Partida Rol por web

Miro a Bit manteniendo la mirada fija, las ganas de abofetearlo son inmensas pero mas que ofendersa parece un acto de estupidez.- Tienes suerte de que no tenga tiempo para meterte esas monedas por cierto orificio de tu cuerpo.- Gruño con enfado desdeñandolas. Me aparto de ellos mirandoles, tal vez por ultima vez y encaro la puerta de nuevo, mas dispuesta que nunca a largarme. A algunos les echare de menos mas que a otros.

Bit, confundido...más confundido que nunca...más confundido incluso si es posible, que respecto a los intereses de Perla, o de esos dos a los que buscan...Tenerius...Gálacus...
EL shemita, se acerca a la cimeria sin comprender, pero fiel a su instinto, guarda rápidamente las monedas en su bolsa.
Espera...logra articular...iré contigo! Estoy seguro de que no vas más que a una trampa...Hundra!

Antes de salir, el nómada observa un instante a Perla, a la bella y tatuada morena...

Vamos a ir a buscar a esos Tenerius y Gálacus...le dice.
Y seguro que será peligroso...pero cualquier ayuda nos vendría bien,...si es que se trata de una trampa.
Sin embargo, observa al ver a la ya recuperada Perla...No se si estás tan bien como para venir a arriesgar tu cuello...pero cualquier ayuda es util

El nomada, se calla un momento, como si reflexionara...
¿Frascos? Diego fue a robar esos frascos porque son...caros? Medicinas caras? Eso es una farsa tan estúpida que son capaces de creérselo...

La buscan a ella, es mejor que no se deje ver.- gruño sin volverse pero con firmeza.- y si es una trampa contra menos caigamos en ella mejor. Bit, si quieres dartelas de cabellero galante quedate y protegela a ella.

Bit asiente...y observa primero a Diego, luego a Anhknut...
Alguien debe acompañarte...y no me refiero tan solo a tu amigo.

Diego se recuesta entre los cojines, no puede evitar sonreir al ver la escena: - traiciones, trampas, desconfianza... bienvenidos a Shadizar, de eso encontraréis de sobra en mi ciudad - sonrie, sintiendose a gusto - tan solo recordad que no se puede confiar en nadie - continua mirando a Hundra - aquí no todos son.... vamos que no le hacen ascos a una puñalada por la espalda.

- Bien Perla, traje tu cofre - mira el cofre roto, luego al resto de personas de la sala y sacude la cabeza - no os dije que no lo tocarais, en fin - se vuelve hacia Perla - espero que los daños no sean irreparables. Quizás ahora puedas aclararnos un poco más donde nos hemos metido. Estoy convencido de que tratarán de acabar el trabajo que empezaron en el asalto de la caravana...

Murmurando como para sí - espero que Bel me guarde esa silla unos años más.

¿Por que?.- pregunto algo impaciente, me molesta que se preocupe tanto por mi de repente.- ¿Es que acaso crees que me voy a perder por el camino? ¡Claro que no me fio de nadie! Si los dioses hubieran querido que fuera tonta me habrian echo hombre.. o rubia natural.

- Yo iré contigo, Hundra. Espero estar a la altura si ocurre algo. ¿Qué vamos a hacer, exactamente?

He dormido mal, y justo cuando los ruidos empezaban a dejarme en paz la gente empieza a discutir.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!- Bostezo a placer sentandome en mi catre y apoyando las manos en la rodillas mientras escucho toda la conversación.

Cuando Perla nombra los frascos un escalofrio recorre mi espalda, pero callo, escuchando a ver como se resuelve todo medio adormilado.

Bueno, si queréis marchar, id.

Yo aun tengo algunos encargos que haceros, pero descubrir que ha pasado con el Nemedio y el Kothico es prioritario.

Ya veremos si me apetece seguir haciendo misioncitas para ti.- pienso mientras salgo, mirandola seberamente por toda despedida. No miro a quien me sigue, como es habitual en mi estos ultimos dias, no me encuentro con ganas de bromas. Me estoy empezando a dar cuenta de cosas que no me gustan nada.

Espero que os vaya bien. Luego hablamos

Hundra, Bît y Anhknut se despiden sutilmente mientras se van a la reunión que tenían pendiente.

Quedáis vosotros dos con Perla. Preparáis un rápido desayuno para los tres, que seguro os ayudará a reponer fuerzas. Perla asegura amablemente que toda la deuda con vosotros será saldada esta misma tarde.

Aprovecháis esta pequeña pausa para relajaros un poco y sacar todo lo posible de información.

Perla está animada, tranquila, y parece que tiene ganas de hablar con vosotros. Resulta casi gracioso oírla hablar, cuando está en este estado de despreocupación, por que su pronunciación se hace mas y mas marcada, como corresponde a los natales de Zíngara, y hasta la llegáis a ver sonreír cuando Diego hace algún comentario jocoso, o juega con la comida.

Su apetito es perfectamente normal para alguien que esté sano. Pero sin duda, no para alguien que el día antes estaba apunto de morir. Puede que sea cosa de las drogas, o del veneno. O ambas... Tratándose de loto negro nunca se puede estar muy seguro.

-Estos frascos que conseguistes, tienen mucho valor. Se trata de un remedio muy antiguo, que viene de Estigia, dicen que puede sanar cualquier mal, hasta regenerar la carne. El otro líquido es solo vino, con algunas especias poco legales. Pero no es nada peligroso.

