Partida Rol por web

Ahi se encontraba el pobre y triste Mervian Kassabian, sentado contra una de las paradas de la estación del ferrocarril pensando que hacer de su vida, acababa de llegar y no le quedaba mucho dinero, no tenia idea de que hacer, acababa de huir de la unica vida que conocia.

La estacion de Ferrocarril no esta desierta, pero hay muy poca gente, hay muchos ferrocarriles estacionados a un lado, abandonados y oxidados. La atmosfera del lugar es muy extraña, siendo las 12:00 del mediodia se siente cierta... oscuridad aunque hay mucho sol, el sol es seco y sin vida y el aire es pesado y tenso.

Mientras esta sentado ahi, se da cuenta de que la gente que camina por el lugar no parecen ni darse cuenta de su existencia, van muy serios mirando al frente en la dirección por la que van.

En eso ves que enfrente, en un callejon oscuro hay una hermosa joven pelirroja siendo "molestada" por unos sujetos, ella parece estar muy asustada y ellos una cara muy risueña.

También te llama la atención un sujeto bajando de un Ferrocarril llevando en sus manos una Notebook.

Al fin, Eddie Treant llega a la estación de Ssenkrad y baja del Ferrocarril.
Le llamo algo la atención que fuera el único en bajarse en la estación, tampoco es que el ferrocarril estuviera muy lleno ¿Pero el único? -Debe ser casualidad- pensó.
Todavía le costaba asimilar que mandaran a alguien de sus talentos en computación a un pueblucho como este, "Es una gran oportunidad" le dijeron, pero ahora mirando el lugar se arrepintió de aceptar el trabajo.

La estación de Ferrocarril no está desierta, pero hay muy poca gente, tanto en la estación como en los edificios oxidados alrededor, hay muchos ferrocarriles estacionados a un lado, abandonados y oxidados. La atmosfera del lugar es muy extraña, siendo las 12:00 del mediodía se siente cierta... oscuridad aunque hay mucho sol, el sol es seco y sin vida y el aire es pesado y tenso.

Por suerte no tendrías que quedarte mucho tiempo en la ciudad, debías averiguar algunas cosas para un sitio web al que te habían invitado a participar, lo cual parecía una gran oferta ya que se trataba de una de las webs independientes sobre noticias más famosas. Se supone que debías sacar algunas fotos y hablar con algunas personas sobre el lugar...

En la estación vez a un hombre prácticamente tirado al lado de una de las paredes de la estación, tiene aspecto asiático y se lo ve algo deprimido, está mirando a un callejón que está justo en frente, al mirar allí ves a algunas personas discutiendo o algo por el estilo, tampoco es nada demasiado importante.

   El viaje había sido agotador. La última hora de viaje la había pasado durmiendo, a pesar del libro que había llevado, el sueño del viaje hizo efecto en Eddie, por lo que acabo sucumbiendo a él. Solo unos instante antes de que llegará el tren a la estación se despertó, gracias a la alarma de su móvil. Así, que no es estaba muy seguro donde se encontraba cuando bajo del tren. Mirando a todos los lados solo veía soledad en el paisaje, apenas unas personas sueltas por algunos lados y edificios viejos, si no fuera porque sé donde estoy, diría que estoy en una pesadilla, no creía que esto sería tan horroroso, esperemos que mi viaje termine pronto, pues no parece que haya mucha diversión por aquí, pensaba mientras se mantenía de pie junto a sus bolsas en medio de la estación mirando el panorama.

   Después de mirar por unos instante hacia sus alrededores, Eddie se agacho y saco de su mochila, su pequeña cámara de foto, a pesar del aire que giraba en torno al pueblo, se sentía cansado, ya no solo por el viaje, sino por el ambiente, le costaba respirar debido al aíre seco que brillaba en la atmósfera del pueblo. A pesar de todo, quería hechar unas fotografías del pueblo para enseñarla en la empresa, esto no puede ser, menos mal que me dijeron que sería una oportunidad que no debía desaprovechar, menudo pueblo, se decía a si mismo mientras que fotografiaba el edificio de la estación y varios trenes.

