Partida Rol por web

En vista que no era capaz de encontrar nada quizá fuese la mejor lo que me encomendaba Tannen. Vigilar por si venían los del resto de la banda en busca de nosotros. Y a eso me puse. Subí hasta el final de los vagones y busqué en el horizonte alguna señal de de ellos.

Un buen rato después Tannen y Jim dieron con lo que parecía ser el tesoro que estábamos buscando. Sacos llenos de monedas de oro y lingotes macizos refulgían al sol del desierto como si de estrellas en la noche se trataran. Esbocé una sonrisa de satisfacción hasta que escuché Tannen gritar que venían los enemigos.

Rápidamente me aposté detrás del vagón buscando su cobertura y me fijé en que vinía nada más que uno a por mí. Sonreí al ver que venía descubierto y esperé.
- Estás muerto, hijo de puta. 

Jim no se sorprendió al ver a los enemigos. De hecho esperaba que aparecieran. Vió como 3 venían hacia el, con lo que con calma apuntó al forajido[1] y abrió fuego. Nada más abrir fuego, se preparó para cubrirse.

Resumen turno 1:

Butcher echó una rodilla a tierra, y notó la arena caliente bajo su pantalón. Luego disparó una primera vez, pero el disparo pasó muy cerca del forajido que, previsiblemente, cabalgaba violentamente contra él, hacia su posición. Por su parte, otro de los tipos que apuntaba a Samuel con su pistola, Navy, pero apretó el gatillo cuando éste estaba ya cubierto, y tan sólo su cabeza asomaba. Las balas del forajido rebotaron en el vagón y salieron despedidas.

Por su parte, El Borde tomó su arma y disparó al tipo que le venía aún lejos. Se aproximaba y fue casi lo último que hizo, pues el rifle de Jim envió la bala al pecho del forajido haciéndole caer hacia atrás. Su caballo, asustados, salió huyendo. Su sangre se mezcló con la arena del desierto... Sus dos compañeros miraron mientras cabalgaban cómo el malnacido caía muerto en el suelo, pero no dudaron en avanzar hacia sus rivales.

El jefe Tannen hizo lo propio, disparar a uno de tales dos pero su bala erró.

Una gota de sudor bajó rápidamente por la sien de Will Butcher.

Maldita sea- gruñó cuando falló su primer disparo.

A Will le costaba un poco más que a los demás enfrentarse a la muerte, porqué tenía miedo de enfrentarse al juicio de Dios.

En su fuero interno tenía pensado redimirse antes de morir, pero de momento aún no había encontrado tiempo para ello. Tendré que vivir un poco más -pensó para sus adentros mientras recargaba a toda prisa su fusil.

Ese hijodeputa que venía cabalgando ya lo tenía encañonado, pero Will disparó antes.

¡Blam!

Jim no se sorprendió de su primer disparo. Sabía que era bueno. Y tenía claro lo que debía hacer.

Apuntó nuevamente, con calma y apretó el gatillo sin dudarlo ni un instante.

El era eso. Un tirador.

Maldito hijo de... -Tannen disparó su revolver al tipo que venía directamente sobre él-. ¡¡Bang, Bang!! Sin embargo las balas no alcanzaron al objetivo, tal vez el jefe no viera bien entre tanta arena en suspensión.

PNJOTIZADO*.

Finalmente, Samuel se lanzó al suelo, pretendiendo disparar al tipo que iba contra él desde un hueco del vagón. Ésto hacía que él estuviera totalmente cubierto, pero él mismo perdía visibilidad y puntería. No obstante, había que probar. ¡¡BANG, BANG, BANG!!, aquello era realmente difícil, y no pudo acertar...

Resumen turno 2:

Los disparos comenzaron a sucederse a diestro y siniestro. Los tipos dispararon desde sus monturas (cosa que no habían hecho instantes atrás). Ninguno de ello logró acertaros (el que iba contra el jefe y Butcher no acertaron, el que iba contra Jim fue herido por éste en el brazo y perdió puntería, y el que marchaba contra Samuel no logró verle, pues estaba oculto tras el vagón). Finalmente todos detuvieron el caballo, saltando casi en el aire, y rodaron en la arena. Una vez despojados de las monturas... ¡siguieron disparándoos!

Jim sonrió al ver como la bala impactaba en su rival.

