Partida Rol por web

Una figura solitaria caminaba por las calles, parecía a punto de mandar un mensaje usando un intercomunicador. Mientras, un aerodeslizador descapotable aparecía derrapando en la calle a toda velocidad. Los tipos del aerodeslizador discutían acaloradamente, uno de ellos hacía referencias a tostadas y al culo blanco de uno de ellos.

Pero eso no era lo único que había en la calle, por el extremo opuesto aparecían un par de hombres. A todas luces parecían unos matones a sueldo, vestidos con ropa de calle y sujetandose la cintura del pantalón como si quisieran sacar algo de ahí. Uno de ellos gritaba.

¡Es ella!- Una pistola apareció en la mano del sujeto- ¡Alto, alto ahí!.

El disparo se perdió bajo, estaban muy lejos para disparar sin apuntar, aunque... Quizás lo mejor sea no comprobar si es capaz de hacerlo ¿verdad?.

Faraday movió el volante y giro derrapando en la calle, al tiempo que veía una un poco despejada. Estaba pensando en Jun y en su bonita figura cuando la vio en la calle, enviando mensaje. Analizo la situación, mientras pisaba el freno, haciendo que todos rebotaran en el vehículo, afortunadamente, todos tenían el cinturón de seguridad.

Kovacs, dime que cuando alquilaste el vehículo, le pusiste seguro le grito a la belleza oriental que estaba cercana a el. Oye Preciosura, ¿quieres pasar un buen rato?¡Subete! hizo sonar el motor, una, dos veces, para que rugiera. ¿A alguien le apetece un buen juego de gallina?

Bruummm, Bruummm

Nathan realmente estaba disfrutando de aquél viaje. A la velocidad a la que iba era casi inútil obervar el paisaje, así que David tan solo escuchaba como sus compañeros discutían un plan para acercarse a la mansión de Blouse. Ambas opciones sonaban bien, aunque tuvo que intervenir para llamar la atención sobre un detalle que se le debía de haber pasado a Spencer - Emm, Bill, es cierto que tu eres el que mejor podría fingir ser un cazarrecompensas... pero, sino recuerdo mal, tu cabeza también tiene precio. Y esto no es un atrasado planeta de la frontera, aquí alguien podría reconocerte...

Entonces oyeron la voz de Jun, esta vez libre de interferencias. Hablaba con un tono bajo y difícil de entender a causa de la rapidez a la que se movía el vehículo, pero parecía estar en problemas y siendo perseguida. El capitán no respondía a pesar del aviso que le había dado, así que lo único que podían hacer era ir a rescatar a la Acompañante. Los otros dos trataban de averiguar una forma de localizar el comunicador de la mujer y averiguar donde estaba, pero la suerte les sonrió y de repente apareció a lo lejos, tratando de pasar desapercibida.

A la velocidad a la que iba Nathan la distancia que los separaba se reducía rápidamente, así que tampoco tardaron en ver al par de matones que evidentemente perseguían a la Acompañante. El hecho de que disparar en mitad de la calle les tuviera sin cuidado indicaba que solo podía tratarse de hombres del gobernador, o no se sentirían tan protegidos como para tratar de asesinar a alguien en un lugar público en pleno día. David no perdió tiempo y sacó su revólver para devolver el disparo y obligar a aquellos dos a parar la persecución y cubrirse, y dar un tiempo de respiro a Jun para que se subiera al aerodeslizador sin peligro.

Una vez con Jun a salvo tras saltar sobre el vehículo y bromeando como si nada, dio dos palmaditas sobre el cabezal del asiento de Nathan para indicarle que arrancara y los sacara de allí - ¿Acepta cheques por valor de un rescate improvisado? Póngase rápido el cinturón, no querrá salir disparada a causa de la velocidad que llega a alcanzar nuetro piloto.

El sonido de unas ruedas derrapando me hacen detenerme en seco, aún con el comunicador en la mano, cuando, con alivio, reconozco a los ocupantes del coche. Estoy empezando a pensar que deberíamos subirle el salario al señor Faraday, jamás pensé que me encontrarían tan rápido.

Sin embargo, no son los únicos que me han encontrado rápido. Al otro lado de la calle, dos personajes lo suficientemente armados como para hacerme levantar las manos en el aire por puro instinto, tratan de dispararnos.

