Partida Rol por web

SOMBRAS DE LA ÚLTIMA GUERRA 2.0

SEGUNDA PARTE: DARGUUN

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13/11/2016, 08:16
Ariete

Con el último de los esqueletos destrozado por el contundente golpe de la semiorca, poco o nada quedaba para mi allí. El buitre y el enano recibirían la ayuda de Q para recuperarse y el bardo... ese bien podría usar sus varitas de grasa para inmolarse a sí mismo y ahorrarnos futuros problemas. Aunque eventualmente (tal vez) llegaría reconocer que sus ilusiones nos habían ayudado no sería esa noche.

Cuando Aida marchó a investigar le hablé.
-Te acompañaré. Sin esperar o darle tiempo a refutar, seguí a la exploradora en su búsqueda de respuestas. Seguramente terminaría por pisar alguna pista o rastro pero al menos podría ayudarle si quedaban más esqueletos a bordo. 

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13/11/2016, 23:47
Director

El golpe de Daisy es tan certero y contundente que el cuerpo del esqueleto sale despedido hacia un costado mientras la cabeza sale volando hacia el techo. La semiorca tiene aún suficiente desparpajo como para atrapar la calavera inanimada con su otra mano. Durante unos segundos la contempla...mientras el resto la contempláis a ella.

El capitán y los marinos os observan durante unos incómodos segundos. Lo que anteriormente era vuestro camarote ahora es un inhabitable masa de algas, huesos y restos podridos. 

-...Pero...¿¡Qué ha pasado aquí!?- pregunta un desconcertado capitán Akyos. Su mirada parece centrarse en la semiorca ya que no en vano ella es a quien más "conoce".

Pero entre la confusión, la llegada de más marinos y el estrés generalizado no es difícil para Adia escabullirse fuera del camarote acompañado por Ariete. Si se encontrasen de nuevo con otros de aquellos seres el forjado sería de tan buena ayuda como el agua bendita que lleva preparada en uno de sus bolsillos.

Salen a cubierta. Una espesa niebla empieza a retirarse desde la cubierta en dirección al océano que rodea el Exhaustless. Algunos marinos recorren la cubierta. Parecen buscar algo. Adia encuentra un rastro sobre la reblandecida madera de la cubierta. Algunas algas cubren el recorrido hasta un punto en el que la sangre se mezcla con la humedad dando a los tablones un aspecto rosado. La sangre procede de los dos vigías degollados que encuentran Adia y Ariete. Pero ni rastro de otras de aquellas criaturas... 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Powaqqatsi. Entiendo que das una poción a Ch'om y otra a Alfrik? Y lo del toque curativo que es?

Alfrik se queda a 0 puntos de golpe. No se encuentra muy bien, la verdad.

Ch'om a 4 puntos de golpe.

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14/11/2016, 00:27
Adia Ringëril

Notas de juego

Los vigías imagino que están cerca de la borda??

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14/11/2016, 00:48
Daisy Sue Demonfly

Daisy Sue se encogió de hombros ante la pregunta del Capitán.

Nos despertaron los ruidos de ratas y nos desvelamos, y entonces entraron de sopetón los huesosos con sus espadas haciendo fiush, fium-se pasó la maza de armas por la nuca a modo de rascador-. Ya lo de las algas no sepo como fue... lo hizo un mago. Fijo.

Uhm... ¿Esto no ha sío lo que ocurre siempre en todos los viajes de barco? Yo no me preocuparía, Capi... Afortunadamente no ha estirao la pata naidie.

En realidad, en el momento de pronunciar esas palabras, no sabía nada de los cadáveres que se encontraron arriba, pero tampoco tenía muchas ganas de ir a ver, estando como estaba el suelo de resbaladizo por las algas. Solo le faltaba patinar y darse un trompazo para coronar la noche.

Pssst...-susurró a Powaqqatsi-los pío-píos de tu pajarraco me dan esquialofríos... Son muy turcrulentos.

La semiorca probó a encajar la calavera en la bola puntiaguda de su maza, y con ella fue a dar los buenos días al enano que no le habían dejado echar por la borda.

