Partida Rol por web

Bajo la mirada hacia el redar y exclamo. - ¡Oh! He encontrado al tercero. Viene a nosotros desde esa dirección. - Señalo nuestra izquierda. - Parece que esta intentando flanquearnos. Dada su velocidad aun tardara algo en llegar pero deberíamos empezar a movernos. - Suspiro aliviado. - Menos mal que no es otro perro o ya lo tendríamos encima.

Maldita sea, eso ha estado cerca.

-Maldita sea, no soy un soldado, ¿qué se supone que hagamos?

- Observad y sacad conclusiones. -os dice Finn, mientras el soldado que os acompaña avanza y dispara. Lográis ver cómo el láser golpea en el cuello al demonio, haciéndolo tambalear, pero inspira para lo que parece lanzarle otra sacudida de energía al hombre.

No os sorprende ver que el cadáver del perro ya se ha desvanecido, era lo típico cuando una de esas criaturas moría: no se sabía si volvían a revivir en su plano o simplemente sus restos eran expulsados de éste, pero era un proceso de no más de 15 segundos en el mejor de los casos. Imposible tomar muestras...

El cazador carga una nueva flecha con rapidez, aunque éste turno no es capaz de disparar, desventajas de la ballesta.

- ¡Exodus, cubre a ese lado! -dice al hombre mecánico señalando el lateral por el que venía el demonio según Steve- ¡Y vosotros intentad acertarle cuando aparezca! -añade hacia el par que tenía que "observar", suponiendo que algunas nociones de usar sus pistolas tendrían.

Nervioso, Steve contempla el avance del demonio en el radar...

" Calculando la velocidad a la que se mueve y teniendo en cuenta los obstáculos y la inclinación del terreno..." Hago unas rápidas cuentas mentales, sacudo la cabeza y vuelvo a empezar. "Si suponemos que tomará la ruta óptima y la posición más ventajosa respecto a nosotros desde esa dirección, entonces..."

Giro súbitamente la cabeza hacia una zona de la espesura no muy distinta del resto - Ahí. El tercer demonio vendrá por ahí dentro de diez, nueve... - Apoyo el radar en el suelo ahora que ya ha cumplido su función y agarro la pistola con las dos manos para poder apuntar mejor y minimizar las posibilidades de error. - ...siete, seis...

Desde el bosque, oís unos ruidos capaces de confundir a cualquiera sobre la localización exacta del ser, pero Steve habla con total seguridad sobre dónde aparecerá el demonio. Exodus se mantiende fijo en esa zona, concentrado, controlando la tensión por los sonidos y las dudas, y empuña su arma improvisada con algo más de fuerza.

Finalmente, siendo correctas las previsiones de Steve, el ser aparece desde las sombras en una rama a algo más de dos metros del suelo, para en un rápido movimiento lanzarse sobre Exodus.

Es apenas un borrón, pero reconocéis que el demonio tiene un cuerpo esbelto con patas y cabeza de cabra con cuernos rectos. Unas alas atrofiadas pero que le dan movilidad adornan su espalda. Es un demonio algo más poderoso que el perro, por lo que saben los científicos, pero éstos seres tienen capacidades ilusionistas para camuflar su poder y su presencia, y matar de un golpe a una víctima desprevenida.

No parece que el ataque contra Exodus vaya muy bien encaminado...

Movido por el miedo y la tensión del ambiente, levanto mi arma y disparo contra el demonio del árbol.

Exodus esperó paciente el momento hasta golpear al demonio con todas sus fuerzas.

Ante la aparición del demonio, retrocedo un par de pasos por instinto antes de apretar el gatillo.

El demonio aparece por el lugar predicho con un golpe contra el hombro derecho de Exodus con una de sus pezuñas, en un ángulo descendente.

No obstante el cyborg reacciona rápido y da un paso hacia la izquierda, balanceando su tubería como un péndulo desde su izquierda, arqueándolo hacia el frente para que la longitud no estorbe y finalmente impactando contra la espalda del demonio en un ángulo ascendente, notando un chasquido en el proceso. Eso hace que el cuerpo del demonio se tense, al tiempo que el disparo de fred alcanza en la cabeza al hombre cabra. El disparo de Steve, no obstante, pasa entre el cuerpo del demonio y el de Exodus, impactando contra un árbol y haciendo una quemadura en él, pero por los mecanismos de seguridad de las armas modernas, no se produce incendio.

Los dos golpes parecen suficiente para acabar con el demonio, pero aún recibe un tercer impacto de una flecha en el pecho antes de que le fallen las patas y comience a caer... aunque no parece que se desintegre, como es frecuente en los demonios al morir. No obstante, antes de que nada más pase un grito os distrae por parte del guardia que se estaba encargando del demonio. Os giráis justo a tiempo de ver cómo sujeta su pierna mirando al suelo, pues la tiene atrapada por un antiguo cepo de caza. Eso sería bastante grave de por sí, pero aún peor es cuando os percatáis de que otra pantalla de viento o energía como la que derribó a Marko le alcanza y le hace salir propulsado, destrozando su pierna mientras lo propulsa de cabeza contra el tronco de un árbol. No contáis con poder llevarlo de vuelta a la base con vida.

- Tsk... Si ya lo sabía yo. - Mascullo cuando mi disparo falla. El hecho de que el demonio muriera de todas formas no me animaba que digamos. "Tendría que haberme quedado en la base. Soy pésimo en estas cosas". Recojo el radar y me oculto tras los árboles para que el cadáver andante no me vea. Ya había visto lo que su ataque hacia y no me apetecía sufrirlo en mi propio cuerpo para nada. - ¡Tenemos que acercarnos! ¡Separémonos para que no le sea tan fácil apuntarnos! - Dicho esto empiezo a avanzar cautelosamente entre los árboles siguiendo una trayectoria diagonal que me acerca lentamente al demonio mientras permanezco a cubierto. Con un poco de suerte distraería su atención, porque si acertaba un disparo sería de pura chiripa. 

Marco escuchaba el sonido de la batalla mientras en su mente se libraba otra, intentando mantener la cordura, el soldado se incorporó de rodillas para ver un poco mejor, consciente de que no podría luchar aún, pero necesitaba hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo.

Vio sangre, y no solamente la de un demonio, lucha, flechas, y una onda como la que le derribó a él.

Joder... Se desplomó ligeramente, apoyando una mano contra el fresco suelo del bosque, mientras su cabeza bajaba lentamente, sujetada por la otra mano, como si eso fuera a disminuir el dolor.

Los mataré... juro que como me levante de aquí le agujerearé la frente a cada uno de esos putos demonios...