Partida Rol por web

-¡Hayyy! -Aramova, al ejecutiva, pega un gritito al caer y cuando se encharca entre el fango patalea hasta que la ayudáis a agarrarse a la balsa improvisada.

Morgan salta y alcanza la zorra sin dificultad. -¡Tenemos que largarnos! ¡Aquí hace demasiado frío!

Solo queda Alfie.

Miro hacia arriba, hasta la posición de Alfie, la única que falta por salir de La Sombra y recorro con la mirada el trayecto que todos hemos hecho para saltar. Sin lugar a dudas la pequeña robot tiene mucha razón y debido a su peso no podrá caminar por la ciénaga como nosotros sin hundirse. Tras unos momentos en silencio miro a Buzz en busca de una solución.

-¿Podremos transportarla en la zorra? en cuanto salte entre los cuatro la podríamos subir arriba... Morgan tenía razón, ahí fuera y entre el agua de la ciénaga comenzaba a estar muy frío.

Estaba pensando eso mismo. La llevaremos sobre la zorra, es pequeña y puede ir acostada. Y ahora que lo pienso, dice Buzz, podemos usar las varas de carbono para tome para pasarlas por debajo de la zorra y llevarla de forma mas estable. Creo que hay alambre en mi caja de herramientas.

Yo me encargare de acomodar la zorra, una vez que atajemos a Alfie en su salto.

Alfie, salta sin miedo, nosotros te atajaremos! y te trasportaremos en la zorra, no tienes de que preocuparte.

Alfie se preguntaba qué había querido decir Buzz con eso de que se dejara de chiquilinadas, pero decidió que lo averiguaría más tarde. La acción prioritaria en ese momento era atravesar el pantano.

-No tengo miedo -le dijo a voz, en un tono que no tenía nada que ver con una réplica desafiante, si no más bien con una simple corrección-. No he tratado de tenerlo aún, pero dudo que pueda.

Dio un paso al frente y se dejó caer sobre el barro.

Mientras Alfie se decidía a saltar me giro hacia nuestras nuevas compañeras. Con la rapidez de todo lo sucedido practicamente no les había dirigido la palabra.

-Hola, me llamo Lilian. A la capitana Morgan tuve la oportunidad de conocerla fugazmente en la Chamalleon, pero a ti no te había visto. ¿Había dicho Buzz que era la novia de Madok? Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que la situación me sobrepasa...

Me giro a mi alrrededor intentando encontrar algo en vano con el haz de luz de mi linterna, pero solo hay cienaga y arbustos. Dirijo mi linterna hacia la cara de Buzz mientras entrecierro un poco mi ojo, sabía que la luz le molestaría.

-Buzz!! ¿Que me estás ocultando? ¿Donde se supone que está Madok? ¿Crees que voy a creerme que ha saltado a la cienaga? Si ese cobarde no quiere saltar te aseguro que yo misma subiré a buscarlo al esquife, no tiene sentido que se quede en La Sombra, a mi tampoco me gusta este cienagal pero quedarse dentro es más peligroso todavía. La nave se hunde.

Conocía a Madok lo suficiente para saber que no se adentraría solo en un sitio como este, siempre había preferido hacer las cosas desde una computadora y odiaba la acción.

Cuando Aramova, temblando de frío, se dispone a responder a Lil, Alfie salta y todos tenéis que echaros hacia adelante para sacarla el fango. Se hunde como un ladrillo y si puntos de apoyo firmes es difícil sacarla a flote. Finalmente, ayudada por la fuerza de muchos brazos, consigue agarrarse a la zorra con la mano que le queda y desetabilizándola se encarama sobre los bultos, las bolsas y las cajas.

Con el robot precariamente encaramado a la balsa improvisada, agitándose de un lado a otro por el viento, y todos los demás empujando en la dirección que va gritando Buzz, os desplazáis por el frío fango.
Alfie tiene una posición ventajosa a metro y medio por encima vuestro, por lo que os ayuda con el rumbo guiándose con sus filtros visuales.

De pronto una aleta a la izquierda, unos minutos después otra a la derecha, y al cabo de un rato varias docenas de éstas os siguen. Aparecen como pequeñas olas sobre el barro licuado, alzándose y volviéndose a hundir con movimientos circulares. En ocasiones alguna de ellas se acerca más de lo común y os sigue en paralelo durante un trecho.
Os empiezan a tocar las piernas, colmillos afilados que tantean a ciegas buscando alimentarse. O eso parece.

