el árbol. Kazurh rebota y queda enganchado entre las ramas y raíces. Vivo pero confuso.

El cangrejo avanza y se enfrenta ahora a Morrowir. El caldero está mucho más cerca. 

Rápidamente me acerco un poco y extiendo mi mano. De ella fluye energía y un descarga eléctrica surge para atravesar el aire que se impregna del característico olor. Pero el lanzamiento es apresurado y no logra impactar a su objetivo.

Veo como el cangrejo enorme despacha a Kazurh como si fuera un niño, y continua acercandose hacia el caldero, ahora es obvio cual es su objetivo. Evidentemente aquella criatura intenta desvaratar nuestros intentos de atraer a las criaturas de fuego. 
Me calzo mi escudo y le sigo el paso, midiendolo y en cuanto encuentro un hueco entre su coraza descargo una estocada buscando penetrar y dañar alguna parte sensible para que este cese su avance. 

En cuanto veo como mi flecha rebota como un juguete contra el caparazón del monstruo, dejo caer el arco y echo mano a la espada corta. El brutal ataque a Kazurh hace que me inunde la rabia, esta vez más élfica que chasind y provocada a partes iguales tanto por la posibilidad de que nuestro plan de cura no tenga éxito como por el golpetazo que se ha llevado el enano por defender el caldero.

Cuando Morrowir enfrenta a la bestia, intento rodearla y clavarle mi hoja en el abdomen inferior, que por sus hermanos menores de río que he degustado alguna vez en informales banquetes, sé que debería tener alguna parte más blanda...

Vuelvo a cargar la flecha rápidamente y apunto esta vez a la cabeza. Hay que detenerlo antes de que llegue al caldero.

P.D. La primera tirada evidentemente no vale. Me equivoqué buuu.

Rápidamente Artros dispara hacia los ojos del cangrejo pero el fortuito movimiento de sus pinzas desvía la flecha que sale rebotada hacia arriba y va a perderse al pantano.

El enano, maldiciendo, sigue tratando de desenredarse de entre las lianas, ramas y raíces en donde le ha mandado el cangrejo.

Mientras el cangrejo se centra en Morrowir, Itán le flanquea y metiéndose debajo le clava la espada en el desprotegido vientre. La herida es profunda y el cangrejo retrocede.

Ese momento lo aprovecha Lilith para lanzar su anteriormente fallado conjuro contra la cabeza del monstruo. Las chispas destellan todo en derredor casi alcanzando al elfo. El cangrejo se resiente pero no parece haberle afectado mucho.

Morrowir, se lanza sobre el otro flanco del monstruo y hunde su espada por uno de los huecos de la armadura del cangrejo. El animal, herido de gravedad, retrocede rápido y golpea al guerrero lanzándolo varios metros más allá. Morrowir aterriza entre unas ramas con un crujido de metal y huesos. El cangrejo recupera la distancia perdida.

Ahora, sólo Lilith y Artros se interponen entre el cangrejo y el caldero, con Itán en uno de los flancos del bicho.

Soy consciente de que sólo nosotros dos somos lo único que nos separa entre el crustáceo gigante y el caldero.
- No lo voy a permitir.
Con un movimiento de manos comienzo a crear energía eléctrica. De mis manos brota unos rayos eléctricos que trata de calcinar a la criatura. Apelo a mis fuerzas para no errar.
- No puedes pasar - digo tras lanzar el rayo.

Aunque hiero a la bestia, ésta demuestra tener fuerza y aguante tremendos y, tras resistir los ataques de Lilith y Morrowir, arroja a éste de un golpetazo fuera de su camino. E inicia de nuevo su inexorable camino hacia el caldero...

Dudando un momento al barajar la posibilidad de que todo esto ya hubiera sido previsto por Stoyanka y este cangrejo descomunal no fuera más que un emisario de los caminantes del fuego, me lanzo no obstante de nuevo hacia el mismo hueco que acabo de horadar, y trato de clavar aún más honda mi hoja para después retorcerla con saña en el blando interior del bestial molusco.

Mientras lo hago, no obstante, oigo de nuevo la energía mágica crepitar entre las manos de Lilith y, por un instante, encojo mi cuerpo esperando recibir el impacto de sus fuerzas arcanas por mi proximidad a su objetivo. Aún así, mientras clavo, logro gritar:

- ¡Tu hechizo no parece amedrentarle! ¡Prueba con fuego o hielo, quizá así le intimides!