Partida Rol por web

-¿Discutiendo? ¿Yo rango superior? - Pregunté sorprendido mirando al indio para luego girarme al mosquetero. - Me asistió la segunda vez que le salvé la vida al doctor. La primera vez fue ese joven del brazo machacado... - No recordaba el nombre y mientras que Muk seguía hablando yo ya estaba centrado tratando de recordar quien era aquel muchacho.

- ¿No tengo heridas? ¿Eso es todo? Vaya... - Recuerda que es una paciente, no una doctora. - Me dije a mi mismo antes de continuar con el comentario sobre la profesionalidad de la doctora. - ¿Cómo? ¿El que me ayudará? - Sentí como me inyectaba algo sin a penas darme cuenta de que era. Pero sus efectos fueron casi inmediatos. Comencé a sentirme casi en una nube y sujeté el bote que alguien me puso en la mano. Luego sentí como tiraban de mí y percibí como se movía la habitación.

Incluso aunque en su estado era incapaz de aportar algo, como médico, Matthew intentó prestar atención al diagnóstico e instrucciones que García les daba a los que hasta n hacía mucho, habían sido sus pacientes… pero por desgracia para él, los sedantes que le habían aplicado ya habían empezado a hacer efecto, y antes siquiera de que ninguno de ellos saliese de allí, Matthew ya se encontraba sumido en un profundo sueño inducido.

De haber estado donde debería de haber estado, es decir, atendiendo la enfermería como médico en lugar de tumbado en una de las camillas como paciente, Griffin seguramente habría recriminado el alboroto provocado tanto por los recién llegados como por García, pues nunca era bueno molestar o alterar en exceso a otros posibles pacientes.

Pero como era evidente, en su estado actual, no solo era incapaz de hacer eso, sino que ni siquiera se llegó a enterar de la llegada de más heridos, puesto que los calmantes que le habían suministrado le mantenían sumido en un profundo sueño.

Y con estas se ofreció para colaborar: - ¿A qué ayudo?

La joven ibérica responde con una sonrisa que enmascara su frustración sobre su actual tarea con el andoriano. Simplemente no fue capacitada para atender pacientes no humanos. El ingeniero de piel azul se le moría poco a poco frente a ella y no era capaz de hacer algo al respecto más que detener hemorragias y buscar en la base de datos medica sobre la fisiología andoriana.

Tal vez Griffin hubiera salvado el día, solo que el doctor bocazas ahora luchaba por despertar sin suerte. Dormia como un oso…

- Artemisa, gracias. Por lo pronto necesitare que vaya al puente a pedir al capitán que nos ponga en curso hacia nuestro espacio. Necesitamos de manera urgente trasladar los heridos a una instalación con personal calificado. Aquí, sola, mucho no puedo hacer. –

Su sinceridad raya el suicidio pero es preferible aceptar una derrota que dejar morir un paciente por simple orgullo.

Dio una palmada, como si fuera para despertar a los soldados que tiene que actuar tras una orden y la acompañó de un:

- Marchando.

Con ello salió disparada hacia el puente.

Un segundo de lucidez permitió al andoriano escuchar la declaración del personal sanitario. Estaba perdido. No quedaba ninguna esperanza. Too por culpa de el orgullo y locura que había poseído al otro ingeniero. Ollander no sólo había provocado su propia muerte, sino que le había arrastrado a él hacia el otro mundo. Una parte egoísta de el se arrepintió de no haber lanzado al humano de pelo amarillo contra el golem a la primera señal de que pretendía ponerles a todos en peligro. Sin embargo la mayor parte de él sólo se arrepintió de no poder volver a ver los hielos de su Andoria natal, los orgullosos anillos de Andor ocupando el horizonte. 

Con el rostro aplastado contra la superficie de la biocama, un susurro se escapó de sus labios.

- Lo siento, lo siento tanto zh'yi....

- Oh ¿Esa canción? ¡Siii…! - dijo con gran emoción al dar un veloz abrazo a Cristina y volver de inmediato a su tarea - ...era la preferida de mi abuela. Ella era de Cádiz. ¿Y usted capitana? -

- Yo nací en Madrid, pero mi familia ha estado muy relacionada con Andalucía de hecho mi abuelo se casó con una sevillana y ella se empeñó en que todos sus nietos aprendiéramos a bailar sevillanas- contestó de buen humor, el que aquella doctora no se pareciera a Diana y a Matthew era como un soplo de aire fresco...

Entonces cuando la doctora fue dando el diagnóstico de sus pacientes su rostro se puso más serio en especial al referirse al estado del doctor, la capitana visiblemente afectada se mantuvo en silencio sin participar en el rifirafe entre Kemp y Windwood ya que se resolvió en parte por la intervención del señor Mukherjee.