 Oye Preciosura, ¿quieres pasar un buen rato?¡Subete!

Me recojo la falda y prácticamente me lanzo a través de la ventanilla del coche, haciéndome un hueco entre los varones de la nave.

-¿Tres contra una? Eso subirá el precio... -murmuro, con tinte irónico, mientras tanteo el asiento en busca del cinturón. 

Intenta no disparar, Kovacs, a menos que disparen directo sobre nosotros. Quizás sean del gobierno y no queremos más líos. Y no sabemos aun donde estamos parados, no queremos que nos sumen cargos.
La acompañante demostró que tenia agilidad y se subió enseguida entre los dos de atrás. El Aerodeslizador rugió una vez más, y el Piloto no soltó ahora el pie del acelerador, pisándolo al máximo, y haciendo que el vehículo vibrase, el motor se exigiera, y sumara velocidad aunque estuviera estancado allí momentáneamente.

No se preocupe, Señora. Al rubio solo le gusta mirar. dijo el piloto sin aclarar que rubio, apoyando en brazo y mirando hacia atrás haciendo un guiño. Cuando el tap tap de Kovacs dio el ok de que estaban todos agarrados, soltó el freno y el auto salió disparado directo hacia donde venían los rivales. Haciendo que las distancias entre ambos se acortaran.

... Creo que acabo de cagarla xD

Y postear desde el móvil es una mierda xD

Me apoyo en el mostrador lentamente y vuelvo a sonreír, luego cruzo los dedos de ambas manos.

- Lo entiendo, pero verá... supongo que comprenderá que soy un hombre realmente ocupado - la miro a los ojos haciendo una breve pausa - ¿Me está usted diciendo que no hay nadie en tooooooda esta preciosa entidad que me pueda hacer un pequeño y breve recorrido por las instalaciones para saber donde va a estar alojado mi dinero?

Arqueo una ceja, abro las manos y sonrío de nuevo - vamos señorita Ling. Solo quiero saber si puedo estar tranquilo con ustedes.

Si me voy por esa puerta será para no volver... ¿quiere decirle usted a su jefe que Jonathan J. Walton se ha marchado dejando escapar un suculento contrato por más de 20 millones de créditos para dos años? (*)

Me separo lentamente del mostrador, preparado para marcharme indignado, dejando claro a la señorita Ling que dependiendo de su respuesta puede que me marche para no volver jamás.

-¡Ju...! -Aria cerró la boca en cuanto se dio cuenta de que había alzado su voz.- Jun... Jun... ¿estás ahí?, ¿Hola? -Pero ni siquiera salía ruido estático del intercomunicador. El muchacho se mordió el labio y miró hacia la puerta. Si la estaban persiguiendo no tendría mucho tiempo... 

Se dio la vuelta y caminó rápido hacia sus compañeros intentando no desentonar en aquel lugar blanquecino. 

El disparo de Kovacks impacta de lleno en el cuello del matón que cae en el suelo rodeado de una nube de sangre, parece que la bala le ha impactado en la arteria y se desangra irremesiblemente. Su compañero, al ver la escena se pone a cubierto, dejándoos el camino libre para la huída. El cadaver inunda el suelo blanco, inmaculado, con su sangre mientras os alejáis a toda velocidad.

La joven miró al supuesto Señor Walton con indiferencia.

Esto es un banco federal, no hay mayor garantía que esa y la de tener el monopolio dentro de la alianza, Señor Walton. Dijo mientras se levantaba apoyando las manos en el escritorio tapado por el mostrador. Estamos dentro de las normativas federales y se puede operar con nosotros desde cualquier punto, si no puede permanecer en esta luna, tenemos los datos de contacto de su gestor financiero ara que el se haga cargo del deposito y pueda pactar condiciones con el Señor Blouse. No puedo hacer más por usted, buenas tardes.

De forma deliverada se sentó frente a su escritorio, ignorandoos de forma claramente intencional.

-Buen disparo, Kovacs -admití cuando vi cómo aquel matón era alcanzado en el cuello por el disparo del artillero de ojos azules-. Creo que no lo contará...