Muac, muac, muac, muac... dale un besito a tu nueva amiga Skully McBones, Alfrik-dijo paseando la calavera ensartada delante de la cara del paladín.

Todas las armas heroicas tienen un nombre: Jommoth Arrasagigantes, Bosk Filo Poético... Y ahora Skully McBones, la... ehm... la Besadora de Enanos.

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14/11/2016, 06:55
Powaqqatsi

 

Je je, el druida no pudo evitar sonreír ante la vista de Skully MacBones besando al enano, je je, así que aplicó en ese momento su "curar heridas ligeras" para que el paladín se despertara como Blanca Nieves al ser besada.  Listo, anunció, mientras dejaba fluir la energía positiva de la naturaleza hacia el seguidor de la Flama. 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

* Toque curativo fue el de "cure minor wounds"

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15/11/2016, 00:47
Director

- Powa...¿Powaqqqatsii...?- susurra Alfrik entre los brazos de druida justo en el instante que la apestosa calavera en el extremo de Skully McBones le roza las barbas.

Las curas que el druida ha administrado al maltrecho enano tiene un efecto sorprendente. Los ojos de Alfrik adquieren la mirada de un vivo hasta tal punto que  podríais  decir que le habéis visto regresar...regresar del último viaje por el mar astral donde las almas buscan su destino final. La piel adquiere de nuevo el color rojizo propio de un enano gruñón y sus extremidades recuperan cierta movilidad. 

Rápidamente los marinos terminan de hacerse con el control del galeón. El capitán, tras escuchar a Daisy, os acompaña en la limpieza del Exhaustless. En la cubierta os encontráis con Adia y Ariete. Han descubierto a los dos vigías muertos. Según las indicaciones de la elfa parece ser que escalaron el casco del Exahustless. No encuentráis ningún otro peligro pero el capitán ordena dobla las guardias y mantiene a sus hombres preparados. Los heridos, Alfrik incluido, son llevados a un camarote adaptado como enfermería.

Son horas de preocupación y de cierto temor. En ocasiones escucháis desde vuestro nuevo  camarote alguna carrera que otra sobre la cubierta. "Falsa alarma..." pensáis acertadamente al entender que los hombres deben estar nerviosos. A ratos conciliáis el sueño y , entre pesadillas, sobresaltos y un inquieto descanso, os sorprende el nuevo día. Al salir a cubierta descubrís que os habéis aproximado a la costa. Frente a vosotros la tierra es escarpada y parece abrirse para dar salida al río Ghaal. Dos macizos montañosos en ambos bandos  marcan el inicio  de la travesía fluvial que os llevará en el día de hoy a Rhukaan Draal. A estribor, sin embargo, una extraña niebla parece recorrer esa vertiente de la costa como si de un siniestro muro se tratase. El frío y un sentimiento siniestro os inunda el corazón al vislumbrar las Tierras Enlutadas.

Notas de juego

Los vigías estaban más centrados en la cubierta, Adia.

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15/11/2016, 03:59
Adia Ringëril

Como suponía, no pudo más que encontrar un rastro que acaba en la borda del navío, lo que explicaba el extraño sonido que la había despertado; los dos vigías que patrullaban sobre cubierta no habían tenido esa suerte, y habían muerto antes siquiera de lograr dar la alarma. Si los esqueletos habían sido enviados por alguna fuerza rival que se opusiera a su misión, se había guardado bien las espaldas con aquél ataque, pero lo cierto es que ella no creía que fuera más que el ataque fortuito de unos monstruos que habían encontrado su oportunidad.

Como fuera, después de aquello durmió con la armadura puesta, el arco a mano y el agua bendita aún más cerca. Incluso alguien como ella, que había logrado descansar en bosques repletos de animales salvajes, bandidos, y criaturas aún más peligrosas, tuvo dificultades para conciliar el sueño, y aún cuando lo logró fue uno inquieto lleno de pesadillas que la hacían despertar cada poco tiempo. 