-¿Quieres más? ¡Aquí tienes!-

La bala salió rauda y directa a su enemigo.

Los disparos anteriores se perdieron en el aire pero esta vez tenía una mejor visión del jinete enemigo. Apunté con calma y disparé.

- Esta vez vas a caer, cabrón. - Dije con una media sonrisa al ver como impactaba la bala contra su cuerpo.

Will se puso muy nervioso cuando su segundo disparo se perdió entre la arena. Algo iba mal: su ojo izquierdo empezó a parpadear sin control y de repente tuvo la seguridad de que todos sus disparos estaban condenados a fallar.

¿Acaso Dios había empezado a cobrarse su venganza antes de hora? Sentía que alguien se estaba riendo de él y eso sí que no lo iba a consentir.

Se levantó del suelo mientras desataba el cuchillo de carnicero que llevaba sujeto al cinto y poco a poco fue acelerando su carrera hasta saltar sobre su enemigo.

¡Aaarrgghh! -gritó con la mirada totalmente ida.

Resumen turno 3:

Samuel apuntó con medio cuerpo escondido y consiguió acertarle con su revólver al tipo al otro lado del vagón; el disparo le provocó una herida el hombro, el cuál, este, antes de agacharse para lamentarse, le devolvió el tiro. ¡Bang! Sin embargo, el disparo rebotó en la chapa oxidada del vagón.

Por su parte el jefe Tannen también disparó su revólver contra otro de los tipos. A su véz, este le devolvió plomo pero ninguno en el enfrentamiento cosiguió herir a su rival. Junto al jefe, Jim apuntó con su rifle Springfield, ¡¡BANG!! El disparo fue terrible, terrible para el mercenario, pues cayó hacia atrás, habiéndole la bala entrado por la el gemelo y saliendole levemente por detrás...*. Por su parte, en un último esfuerzo, el tipo disparó a Jim a modo desesperado... Como era de esperar, su bala fue lanzada al aire, pierdiéndose entre las nubes.

Finalmente Butcher corrió cuchillo en mano hacia su rival, clavándole un cuchillo entre las costillas. El tipo chillo y disparó al aire sin precisión, sin acertar a Butcher.

Will había acertado con alegría sobre su enemigo, pero pronto vió que el golpe no había sido bueno. Su cuchillo de carnicero de cortar hueso se había girado en el último instante, provocando que el golpe fuera tan solo con la parte plana en vez de con el filo.

Habiendo perdido la fuerza de la carrera, Butcher intentó cortar de nuevo al forajido, pero ante su sorpresa erró de nuevo. Ahora había quedado a merced de ese bastardo.

Jim sonreia, cada vez más. Las balas le pasaban cerca, pero no le tocaban. No lo dudó y volvió a disparar. Estaba arriesgando mucho, pensó, debería cubrirse de una vez o seguro que la proxima vez no tendria tanta suerte.

Mi disparo consiguió impactar uno de los hombros del agresor. Eso me subió el ánimo un tanto. Por suerte, su disparo pasó de largo sin darme. Volví a apuntar y disparé. Esta vez creo que no le he dado. - ¡MIERDA!

Sin más preámbulo, el jefe Tannen volvió a disparar a aquel que le estaba hostigando... ¡¡BANG, BANG!! Dos disparos descerrajados con violencia impactaron sobre la camisa del forajido, haciéndole caer al instante... muerto. Su cuerpo cayó vencido hacia atrás...

Jim volvió a disparar su rifle, ¡¡BANG!! y el tipo cayó hacia atrás, como había hecho el jefe, haciéndolo vencerse y estampándose su cuerpo contra el suelo... Sin embargo, el típo se aferraba por vivir, y aún no estaba muerto... Fue entonces que, se oyó otro disparo, algo ajeno a la situación: Sally Davis salió de su escondite, y al girar vuestra cabeza la vísteis de pie, con rostro enfurecido, con un pequeño Derringer en su mano, esa pistola tan pequeña capaz de ser guardada en cualquier sitio. La mujer remató al tipo que había tumbado Jim. Parecía no ser ahora tan delicada como aparentaba (y eso era cosa de agradecer).

Por su parte Samuel no logró disparar con acierto a su rival, y éste seguía dedicándole balazos de amistad... Las balas seguían golpeando la chapa oxidada del vagón inútilmente. Finalmente, Butcher intentó acuchillar de nuevo a su rival... El caso es que cortó el aire,no pudiendo hacerlo. El forajido que le encaraba se giró, apuntó el cañón de su pistola justo delante de su entrecejo y ....

