Partida Rol por web

Mientras Alhandra os conduce hacia el pasillo del este veis a Failin seguirle. Recordáis como,tras acariciar el tatuaje de su muñeca, la carreta elemental se fusionó con la roca de la pared de la colina. Parece que esta fusión le ha costado al elemental  más tiempo que anteriormente. A buen seguro que el elemental debe haber notado el influjo extraño que impregna estas tierras y debe haberle disgustado sobre manera fusionar su esencia con ese "extraño espíritu".

La cannith os conduce hasta el túnel sugerido, aquel que se interna en dirección al este. Alhandra examina  la vara. Muestra, en uno de sus extremos, un cristal azul finamente trabajado. Que le maldigan si aquel objeto dejado en la bolsa por su prima es la llave que abre estas trampillas. Sólo hay una forma de probarlo...

"¡ZAAAKKKKK!"

Un arco voltaico, un ataque electrizante, surge de la propia trampilla cuando Alhandra introduce la vara en el orificio azul. La . El rayo impacta contra ella lanzándola varios metros hacia atrás hasta impactar contra la pared de la mina.  Vuestros ojos doloridos por la repentina luz ven como  Alhandra cae  al suelo. El olor a ozono y el humo procedente del cuerpo de la cannith inundan rápidamente la caverna.La trampilla está  abierta. Bajo ella no hay nada, simplemente suelo.

Cuando el arco eléctrico me alcanza, lanzo un agudo chillido y me quedo antinaturalmente rígida antes de ser arrojada como una muñeca vieja contra una de las paredes de la mina y desplomarme de bruces en el suelo. Las sacudidas y espasmos musculares me azotan todavía durante un rato y, si no fuera por la agonía, tendría la sensación de ser un pez fuera del agua luchando por volver a su medio natural.

Los segundos parecen horas. Trato de advertir a mis compañeros de que no se acerquen ni me toquen, pero lo único que consigo es emitir sonidos ininteligibles y babear igual que una completa deficiente. Incluso me orino encima al perder por completo el control sobre mi esfínter uretral; considero todo un logro personal el evitar defecar. No me lo pienso dos veces y hago uso de una de las cargas diarias del cinturón curativo.

Para cuando finalmente consigo recobrar el dominio sobre mi cuerpo e incorporarme del suelo, descubro que tengo las manos y piernas cubiertas de dolorosas ampollas y prefiero no pensar en cómo de encrespado estará mi pelo.

―Mi-mi-mi-mierda ―tartamudeo de manera incontrolable, maldiciéndome a mí misma por haber sido tan estúpida de caer en la trampa y a mis antepasados por ser tan malnacidos como para ponerla. Una trampa que, por otro lado, no estaba protegiendo nada pero que es eficazmente disuasoria. ¿Quién se atreverá ahora a probar la llave en cualquiera de las otras tres trampillas?

Puedo tomar medidas para neutralizar o al menos minimizar el daño de estas trampas pero, ¿quién puede asegurarme que la siguiente no escupirá un chorro de ácido o hará brotar una ardiente lengua de fuego?

Señalo la vara con el zafiro, dejando meridianamente claro a mis compañeros que yo no pienso volver a tocarla. Puedo inspeccionar las trampillas en busca de trampas e incluso tratar de mitigar el daño causado por éstas, pero no voy a volver a ponerme delante. Threkor es mejor que yo en esto.

La varita encajaba tal y como habían dicho mis compañeros, la trampilla empezaba a abrirse cuando una chisporroteo seguido de una potente luz inundó la sala en la que nos encontrábamos. No cabía duda de que la puerta tenía trampa y al abrirla había saltado impactando de lleno sobre Alhandra, parecía intacta aunque unos jirones de humo aun salían de sus ropas.

- ¿Estás bien?. Estaba a punto de sonreír visto el aspecto encrespado de su pelo, pero la broma me podría salir cara...por lo que lo dejo pasar. - Parece que no era la trampilla correcta. Debíamos seguir buscando. - Si me aseguráis que no habéis encontrado trampas, yo mismo puedo abrirlas.

Alhandra sale volando, ante la trampa que se activa, el impacto es fuerte y la deja fuera de combate pero por suerte el usa de la magia la pone de nuevo en pie, pero sin ganas de seguir intentando abrir trampillas como es normal.

Raith se ofrece para seguir abriendo camino.

- Esperad que Threkor se asegure de que no hay trampas antes de intentarlo, tu eres mas grande..te puede dar con mayor fuerza.