- En definitiva ustedes tres pueden ir al comedor y ustedes dos – señalando a la capitana y al primer oficial - tendrán que volver a primera hora. Tomen esto, son complementos nutricionales y vitaminicos. Tomen uno al día por una semana. - añade para los tres al entregar un frasquito de píldoras a cada uno.

- De acuerdo doctora García- asintió tras dejar que le manipulara el brazo, agunatando estoicamente el pinchazo sin que se notara que le daba pavor para después salir de la enfermería llevándose a Daniel con ella bien sujeto por el brazo.

Cuando todos los rescatados pasaron por la revisación y curación obligatoria solo quedaron en la enfermería el doctor y el ingeniero, cuyas lesiones estaban lejos de toda solución inmediata.

El caso del paciente andoriano mejoró considerablemente cuando Anna encontró los apuntes médicos sobre la fisiología de Ishant y su gente, permitiendo tratar sus heridas inmediatas y superficiales para con ello estabilizar su condición y evitar que el paciente se desangre hasta morir. Sin embargo su habilidad se encuentra a años luz de distancia en relación a Griffin. Por suerte Edison optaría por solicitar el traslado de ambos pacientes a una nave o instalación con el equipamiento adecuado para ambos.

Adicionalmente los medicamentos hicieron efecto en el doctor y pronto este despertó en un océano de dolores, cosa que no disminuyó su afán por maldecir a destajo. Hans recomendó a Garcia volver a anestesiar a Griffin, pero ante la necesidad de cuidar el stock de medicamentos se optó por esperar.

Por desgracia Ishant tampoco pudo descansar mucho ante el sonoro lamento...

El andoriano se giró hacia la biocama donde descansaba el doctor. Obligado por sus heridas a permanecer boca abajo, una posición poco acostumbrada y sin poder girarse para paliar el malestar que la postura mantenida durante demasiado tiempo, el lamento del médico no hacía más que empeorar su animo. Pero una parte de él sabía que cualquier queja o indicación al respecto para con el médico, sería peor. Que diantres, incluso si intentaba animarlo seguramente la respuesta sería un latigazo verbal malintencionado. Se limitó a suspirar y arqueó las antenas ligeramente hacia atras, ni totalmente irritado ni totalmente cómodo con la situación. Al menos, no estaba a punto de morir. Al menos eso era un punto positivo a su favor.

Cuando uno de los tripulantes médicos de menor rango se acercó a comprobar las constantes de su biocama, ishant se incorporó ligeramente, a pesar del dolor que éste mero gesto le producia. Pero era soportable. Comparado con como había abandonado la Zheskan, estaba casi en plena forma. Casi. Se recuperaría. Debía hacerlo. Un miedo que no quiso reconocer se anido en la boca de su estómago cuando pensó que quizá su situación motivase al capitán a trasladarlo a otra nave o a una base cerca del espacio andoriano. No podía permitirselo. No ahora, no cuando no sabía cual era el destino de...

- Por favor.- llamó la atención del tripulante medico.- ¿Es posible que nos ponga en contacto con la tripulación de puente? Hay alguien con quien me gustaría hablar, es personal, no es urgente.

En espera de que le diesen una respuesta pasando por el criterio de Anna y, quizá, una consulta al primer oficial sobre la situación del puente, se guardó la persona con la que quería hablar para si. Mientras tanto, aprovechó que estaba erguido y, a riesgo del fustigazo verbal, se giró hacia el doctor.

- ¿Cómo se encuentra?

Pensaba que era jodidamente evidente- le respondió Griffin a Ishant con evidente mal humor producto de su estado mientras ahogaba un gruñido. Aunque los sedantes que García le había suministrado le habían sumido rápidamente en un profundo sueño, pero su efecto había pasado hacía ya rato, por lo que en ese momento se encontraba siendo dolorosamente consciente de cada parte de su cuerpo, puesto que no había una que no le doliese… aunque bueno, al menos la doctora había sido capaz de reparar el despropósito hecho por el idiota de Daniel y podía volver a hablar, aunque con algo de dificultad, eso sí.

Maldito lagarto de cerebro sub-evolucionado- masculló, maldiciendo al gorn por enésima vez desde que había despertado -¿Y tú se puede saber qué haces aquí?- le preguntó al andoriano -Os dije que tuvieseis cuidado, no que os destrozaseis hasta mataros- le dijo con evidente tono de enfado -García, páseme su historial, ¿quiere?- le dijo a la doctora al verla para poder evaluar el estado del andoriano… el no poder hacer nada cabreaba al doctor Griffin más incluso que el ver a sus pacientes heridos.