Llegáis a una playa de roca sin perder ningún dedo. Grava dura y desechos humanos. A unos metros empieza el cementerio de chatarra con sus camiones viejos, su maquinaria y demás trozos de metal utilizados durante la terraformación y abandonados a la intemperie para ser devorados por el ecosistema artificial.
La zorra se encalla sin dificultad, al sobrevolar durante casi veinte minutos una zona tan poco densa ha gastado sus baterías, por lo que cae inerte sobre la playa.

Salís del cenagal muertos de frío y sucios hasta las orejas. Está oscuro, Seraphis 4º refleja una pálida luz en el cielo y detrás vuestro veis las luces de posicionamiento de La Sombra desapareciendo lentamente, parpaedantes en un último estertor. Por la mañana no quedará nada.

-Me llamo Tara Aramova. -Dice la ejecutiva acercándose a Lilian. -Y creo que deberías saber que Madok... ha muerto.

Al ser la primera en hablar, todos os volvéis hacia ella. Está de espaldas al mar de fango y a la Sombra que se hunde. Se la ve triste, despeinada, abrazándose los brazos por el frío y al borde del llanto, moviendo el labio inferior con nerviosismo.
Tara ni siquiera se da cuenta cuando una de las aletas reptilianas que habían estado siguiéndoos se asoma cerca de la costa, demasiado cerca y luego se eleva más, apareciendo el cuerpo de la criatura. Del tamaño de un perro grande, ancho costillar, robustas patas palmeadas y una cola puntiaguda que seguramente usan para impulsarse bajo el fango. Pero lo más llamativo es la cabeza, alargada y con una horible boca al final de la que asoman unos colmillos como alfileres que se entrecruzan entre ellos formando una fea cremallera.

Luego emerge otro, y otro más, y en esta ocasión sus ojos vidriosos y brillantes os ven perfectamente en medio de la oscuridad apenas contrarestada por el gigantesco Seraphis 4º, que ocupa la mayor parte del cielo y refleja la pálida luz estelar.

Buzz escucha en silencio a Tara. Mira a Lil con la cabeza baja. No le ha mentido, seria incapaz de hacerlo, pero en ese momento no era buena idea contarselo, ademas, esa no es toda la verdad, Madox no esta muerto del todo. Él conserva sus chips de memoria (que extrajo de su armadura a ultimo momento). Asi que todavia no se puede decir que este muerto totalmente.

Pero esta situación incomoda no dura mucho. Los extraños seres que surven de la cienaga llaman de inmediato su atención. Si conservara su exoesqueleto no tendria ningún inconveniente en acabar con ellos sin el menor esfuerzo, pero en la situacion precaria en la que se encuentran, será todo un desafío.

Buzz mira comienza a acercarse a donde salieron los seres, en su desde la retaguardia mira que objeto le puede servir para hacerles frente. Piensa enseguida en el quemador, pero tardaria demasiado en conectarlo y ponerlo a funcionar. Las barras! no por nada son uno de los primeros objetos que desarrollan las razas inteligentes. Del manojo que quedo en la balsa toma una. Les dice a todos, Tomen una barra cada uno y preparese, parece que tendremos que pelear.

Después de subir a Alfie a la zorra entre todos avanzamos por la ciénaga bajo las instrucciones de Buzz y con la ayuda de Alfie desde su posición privilegiada. En el último tramo unas extrañas y molestas criaturas nos siguen haciendo aún más incómoda la travesía hasta que por fin logramos alcanzar la playa rocosa. Justo a tiempo, puesto que la zorra se desploma una vez acabada su energía. En aquel momento la mujer con aspecto de ejecutiva decide romper el silencio y presentarse.

-Me llamo Tara Aramova. -Dice la ejecutiva acercándose a Lilian. -Y creo que deberías saber que Madok... ha muerto.

-Encanta... comienzo a decir mientras le tiendo la mano, pero la segunda parte de su frase me corta a la mitad y me deja congelada.

¡Madok ha muerto! ¡No puede ser! Con un ligero movimiento de mi ojo veo la cara de Tara, Buzz y Morgan y me convenzo definitivamente que no es una broma pesada. Comienzo a comprender el extraño comportamiento de Buzz desde nuestro aterrizaje forzoso. Sigo allí plantada sin moverme, como el resto del grupo, mientras mi ojo va llenándose de lágrimas, intentando digerir la amarga noticia.