Asqueada, no tardó en levantarse, coger todas sus cosas, y salir a cubierta poco antes del amanecer. El nuevo día la sorprendió mirando al horizonte, donde su aguda vista distinguió una generosa panorámica que hizo que una agrable sensación inundara su cuerpo. Poco después salieron los demás, y frente a ellos pudieron ver la última parte de su travesía en aquél endemoniado navío. 

Pero la grata visión duró poco, y un escalofrío recorrió su espalda cuando se percató de lo que podían vislumbrar a mano derecha. Allí, la amenazadora bruma que marcaba el paso de las Tierras Enlutadas no presagiaba otra cosa que muerte y desolación. Cyre, en todo su malvado y pérfido esplendor, parecía darles la bienvenida a su final...

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15/11/2016, 20:04
Daisy Sue Demonfly

Daisy Sue Demonfly y Skully McBones tenían sus ojos puestos en la costa de Cyre, y en la maldita bruma. Habían pasado una noche horrible, casi no habían tenido tiempo de dormir. A eso se le acumulaba el cansancio. A ambas les dolían los huesos después del duro combate contra los esqueletos, en el que la buena de Skully aún no tenía claro de qué lado estaba. Pero míralas ahora... Se habían ganado un respeto mútuo, forjando una amistad duradera. Por supuesto, Daisy Sue no le preguntó a Skully cómo había logrado subir al barco. Ella se lo contaría cuando estuviese preparada... Era lo justo, teniendo en cuenta que Demonfly tampoco había compartido con McBones el motivo de su viaje, ni le había hablado sobre la Dama Cannith.

Todo se revelará a su dibido tiempo...

La semiorca cogió el odre, poniendo la boquilla entre sus dientes y tirando para arrancar el tapón del sitio, dejándolo colgado por un fino cordel. Sostuvo su bota en el aire.

Esta agua ha dao un largo viaje. Salió de las entrañas de Sharn y ha llegao a ver las Tierras Enlutás. Esto va por todos los que caísteis durante la guerra. A vuestra salú, soldaos.

La cazarrecompensas derramó tres veces el agua. La primera, en su propia garganta irritada por la salitre del aire. La segunda, sobre el cráneo de McBones. El tercer chorro cayó por la borda al mar.

¡Vamos a dijarnos de mericonadas! ¡Tú, marinero! ¿Puedo volverme al catre a dormir o ya vamos a tocar tierra? ¡Ey! ¡No hagas como que no me oistes! Sí... Te hablo a ti, el de la pañuleta en el cabezolo.

El modo en que Daisy Sue conseguía información de los marineros no era muy distinto de lo que hacía con los pasajeros. Y no era ni la mitad de agresiva que Skully, que era más de sonsacar a golpes. Pero esta vez Demonfly se acabó mordiendo la lengua.

Perdona, chico... Siento lo que les ha pasao a tus compiñeros, no quería gritarte. ¿Tás bien? ¿Alguno de los vigías era familiar tuyo... o te debía dinero o algo? Venga... a animar esa cara, ¿eh? Que esos dos granujas no querrían que estuvieseis tristones.

Joer, qué lástima dan los chiquillos... Menuda carita.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Recupero 4 puntos de vida.

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16/11/2016, 00:17
Director

- Inquietante, ¿verdad?- pregunta Akyos a Adia. Se ha acercado a ella para contemplar las vistas .Al norte un gran acantilado recorre la ribera del río por el cual navega el Exhaustless. Donde termina esa pared rocosa se alza un muro de niebla tan alto y extraño que se confunde con las propias nubes. Las gaviotas no vuelan cerca de esa orilla-. Aún recuerdo los días de la última guerra. Cuando nos dijeron lo que le había sucedido a Cyre...No podíamos creerlo.- Sus palabras recuerdan a alguien que ha recibido malas noticias de un familiar-. ¿Cómo íbamos a creerlo? Toda una nación destruida en instantes...No. No podía ser verdad. Hasta que navegamos por estas mismas aguas, y lo vimos con nuestros propios ojos. Luego escuchamos los relatos de aquellos que habían visto que había en el interior.- Durante unos instantes se mantiene en silencio-. Lo peor de este lugar es el miedo. El miedo de saber que , fuese lo que fuese lo que provocó el Luto, podría suceder de nuevo en cualquier otro lugar. En nuestras casas... Y todo aquel que lo contempla como lo está haciendo usted, llevará consigo ese miedo. Y al final, sin darnos ni cuenta, el Luto se extiende más allá de la niebla.

