Partida Rol por web

Pese al bullicio del campamento, Suministros Buentrato permanece tan tranquilo como lo dejasteis ayer. En señal de duelo, la señora Buentrato ha decidido no abrir al público. Se sorprende cuando oye la campanilla que indica que la puerta se ha abierto.

¡Mi fe me libre de blasfemar! ¿Qué está pasando aquí?

Perdona por invadir tu casa, Amarylis. Necesitamos un sitio donde hablar sin que nos vea ni oiga nadie en quien no pueda confiar —me giro hacia los viajeros, hablando a Iris, ya que parece la líder del grupo en ausencia del clérigo—. Bien, explicadme rápidamente cómo fue la entrega de ese supuesto obsequio mío.

Disculpad, en eso os podrá ayudar mejor mis compañeros, ya que Xet, Andrew y yo nos encontrábamos hablando con Louie. Lo que yo os puedo contar es que cuando volvimos nos comentaron que vuestra hija nos había traído esas viandas con la intención de que os disculparamos por el trato recibido. Intento que mi voz no suene recriminitoria. Nosotros, sinceramente, no dudamos de su palabra y cenamos de esas viandas, yo me puse a dormir, y lo próximo que recuerdo es despertarme tras escuchar todo el alboroto. Desde entonces no nos hemos sentido nada bien, la mente como abotargada y suponemos que esos alimentos tenían alguna clase de droga.

Mi voz suena entrecortada, mientras hablo miro a los ojos de Amarilys, para que vea que soy del todo sincera y no oculto mi mirada.... No sabemos quién puede estar detrás de todo esto, pero estoy preocupada por Andrew, no sabemos nada de él ni de lo que puede haberle ocurrido...

Xet, situado junto a Iris como siempre, asiente en silencio a las palabras

Bueno, si se me permite entrar en la conversación... y se me permite, porque estoy en mi casa —carraspeo—. En cuanto a vuestro amigo, lo he hablado con mi marido. En medio de un terreno atestado de gente, es imposible sacar a rastras un cuerpo sin que alguien se dé cuenta. Creo que vuestro amigo pudo irse por su propio pie, y esa sangre... de haber sido atacado, hubiese pedido ayuda. Haría falta mucho dinero para sobornar a todo el que había anoche en el terreno de acampada.

Valoro las palabras de Amarylis. Después asiento.

De cualquier manera, la desaparición de vuestro amigo es un misterio que os corresponde esclarecer a vosotros. Nosotros nos dedicamos a la muerte de uno de los nuestros —trago saliva y digo, bajando la voz a tono confidencial—. Anoche, ciertos inquilinos pidieron que se les sirviese la cena en la habitación. No es norma de la casa atender una petición así, pero decidí hacer una excepción por razones que no vienen al caso. Lo que importa es que era un auténtico banquete, se aseguraron de que no faltase un sólo plato. Ordené a mi hija Esmeralda que preparase unos hatillos y los subiera, y así lo hizo. ¿Adivináis dónde acabaron los hatillos?

 Y estan aún alojados en su posada? Porque supongo que se habrá dado cuenta que ha sido todo una trampa contra nosotros al narcolizarnos con su comida por la noche, luego matar al pobre de Louie por intentar ayudarnos y despues echarnos la culpa de todo.

Se lleva la mano a su mentón y dice:

Lo que no entiendo es como pudieron hacerse pasar por su hija y luego por nuestro amigo.

- Ciertas criaturas pueden doblegar la voluntad de otras y que estas no recuerden nada. Si esos inquilinos estan aun deberiamos hacerles una visita.

Me temo que eso me delataría a mí, y no me lo puedo permitir. Además, todo esto no convierte en inocente al enano... ¿y si tiene algo que ver? ¿Le conocéis de hace tiempo? ¿Os fiáis realmente de él?

 Creo que hay una forma de averiguar si el enano es culpable o no y es ver si ha sido envenenado como fuimos nosotros.

Volviendose hacia Amarylis.

Tiene usted algún tipo de esencia o bebida, o conoce alguien de este campamento que pueda llegar a esa conclusión?

Me esfuerzo en recordar que hay gente que no está casada con un clérigo y no tienen por qué saber ciertas cosas.

Un clérigo de cierta posición podría hacerlo sin demasiados problemas. Por eso mi marido presidirá el juicio. Es un siervo de Yondalla —hago un gesto piadoso— y la diosa lo bendice con algunas habilidades. Seguro que en un caso tan despreciable como el asesinato de un pobre y honrado crío, La Guardiana obrará para que se haga la luz.

Hago una pausa en señal de respeto por la diosa.

En cuanto al narcótico... imagino que Laron podría...