En otras circunstancias, hubiera considerado que era una muerte innecesaria, pero teniendo en cuenta que la vida de nuestra compañera corría peligro, el matón se lo había buscado él solo.

-¿Cómo fue con Blouse, Jun? -le pregunté a la acompañante, arqueando una ceja-. Cuando nos enviaste el primer mensaje, nos temimos lo peor.

Mientras observo cómo el tiro disuasorio de Kovacs derriba de un solo golpe a uno de los guardias, me muerdo el labio inferior. Otro al que hay que subirle el sueldo.

-Vamos, vamos, vamos... -apremio al conductor, poniéndome rápidamente el cinturón.

¿Cómo fue con Blouse, Jun? Cuando nos enviaste el primer mensaje, nos temimos lo peor.

-Realmente no lo sé -murmuro-, se comportó como si no tuviéramos una cita, y llamó a seguridad. Ocurrió todo muy deprisa. Es como si... como si alguien le hubiese dado el chivatazo o algo así.

Ni siquiera me dio tiempo de darle la clave... 

El vehiculo salió disparado hacia delante luego de la aceleración de unos segundos, por lo que la propulsión del descapotable levantaba los cabellos de todos y los alborotaba. Pasaron como una exhalación frente al vehículo rival, y no hubo enfrentamiento, ya que el guardia restante eligió tomar cobertura. Faraday meneo la cabeza, disconforme. A los segundos pareció olvidar el incidente.
Bien, tenemos que elegir que hacemos. ¿Doy unos rodeos, cambiamos de vehículo y volvemos a la Constanze? ¿O vamos al Banco a buscar al Capitán y a Stark? No sería raro que la falta de señal del Capitán se deba a que dentro del banco no se permiten comunicaciones.
Si tenían mucha mucha suerte, se olvidarían de recoger a Aria y cuando recordaran, ya estarían en el espacio…

Nada más apretar el gatillo se arrepintió de haberlo hecho. Había sido casi un acto reflejo, y durante el escaso segundo que tardó la bala en alcanzar al objetivo, esperó que el tiro pasara de largo y que aquellos dos matones entendieran el aviso y se echaran atrás. Pero la bala dio de lleno en el cuello del hombre, que cayó al suelo. David supo que estaba muerto, aunque todavía tardara un minuto o dos en desangrarse. Se dejó caer en el asiento del vehículo, con la mirada puesta en la calle, y en como el otro matón no perdió el tiempo en esconderse.

- No quería matarlo... - susurró, casi para él solo, ajeno al elogio de Bill. Todavía tenía el arma en la mano, se fijó en ella unos segundos antes de volver a guardarla en el bolsillo interior de la gabardina. Se giró hacia atrás para volver a mirar el cuerpo, pero Nathan ya le había dado al acelerador y habían dejado atrás la escena. Se giró de nuevo hacia adelante - Creo que deberíamos volver a la nave. Si al capitán y al resto les ha ido bien, sería... sería mejor que no nos vieran juntos por la ciudad, ahora que... - ahora que tienes un muerto más sobre tu consciencia.

Faraday condujo como endemoniado un tercio del trayecto, ya se habia tomado la decisión de volver a la Constanze. Ahí, se bajo del vehiculo, en una zona de aerodeslizadores y se subió a otro, un modelo mas normal. En vez de dirigirse hacia el espaciopuerto, se dirigió a otra sucursal de vehículos, donde tomaron otro y ahí si se dirigieron hacia la nave.

Si todo estaba bien y no notaba ningún sistema de vigilancia, ingresaría en la nave colocando los códigos de piloto y accedería a la cabina. Se giro hacia Jun.

Kovacs, dependiendo de lo que nos explique Jun, transmite el código de la alianza para advertir a nikita. le pregunto a la acompañante. Señorita Vasilis, puede ampliar lo ocurrido. ¿Quien es Blouse? ¿Porque estuvo en peligro apenas lo vio? Necesitamos saber si pisamos en suelo firme, y la única que puede darnos esa pauta es usted. Iluminenos, por favor.

Nikita vuelve junto al capitán y el cachorro a la nave. Había oído que su real majestad estaba en apuros así que no sabía si alguien había ido ya a ayudarla o si iban a tener que idear un plan para hacerlo. El caso es que ella se había quedado con ganas de acción ya que estas pantomimas de fingir y dialogar no le provocaban la más mínima emoción. Se había aburrido bastante y total habían venido prácticamente igual que como se habían ido. Eso nunca ocurría con los tiroteos. Un pensamiento algo sádico quizá, pero una verdad como un templo.