El capitán, tras ofrecer unos instantes más de su compañía, regresa a sus tareas. Adia le ve dirigir a sus hombres hasta que su mirada se centra en Daisy. Al parecer ahora le ha dado por acosar a uno de los marineros.

- ¡No tardaremos mucho señora!- responde el marino visiblemente intimidado por la semiorca. La calavera que ha añadido a su maza no ayuda a hacer de ella una visión tranquilizadora.- En breve...lle..¡llegaremos!

Efectivamente.Es media mañana cuando finalmente llegáis a Rhukaan Draal. La tripulación del Exhaustless y sus oficiales os despiden y os ayudan a bajar vuestras pertenencias. Una vez más os recomiendan mantener los ojos bien abiertos y las posesiones bien escondidas.

 La ciudad trasgoide ha sido contruída alrededor de lo que antaño fue un pueblo fronterizo de Cyre, hasta convertirse en lo que hoy es una desperdigada metrópoli trasgoide. La ciudad parece un alocado crisol arquitectónico, chozas de barro y de madera rodean antiguas estructuras de piedra y ladrillo, salpicadas por tiendas y pabellones de tela. La mayoría de calles no son más que sendas de tierra, y pocas de las maravillas de Sharn son visibles por estos lares. En medio de esta zarrapastrosa ciudad, un único edificio domina el horizonte; una enorme torre de piedra roja que se alza en el preciso centro de la urbe. Se trata de Khaar Mbar'ost , la corte de Lhesh Haruuc, el rey gran trasgo.

Rodeado de todo tipo de criaturas trasgoides como osgos, kóbolds, trasgos y grandes trasgos no podéis evitar sentiros en constante peligro. Los locales no tienen reparos en analizaros de arriba a abajo. Algunos parecen sorprendidos por vuestra osadía y otros parecen plantearse si sois lo suficientemente fuertes para defender vuestras bolsas de dinero. Varios de ellos escupen a vuestro paso o lanzan improperios y rugidos al veros.

Aún así no es difícil para vosotros alcanzar el Mercado Sangriento. Este mercado recibe su nombre de las violentas reyertas que tienen lugar a menudo entre los trasgoides. Veis algunos guardias custodiando el cuerpo de un trasgo que debió meterse con la persona equivocada. Muchos curiosos se acercan para contemplar el cadáver. El mercado en si no es sino un océano  de tiendas abarrotadas de productos y multitudes en constante movimiento.

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16/11/2016, 11:32
Daisy Sue Demonfly

Anda que como ese fuese Failin, vamos apañaos...-susurró a los demás, sin señalar al cadáver del trasgo.

En aquella ocasión no se iba a poner a investigar el asesinato (o muerte accidental) del humanoide. Los casos son del primero que los pilla, y si a ella le dió rabia que el Sargento Dolom le pisase el caso de Bonal Geldem, no les iba a hacer a los guardias trasgos lo que no le gustaba que le hiciesen a ella.

Por lo demás, aquel momento le recordó a su llegada a Sharn. De estar acostumbrada a la hacienda, pasar a las multitudes de Sharn o del Mercado Sangriento era sumergirse en el caos. Y esta vez estaba el añadido de que Demonfly no conocía el idioma trasgo... Sí, de Skakan había aprendido un par de palabras trasgoides, como "amorcito" o "corazoncito", nada que le pudiese servir para desenvolverse en una conversación seria. Y a Skully McBones parecía que le había comido la lengua un gato.

Como no podía hacer uno de sus típicos abordaje-interrogatorios por culpa del idioma, empezó más despacio. La primera toma de contacto fue tener los ojos bien abiertos, buscando carteles de negocios con la palabra Failin (ayudaba que los trasgos y los orcos utilizasen el mismo alfabeto), o simplemente con palabras en común. A parte de eso, afinó los oídos, a ver si escuchaba a alguien utilizar otro idioma que no fuese el dificultoso trasgoide, pero todo formaba parte de un ininteligible murmullo de multitud.

