Partida Rol por web

Termináis de patrullar por el barrio viejo. Algún disparo lejano, un hombre corriendo con un bolso de señora. Cosas normales, Anderson ni siquiera se molesta en parar y preguntar.

Alexander pone la mini holo-tv del salpicadero inclinándose sobre su asiento. Roy lo permite pero emite un gruñido hostil. -Esta mañana...brzz... debido a la velocidad...brzzz... ¡Buenos dias Nueva...! brzzz... ¡It's a long road, when you're on your own...! brzz... el almirante De Gaullè a contactado con las autoridades de Nueva Jamaica y ha declarado que es una medida preventiva y que su misión es una cuestión confidencial del gobierno terráqueo, pero lógicamente al gobernador le preocupa tener en órbita la nave de guerra más potente de la flota terrestre. Aún son desconocidos los datos acerca del incidente en la nebulosa Dos-Dos-Seis de hace unas horas, pero está claro que el Republican, el buque insignia de la flota ha destruido un carguero y que había otras naves implicadas. Nuestro reportero de investigación Marlon Brezewsky nos ofrecerá...

Alexander vuelve a desconectar la mini holo-tv y la diminuta imagen de la presentadora desaparece y deja de emitir sonido. Tras acabar la ronda regresáis a la comisaria y le lleváis el paquete al capitán de policía.
Un día tranquilo en Nueva Jamaica, aunque en el cielo, en el punto donde antes solían verse las luces de la estación espacial Alpha-Uno, ahora hay otro objeto igual de grande. Una nave espacial de guerra.

El día ha trascurrido sin muchos incidentes. La patrulla ha sido relativamente fácil, y no hemos tenido problemas en recoger el paquete. Para empezar no esta nada mal. Aunque no se lo que pensará mi compañero. A decir verdad, no le ha echo mucha gracia que le haya acompañado.

Tendra que acostumbrase- pienso- no le queda más remedio.

La noticia escuchada me ha dejado algo intrigado:

Oye, señor Anderon. ¿Que crees que hace esa nave de guerra por este lugar?

Alexander hace la pregunta mientras subís en el ascensor de la comisaría. Esta vez el capitán os recibe en su despacho del séptimo piso y parece algo nervioso.
Muebles de plástico imitando la madera, un par de ordenadores, cables, el ventanal del fondo mostrando la séptima avenida y algunas figuritas, premios y fotografías en las estanterías. Ha pasado un rato desde la hora de comer y Orlov tiene sobre su escritorio los restos de su opípara comilona.

-¡Anderson! ¿Tienes el paquete? -Dice, estaba de pie mirando por la ventana y cuando entráis se vuelve hacia vosotros. -Sentaos, sentaos. No veas que mañana tengo, supongo que habéis oido lo del crucero de batalla. El comisario general me está dando el dia, os lo aseguro. -Se sienta delante vuestro y aparta un poco los platos y los cubiertos. Añade tras darle el último trago a un vaso de vino: -Amigo, te necesito en forma y despierto. Tengo un caso importante...

- No tengo ni idea...– responde Roy en voz baja a la pregunta de su nuevo compañero, y realmente no tiene ni idea, ni tampoco es que le importe demasiado, ya todo es demasiado raro como para tener que meterse en asuntos de esa índole.

Lleva el paquete bajo el brazo, aunque parece no prestarle mucha atención. Puede tratarse de un objeto de incalculable valor, pero hasta saberlo, para el no es mas que un viejo trasto, sea lo que sea.

Al entrar al despacho Roy saluda a Orlov con un gesto, un leve movimiento de cabeza, mientras deja el paquete en la mesa y se deja caer en una de las sillas. Busca el paquete de cigarros entre sus ropas – mierda – piensa al notar que solo le quedan tres o cuatro cigarros magullados. Quita uno y se lo pone en la boca mientras que con la mano libre toma el mechero, lo enciende, y lo acerca al cigarro.