Así que su interés por salvar a Jun, era más bien de darle marcha a sus armas, no por el bienestar de la princesa de la nave.

¿Cómo os ha ido a vosotros? ¿Se sabe algo más de su alteza? Pregunta mirando alrededor, pues quizá había podido volver sola al fin y al cabo.

Accedemos al interior de la Constanze derrapando un tercio del camino, hasta que el aerodeslizador alquilado acaba casi vuelto hacia la entrada de la bodega.
Agitada y algo mareada por el frenético viaje, desciendo del vehículo, apoyándome aún en los laterales de este. El señor Faraday será el mejor piloto del verso, pero conduce como si le hubiese poseído el diablo.

Sin embargo, no tardo en recomponerme y aunque mi intención es hacer mutis por el foro para conseguir un análisis de daños y, principalmente, crearme un discurso que poder decirle a la tripulacion, Bill no tarda en pedirme explicaciones.

Observo a los tres varones, mordiéndome el labio inferior, inquieta. Ninguno de ellos ha dado muestras de ser un mentiroso. Ninguno de ellos me ha hecho sospechar ni una vez. Quizás a ellos... quizás pudiera...
-Yo... -Titubeo- me dijeron...

Pero tardo demasiado, de pronto el aerodeslizador con el Capitán, la señorita Stark y Aria regresan con expresión de misión fallida.
Yergo la espalda inmediatamente, arreglándome el cabello peinándolo con los dedos, mientras Stark profiere una de esas frases-gruñido tan características.
Para cuando termina de hablar, mi rostro es una máscara que esboza una sonrisa cansada.

Espera... ¿me ha llamado alteza?

-No sé qué ha ocurrido. Es posible que el señor Blouse estuviese prevenido contra nosotros, pues ha activado el sistema de seguridad prácticamente desde que empezamos a hablar.

Suspiro, apoyándome contra la pared de metal de la nave.

-Habrá que pensar alguna otra solución...

El Piloto se cruzo de brazos y se apoyo en la esquina. No le pareció demasiado satisfactoria la respuesta, por no decir que no podía poner como satisfactoria lo que había explicado, porque no había explicado nada y había callado mucho. Se mordió el labio y una vez mas, dejo pasar el tema
Fuera un tema peliagudo, por algún motivo, confiaba en la extraña damita, y le daría un poco mas de soga, pero solo un poco más. Al principio hablo medio trabado, pero luego se fue soltando y entusiasmando con la idea que tenia en puerta.
Lo nuestro fue bastante mejor. El Señor Roger T. Dumphy quiere que recuperemos del banco de Blouse las escrituras de los terrenos que el banquero busca ejecutar por cualquier motivo para quedarse con sus tierras. Si lo logramos, nos recompensara con 20 kilogramos de simiente azul, para hacer opio del bueno. Yo le pedi unas cajas de buen bourbon y no tuvo problema en agregarlas al trato. Y digo que si vamos a robar un banco, no tengo demasiado problema en llevarnos un poco de lo que sea que este allí, total esta asegurado por la alianza.
¿Entonces? ¡Tenemos un Atraco en puerta? termino elevando la voz de lo contento, buscando el consenso de la mayoria.

-Cada kilo de simiente azul se paga en el mercado por unos tres dólares -agregué a lo dicho por Faraday, con intención de que todos hicieran sus cálculos-. Teniendo en cuenta que Dumphy nos pagará veinte kilos, en total serán sesenta dólares, a los cuales habría que reducir el 20% de las ganancias que debemos entregar a Sugar. Eso hace un total de cuarenta y ocho dólares.

Crucé los brazos sobre el pecho, mientras permanecía pensativo.

-Apoyo la propuesta de Faraday -admití, tras escuchar que el piloto seguía pensando en el que era el mejor plan-. Entramos en el banco, nos hacemos con las escrituras y aprovechamos para robar todo lo que podamos. Que estamos hablando de la Alianza, ¿a quién le importa hacerles perder unos cuantos dólares de nada?