Partida Rol por web

Miré a Mina con cariño y mucho respeto. Pese a que no tenía un papel importante en la Centella, había demostrado que Mina era una gran mujer, muy lista y atenta.

¡Esa es mi chica!, ¡la más lista de la clase! Lo que no sé es dónde queda ese planeta. Dadme un segundo que lo busco en la consola de la nave... a veeeer.

Lo Twi´Lek son oriundos del planeta Ryloth, situado en los territorios del borde exterior...

¡Anda, que raro! Dice que el planeta Ryloth no gira sobre su eje. Por lo tanto, siempre es de día por un lado y siempre de noche por el otro. Solo la zona de penumbra en la frontera es habitable. Debido a estas duras condiciones de vida, los twi'leks son expertos en sobrevivir.

Además pone que las mujeres son muy bellas... así que tendremos que tener vigilado a Anzak, no la vaya a liar en el planeta.

El cazarecompensas pasó el resto del viaje algo ausente, explorando los sistemas de su armadura oscura y entrenando en el programa de artillería. El contenedor de gas tibana estaba perfectamente asegurado y no había mucho más que hacer hasta llegar a Koda. 

En silencio, Sean se preguntaba de quien sería la operación cuyas ruinas dejaban atrás, en Giju. No se fiaba de Norman Foster, él no era Rick. Por mucho que Rick nos hubiera dado su nombre, le acababan de conocer. Rick habría sabido que mezclar a esclavistas y la Centella en la misma misión era una mala decisión.

Los contactos con el resto de la tripulación se espaciaron sin razón aparente durante el viaje. Sean trataba los twilek con educación, pero con reservas. Quizá mantener las distancias era para él una forma de profesionalidad.

—Los twilek —dijo apareciendo por la cabina cuando estaban cerca del sector 18-L, donde se encontraba la estación espacial Koda—, deberían permanecer a bordo hasta que zarpemos rumbo a su planeta natal si no queremos que nos relacionen con el incidente en Giju.
 

Anzak asintió a la propuesta de Sean. Tenía toda la razón de ser, pues aunque las noticias en la galaxia volaban, era mejor no airear lo que había ocurrido en Giju. De hecho como era un territorio tan hostil tardaría más en llegar la noticia, con lo que tenían más tiempo para entregar el gas, comprar todo lo que necesitaran y, con la pasta que habían ganado, algo para la nave, y salir pitando para Ryloth y dejar allí a los twi´lek.

-Si, además es mejor que no hablemos mucho de lo ocurrido allí... no vaya a ser que ya nos estén buscando -dijo mirando a todos los presentes.

-Cuando lleguemos a Koda, haremos tres grupos. El primero se quedará en la Centella, será Kormac con los droides y los twi´lec -dijo mirando directamente al mandalonario-. Que nadie salga ni entre que no sea de la tripulación.

-El segundo se encargará de las compras, tanto de lo que necesitemos de manutención y equipo, como para la Centella. De eso se encargarán Red y los hermanos, nadie como ellos conoce la Centella y puede determinar lo que se necesita -dijo mirando a los tres.

-Y por último el grupo que llevará el gas a Norman, que eso lo llevaremos Sean y yo. Recogeremos la pasta e iremos a donde estén las chicas y kirk, si encuentran algo que merezca la pena iré a echarles una mano con el precio -comentó primero mirando a Sean y luego a Red y los hermanos.

-¿Alguna duda, sugerencia o alternativa? -preguntó el contrabandista mirando a cada uno de los presentes.

Kirk miró el panel de control por unos minutos...- Obvio debemos mantener esto más que en secreto, no nos olvidemos que ya robasteis una nave y tengo la ligera impresión que no precisamente a quien debíais en cualquiera de los casos, tampoco es que precisamente esto que hayamos hecho sea positivo para nosotros...

Mina miró con suspicacia a Kirk...- Para nuestras consciencias hermano... dijo apoyando su mano en el hombro de Kirk ...creo que en este caso es todo cuanto podemos pedir.

Dejé de teclear en la computadora de la nave cuando Kirk empezó a hablar. Tenía razón habíamos hecho cosas como grupo que no estaban bien y sin duda tendrían sus consecuencias. 