   Cuando echo varias fotografias, decidió que era suficiente, debería buscar un hotel donde poder descansar y tomar una ducha, pues cuanto antes empiece antes me iré de aquí, así Eddie volvió a guardar su cámara y empezar a coger sus cosas. Se echo la mochila trás, mientras que llevaba colgado su maletín de su hombro derecho. Lentamente, buscaba con la vista al revisor de la estación, para preguntarle por algún hotel, pero no lograba encontrarlo con la vista. Así, decidió acercarse al asiático a preguntarle. Lentamente cruzo el espacio que le separaba hasta llegar donde estaba situado el hombre, aunque cada vez estaba más cerca, el asiático no perdía la vista del callejón, por lo que cuando estuvo a su lado, Eddie tuvo que agacharse y llamar su atención,

       -Hola, buenas tardes. Acabo de llegar a la estación y me gustaría encontrar un hotel por aquí cerca, ¿me podría decir por donde hay uno cerca? 

Mervian ve como un hombre que acaba de bajar del Ferrocarril se aproxima a el y le dice:

-Hola, buenas tardes. Acabo de llegar a la estación y me gustaría encontrar un hotel por aquí cerca, ¿me podría decir por donde hay uno cerca?

La escena de la chica me hace olvidar por un momento la terrible situación en la que me encuentro. Le hago un gesto de disculpa al hombre que me pregunta. Ahora mismo, le digo con voz preocupada. Me acerco al callejón y desenvaino un cuchillo que enarbolo amenazadoramente. Digo con voz seria y decidida: Soltad a la chica, rufianes.

  A pesar de mi pregunta, el hombre no me hace caso, por lo que vuelvo a preguntar,

      ¿Hola? ¿Podría ayudarme?

    pero mis preguntas no encuentran respuestas ni siquiera una leve mirada. Así que me doy la vuelta para buscar a alguién más. A primera vista, quitando los las personas de la discursión no se ve nada más, la verdad, es que prefiero no hacercarme a ellos, tal vez si entro en la estación encuentre a alguien, pienso mientras que ando hacia la entrada de la estación.

  El ambiente se hace cada vez más cargado, por lo que apresuro mis pasos hasta la puerta de la estación que dan acceso a las vías. A mi entrada me topo con algunos bancos en medio de una sala de color blanco. El edificio esta igual de viejo por dentro que por fuera, pienso mientras que penetro por las puertas en busca de alguien a quien preguntarle o un plano de la ciudad.

No te metas donde no te llaman amigo

Dice el mas corpulento del grupo, mientras se para frente a sus amigos dandoles la espalda y mirandote fijamente.

A ya entiendo, eres un maldito Mongol que viene a hacerse el heroe, aqui en Norteamerica las cosas son distintas.
Una vez dicho esto golpea la palma de su mano izquierda con el puño de la mano Derecha.

En Total los matones son 3, parecen un poco atontados, al parecer estan algo borrachos.

Hey usted! ayudeme!
Dice la chica desde atras un poco bruscamente.

El asiatico te ignora de forma olimpica, una vez que le hablas te dice "ahora mismo" para un segundo despues cruzar la calle hacia donde estaba mirando.

Una vez al entrar notas que la estación esta peor por dentro que por fuera, los bancos de madera totalmente destruidos y el piso llenos de tierra, hasta ves algunas ratas a unos metro de tu posición.

  Por favor, ¿donde me he metido? me digo en voz alta nada más entrar en el edificio, no me creo que esto este peor que por fuera, la verdad es que temo como estará el hotel y los demás edificios. Debo encontrar la forma de termin ar rápido mi trabajo y largarme de aquí cuanto antes, digo hablando en voz alta, mientras intento moverme de un lado a otro dentro del edificio. Cada paso es imposible, entre la suciedad e intentar no pisar nada que no sea tierra, estoy tardando un siglo en poder encontrar algo que me sea útil

Lanzo uno de mis cuchillos al rufián malencarado, tratando con mi legendaria puntería de darle en el brazo para no matarlo. Si los asusto lo suficiente, seguro que se largan, y la joven podrá denunciarlos en comisaría.