- Tiradas (2)
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16/11/2016, 14:13
Powaqqatsi

 

Mientras caminaban, Powaqqatsi recordaba lo que había hecho en el barco las últimas horas.  Había comenzado aplicado curaciones a diestra y siniestra (Daisy caía en la primera categoría).  Checó que Ariete no tuviera alguna cortada de cimitarra oxidada.  Eso en nosotros puede ser como una infección peligrosa.  Alfrik debía ser cuidado bien para que no regresara donde su Flama lo llamaba insistentemente.  A Finn, pues le revisaba la barba que ya le volvía a crecer, aunque ahora parecía hacerlo de otros colores (con esos bardos uno nunca sabe).  En fin, ya con todos envendolados y medicados como corresponde, el druida le pidió al capitán que le juntaran todos los huesos machacados de los atacantes esqueletos y se puso a hurgar entre literalmente sus restos para encontrar claves de lo que había pasado.

Comenzó identificando quienes eran, saber su raza, condición reino y profesión.  Trató de identificar con Finn el más probable naufragio que los había dejado ahí, en el fondo del mar.  Con ello buscaría dar parte, si no había pasado mucho tiempo, pues los familiares siempre agradecen cuando se les resuelve la duda sobre la muerte de un ser querido.  Por eso recolectó los objetos que tuvieran aún entre sus arrecifales huesos, para devolverlos a sus deudos.  

Usó su vista mágica de artífice para detectar magia en algún arma, escudo u objeto que pudieran usarse en este viaje (si era de alguién lo devolvería cuando hiciera un viaje su lugar de orígen, se lo prometió a si mismo). Al tiempo, miraba a los pasajeros para tratar de adivinar si alguno de ellos era el necromante, o el que había activado el objeto mágico que levantó a estas pobres almas de su descanso.  

Como no necesitaba dormir, continuó trabajando durante la noche (así de obsesivos son los druidas-artífices).  Bajó un vial para recolectar y estudiar el agua de la ribera de las Tierras Enlutadas.  La naturaleza tienen tanto que recuperar aquí.   Luego, mientras Daisy dormí le quitó a Skully McBones de entre las manos (le costó trabajo) para darle de regalito: una carga de hechizo de "luz" que le duraría unos 10 minutos a partir de que le apretara ahí donde alguna vez estuvo su nariz. Se la devolvió sin que lo notara. Luego comenzó a preparar un sencillo pergamino con un hechizo de "disrupt undead" con su reserva de magia artificiosa para enfrentar los retos del día de mañana.  Y en eso atracaron.

Ahora, caminaban por el Mercado Sangriento que hacía honor a su nombre con aquel pobre trasgo tirado.  No, no te preocupes, buscamos un humano, le dijo a Daisy.   Powaqqatsi buscaba un puesto de hierbas para saludar a algún druida o chamán trasgo que le dijera donde se juntaban los guías de caravanas a las Tierras Enlutadas.  Lo mismo hacía buscando algún changarro desde donde salieran chispas y humos de reparación, mostrando algún magewright que le indicara donde podía encontrarse a aquel miembro del gremio de los Cannith, ¿Failin era?

Forjados queriendo ir a las tierras Enlutadas, le dijo a Ariete.  Casi que mejor nos ponemos un letrero que diga: "Reclutas del Señor d'los Filos".  

 

- Tiradas (3)
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16/11/2016, 15:10
Adia Ringëril

Durante el resto de la corta travesía que les quedaba por el río no hizo otra cosa que dar vueltas, una y otra vez, a las palabras del Capitán Akyos. Aquello que le había dicho no carecía de verdad, y eso la hacía mirar con otros ojos la costa brumosa de aquellas tierras malditas que tan cruelmente habían sido azotadas; las mismas a las que se dirigían, con todos sus peligros y toda la maldad que albergaba. Era realmente una misión suicida la que tenían entre manos, una que, pese a no albergar demasiadas esperanzas de sobrevivir, había aceptado ya. Había tenido ya bastantes más años que muchos de allí, cuyas vidas eran un suspiro para ella, y aunque aún tenía mucho que descubrir, su existencia no sería nada sin la emoción y el riesgo de aventuras como aquella; si moría, lo haría haciendo algo que le gustaba, para lo que había nacido.

