Partida Rol por web

cueva del este (cueva del pantano):

cueva del sur (cueva de la aldea):

cueva del norte:

Esposa:

Hija:

criaturas del pantano:

criaturas de las aldeas:

criaturas de las montañas:

cueva de la anciana (hijo):

cueva anciana (hija):

Primera misión: investigar la cueva del sur.

Segunda misión: visitar a la anciana.

imagen ejercito:

Astrid secuestrada:

Mala transformada:

Finalmente, a lo lejos vais como Egil se acerca con paso apresurado, y con rostro serio.

- Lamento mi demora. He tenido que completar un encargo esta misma mañana, al parecer ha desaparecido una niña mientras pescaba con su padre, esperemos encontrarla lo antes posible... Pero ya soy todo vuestro.

Su mirada se fue posando en todos y cada uno de vosotros, asintiendo con la cabeza. - Buen grupo se ha reunido. En breve, entraremos en la ciudad y conoceréis a los reyes. Tengo entendido que la reina arde en deseos de conoceros. Pero antes, ¿alguien tiene alguna pregunta?, ¿alguna duda?

Entráis en el salón de la casa de los reyes. Desde fuera, no parece distinta al resto de las casas de la ciudad, pero quizás algo más grande. Pero desde dentro, empezáis a ver las diferencias. En el centro del salón aparecía una mesa de madera gruesa que prácticamente lo atravesaba desde la entrada hasta una zona algo más elevada donde se encontraban cinco tronos de la misma madera pero con diversas figuras y escenas talladas.

Las filas de antorchas a cada lado de la estancia daban una luz y un calor que acogía y reconfortaba a cualquiera, y más a vosotros, que llevabais mucho tiempo a la intemperie esperando a Egil.

Al fondo del salón, veis como sólo dos de los tronos están ocupados, la reina y su hija más pequeña estaban esperándoos, y en cuanto os ven atravesar la puerta del gran salón, se levantan y van hacia vosotros.

- Mamá, ¿Quiénes son?, ¿son los que van a encontrar a Bergi? - dijo la niña con voz tenue, mientras se escondía tras su madre, lanzando de vez en cuando miradas curiosas a cada uno de vosotros.

- Son ellos, ¿verdad, mamá? - añadió la joven princesa, susurrando.

La reina miró a la pequeña con cierta tristeza en su rostro. - Corre, Inga. Ve a avisar a tu padre, dile que los invitados que esperábamos han llegado. - Acompañó sutilmente con la mano, mientras la niña salía corriendo del salón.

- Disculpadla. Es joven y todo lo que ocurre la afecta muchísimo, y más si le ocurre a una niña de su edad. - nada más terminar la frase, su rostro se vuelve algo más serio.

- Bienvenidos a  la ciudad de Varakdar, como ya os habréis imaginado soy la reina Astrid, la responsable de que Egil os convenciera de venir. Todos vosotros sois de aquí, vivís en los territorios del reino de Varakdar, por lo que no creo que suponga una sorpresa deciros que las cosas no van bien. - la reina, dio un par de pasos para atrás, mientras entendía su brazo en dirección a la gran mesa de madera, - por favor, sentaos. El objetivo de esta mesa siempre fue el festejar todos juntos las victorias o la paz, pero ya nunca se usa para tal menester, ahora solo acoge reuniones de guerra, reuniones tácticas, y donde damos de comer a todos aquellos que pierden sus hogares y sus familias. Cada vez son más los que vienen pidiendo auxilio. Y esa es la razón de que os llamáramos.

Una vez todos tomasteis asiento, la reina hizo lo propio, - El rey necesita hasta el último de los soldados para defender la ciudad a toda la gente que en ella vive, al fin y al cabo, somos la última fortaleza del sur que se mantiene en pie. Creemos que un grupo reducido de valientes podría moverse con más libertas por la isla, tratando de descubrir qué está pasando, y de dónde ha surgido esta oscuridad.

La reina dejó de hablar cuando vio al rey entrar por la puerta del salón, envuelto en un abrigo de piel manchado de sangre.

- Inga me ha dicho que al fin habíais llegado. Siento la espera, hemos estado... ocupados durante la mañana. - dijo mientras se limpiaba marcas de sangre en las manos, para a continuación dirigirse a la reina Astrid. - Han atacado otra aldea, al norte de nuestro territorio. Pudimos llegar a tiempo de salvar a la mayoría, pero muchos cayeron. Tranquila, esta sangre no es mía - añadió al ver que la reina no quitaba el ojo de las manchas de sangre.

Se dirigió una vez más hacia vosotros, - Esos extraños seres cada vez se adentran más en nuestros territorios. Atacan aldeas, devoran las reses, y esta oscuridad parece estar envenenando las tierras, apenas crece nada, prácticamente todos los cultivos están secos. Si se agota el ganado y no podemos cultivar... moriremos. Debemos encontrar una solución lo antes posible.

La reina se levantó de golpe en cuanto su marido dejó de hablar, colocando la mano en el hombro del rey. - Estás cansado, no es el mejor momento para hablar de esto, debemos distribuir a esos pobres que has conseguido salvar, darles cobijo y comida.

La reina, una vez convenció a su marido, os mira, - Hay algo que podéis hacer mientras el rey y yo organizamos a los nuevos. Inga cree que seréis capaces de rescatar a Bergi, una niña, hija de pescadores. Desapareció a primera hora de la mañana al oeste de aquí, muy cerca. Mandé a Egil para que intentara encontrarla, y cree que puede saber dónde está. Creo que sería una buena oportunidad para ver de qué sois capaces. - hizo un movimiento con la mano, invitándoos a levantaros. - Mi hijo Jorgen, os esperará tras las puertas de la ciudad. Egil, muéstrales el camino. Buena suerte. - añadió mientras os alejabais hasta desaparecer tras la puerta del gran salón.