Sin apenas tiempo algo llama la atención de todos. Las extrañas criaturas que nos han acompañado y molestado durante el último tramo comienzan a salir del fango y a dirigirse hacia nosotros. Son realmente repulsivas y me alegro de no haberlas visto hasta ahora, o quizá nunca habría tenido el valor de cruzar el cienagal. Rápidamente Buzz reacciona e intenta organizar una defensa ante las criaturas que no parecen dispuestas a dejarnos marchar.
Todavía bajo el shock tardo en reaccionar ante el peligro que se avecina y llevo mi mano a la cintura, donde todavía se encuentra mi pistola, para darme cuenta que está llena de fango y que no podré utilizarla hasta haberle dado una buena limpieza, ya que el barro se habrá incrustado en todos sus mecanismos interiores. La devuelvo a su sitio para seguir el consejo de Buzz y coger una de las barras de metal.
El miedo y la impresión que me causan las criaturas desaparece al tener el trozo de metal entre mis manos y se cambiar por furia e ira. Acabo de perder a uno de mis mejores amigos, hemos perdido nuestra nave y no sabemos donde estamos ni donde está nuestro capitán. Estas criaturas serán un buen desahogo para esa amalgama de sentimientos.
Sin ningún tipo de prudencia avanzo hacia la criatura más cercana con intención de golpearla con todas mis fuerzas.

Ninguno de mis amigos combatirá solo! Dicho esto Buzz, comienza a correr contra los seres. Se lanza contra ellos como un tren a toda velocidad, revoleando la vara de carbono sobre su cabeza.

Cuando Lilian retrocede para coger una de las varas, Aramova se gira y ve a uno de los feos monstruos que empieza a correr hacia ella agitando la aleta dorsal y sacando una lengua bífida entre los dientes puntiagudos. Aramova grita y corre a refugiarse detrás de las anchas espaldas de Buzz y en ese momento la cíclope acierta a darle al bicho con el extremo de su arma improvisada a modo de bate de béisbol.
La criatura echada a un lado por el impacto emite una especie de pedorreta gutural y se le parten algunos dientes. Aún así, toma fuerza sobre sus cuartos traseros, que salen de los laterales de su cuerpo aplanado, y salta sobre Lil mordiendo el cilindro de aleación furiosamente.

Salen algunos más del fango, hasta una docena y luego otros y otros tantos más hasta que resulta imposible contarlos, ¡parecen oler la carne fresca y se ciernen sobre vosotros como moscas!

En un movimiento descendente Buzz golpea a otro y se le aplasta la caja torácica emitiendo otra de esas pedorretas y la criatura, semi aturdida, vuelve a tomar aire recuperando su forma original. Al parecer tienen las costillas flexibles como espinas de pescado, lo que hace difícil dañarlos a golpes.

Dos o tres escalan los bultos de la zorra para escrutar la zona con sus ojos saltones y otros tres van a por Alfie tumbándola con el peso de sus cuerpos sobre la playa rocosa pero virtualmente no son capaces de hacerle daño debido a los materiales de que está construida.

Morgan, con el traje espacial naranja del Chamaleon aún puesto y empapado, recoge otra de las varas y situandose junto a Lil (creando un claro frente de defensa) golpea a otro de los reptiles que emite otra pedorreta y tampoco se hace mucho daño.

No los podemos dañar! Tendremos que salir de aqui! Rapido, tomemos a Alfie y corramos tierra adentro. Puede que asi los perdamos. Luego buscaremos las proviciones.

Luego le grita a los seres: Criaturas estupidas, si tuviera mi quemador haria brochetes con ustedes! Luego golpea a la criatura que esta mas cerca, intentando acercarse a Alfie.

Alfie tardó un rato en evaluar la situación. Dado que las criaturas no parecían representar una amenaza para ella y su programación primaria no la obligaba a preocuparse por nada más que su propia integridad. Sin embargo, al ver que todos sus compañeros peleaban por su vida, supuso que ayudarles era la manera más apropiada de integrarse en el grupo como un componente útil.