Aquellos pensamientos sin embargo fueron arrancados de raíz en cuando llegaron a puerto. Era media mañana y el sol brillaba en lo alto, ajeno a las sombras de Cyre, sobre el que era su primer destino. Desembarcaron acompañados por las despedidas, las advertencias y los deseos de buena suerte de los marineros, y así es como antes de darse cuenta estaban solos en Rhukaan Draal. 

Nada la había preparado para aquello, y su primera reacción al echar un atento vistazo alrededor fue esconder su oro y posar su mano sobre la empuñadura de la espada, liberando sus correas para permitir desenvainar rápidamente de ser necesario. Caminó atenta a cualquier movimiento sospechoso, preparada para cualquier enfrentamiento contra el monstruo que decidiera algo más que mirarles o escupir, y finalmente llegaron al Mercado Sangriento; no tenía ni idea de si por casualidad o de manera intencionada, pero allí estaban, y un trasgo muerto les daba la bienvenida a modo de cruento aviso sobre como se desarrollaban allí las cosas. 

Pero no podían perder tiempo, y ciertamente no quería hacerlo. Si hubiera sabido el lenguaje de aquellas alimañas, ya habría empezado a interrogar a cualquiera de los guardias para descubrir la ubicación de quien buscaban, pero como no era así -ya podía haber aprendido ese idioma y no el de los malditos gnolls a los que pasó cazando una temporada-, decidió que lo más inteligente era preguntar a Finn, que tendría más idea que ella de donde podría estar un miembro de la Casa Cannith. 

Miró de manera inquisitiva al semielfo, alzando una ceja, y esbozó una leve sonrisa - ¿Alguna idea?

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18/11/2016, 02:12
Director

Os encontráis en medio del mercado. Y desde luego no parece el lugar adecuado para muchos de vosotros. Las criaturas trasgoides que os rodean os ven desde lejos. La gran mayoría se gira para miraros, algunos se acercan descaradamente e intentan mirar que rostros se ocultan bajo vuestras capucha. Uno de ellos se agacha bajo la capucha de Finn y agarra con fuerza los extremos de su capa.

-¡Te compro la capa!- grita un trasgo cuyos ojos brillan con la fuerza de la locura.-¡ Diez piezas de cobre, semielfo!- Su excitación es tan grande que grandes salivazos manchan las botas del bardo.- ¡Y te doy quince por tu pelo!

  Varios trasgos más se aproximan en la creencia que en vuestro grupo puede encontrarse un buen negocio. Daisy observa la escena como el resto cuando de repente algo llama la atención. Por detrás de todo el barullo que amenaza con crearse ve un comercio a poca distancia de vuestra posición. El garito es como el resto excepto por una cosa; el vendedor es humano...

Notas de juego

Mañana te contesto Powa a tus investigaciones.

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18/11/2016, 06:11
Powaqqatsi

 

No amigo, no están a la venta ni su capa, ni su pelo.  Peeero...  Powaqqatsi atrajo la atención de los que se acercaban para que el resto de su grupo pudiera ir tranquilo hacia donde Daisy había apuntado al humano en su puesto.  Yo por otro lado les traigo remedios herbales de la zona de los Eldeen.  Miren nadamas aquí amigos.  Usted, si usted, parece que tiene gripa, ¿no?  Pues para ese moco flojo traigo... 

Empezó a cantar, usando su tambor de mano y poniendo en lo que pasaba por banqueta (acera) un puesto improvisado de herbolaria, y cantaba al ritmo, bastante bien llevao la verdad, diciendo algo así como:

Traigo yerba santa pa' la garganta
Traigo persimon pa' la Hinchazon
Traigo abrecaminos pa' su destino
Traigo la ruda pa' el que estornuda
Tambien traigo albahaca pa' la gente flaca
El apasote para los brotes
El vetivér para el que no ve
Y con esta yerba... se casa usted

La medicina siempre era algo bien demandado en todo pueblo y región, y el druida lo sabía.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

jeje, siempre había querido hacer esta escena en una partida, jeje.  A la grande Celia Cruz.