Justo en ese momento, cuando la llama del mechero esta a punto de tocar el tabaco, Roy escucha las ultimas palabras de Orlov. La llama desaparece y los ojos de Roy se clavan en los de su jefe.

- Sabes que pedí la patrulla hoy por que tengo planes en la tarde – dice mientras quita el cigarro de la boca. Y era cierto, por mas que sonará extraño, había estado todo el día pensando en visitar a Zaina esa tarde.

-Oh, no, no, Anderson. -Dice Orlowsky mientras abre el paquete y del embalaje arrugado saca una pelota de goma para niños, con motivos coloridos de dibujos animados impresos y un acabado liso y reluciente. Se la queda mirando satisfecho -Esto va ha ser como en los viejos tiempos, como cuando...

Saca una cuchilla del primer cajón del escritorio. -Como cuando atrapaste a John "SpitFire" Mahony justo cuando iba a embarcar en la lanzadera con los cuatro millones de dólares. ¿Eh? Le dieron una medalla y todo, ¿sabes chico?, lástima que su mujer se enterase del lío que tenía con la chica de Mahony y todo lo que pasó después. ¡Maldición! Aquello si que eran buenos tiempos, ¡y que piernas, chico, que piernas tenía la condenada! -Añade lo último dirigiéndose a Alexander mientras hunde la cuchilla en el balón y lo abre por la mitad como si fuese un coco. -Cualquiera habría perdido la cabeza por ella, pero ella no elegía a cualquiera...

Orlowsky y su tendencia a hacer comentarios inapropiados y alejados completamente de las normas de conveniencia social, en el departamento insinuaban que era la consecuencia directa de una vida de técnicas de interrogatorio agresivas.
Del balón saca una esfera de cristal que consiste en dos mitades encajadas, dentro hay una sustancia grisácea/plateada que se amasa contra la superficie y que tiene aspecto viscoso.

El capitán de policía sostiene el objeto ante vosotros y sin previo aviso se lo lanza a Roy. -Aquí está la clave, amigo mio. Te doy el caso, no me falles, y no me cuentes sandeces sobre citas o compromisos, esto es más importante. Han venido los militares por este exclusivo asunto y dentro de poco empezarán a tejer velos y mascaradas y a impedir el correcto funcionamiento de NUESTRA justicia. ¿Qué sabrán esos burócratas terrestres? aquí las leyes no se cumplen a rajatabla, cierto, pero las minas cumplen con sus cuotas anuales y los policías nos encargamos del perfecto equilibrio entre los piratas, los contrabandistas y el mercado del submundo.
Podría enviar a Carleele o a Hilda, pero a ellos les van a parar los pies de antemano. ¿Cómo van a sospechar los militares de ti, que casi estás acabado? Seguro que tienes el camino más abierto que ellos, a los otros inspectores, con la buena tasa de éxitos que llevan, les van a cerrar puertas y a impedir que hagan su trabajo. Tú, por otro lado, sabes trabajar en el submundo, moverte, hablar con la gente. Eres como yo, de la vieja escuela, sin tanto laboratorio ni tanto CSI.
Oh, y el chico va contigo; no te puedo ofrecer mucho apoyo desde el departamento, pero si pasa algo daré la cara por todos. Y mi palabra cuenta.

-Sobre el asunto en sí... verás, hay mucho secretismo, necesito que consigas toda la información posible y que, en cualquier caso, apliques la ley severamente. Esto viene de arriba, ¿sabes? El señor Devonport quiere que su policía lleve una investigación paralela a la del ejército, y que ésto no se enteren, bla, bla, bla, política, pero el comisario contactó conmigo y yo creo que eres el hombre ideal.

Solo sé que hay indicios de que Fergus podría estar implicado... ese maldito bastardo. Bueno eso y que ha habido muertos.

Roy obvserva a Orlov desde su silla mientras este habla – ahí vamos... - es lo único que puede pensar. Si conoce alguien que puede hablar de lo que no debe cuando no debe, ese es Orlov. Y nunca era buen momento para hablar de la chica de Mahony, al igual que de su esposa. Aunque si admite que la mujer tenía unas piernas increíbles, y no solo eso...