Rebuscó en su base de datos toda la información que pudo obtener sobre aquellas criaturas, a las que identificó como Saurimorphos. Sus archivos sobre etología le indicaban que muchos animales tenían un llamado de alarma. Un sonido que al ser emitido por un individuo, alertaba al resto del grupo sobre un peligro y activaba su reacción de huida. Además supuso que, en el ecosistema de Parsimoron, debía haber criaturas que estuvieran por encima de los Saurimorpho en la cadena alimenticia y que, probablemente, emitieran algún sonido característico. Tardó unos pocos segundos en dar con los archivos de sonido adecuados.

Un espantoso chillido a todo volumen llenó la noche. Seguido, inmediatamente, de un agudo siseo rítmico.

La situación iba de mal en peor, cada vez eran más las criaturas que nos rodeaban y parecían inmunes a nuestros golpes. A pesar de haber golpeado con todas mis fuerzas no había conseguido más que aturdir a una durante unos instantes, tiempo en el que se recuperó y volvíó a la carga, aunque afortunadamente pude apartarme y poner la barra metálica entre nosotros.
Buzz tampoco era capaz de hacerles ningún daño, al igual que Morgan y Alfie se encontraba en el suelo atosigada por varias criaturas.
Sería mejor hacer caso a Buzz y marcharse de allí a toda prisa.
Me doy media vuelta asegurandome tener a una distancia prudente a cualquiera de aquellas criaturas y me dispongo para huir con el resto de mis compañeros. A pesar que la zorra está tomada por varias criaturas me acerco blandiendo la barra e intento apartarlas, quiero coger al menos uno de los kits de supervivencia para no marcharnos con las manos vacías. Son unos maletines pequeños y no muy pesados y no entorpecerán la marcha aunque tengamos que correr.
En aquel instante Alfie comienza a emitir unos gruñidos extrañísimos que hacen que todos nos volvamos hacia ella para ver que es lo que pasa.

Buzz se dispone a golpear a otra criatura cuando escucha un terrible chillido, que le hiela la sangre. Por el gran marrano cosmico! Que fue eso? Rapidamente mira el origen, la pequeña Alfie! ese robot esta lleno de sorpresas! voy a tener que abrirlo para saber la causa!

-¡Jua jua jua! -Escucháis una risa infantil y justo después un aullido infernal procedente del sintetizador de Alfie. El aullido es largo, pronunciado y grave, como el de un pajarraco gigante. Inmediatamente después los Saurimorphos se ponen a temblar e intentan girar sus robustos cuellos hacia el cielo buscando algo, un peligro inminente, pero debido a su morfología tienen la cabeza orientada hacia adelante y hacia abajo, por lo que no pueden mirar hacia arriba y optan por salir corriendo agitándose hacia los lados y moviendo sus aletas dorsales con nerviosismo. Se ocultan de nuevo en el mar de fango y desaparecen entre chapoteos y gruñidos que suenan a pedorreta.

Miro con sorpresa toda la escena. No se que ha hecho Alfie pero ha sido providencial. Con una mirada comprendo que Buzz se encuentra tan sorprendido como yo.

-Parece que Alfie nos ha salvado el pellejo. Ultimamente es una caja de sorpresas. Le digo a Buzz.

La huida de las criaturas ha relajado el ambiente por unos instantes, pero sin el peligro inminente la imagen de Madok vuelve a mi mente.

-¿Que le pasó a Madok? Todavía no puedo creerme que no esté con nosotros. Mi ojo se humedece al hablar de Madok aunque intento no llorar. Esta maldita misión solo nos ha traido desgracias a todos.

Mientras espero la respuesta me acerco a la zorra. Tendremos que llevar todo el contenido nosotros mismos ahora que ha quedado inservible, o al menos coger lo más importante.

Os disponeis a cargar lo útil que haya en la zorra, Mara os sigue con pesadumbre y la capitana Morgan toma la iniciativa con energía, alf in y al cabo es una soldado. Alfie, se levanta del suelo. Las criaturas la han babeado y arañado con sus dientes.

-¡Jajaja! ¡Naufragos! -Dice la voz infantil que antes se reía a carcajadas. Es un niño negro con el traje escarlata de los mineros, al lado hay otro, pero éste tiene la piel pálida. A uno le brillan los ojos y los dientes en la oscuridad, mientras que el otro parece un especto cuando la luz de la luna le refleja la piel. -Proto vendra la policia. ¡Traeran porras!