Partida Rol por web

Los sistemas se reactivan al completo, se encienden las luces de iluminación, parpadean los controles de los paneles y las pantallas de las dos terminales de la cabina muestran ambas el mismo diálogo sobre un fondo gris mate:

Cita:

El cursor parpadea intermitentemente esperando que escribas el nuevo nombre.

El capitán duda unos segundos ante el teclado, sin saber muy bien qué hacer (jamás se le había ocurrido que tendría que "rebautizar" a la IA de la nave).
Al final, casi de un modo involuntario, sus dedos teclean "Sara", mientras un flashback de viejas memorias le asaltan dejándolo, si cabe, aún más solo que antes.

Pulsas enter y los procesos continuan alternandose velozmente unos detrás de los otros, el procesador es realmente rápido, al fin y al cabo un cerebro informático con una capacidad de procesamiento similar a la de un ser humano se aloja entre las entrañas del Navío.

Las pantallas del ordenador se resetean y aparece el sistema normal para la navegación y las demás tareas auxiliares. De pronto, y cuando parece que todo discurre normalemnte, todas las luces, y según parece, todos los aparatos eléctricos de la Intrepid se apagan. La cabina se sume en una oscuridad tal que no eres capaz de ver ni tus propias manos, tansolo el reflejo de la luz que entra a través del parabrisas, pero en éste preciso momento la OSS proyecta una densa sombra sobre la Intrepid interponiendose entre ésta y la estrella An. El silencio también es sepulcral tansoloe suchas tu respiración.

Flotas a través de una oscuridad absoluta y total con apenas una delgada linea de horizonte en el parabrisas. Pierdes el sentido de orientación y sinquererlo te alejas del panel de mandos perdiéndote totalmente en el vacío de la, por otro lado estrecha, cabina. Con un sonido sordo alcanzas una pared, pero no sabes cual és. Se te acelera la respiración.

"¿Y ahora que coño...?" piensa Reynolds mientras trata de ubicar a qué sitio ha ido a parar.
"Menuda IA.... Sara de los cojones que nuca ha traído más que problemas... quién me mandó a ponerle ese nombre." sigue en su linea pero comenzando a cabrearse.
Da una calada más a su pitillo (por suerte no se le ha salido de la boca con el sobresalto) y, un poco más calmado, decide que lo único que puede hacer es flotar tranquilamente mientras espera a ver de que modo Sara arrregla este estropicio.

Mantienes una férrea clama flotando en la oscuridad. Tanteas la pared, y apoyándete en cualquier saliente, avanzas através del habitáculo. De pronto, tras un recodo, vislumbras un reflejo. Al acercarte, te dás cuenta de que es una pequeña luz que sale a través de una rendija. De nuevo tanteas con las manos y, iluminándote con el cigarro, abres un pequeño compartimento que contiene comunicadores portátiles de honda larga. Uno de ellos está encendido y su bombillita parpadea indicando que alguien está contactando.

-¿Capitán Reynolds? Parece que los problemas son constantes en ésta misión. Usamos los comunicadores de honda larga, incluidos entre el equipamiento de la nave, para que usted pudiese contactar con la IA en caso de tener que abandonar la nave temporalmente. ¿Se ha apagado todo, no es asñi? Creemos conocer la fuente del problema. La IA es demasiado compleja y era la primera vez que se "despertaba" una tan potente. Reiniciaremos todos los sistemas desde cero, tansolo tiene que seguir las instrucciones que le iremos pasando. Primeramente vistase con el traje espacial, al reiniciar los sistemas saldrá todo el aire del interior del habitáculo humano.

-Comprendido. Procedo.- responde parco Reynolds, mientras se empieza a cuestionar cuántas cosas más aún no han probado los del Centro de Control.
"Y luego se dicen científicos... hay que joderse." piensa mienytras vuelve a ajustarse las correas del traje por segunda vez en el día. Al menos, la perspectiva de otra caminata espacial lo anima.
Una vez ha terminado con todo (y comprobado dos veces cada cosa, por si acaso) avisa por el comunicador al personal de tierra y se sienta en su sillón de mando, atado con las correas de seguridad, a esperar.
"Que bien me vendría ahora un cigarrillo..."

Te colocas el auricular del comunicador de largo alcance y finalmente te calzas el casco que se sella herméticamente alrrededor del aro del cuello.

-¿Ya está, capitán? -Dice el encargado de contol. -Bien, soy uno de los ingenieros que ha construido la Intrepid. Escucheme atentamente.

·Primeramente tendrá que decompresionar el habitáculo de soporte vital central, el adaptado a la vida humana. Para ello cierre manualmente las esclusas que conducen hasta los habitaculos dos y tres, si no morirán las plantas y los animales. Después no tiene más que abrir la escotilla exterior sin cerrar la esclusa previa. No se preocupe por los sistemas de seguridad, estando todo apagado no funcionarán, pero, eso sí, tenga cuidado al abrir la escotilla exterior, pues la fuerza del aire al salir a presión podría arrastrarle muy lejos. Quizás tenga que atarse a algo o... no sé, no creo que con sujetarse con las manos a los asideros sobreviva.