Asitiendo a la propuesta de Khala, me dirijo a cada uno de los interruptores en forma de llave para intentar ver cual de ellos tiene una trampa y cual de ellos no.

En el pasillo NE Threkor está convencido de encontrar presencia de trampas. No entiende muy bien cómo funcionaría pero algo le dice que hay una trampa mágica. Sin embargo no puede decir lo mismo de la SE y de la SW. Es más, está razonablemente convencido de que no existen ni en la SE ni en la SW. El guerrero se aproxima al pasillo que discurre en dirección SW y, casi incapaz de respirar por la tensión, introduce el zafiro en el orificio.

"¡ZAAAKKKKK!"

Un nuevo relámpago restalla en la cueva. Con los ojos casi cegados y los oídos ensordecidos os miráis a vosotros mismos para comprobar si "todo sigue en su sitio". En el suelo, con la rodilla clavada en la roca de la gruta, Raith se encoge sobre si mismo. Una humareda surge de su armadura chamuscada justo en el mismo sitio en el que ha impactado el rayo disparado por la trampilla al abrirse.

Miráis hacia la trampilla abierta... De nuevo, un señuelo.

Dos de dos. No podemos negar que mis antepasados extremaron las precauciones para proteger este lugar. Si la forja situada en las profundidades de Sharn ya me pareció bien defendida, las medidas de seguridad de este otro laboratorio resultan incluso exageradas. ¿Qué tesoros habrá ahí abajo que merezcan semejante despliegue?

Me aseguro de que Raith se encuentra en condiciones de continuar y propongo a mis compañeros que exploremos ahora la trampilla del túnel sudoriental, dado que en túnel restante Threkor ya ha encontrado una trampa similar a las que hemos accionado involuntariamente hasta la fecha.

"Um... ¿estáis bien entonces? ¿Deberíamos gastar otra de las cargas del cinturón? ¿O una poción?" le preguntó a sus compañeros, Alhandra y Raith. Todavía quedaba al menos una posible trampa, si es que no habría más luego de encontrar la trampilla que estaban buscando. Pero el hecho de que las trampas no estuvieran accionadas era buena señal, significaba que ningún saqueador había estado allí antes, y con suerte, eso significa que sus enemigos tampoco. Además, después de todo, solo ellos tenían la llave, el cetro con los zafiros, ¿verdad?
 

Ni con la búsqueda exhaustiva de Threkor y Alhandra, conseguimos librarnos de la descarga de energía que protegen los diferentes sellos. 

- Maldición. Como si lo viese a cámara lenta veo como el rayo se acerca, intento apartarme pero ni de lejos me quito de la trayectoria. La energía se dispersa por toda la armadura, empiezo a sentir espasmos por todo el cuerpo. - Meeee...daaa...que. Solo me concentro en dejar de castañear los dientes antes de seguir hablando. - Esta tampoco era la buena, mas vale que merezca la pena.  

Khala ve caer al guerrero, otra trampa del mismo tipo, al menos no es ácido o fuego, con suerte no hemos perdido a nadie, así que supongo que me toca a mi, la princesa no se si aguantaría.

- No os que quedéis con toda la diversión, yo quiero mi rayo como vosotros - dicho esto coge la vara y la introduce en SE esperando el castigo.

La cambiante recoge la vara de manos de la cannith y se dirige al túnel que va en dirección sureste. Podéis ver la tensión  reflejada en el rostro de Khala cuando se dispone a introducir el cetro en el orificio esmaltado de azul. Nada más hacerlo un sonoro chasquido resuena en la estancia.

"¡CHAK!"

Khala se lanza de costado esquivando el nuevo rayo que a buen seguro surgirá de esta trampilla. Pero ningún rayo surge esta vez. Tras el chasquido las compuertas empiezan a abrirse hacia arriba con un sordo siseo. Un pozo queda al descubierto. Es la entrada a Albohogar, el laboratorio secreto de los Cannith.

Una luz tenue, poco más que la ofrecida por una vela titilante, emana de un globo cristalino incrustado cerca de la entrada. Esta extraña cámara de metal es una esfera perfecta , de unos 20' de diámetro. La única salida de la sala parece ser el pozo por el que habéis descendido. Hay una placa de metal octogonal situada sobre un pedestal en el centro de la sala. Esta placa metálica tiene 1' de ancho y presenta nueve hendeduras; cinco pintadas con esmalte azul, dos verdes y dos marrones.

Parece que se puede descender a esta esfera sin ningún tipo de problema...Al menos no parece mostrar ninguna dificultad.

Parece que finalmente hemos dado con la entrada correcta a Albohogar y justo a tiempo, no creo que pudiéramos soportar muchas más trampas como las que hemos hecho saltar Raith y yo.