- Por favor.- llamó la atención del tripulante medico.- ¿Es posible que nos ponga en contacto con la tripulación de puente? Hay alguien con quien me gustaría hablar, es personal, no es urgente.

Anna estaba controlando un listado de equipamiento médico, el cual hasta hace poco se guardaba en la bahía de carga por falta de espacio en la pequeña enfermería de la Franklin. Ahora, y ante la necesidad, ella había solicitado esos elementos a fin de reforzar el stock actual.

¡Señor, no se levante! – advirtió a Ishant por su intento de incorporarse – Aquí tiene, un comunicador personal. Con esto podrá llamar al puente.- dijo con notable timidez.

Su incomodidad frente a los no terráqueos es evidente, porque aún no logra adaptarse a los nuevos tripulantes. Especialmente los alienígenas.

-García, páseme su historial, ¿quiere?- le dijo a la doctora al verla para poder evaluar el estado del andoriano… el no poder hacer nada cabreaba al doctor Griffin más incluso que el ver a sus pacientes heridos.

- Bienvenido al reino de los vivos doctor. Tal vez debería descansar un poco más antes de volver al trabajo. ¿No cree? – responde Garcia luego de arrojar la ficha medica del andoriano sobre el regazo de Griffin. 

El andoriano ignoró la primera puya del médico, esperable como era que incluso una mera cortesía humana sería interpretado como una ofensa. No por primera vez, Ishant se planteó si realmente merecía el esfuerzo intentar adaptarse a los modos humanos cuando lo único que recibía a cambio lo único que recibía era desprecio. Ante el segundo ataque verbal, el ingeniero agitó una de las antenas espasmodicamente, aunque tuvo la buena idea de reprimir cualquier gesto más allá de eso. Y mantener un rostro neutral. La llegada de la médico interrumpió su respuesta, y recibió el comunicador asintiendo en agradecimiento con la cabeza, mientras sus antenas se curvaban educadamente hacia delante. 

- Se lo agradezco, doctora.- dijo con tono neutral, mientras atesoraba el comunicador bajo el soporte para la cabeza de la biocama, a la espera de un momento más adecuado para utilizarlo.-Fui herido cumpliendo ordenes, intentando solucionar un problema ocasionado por un humano, que lo condujo a algo peor que la muerte. Si tiene alguna opinión, queja, protesta o cualquier otro comentario minimamente ofensivo, le suguiero que se lo comunique al primer oficial, pues es el responsable último.

No esperó respuesta, pues si esta llegaba sería otro exabrupto designado unicamente para ofenderle.

Lo haría si la gente dejase de esforzarse por acabar en camilla de una maldita vez- le respondió el doctor a García, sin tener en cuenta que ahora mismo él también estaba tumbado en una camilla y con heridas no precisamente leves… claro que en su caso no había sido su culpa, sino de aquel maldito gorn -Gracias- le dijo mientras cogía la ficha del andoriano, aunque antes de empezar a leerla, las palabras de este hicieron que se volviese hacia él. Bueno, más bien que volviese la cabeza, ya que prefirió no forzar demasiado el resto de su cuerpo.

¿Algo peor que la muerte?- dijo Griffin, entre sorprendido y enfadado por la noticia -¿Qué ha pasado? ¿Y de quien narices está hablando?- le preguntó a Ishant, ignorando su comentario sobre hablar con el primer oficial y poniendose a leer su ficha por si había algo en ella que le diese una pista sobre lo sucedido, además claro está de para evaluar su estado y la actuación de la doctora García.

Si tiene alguna opinión, queja, protesta o cualquier otro comentario minimamente ofensivo, le suguiero que se lo comunique al primer oficial, pues es el responsable último.

 - Oh, no. No, no, no. El doctor debe descansar y sanar. Y hasta tanto no lo haga no podrá hacer nada de eso porque soy quien debe darle el alta. Mientras tanto es un paciente más. - responde guiñando un ojo – son ordenes del capitán. - agrega.

-¿Qué ha pasado? ¿Y de quien narices está hablando?-

- Tampoco se nada de lo que sucede fuera de estas cuatro paredes. Creo que hay alerta roja. Yanovich y Crosby pasaron por aquí hace unos minutos para ver como estaban ustedes y se fueron a ingeniería. -

Anna por el momento solo tiene dos pacientes que contener y vigilar, ademas el manual sugiere intervenir siempre que sea necesario para evitar confrontaciones en la enfermería. Eso es algo que por el momento parece funcionar.