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18/11/2016, 12:17
Finn Dan Ailell

El semielfo sonreía mientras paseaban por el atiborrado mercado. Pese a ser marinero de profesión, Finn se encontraba como pez en el agua en la selva urbana que era aquel microuniverso de culturas, razas y peligros.

Aún estaba convaleciente del terrible tajo que había recibido por parte de los asaltantes, pero aquella parecía una mañana tranquila en la que disfrutar de una jornada de mercado.

- Todavía no conozco ningún forjado cuyo pasatiempo sea la nigromancia... Esos esqueletos vinieron directamente a asesinarnos a nosotros, podían haber intentado hundir el barco directamente si era un ataque planeado contra Lyrandar, pero vinieron específicamente contra nosotros... Aparte del señor de los filos, ¿hemos cabreado lo suficiente a un nigromante como para apuntarle en nuestra lista interminable de enemigos sociópatas? - Pregunta a sus compañeros.

Interrumpido por el súbito ataque del trasgo, el semielfo recula unos pasos evitando el contacto con él, mostrando su mejor sonrisa en todo momento. - Amigo, mi pelo no es un regalo de los dioses, sino más bien gracias a las pociones milagrosas del aquí mi compañero druida. Harías bien en preguntarle qué remedios tiene, de seguro hay otras pócimas de las que no ha hablado y que para los forjados no tienen mucho interés, pero que para los amantes del monstruo de dos espaldas, ayudan mucho. - Comenta con un guiño cómplice, esperando sacarse de encima al mugriento tendero y de paso conseguirle clientes al nuevo empresario.

Hablaba con el tendero en su propio idioma, el trasgo, pues Finn siempre había tenido don de lenguas y su profesión le había permitido conocer muchos lugares y razas. Si sus compañeros no entendían sus palabras, los gestos obscenos con los que las acompañó seguro que les daban una idea general de lo que estaba hablando.

- Bien compañeros, habrá que darse una vuelta por el lugar y preguntar por nuestro amigo Failin. No nos separemos pues estoy seguro que tenemos un brillo propio en este lugar, y parece que los problemas son nuestra mejor mercancía. - Comenta con otra sonrisa

- Tiradas (2)

Notas de juego

diplomacia y reunir información para preguntar a nuestro nuevo amigo y más gente sobre donde encontrar a failin

con el descanso, cuantos pg he curado? que sino me tendré que echar una carga de curar...

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19/11/2016, 01:46
Director

Examinas los restos de los esqueletos sin encontrar apenas nada de valor ni nada que te oriente sobre su origen. Es probable que fuesen miembros de una misma tripulación ya que todos parecían haber comprado sus cimitarras al mismo herrero. Eso quiere decir, probablemente , que consiguieron una gran partida de un mismo tipo de armas. Ninguna de estas armas o pequeños retazos de armadura que tienen parecen ser de ningún valor.

Las horas siguientes las pasas examinando al resto del pasaje. Muchos de ellos bajan en una escala anterior a la vuestra. Ninguno de ellos parece tener ninguna relación con la magia nigromántica. Si existió un nigromante que convocase a esas criaturas debió hacerlo desde fuera.

 

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19/11/2016, 11:48
Director

Notas de juego

Todos los heridos recuperáis 2 puntos de golpe por la última noche de descanso en el barco. Vuestros PG actuales/totales:

Daisy 10/14

Powa 8/9

Ariete 23/23

Finn 5/10

Adia 13/13

Alfrik 5/19

Si me he dejado de recuperar alguno de vuestros PG decidmelo.

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19/11/2016, 14:36
Director

La canción de Powaqqatsi tiene un efecto inmediato sobre los trasgos. Rápidamente el druida queda rodeado por más de dos docenas de esas criaturas. Apenas termina la canción todos ellos se ponen a pedir remedios para todos y cada uno de sus males.