De todas formas le da igual, sabe que una vez Orlov se lanza con sus monólogos nada le detiene, por lo que no ve otra alternativa que esperar. De la misma forma que con el trabajo. Le molesta el tener que suspender su encuentro con Zania, le molesta incluso mas que el que le hayan asignado a un novato como compañero, pero sabe que decir que no es inútil.

Toma la extraña esfera que Orlov le lanza. A medio camino, cuando aun esta en el aire, Roy estira el brazo rápidamente y la toma con agilidad. Pese a los años aun esta un poco en forma, al menos para atrapar cosas. Observa aquel objeto con detenimiento, aunque realmente no espera encontrar nada, puesto que tampoco sabe que buscar.

- Orlov – le dice una vez termina de hablar, casi interrumpiéndole, mientras le devuelve aquella esfera de la misma manera. Se había perdido con tantas opiniones sobre los militares y justificaciones acerca de por que Roy era el indicado para el trabajo – pura mierda – pensó. Le gusta ir siempre al punto – Solo dime de que va el trabajo, ¿Que hay que investigar? Y ¿Que mierda es eso? - le pregunta señalando el liquido dentro de la esfera.

No mudo mi expresión seria ante los comentarios de Orlov de la vida de Roy. Asi que estuvo casado...- desde luego no esperaba eso, al menos con el genio su genio. Sin embargo, la vida puede sorprenderte a cada segundo que pasa. Desconocía que le hubiesen dado una medalla a Roy. Eso hubiese sido gracioso verlo, vestido de gala para la celebración- una ligera sonrisa cruza mis labios ante la imagen

En cuanto a la misión...desde luego no me esperaba una nueva misión de Orlov, al menos no de esa envergadura. Por lo poco que había dicho, podía haber un mafioso de por medio además del ejército en cuestión. Este caso puede significar mucho para mi. Al menos si salimos airoso de él.

Espero a que el jefe nos de algo mas de información al respecto

-A ver, donde estaba el informe... -Dice Orlov mientras rebusca entre los cajones. -Eso de ahí, Anderson, es un cerebro sintético... aquí está. Valen mucho dinero. Inteligencia artificial, informática, robots que se mueven como personas, ya sabes... Se supone que un carguero debía traer una enorme cantidad de estos hasta aquí, pero fue asaltado por el camino.

-Informe de los hechos acaecidos a la salida del viaje supralumínico. Nueva Jamaica, Seraphis. Teniente-coronel Edwick P. Aboot. -El capitán empieza a leer el informe. -Cuarto día del primer diciembre del año 2***: segundo miércoles: El viaje a velocidad supraluz desde la Tierra hasta el mencionado sistema Seraphis dura aproximadamente un año terráqueo. El Repúblican, navío de clase epsilon, buque insignia de la armada y con el quinto y tercer ejércitos embarcados así como el décimonoveno pelotón de fuerzas especiales, abandonó la órbita terrestre el 15 de enero del año 2*** con el propósito de escoltar al carguero de clase delta llamado Chamaleon, con bandera belga y matrícula 12309856-P en su viaje de un año al lejano sistema de Seraphis. Según las órdenes debíamos asegurarnos de que el Chamaleon legase hasta Nueva Jamaica, el planeta capital, y luego regresar a la tierra.

Hace tres días, el lunes, primer día del primer diciembre del año 2***, salimos de la velocidad supraluz en los alrededores la estrella Seraphis. El Chamaleon tenía algunas horas de ventaja. A la altura de la nebulosa registrada con el número dieciséis (burocracia local) alcanzamos al Chamaleon que había sido detenido y asaltado por lo que suponemos piratas locales. Tres naves espaciales de tamaño medio y bien armadas, dos fragatas y una tercera de clasificación desconocida, huyeron en el acto recogiendo por el camino el único esquife de salvamento que había despegado del carguero Chamaleon.