·Una vez esté fuera dirijase hacia la cola del aparato y busque la escotilla Nº12, está marcada con un triángulo indicando peligro. Tras ésta escotilla hay un pequeño compartimento estanco en el que se pueden realizar diversas acciones manuales. Digamos que es la puerta de atrás.

·En éste lugar tansolo tiene que activar el protocolo rojo. Es el sistema de reinicio de todos los sistemas, echo ésto, la IA devería despertar... si no lo hace... En fin, la contraseña es: Starlight

-Usted es uno de los ingenieros del Centro... y me dice que han puesto una especie de botòn de "reset" afuera de la nave ¿A quièn le pareciò pràctico hacer una cosa asì? Mire, prefiero que no me conteste a eso, tòmelo como una pregunta retòrica. Voy a tratar de reiniciar el sistema desde fuera.- dice Reynolds al comunicador.
Cierra las puertas de los habitàculos de los animales y las plantas de modo estanco. Una vez hecho esto se coloca frente a la escotilla principal, ajusta la correa de seguridad a la anilla tal y como habà hecho antes y abre la esclusa.
Esta vez no sucede todo tan calmadamente como la vez anterior, ya que ha tenido que trabar la escotilla que tiene detràs y todo el aire sale de la nave con un rugido muy corto, arrastrando con èl las colillas del cenicero y algunos papeles sueltos sin importancia. Mientras tanto Reynolds se aferra a la otra anilla y siente como una especie de huracàn tira de èl hacia afuera.
Al cabo de unos pocos segundos todo queda calmado y silencioso.
Reynolds destraba la escotilla interior y deja la exterior abierta (como lo marca el procedimiento para caminatas espaciales). Igual que la vez anterior, pero con un poco màs de soltura,se dirige hacia el compartimiento estanco.

Tansolo se escucha tu respiración, y las ligeras interferencias en los auriculares del comunicador. Avanzas lentamente, flotando por el vacío, y agarrado fuertemente a los asideros del casco, dirigiéndote hacia popa. En un punto, la luz del sol te ciega y te ves obligado a bajar la visera reflectante.

3, 2, 1 metros... Ya está, llegás al fin, abres la tapita de los controles de la compuerta y tras introducir un código, ésta se abre de par en par. En el interior del habitáculo, de unos dos metros cuadrados, tansolo hay una terminal de ordenador que funciona independientemente del resto del sistema informático.

Enciendes la terminal y tras un parpadeo aparece una sencilla y rústica interface de usuario.

>Interface terminal<

Te levantas la visera, y te remangas los holgados guantes de astronauta. Tras desplegar un tecladito secreto, introduces en la consola: Starlight

>interface terminal<

Reynolds se apoya contra la pared mientras mira la pantalla y el teclado. Casi instintivamente busca el bolsillo donde guarda el tabaco solo para encontrarse conque lleva puesto el traje espacial completo; y el tabaco está cómodamente en su chaqueta, a pocos centímetros de sus dedos pero inalcanzable.
Maldice entre dientes (hay que ver lo huraño que lo han vuelto unas pocas horas de soledad) y se acerca al teclado, disponiéndose a trabajar en él. Le lleva unos buenos 20 minutos pero al final, después de navegar por varias pantallas a cuál más indescifrable, aparece una con una barra que se va llenando lentamente, mientras debajo pone "reiniciando..."

Te recuestas un poco en tu improvisado habitáculo, y respiras hondo, aliviado. -Auff... -Ya solo te queda regresar y podrás empezar el verdadero viaje.

-¿Capitán? ¿Capi....prrfrfrfrfffff... -Cambias la frecuencia del comunicador de largo alcance mediante el control del guante. Tras unos instantes, cuando lo vas ha apagar para no escuchar a los de tierra, que no dan ni una a derechas, el receptor intercepta una señal de radio. Suena música, probablemnte de una cadena de radio que retransmite por satélite. Eso se saltaba todos los procedimientos, pero... ¿Quién hiba a detenerte allá arriba? -Bien. -Piensas, y te pones en marcha saliendo del compartimento y apagando la terminal que ya ha terminado sus procesos.

Giras en el vacío ayudándote de la fuerza de tus brazos, con las piernas colgando hacia la azul Anthea y, dificultosamente, cierras la escotilla Nº12. Después, tarareando el ritmo, te impulsas ligeramente al espacio abierto y te sientes total y absolutamente libre. El blues, el vacío, la soledad. ¿Acaso ser humano alguna había estado tan lejos de otro en la historia?