"¡Necesito remedio para hachazo!" grita uno de ellos mostrando una fea herida en su espalda. "¡Yo quiero quitarme esto!" exclama otro mostrando uno de sus ojos con aspecto amarillento. De igual forma otros mucho piden la ayuda del druida para curar todo tipo de males.  

-¡Le conozco!- exclama exageradamente el humano al que se acercan Daisy , Finn y Adia. - ¡Es un miserable! ¿Habéis venido para matarle? Da igual...no es cosa mía. Pasaros por el Puño Apretado. Es una posada que encontraréis siguiendo por aquella calle.

Powaqqatsi reaparece al cabo de unos minutos. Con una magistral mezcla de medias verdades, promesas y buenas palabras ha conseguido contentar, o al menos consolar, a la mayoría de trasgos que pedían su ayuda. Incluso ha conseguido sacar unas buenas 37 piezas de cobre con sus remedios y consejos sobre salud.

 

 Siguiendo sus indicaciones del mercader humano llegáis a la posada el Puño Apretado. Se trata de una especie de cúpula hecha de adobe. Parece ser más la madriguera de una criatura del desierto más que un lugar destinado a la comida y bebida. Algo os dice que es demasiado pequeño como para alojar una posada...

A través de una puerta, bajo el puño momificado de un ogro, cubierta con una cortina llegáis a una escalera. El misterio queda así resuelto ya que la posada está bajo tierra y la cúpula de adobe sólo ofrece el espacio necesario para contener la escalera.

Los escalones , hechos de barro, parecen que vayan a romperse en cualquier momento. El hueco de la escalera es tan estrecho que Ariete tiene problemas con sus hombros y varios de vosotros tenéis que agachar la cabeza para no rascar el barro del techo.

Descendéis a una sala excavada. Varios nichos en la pared contienen el espacio destinado a las mesas y reservados que están discretamente tapados con una cortina. En el centro de la posada una barra con forma de anillo está hecha del mismo barro que os rodea . En su interior un grupo de seis kóbolds sirven los platos, las copas y recogen las mesas. Veis que varias de las cortinas de los nichos están cubiertas. Para vuestra sorpresa , en cuanto mencionáis el nombre de Failin, los kóbolds os señalan uno de los nichos. Allí os parece ver, a través de una cortina, la silueta de un humano iluminado desde el interior. Sobre la cortina se proyectan volutas de humo que parecen desprender un agradable olor a hierbas quemadas.

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19/11/2016, 19:22
Powaqqatsi

 

Además de unas bien ganadas monedas de cobre, y el gusto de curar a varios trasgos que realmente estaban muy mal, Powaqqatsi había escuchado varios chismes, rumores y noticias del lugar.  Pronto se los comunicaría a sus compañeros, pero ete era el momento de encontrarse con el contacto de Lady Eladryen.  

Tocó en el marco de barro del sitio, amable, ¿Señor Failin? ¿Estará disponible para una plática corta?  Nos envía una pariente suya

 

Notas de juego

* ¿Alguna noticia interesante que me hayan compartido? :)

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20/11/2016, 09:15
Daisy Sue Demonfly

Demonfly miró con resignación el humo. Sólo eso les faltaba, que Failin fuese un druida fuma-hierba como los que le presentó Powaqqatsi en aquel picnic-encerrona en el que abducieron a Mug.

Más que parienta, lo que tenemos es una amigüita en común. Ya en lo de los árboles gengeológicos de cada cual no nos metemos. Si es o deja de ser prima o sobrina de alguien, no es asunto nuestro.

La cazarrecompensas era desconfiada por naturaleza. No dejaba de pensar que quizás en el reservado, Failin estuviese haciendo negocios con alguien que se podía ir de la lengua si mencionaban a Elaydren... O puede que hubiese un caradelata enviado por el Señor de los Filos, y que estuviese en estos momentos apuntando a Failin con una ballesta, obligándolo a fumar esas horribles hierbas...

Se salió del ángulo de visión de Failin, si es que ese era su verdadero nombre, para pegarse al reservado por el otro extremo de la cortina, apartándola un poco con la mano para ver el interior: humo.

Cof, cof, cof... Como bien sabe Skully McBones, fumar mata.