Tras inspeccionar el interior del carguero se encontraron signos de lucha. Puente de mando destruido por explosiones y una descompresión casi completa de todas las cubiertas. La tripulación original había sido asesinada. No se ha hayado rastro de bajas entre los asaltantes. La carga, que ascendía a un valor total de novecientos sesenta y dos mil ochocientos seis millones con seis peniques de dólares y que estaba compuesta por cerebros sintéticos con el objetivo de automatizar la maquinaria minera del sector, fue lanzada al espacio por los asaltantes ante la imposibilidad de llevarse el botin. En espera de un informe mas detallado del interior del Chamaleon.

Orlov deja de leer y echa un sorbo de su taza. -Mentiras, mentiras y más mentiras... pero algo de utilidad tiene. Veréis, el Chamaleon es un carguero independiente que solía hacer viajes entre los planetas del núcleo. Estos cerebros sintéticos son muy caros y modernos y la Dart.Corp decidió traerlos aquí para modernizar la extracción de Purita. La república se ofreció a dotar al carguero de una tripulación de confianza. Abordo iban una capitana de la armada estelar y un científico loco encargado de la manutención de los cerebros sintéticos (eso es así por que la economía de la república depende directamente de nuestras extracciones de mineral). Pero lo más sospechoso es que según nuestros informes internos toda esta operación se llevó acabo en secreto precisamente para que no se filtrase y no llegase a los piratas, cosa que al final a sucedido. Pero ¿no es sospechoso que envíen al buque insignia de la armada a escoltar un carguero de incógnito?
Esto huele a chamusquina, pero es que hay más. Detectar dos millones de contenedores flotando a la altura de la nebulosa más grande del sistema es muy fácil. En cuestión de horas aquello debería haberse llenado de piratas, contrabandistas y de cualquiera que tenga una nave espacial para recoger los restos y robar lo que pueda. Pero no ha ocurrido. Nadie va, nadie se acerca. Solo las naves de la policía y algún que otro carguero de apoyo los están recogiendo lentamente.
Le pedí a Vinie que me comprase un cerebro sintético, y le ha costado horrores encontrar siquiera uno (y pagarlo). ¿Cómo es posible? El mercado negro debería estar lleno de ellos, saturado, pero no es así... no hay ni rastro de los cerebros sintéticos.

Averiguad quién ha asaltado ese carguero, y qué coño está pasando con el ejército.

 El asunto es algo más complejo de lo que pensaba al principio. Pero no por ello imposible de resolver. Sin embargo, tanto secretismo hace que haya que tener cuidado en lo que se averigua. Y mucho mas si el ejército esta metido en este asunto.

Capitan Orlov, ¿conoce a alguien militar que pueda ser interrogado sobre este asunto?, quiza pueda darnos alguna pista útil- pregunto. Mirando hacia Anderson- tal vez podamos tirar de alguno de tus contactos que tengas por la ciudad.

Roy se queda pensando en silencio mientras mira a través del ventanal detrás de Orlov fijamente, con el cigarro, el cual se va consumiendo a si mismo, en mano, mientras el humo de este se cuela entre sus dedos y, en un movimiento danzante, se eleva sobre las cabezas de los ahí presentes.

Luego de escuchar la información de Orlov, y tras las palabras de su compañero, Roy se queda un silencio, completamente inmóvil.

- No tiene sentido... - dice en voz baja, como si pensara en voz alta. Mira a los demás y parece despertar de un sueño. Se acomoda en la silla mientras la ceniza del cigarro cae al suelo – quiero decir... ¿Por que asaltar un carguero y no llevarse nada?... no, creo que se llevaron algo, y algo jodidamente importante si necesita de la escolta del buque insignia de la armada junto a toda su parafernalia “ultra secreta” y, especialmente, si vale mas de novecientos sesenta millones...

Da una calada al cigarro, la ultima antes de consumirse, y la apaga la colilla con fuerza en uno de los ceniceros.

-De todas formas da igual, los militares no nos van a decir que había en el carguero realmente.. de hecho, los militares no nos van a decir nada, creo, mas bien harán todo lo contrario.