Griffin examina el parte medico del andoriano y al leerlo la cabeza comienza a darle vueltas al igual que la habitación, siendo imposible por el momento lograr la capacidad suficiente para leer un texto. Y todo por resistirse al descanso.

Si, ya lo sé, no me moveré hasta que lo haga- le respondió con un gruñido Griffin a García cuando esta mencionó que era ella quien le tenía que dar el alta, dejando claro que por mucho que no se moviese, aquello no era precisamente de su agrado, pues al fin y al cabo, estaba acostumbrado a estar al otro lado de la camilla -Además, solo sería un maldito estorbo ahora mismo, me da vueltas la cabeza solo de intentar leer el jodido parte- añadió, dejando este sobre la cama de mala gana.

¿Alerta roja? Maltita sea, lo que nos faltaba…- masculló, cabreado y preocupado por la situación -Si no lo ha hecho ya, más vale que empiece a prepararse por si llegan más heridos, traiga todo lo que pueda hacer falta del almacén, no sea que lleguen más heridos y no pueda moverse- le dijo, maldiciendo por enésima vez el no poder hacer él precisamente eso.

Ante las sacudidas y cimbronazos propios de una batalla espacial la doctora suplente Garcia decide sedar levemente a Griffin. Lo sugiere el libro de protocolo medico…

La cuestión cambia radicalmente al despertar del malhumorado doctor. Precisamente cuando Daniel Winwood llega a la enfermería acompañado por una tripulante de la Franklin. En ese momento Griffin despierta nuevamente. Sucede que Daniel tiende a perderse, dijo la capitana De Alba poco antes de partir.

Al lado de la cama de Griffin un cadáver yace bajo una mortaja fúnebre. Luego, según el protocolo, seguirá la típica bolsa de plástico termo aislante. El cuerpo pertenece al tripulante ingeniero Thezhanishant th'Talesh, quien minutos antes sufrió una descompensación y su vida llegó a su fin.

- Ohh… es usted. Lo siento. Es demasiado tarde. – saluda Anna a Daniel, quien acaba de llegar.

Por desgracia para el doctor, ante las más que posibles complicaciones de una batalla, la doctora García tuvo que sedarle, algo por lo que Griffin no podía dejar de maldecir mientras el sedante iba haciendo su efecto… y el hecho de que él hubiese actuado de la misma manera en caso de estar en la situación de García no mejoraba en nada su ánimo, más bien al contrario.

…

Lo primero que el doctor pensó al despertarse de nuevo es que, dado que por lo que veía, seguía en la enfermería de la Franklin, ni habían sido destruidos ni abordados durante la batalla, claro que tampoco había nada que le indicase que hubiese acabado. Su segundo pensamiento fue una maldición dedicada a quien acababa de entrar por la puerta.

Maldita sea, el que faltaba- se dijo Griffin al ver a Daniel, aunque antes de poder decir nada, se fijó en la camilla en la que estaba Ishant… el cual ahora estaba cubierto por una mortaja -¿Pero qué…?- pensó.

¿¡Qué ha pasado!?- le exigió saber a García, incorporándose de golpe de la impresión, o al menos intentándolo, puesto que el brusco movimiento hizo que el mundo se tambalease a su alrededor.

Entré en la enfermería, atontado aún por el sueño pero con curiosidad por saber que necesitaban de mí allí. Nada más entrar, me encuentro con la loca que me había sedado. Iba a decirla cuatro cosas pero sus palabras me hicieron mirar hacia otro lado. Allí vi el cuerpo de alguien cubierto con una mortaja fúnebre. En la cama de al lado, descansaba Doc, por lo tanto...

- No... no... - Susurré mientras caminaba hacia aquel cuerpo sin vida. - No puede ser... - Sentía algo extraño. Un vacío en mi interior que jamás había sentido antes. Y dolía. Vaya que si dolía. Mis lágrimas brotaron de mis ojos mientras trataba de no llorar. No lloraba desde niño... ¿Por qué ahora necesitaba hacerlo?

Escuché levantarse al doctor y gritar. Gritar... yo también sabía hacerlo. Y lo hice. - ¿¡Por qué me dejas solo!? - Exclamé al cuerpo sin vida con rabia y dolor. - ¡Respóndeme!

Caí de rodillas al suelo junto, con los ojos empapados en lágrimas. - Un capitán debe sobrevivir siempre a su tripulación. Debería ser así. - Susurré con dolor. - ¿Quién fue? ¿Quién mató a de Alba? - pregunté al aire recuperando las fuerzas sufientes como para poder hablar sin tibuteos.