¡BANG!

¡BANG!

¡BANG!

Le pegó tres tiros. Tres tiros certeros antes de caer.

El tipo se desplomó, y Butcher no sabía muy bien lo que había pasado... Cuando abrió sus ojos (los había cerrado un instante por el miedo y la tensión), vio que el forajido estaba en el suelo, yaciendo muerto, con dos tiros en la espalda y otro en la nuca... Miró en derredor y ninguno de sus compañeros fue el que le había salvado la vida (suficiente tenían con enfrentarse a los suyos).

Butcher oteó el terreno: a lo lejos en una duna arenosa a unos cien metros, una figura que portaba un gran rifle recargaba balas tras el disparo. ¡¡Os dísteis todos cuenta de que era la misma figura que os disparó en el puente días atrás!! Sin embargo, ¿había salvado la vida de Butcher a propósito o es que había fallado en su verdadero objetivo? Junto a él había una montura, y cuando dejó de estar apostado se subió al animal y se alejó de allí, y lo perdísteis de vista...

Finalmente, el forajido levantó las manos, el único forajido que quedaba forajido. Bueno, realmente levantó úna mano, pues la otra le causaba gran dolor: en su hombro tenía incrustado una bala anterior de Samuel. Se rendía.

El sol imperaba en lo alto.

Will quedó totalmente conmocionado. En escasos segundos había pasado de una muerte segura a ser salvado por ese extraño ángel de la guarda.

Debe de ser un magnífico tirador -pensó- capaz de acertar a James desde tan lejos y ahora capaz de descerrajar 3 balas directas a mi enemigo.

Ese desenlace tan sorpresivo le acabó de confirmar a Butcher que todo eso se trataba finalmente de una broma de mal gusto. Dios se la tenía jurada y estaba dispuesto a jugar con él hasta el día en el que, aburrido de llevarlo hasta la desesperación una y otra vez, decidiese mandarlo a la tumba.

Quedaba un forajido vivo aún, pero Will Butcher no era de los que tomaba la iniciativa. Alguno de sus compañeros le sacaría las palabras a esa comadreja mejor que él.

Se dejó caer de culo en el suelo, respirando hondo. Todavía veía el cañón del arma enemiga apuntando entre sus cejas.

Esta vez mi disparo no acertó a dar en el blanco pero el forajido con el que me batía, al ver que sus otros compañeros yacían muertos decidió rendirse. Aún no me fiaba de que aquel malnacido pudiese hacer alguna jugarreta y terminar por volver a disparar.

Con mucho cuidado, y sin dejar de apuntarle con mi revólver, salí de mi cobertura despacio y me fui acercando poco apoco hasta él. - Tira tu revólver al suelo, bastardo hijo de puta, si no quieres que te llene de plomo. Desde aquí no voy a fallar. - Le ordené cuando estaba cerca de él.

Por el rabillo del ojo me pareció ver que alguien se movía en la lejanía. Pero estaba mucho más atento a los movimientos que pudiese hacer mi enemigo.

Jim estaba contento, ni un solo fallo. Todos estos años habían servido de algo.
Vió como su compañero intentaba capturar a uno de los de la banda de Lou. Por si acaso, Jim apuntó a ese forajido, esperando que todo fuera bien. Por si acaso, su arma apuntaba entre ceja y ceja de su enemigo, un movimiento en falso y caería fulminado.

El tipo se desarmó ante las palabras de Samuel. Luego éste se acercó y lo arrastró de la camisa unos metros, mientras pasaba detrás suyo para comenzar a maniatarlo. A su vez, Jim lo apuntaba para asegurarse de que no intentara nada raro. Por su parte, Butcher estaba exhausto, aún con el miedo en el cuerpo: había estado a punto de morir.

Tannen miró el panorama, cuatro cadáveres y un prisionero. Os miró uno a uno, y luego a Sally, comprobando que todos estábais bien.

¡Bien hecho, muchachos! -decía con el sudor empapándole la frente y la camisa por todos los recovecos-. Luego guardó su revólver en la cartuchera. ¡Diablos! ¡Estoy viejo para estos trotes! ¿Sally?