Lo cual Roy sabe que es una gran piedra para la investigación. Saber realmente que es lo que llevaban podría darle una pista sobre los posibles interesados en asaltar el carguero, pero no puede contar ello.

- Por lo pronto – dice mientras se pone de pie – lo único que podemos hacer es ir a “hablar” con el “maldito bastardo” - dice haciendo referencia a Ahim Fergus – mierda, ese cabrón – continua mientras toma otra aspirina.

Tiene que pensar alguna manera de tratar con el tal Fergus, no es un cualquiera al cual puede intimidar, no, tendría que ser mas “sofisticado” que de costumbre.

-Porcierto, Roy... Están remolcando ese carguero, el Camaleón, a la estación espacial... Es jurisdicción del ejercito y no creo que te den permiso pero... ya sabes, está ahí... -Dice Orlov a modo de despedida y acompaña a la frase con una mirada de complicidad, la ceja izquierda enarcada y las pupilas brillantes.

Roy había perdido a la mayor parte de sus contactos durante sus años de decadencia, pero nadie olvida la guarida de Fergus. El fetichista es dueño de un aparcamiento subterránio, mitad fortaleza, mitad base de operaciones, mitad museo de carísimos aerocoches antiguos. Situada bajo el hotel Fergus más grande de la ciudad, es una enmarañada red de túneles y Fergus se a preocupado mucho de que los planos de aquella zona se perdiesen de los archivos del ayuntamiento. Además tiene un ejército de matones y subordinados defendiendo cada rincón.
La policía sabe que trafica en ese antro, pero... ¿quién va a ir a impedirselo? Sería necesario un ejército.

 Salimos del despacho, dispuestos a realizar pesquisas sobre el nuevo caso dado. El último comentario del capitán, unido a ese gesto de complicidad, indica claramente que vamos a tener que "investigar" ese carguero. Sin embargo, ahora no es el mejor momento.

Creo que lo mejor que podemos hacer ahora es tener una charla con Ahim Fergus- digo- al menos eso es lo que yo creo. Usted dirá.

- Si, por lo pronto lo mejor será ir a hablar con el “maldito bastardo”, luego haremos las de ninjas – aunque ya estoy viejo para eso – piensa.

Mientras habla pone las manos en los bolsillos y sale a paso ligero del despacho de Orlov.

Bajáis en el ascensor de la comisaria junto a dos guardias y un sujeto maloliente recién atrapado hasta las orejas de Néctar, por lo que tiene ganas de abrazar a todo el mundo.

Salís al aparcamiento, y entráis rápido en el V6 huyendo del sol, que está en su cenit. En el momento de arrancar el motor de repulsión, mientras Alexandre termina de cerrar la puerta con un pequeño impulso, suena el teléfono de Roy.

Es su ex-mujer.

-¡Ronald! ¡Maldito seas! ¡No has cambiado! ¡Hoy tenías que recoger a Zaina dos horas antes! ¡Es tu propia hija, Roy! ¡¿Cómo es posible?! ¡¡Esas cosas no se pueden olvidar!! ¡Borracho!! Y sin embargo la cría te adora, es incomprensible. ¡Deja de comprarle caprichos, ¿Me has oído?! ¿Eo? Ya lo decía mi madre, mi madre, esto es increíble, claro, a ver si viendo lo leeerdo que eres la niña se olvida de una ve... -La voz aguda y casi afónica de la ex de Roy suena por el manos libres y en ese momento una niña sonriente, de unos trece años y vestida con una vieja cazadora de la policía que le sobra por todos lados, toca con los nudillos la ventana del lado del conductor.

-Hace años, me acuerdo, durante aquellas vacaciones en sierra de la plata. No podías dejar esa actitud tuya y tuviste que detener a aquel tipo rompiendo la mesa del restaurante ¡y con esas odiosas esposas! O todas esas veces que te ibas a trabajar y nos dejabas solas. ¡Si es que tengo montones de pru...bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, Y desde entonces siempre lleva esa maldita cazadora tuya. ¡Por dios, si no me deja ni lavarla!, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, los críos de los críos de los vecinos y la flores de la boda y, bla, bla, bla, bla, bla, bla, ¡Ya lo decía mi madre! ¡Ya lo decía! ¡Que paciencia de santa dios mio...!