Vez que abajo de uno de los viejos bancos destruidos hay un folleto de la ciudad, esta roto pero puedes ver el mapa perfectamente.

  La situación donde me encontraba me desesperaba, pues no me podía creer donde me había metido, la estación estaba vacía y parecía que llevaba mucho tiempo así. Mis movimientos por la estación era inútil, a primera vista no se veía ningún tablón en pie y la arena cubría toda la zona donde me encontraba, tan solo algunos trozos de lo que parecían antiguos bancos destacaba sobre lo demás. Así, mis pasos me condujeron hasta uno de los bancos y mi desesperación me hizo "sentarme" en él, aunque no me fiaba de que pudiera mantener mi peso, por lo que no me dejé caer del todo. Me sente en el banco, dejando mi mochila a mi lado, abri las piernas y me agache, tocando con mi mano derecha mi pelo, ¿donde me he metido? ¡Quiero salir de aquí! pensaba mientras me mantenía con la mano en mi pelo y los ojso cerrados, respire hondo y volví a abrir los ojos lentamente, pero no sé como, pero algo me llamo la atención, había algo debajo del banco, algo con colores llamativos sobresalía de la arena, por lo que metí mi mano izquierda debajo del banco y logré sacar un  pequeño folleto de la ciudad. Observandolo bien, apenas se podía leer muchas cosas, pues al parecer las ratas le habían hincado el diente y el tiempo que llevaba debajo del banco era una incognita.

  Por fin algo bueno, dije en voz alta, mostrando una pequeña sonrisa, ahora, solo espero que el mapa no sea demasiado antiguo y el pueblo aún se parezca en algo. Así, con el mapa en la mano, me eche la mochila a la espalda y salí del aquel lugar, algo que deseaba hacer desde que entre. 

  Lo primero que hice al salir, fue sacar el móvil del pantalón y mirar la hora. No me lo podía creer, habñia pasado media hora y no me había dado cuenta. Volví a guardar el móvil y a mirar el folleto, bien, según esto debo cruzar las vías en dirección al río.

  La calor era bastante sofocante, lo que me hizo detenerme una última vez antes de abandonar la estación, deje mis cosas en el suelo y me quite la americana, la cual a partir de entonces la llevaba colgado del brazo izquierdo, en el cual llevaba el mapa del pueblo. Me coloque mis cosas y seguir el rumbo que me marcaba el folleto, por primera vez mostraba otra cara, en mis rostro se dibujaba una pequeña sonrisa.

  Salí de la estación, colocandome a la derecha de la puerta principal, justo en Garrison Street como decía el mapa. No había vuelto a mirar atrás, así que no me fije si el tipo asiático seguía en el mismo sitio o la discursión en el callejón, pues había otra cosa que me tenía ocupado la mente, "llegar al hotel y poder tomar una ducha".  Bien, según esto, si sigo esta calle (Garrison Street), debo de cruzar ese puente y seguir todo recto, el motel esta en la sexta o séptima calle a la derecha, según a donde dé la entrada, decía en voz alta mientras que empezaba a cruzar el puente en dirección al motel

Le clavas el cuchillo un poco mas arriba del codo, este practicamente atraviesa el brazo y el Rufian suelta un grito de dolor inmenso. Al segundo se tira al suelo lagrimeando un poco y mirando su brazo sin dar credito a sus ojos.

Te matare, te juro que te matare!

Mientras tanto su dos amigos se ven muy asustados, agarran a su amigo y lo arrastran hacia atras del callejon, mirandote con una mezcla de miedo y odio.

Más os vale que no os vuelva a ver. La próxima vez no apuntaré al brazo.

Tomo a la chica de la cintura y la saco a la luz de la estación, vigilando mis espaldas por si acaso los rufianes deciden volver y atacar.

¿Está bien, joven? No se preocupe, ahora está a salvo. ¿Necesita un médico?