Sí, Berto le ha llevado los restos para que los examine—asiento, después inicio la marcha hacia la puerta—. He de volver. Por favor, quedaos un rato más aquí. No conviene que nos vean salir juntos...

Antes de abandonar la tienda, miro a Ezhelmer.

Aún así, no demostraría nada. No es que desconfíe de vosotros, pero no tengo más que vuestra palabra. Vosotros mismos podríais haber emponzoñado la comida para intentar cubrir el asesinato.

Después salgo, sin esperar réplica.

A la que el tabernero sale de la tienda le comento en voz suficientemente alta para que me oiga claro:

- Y no contentos con drogarnos a nosotros mismos nos quitamos de en medio a nuestro amigo el hermano Andrew ¿no? Debe de empezar a despejar la mente tabernero, nosotros, TODOS nosotros no hemos tenido nada que ver. Vigile mas a quien acoge en su taberna y a quien expulsa por que a veces puede cometer errores amigo.

Coloco mi mano sobre el brazo de Oréganon.

Calma, amigo. Así no vamos a conseguir nada, han sufrido una pérdida muy grande, y nosotros somos extraños. Entiendo perfectamente que desconfieis de nosotros. Esto último lo digo dirigiéndome a Amarylis. Disculpad las molestias que os hemos podido causar, pero os aseguro que nosotros somos inocentes. No sabemos por qué nos han tendido esta trampa. Gracias por habernos escuchado.

¿Por qué buscabais a Sawffie?

Supongo que habreis escuchado algo sobre el Titán Impecable. Hasta hace poco han sido solo rumores, que iba reuniendo a orcos, trasgos, y mas criaturas de esa calaña. Nadie ha hecho nada para impedirselo, la Entente no pensó que tuvieran que preocuparse. Pero ahora han empezado a movilizarse, a destruir cuanto encuentran a su paso, matando a hombres, mujeres y niños. Arrasan por allí donde pasan. Nosotros escuchamos sobre el Ejército Radiante, aunque a nuestro pesar, con el paso de los años hayan sido olvidados por el pueblo. Fueron unos grandes heroes que ya salvaron el mundo una vez. Nos hemos juntado para encontrarlos y suplicarles que vuelvan a salvarlo. No podemos quedarnos cruzados de brazos, esperando algún milagro. Por eso buscamos a Sewfie, pensábamos que aquí podríamos encontrar algún tipo de información...

Mi voz se rompe cuando hablo sobre la Horda, por mi mente pasan las imágenes que tanto me atormentan y unas lágrimas asoman a mis ojos.l

Ay, ay... niña... -saco un pañuelo limpio y se lo tiendo a la muchacha para que se seque esas lágrimas-. Ya está bien, llorar no prepara el futuro, ni mejora el presente, ni arregla el pasado.

Hago una pausa, mientras participo en un animado debate interior. Finalmente, sacudo la cabeza y floto hacia un estante tras el mostrador, entre los artículos que no están al alcance del público.

Me imagino que a estas alturas ya sabréis, o quizá habéis deducido, que el joven Louie era el hijo del difunto líder del Ejército Radiante. Quiero pensar que decís la verdad, muchacha. Y que todo vuestro grupo comparte ese objetivo realmente. Encontrarlos y reunirlos... -tomo un librito con las tapas desgastadas y vuelvo al mostrador-. Y no seríais capaces de matar a inocentes para cumplir vuestro cometido. No sé dónde está Sawffie, es probable que ya ni siquiera se llame así. Aunque finja lo contrario, tiene miedo a mi familia. Estará escondida en alguna madriguera fortificada, llena de trampas y de sus matones. No creo que la encontréis a menos que ella quiera.

Me sonrío a medias. Parecen buenos chicos. Algo imprudentes y bruscos en algunos casos, pero excepto el enano, todos parecen de fiar.

Si decís la verdad y sois buenas personas, esto os ayudará a agilizar vuestra tarea. Si no, mi conciencia quedará tranquila. Acabaríais descubriéndolo más tarde o más temprano.

Abro el librito y se lo muestro a los visitantes.

En el libro pone, con excelente caligrafía, que denota una cuidada y meticulosa educación:

¿Quién dijo "Héroes"? - Una Comedia Musical
Texto y letras: Lord Lawrence Eugene Porter
Música: Docpo Quimott Mantuü

Abajo, la misma letra, pero en una tonalidad distinta y sin alineamiento ninguno, compone la siguiente dedicatoria:

A la señora Amarylis Buentrato, con todo respeto y admiración.

En el garabato se distingue claramente la palabra "Porter". Bajo ella, un lugar y una fecha: Nobletierra, a mediados de primavera del año pasado.

- Toma del frasco!! - Exclama Oréganon - ¿Aun manteneis contacto con el?