- Oh... mierda, ahí va de nuevo - Piensa mientras se lleva una mano al rostros y su esposa lanza su discurso. Al principio aquel discurso diario le molestaba demasiado, pero con el paso del tiempo comenzó a acostumbrarse a los monólogos de su ex-esposa. Aun le molestaban, pero no podía hacer mas que ignorarles.

Al girar la cabeza y ver a Zaina parada fuera del coche no pudo hacer otra cosa que dibujar una sonrisa en el rostro. Deja de prestar atención a los reclamos de su ex mujer y sale rápidamente del coche. Toma a la niña en brazos y la levanta en un abrazo.

- ¡Esta es mi niña! - dice mientras la estruja en un abrazo. Sin duda es extraño ver a Roy así. Por un momento parece dejar de ser el tipo amargado de siempre. Después de unos instantes vuelve a dejar a Zaina en el piso - ¿Que haces aquí? - dice un tanto extrañado, aunque aun con una leve sonrisa en el rostro.

-¡Papa! -Dice Zaina dejándose coger y enroscándose alrededor tuyo con sus pirnas delgadas y sus brazos como ramitas. -Cogí el tren por que supuse que se te olvidaría. ¿Dónde vamos hoy? ¿Quién es él?

La niña señala a Alexandre y cuando la dejas en el suelo, se apresura a echar el asiento del conductor hacia adelante y a pasar al de atrás.

Vaya, a si que esta es su ex-mujer y su hija...- miro a ambos con cierta curiosidad. No esperaba verles por este lugar, y mucho menos ahora. Desde luego, era un mal momento.

Miro a la niña que sonrie a su padre casi con adoración- desde luego le adora...- unos pequeños recuerdos aparecen en mi mente. Una misma mirada de un chico hacia su madre, cansada del trabajo, pero que siempre tenía un momento para jugar con el pequeñajo.

Lo siento, señora- interrumpo el monologo de la mujer- pero no la veo bien,... lo siento, no la entiendo lo que dice... ¿puede hablar mas alto?... sigo sin entenderla, debe haber interferencias... he de cortar... disculpe.

Apago el comunicador.

¿Bueno, a donde llevamos a la pequeñaja?- le pregunto. Miro hacia atrás- soy Alexander, encantado de conocerte

Roy mira a Zaina sin poder disimular una sonrisa. Su hija es lo único que tiene, y no puede evitar (ni lo intenta) sentirse nuevamente alegre cada vez que esta con ella, aunque no puede no sentirse algo culpable por olvidar su reunión.

Lamentablemente sabe que no puede llevar a Zaina con él, si se tratara de una patrulla ordinaria no se lo pensaría dos veces, pero aquel caso no estaba muy claro, ni tampoco le agrada la idea de llevarla a donde se encuentra aquel “maldito bastardo”, no de primera instancia por lo menos.

- Lo siento – dice mientras la vuelve a alzar en brazos y la sienta sobre sus hombros – pero ahora papá debe trabajar... ¿Por que no vas con el “Tío Orlov” y me esperas en su oficina? No tardare mucho, y te prestará su ordenador, ¿Que dices? - le pregunta mientras se acerca disimuladamente al elevador, llevando a Zaina con él.

-¿Orlov? ¡Orlov huele a cuarto de baño! -Sentencia la niña mientras la llevas, pero aún así es obediente y se queda allí. Nada más enterarse de que tendrá que ocuparse de una niña de trece años, el capitán de policía adopta una indescriptible expresión de odio hacia Roy y terror ante la criatura. ¡Sus hijos ya estaban mayores!

Roy le deja ahí, con su lucha personal, y vuelve al V6 con Andross. Hora de ir a hablar con mafiosos obesos.