Mediante los propulsores del traje te impulsas sobre la blanca cubierta, dirección al habitáculo. Las placas del casco se deslizan a toda velocidad y las junturas de soldadura entre ellas apenas si parecen borrones. Mientras, una pequeña y silenciosa cámara de superdefinición, te contempla a contra luz, deslumbrada por la luz estelar, y te sigue en tu recorrido espacial. "Algo funciona ahí dentro".

Llegas hasta el compartimento estanco frenándote chulescamente con uno de los propulsores de muñeca. La escotilla exterior está abierta de par en par y la interior firmemente cerrada. Te introduces y cierras a tus espaldas. Rápidamente, una nuve de aire limpio inunda el cuarto sellado herméticamente. La recompresión te hace marearte un poco, pero, una vez el cuarto lleno de oxígeno, te quitas el pesado casco, y un profundo olor a ozono te asalta la nariz. Al fin puedes fumar.
Atraviesas la escotilla interior y vés el interior, en el que todo parece normal, excepto por el pequeño detalle de que todo parece funcionar correctamente.

Una vez dentro Reynolds hace tres cosas sin siquiera detenerse a pensar:
1 Se quita el traje espacial.
2 Enciende un pitillo.
3 Sintoniza en el Comunicador principal de la Intrepid el mismo ancho de banda que tenía en el traje, y sigue oyendo la misma música.

Reynolds vaga un poca por la nave, verificando que esta vez todo funciona bien, o al menos que parezca estar funcionando, y se dirige hacia su sillón de mando. Una vez allí, orienta el sillón hacia una de las dos escotillas grandes y se queda mirando por unso momentos a Anthea y a la OSS a la cual aún sigue acoplado.
Con una gran sensación de bienestar controla la mezcla de aire y comprueba que es correcta, asi que la euforia que siente en estos momentos probablemnete se deba a la música y a que , al fin, todo parece funcionar como debería hacerlo.
Más tranquilo, se acomoda y se comunica con el Control de tierra usando el teclado:

"Aquí Reynolds, todo funciona correctamente. Simpemente estoy probando el sistema de mensajería por teclado, y de mosmento uso el sistema de audio para alguna otra cosa.
En estos momentos me dispongo a efectuar las últimas pruebas y, en cuanto tenga el positivo de ustedes, destracaré de ls OSS para el control final.
Una vez hecho seguiremso con el plan original, saltaré hasta la órbita de Rikel, a encontrarme con la sonda."

La canción de la radio se acaba mientras escribes y el locutor pronuncia un inciso.

-Bueno, Ladies & Gentleman, nos hemos enterado recientemente, a few days ago, de que el primer astronauta de la humanidad, el héroe Captain Reynolds, está en éstos momentos cerca de la posición de nuestro satélite. Por si capta nuestra emisión... ¡Aquí va una canción, a song, para darle esperanzas y ánimos, oh yeah! ¡Recuerda my friend, Everybody Needs Somebody!

Comienza la nueva melodía, y sonríes por la casualidad. Tras un sonido mecánico, como si una pieza cambiase de posición, distingues, de reojo, una siniestra luminosidad detrás de tí. En la pantalla aparece escrita la respuesta del control de tierra, pero no te dás cuenta pues una voz suena detrá tuyo, medio ahogada por el volumen de la música, en el interior de "La Intrepid".

-Hola..........................

Reynolds se sobresalta pero al segundo comprende de qué se trata, sin siquiera darse la vuelta dice:
-Ahora no, Sara.-
Da una profunda calada al pitillo, se estira en su sillón y agrega:
-Espera a que termine esta canción.-
Apoya los pies sobre la mesilla del teclado y axhala una bocanada de humo hacia el techo del puente de mando.

Termina la canción.

-¿Capi...capitán?

-Dime, Sara.- responde Reynolds sin mirar a ninguna parte en particular mientras apaga la colilla en uno de lo múltiples ceniceros "autovaciables" de a bordo.

Un holograma, proyectado desde diferentes puntos se aparece ante ti. Es un chica, y toda ella se ve de color blanco, incluso las pupilas de los ojos.

Se te queda mirando fijamente durante unos inquietantes instantes.

-Tengo... ordenes...

-¿Ordenes?- pregunta Reynolds para repetir casi gritando -¿ORDENES?-
Y, mientras se pasa la mano un par de veces por el pelo agrega:
-Sara, te acabo de activar y según todos los protocolos de seguridad las órdenes aquí las doy yo. Como no te he dado ninguna debo suponer, entonces, que "alguien" las habrá metido directamente en tu programacion. Sabes muy bien lo que eso significa, estas violando cinco... CINCO de los más importantes artículos de seguridad, as`que espero que tengas una muy buena explicacion.- y termina, en un tono mucho mas bajo pero a igual volumen -... O tendré que apagarte.-