Invito a Threkor a tomar la delantera en el descenso y a continuación bajo tras él al interior de la esfera metálica que tenemos a nuestros pies. Una vez allí, examino el lugar tratando de encontrar el pasadizo oculto que nos permita seguir adelante. Tal vez haya alguna puerta secreta u otras trampillas como la que hemos tomado para descender hasta aquí.

Finalmente echo un vistado al pedestal situado en el centro de la estancia y a las hendeduras de colores. ¿Podrían ser cerraduras en las que usar la llave de zafiro o tal vez botones de alguna clase de panel de control?

Khala consiguió abrir la compuerta secreta. A pesar de que mis indicaciones eran vagas en un principio, se arriesgó y acertó. Una nueva cámara se abría ante nosotros. Quizás fuera la entrada a Albohogar como Alhandra había supuesto desde un principio. el final del viaje para nosotros estaba más cerca.

Miré hacia el pozo y comprobé que no había ningún problema aparente para descender así que me decidí a ir.

Aquí estamos. El final del camino seguramente. Bajaré primero e intentaré detectar alguna trampa adicional que pudiera haber allí abajo.

Y salté hacial el pozo.

¿Qué relación tendrían los colores de las hendiduras? ¿Algún tipo de puzzle? Pensó que tal vez si trazaba líneas de esos colores entre esos puntos saldría algún tipo de figura, una estrella de cinco puntas quizá, pero trazó las lineas en su mente y vio que no salía nada de eso. Además ¿qué tendría que ver una estrella con los de la Casa de Cannith? ¡Su símbolo era un toro gorgona!

Khala había tenido mucha mas suerte para evitar el rayo o mas instinto para escoger la trampilla adecuada, en cualquier caso pasado esa trava podíamos seguir con nuestra búsqueda. Eso pensaba hasta que descendimos a la nueva sala y una vez mas parecíamos estar atascados.

- ¿En nombre de que dios los Cannith construyeron esto?. Otro acertijo y no parece nada fácil.

Con un gesto de negación recorro el perímetro de la sala, aunque a cada paso que daba mas enrevesado me parecía todo.

Ya he tenido bastante suerte con la trampilla, pero ahora con el nuevo acertijo se me escapa como se puede resolver para poder avanzar.

- No contéis conmigo para esto, no se me da bien resolver cosas tan sutiles.

Examináis la esfera desde dentro y desde fuera. Trhekor es el primero en atreverse a descender. Es...una esfera. Su suelo es curvo y sería muy resbaladizo si no fuese por su superficie estriada. El pedestal tiene una longitud tal que deja el panel justo en el centro de la esfera. Raith y Khala tienen la impresión de escuchar un leve zumbido, como un crepitar suave y relajante

Aquellos que queréis contribuir a la búsqueda descendéis sin muchos problemas. No encontráis otras puertas, ni trampas ni ningún otro panel. Threkor opina que la esfera forma parte de algún tipo de mecanismo y Alhandra es de la misma opinión. La cannith observa el panel. Tiene la impresión de que se trata de algo parecido al orificio azul que habéis estado encontrando junto a las trampillas al final de los túneles.

Shana observa el lugar e intenta llegar a una conclusión. Sus conocimientos de corte no le permiten averiguar mucho más. Pero si algo le ha quedado claro sobre los cannith es que son una casa pragmática y muy alejada de acertijos y otras cuestiones similares. 

Viendo que todos permanecen a la espera de unas indicaciones que yo no puedo darles, no me queda más remedio que tomar una vez más la iniciativa de la situación y compensar con desparpajo mi falta de conocimientos en esta materia.

Por nuestra anterior experiencia con las trampillas, cabe suponer que las hendiduras de colores sean algún tipo de cerradura auténtica rodeada de indistinguibles señuelos. De las nueve posibilidades, parece sensato descartar aquellas cuyo color no coincide con el de la vara de zafiro, lo que nos deja cinco potenciales opciones.

Sugiero a Khala, que todavía tiene en su poder nuestra llave, que pruebe fortuna introduciéndola en la oquedad azul situada en la coordenada noroeste del panel. Veamos qué sucede.

Había recorrido toda la sala sin encontrar en ella un indicativo que me dijese para qué podía servir la esfera, solo nos quedaba usarla. Miraba una y otra vez e reojo la esfera, cuando Alhandra le propuso a Khala, la mas afortunada de nosotros, que usase de nuevo la varita.

- Threkor. ¿Seguro que no tiene trampas?.