Cuando abandoné el culto de Omm, pensé en recuperarlo, pero serían muchos problemas, que prefería evitar. Pensé que si algún día necesitaba dinero, podría ir a buscarlo.

...

Compradores, si, se unos cuantos que siempre estarán interesados, los nobles de esta ciudad siempre quieren cosas como estas y nuevos vicios. Esta tarde iré a venderlos. Solo necesitaré algo de ropa, como una túnica para pasar desapercibida, hay demasiada gente que me conoce en esta ciudad, y no se cuanta de esta quiere verme muerta.

-Vosotros... Bueno, si queréis acompañarme, de acuerdo, si no, aun tengo algunos encargos por los que os pagaré bien. Lo prometo, esta vez, no habrá ningún peligro; siento lo que te ha pasado de veras, Diego; Pero si preferís quedaros en casa, no hay problema.

Yo regresaré antes de que se ponga el sol y os pagaré a todos lo que habéis hecho por mi.

Cita:

Diego sonrie, al menos sabe con quien está tratando, está es la ciudad del pecado y se compra y vende de todo.

Cita:

- Yo me comprometí a manteneros con vida y lo pienso seguir haciendo hasta que acabe ésto. Creo que hay un traidor, y el día que sepa quien es, es el día en que va a despertarse con una daga entre las costillas. - relaja la presión de las manos que le habían dejado los nudillos blancos.

- No estaría de mas que nos contaras donde han ido esos - señalando, con la cabeza, la puerta por la que ha salido Hundra y compañia. - donde te diriges, o cuales son esos encargos....

Si te digo la verdad, no lo se.

Su cara es totalmente sincera.

Creo que hará un buen trabajo, sea cual sea. Me dijo que ayer conoció a alguien que podía saber donde están Tenerius y Gálacus, y que hoy se reunía con ella.

...

El primero de los encargos, es conseguir una túnica o capa para esconderme. A no ser que tenas alguna que prestarme, Eban.

Otra cosa que os quiero pedir es que alguno de los dos vaya a "La casa de Shue Gong", era una buena amiga mía, de hace muchos años, y seguro que podrá ayudarnos. Regenta un prostíbulo en el "Maul" (ver mapa)

Una vez acaba de decir esto, saca la bolsita que tajeron ayer Eban y Anhknut, la abre y usando la uña del dedo meñique, recoge algo del polvo negro se su interior, se lo acerca a la nariz e inspira fuertemente.

Después se rasca un poco la nariz y respira fuertemente un par de veces. Luego vuelve a guardar la bolsita.

Escucho las palabras de Perla apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados, cuando habla de una túnica descruzo los brazos como sobresaltado, me giro y voy a mi habitación mientras habla. Cuando termina vuelvo con una túnica identica a la que llevo puesta.

-Toma, lo de la túnica está solucionado, puede que te quede algo grande, pero seguro que sabras que hacer con ella...- Le tiendo la túnica y miro a Diego y a perla alternativamente.

-Yo por mi parte no me quejaría si pudiera estirar las piernas un poco, estoy cansado de estar aquí encerrado. Así que si vamos a salir todos yo puedo ir a hablar con esa vieja amiga tuya si quieres.-

Hago un gesto vago con la mano al decir estas últimas palabras, no es que me muriese por hacer ese encargo, pero necesito algo de acción, y además a prometido pagarnos en breve.

Gracias.

hmmm....

Ahora que lo pienso, si nos vamos todos, será un problema para los otros, si regresan pronto y tu tienes la llave de tu casa.

Pero no creo que tardes mucho, y los demás sabrán que hacer.

Poco a poco. el acento Zíngaro velve a desaparecer, del mismo modo que ayer, y tan "magicamente" como reapareció esta mañana.

La casa es facil de encontrar. Es un prostíbulo rojo, con un dragón pintado en la fachada y pétalos de cerezo.

Cuando llegues, preguntale a Ahmet por Shue Gong, no creo que te deje hablar con ella, pero sabrás insistirle. Ahmed nunca ha tenido mucho cerebro.

Cuando veas a Shue Gong, dale esto, para que crea tu historia.

Entonces se quita el collar que lleva, hecho de plata fina y te lo entrega en mano.

No vale tanto como parece, pero me lo regaló ella.

Mi mirada, normalmente vivaz y despistada al mismo tiempo, se vuelve fria junto a mi rostro cuando recibo el collar de manos de Perla. Escucho con atención sus palabras y asiento con seriedad.

- Entendido, no hay problema -

Cuando Eban trabaja, trabaja.

Cita:

Diego se toca el lóbulo de la oreja distraído vaya esta misión parece más interesante que visitar templos mientras sonrie.

Cita:

- Te acompañaré, este tipo de locales y barrios son por donde me muevo y puedo ser util - lo intenta decir serio y profesional, pero se nota un tono divertido y alegre en la voz.

Asiento a Diego tras sus palabras.

- Encantado de que me acompañes...- Le digo con una mueca de complicidad.

... Parece un buen chico, leal y divertido. Presiento que no me aburriré con él...

Pues ya está todo dicho.

Perla se levanta muy lentamente, como si estuviese algo mareada.

Se tapa con la túnica de Eban y se dirige a la puerta, después de guardar bien los botecitos y el saquito de polvos negros en la túnica.

No salgamos juntos, esperad unos segundos, para llamar menos la atención.

Que vaya bien.

Y sale por la puerta.