Es cierto que hay cosas que hemos hecho mal, que nos hemos pasado y que tendrán sus consecuencias. Pero también es cierto que muchas de esas cosas las hemos tenido que hacer a consecuencia de hacer o intentar hacer algo positivo para nosotros, los compañeros o la gente que nos rodeaba.

No habríamos robado la nave si no hubiera estado nuestras vidas en juego. No habríamos destruido el almacén de Big Host, si no traficara con Twi'Leks... no sé si me explico. Tratamos de ganarnos la vida lo mejor que podemos y los problemas se nos asocian a nosotros... puede que los creáramos pero viene de un bien anterior. Es como el refrán: no hay mal que por bien no venga.

Dejé que pasara un tiempo prudencial para seguir hablando.

Coincido que no debemos sacar el tema de lo ocurrido en Giju. Y también me parece bien que nos dividamos para hacer las cosas lo más rápido posible. De todas formas nos comunicaremos por el canal 3 codificado, por si algo pasara.

Parecía que ya se ponían en marcha hasta el siguiente destino. El hecho de llevar a los twi'lek a su planeta era una buena obra que el grupo no podia dejar de hacer, pese a los contratiempos que podia ocasionar en caso de ser descubiertos.

- Si os parece os acompañaré a ver a Norman, me irá bien estirar las piernas y ver que se cuece por ahí.

Antes de finalizar las aproximaciones y aterrizar para la entrega aparece un mensaje en la Holored, se trata de las recompensas, aún no se ha compuesto el gremio de Cazarecompensas tal y como se conocerá años después, entre las nuevas recompensas aparecen Aaron Barks, cuya recompensa es de 5 millones, se le busca por estafa y hackeo en Coruscant, una elevadísima recompensa sin duda para alguien.

A su llegada todo estaba tranquilo...se abre el comunicador...- Ya veo que estáis aquí, algo más lentos de lo que había calculado pero bueno, supongo tengo que conformarme, sin incidentes, espero.

-Aaron Banks... Aaron Banks. Ese nombre resonaba en la mente del contrabandista y a pesar de que intentaba sacar algo de cualquier lado de su mente, por mucho que la exprimía no salía nada. -Mierda, no se me ocurre nadie que conozca o haya conocido con ese nombre... una pena pues la recompensa es muy jugosa... supongo que a la altura de la dificultad para atraparlo -pensó Anzak sonriendo.

Fue entonces cuando por el comunicador sonó la voz de Norman

-Sí, ya estamos aquí, casi se nos hiela el culo en aquel planeta helado, gracias Norman -ironizó Anzak intentando dar una imagen de normalidad-. Todo ha ido bien, hemos tenido algún susto, pero nada que no hayamos podido solventar.

-Bajamos y te entregamos el paquete -comunicó el contrabandista a su contratante-. Ten lista la pasta, pues las chicas quieren ir de compras y eso ya sabes lo que significa... dejarme pelado.

Sean revisó sus armas una vez más antes de salir, como de costumbre. Mientras atracaban se volvió a poner el casco de carbonox. Sin cruzar palabra, asintió a Anzak cuando este se dispuso a salir de la Centella. La armadura de metal le daba un aspecto temible, pero era no ver las facciones de su rostro lo que intimidaba más. El metro noventa de músculo, acero oscuro y la colección de blasters de distintos calibres al cinto y a la espalda complicaban el escenario en el que alguien quisiera importunarles.

Bajo el acero, el mercenario observaba en silencio. No se fiaba de Norman. Sería muy fácil venderles a sus enemigos y quedarse con el tibana.

Norman tuvo un pequeño sonido mosqueo...- Eso es lo que hacen cuando te casas con una Anzak, te tomaba por alguien con más autoridad, pero en fin, el dinero te está esperando si algo he aprendido es que siempre tienes que tener dinero preparado por si acaso.

La megafonía del lugar sonó...- Muuuuuuuuy buenas orgánicos y no orgánicos, se hace saber que la estación preparará su primera carrera de vainas en la plataforma de la chatarrería dentro de 15 ciclos, así que si tenéis una vaina podrá ser conducida para ganar un jugoso premio de 5000 créditos en la clase 3, con una inscripción de señal de tan solo 300 créditos.

Anzak sonrió de medio lado ante la respuesta de Norman. No se había casado nunca, pero si que había tenido algo parecido a una pareja... que le duró menos de una semana y que le dejo tieso como una mojama. Ahora era Red quien le quitaba el dinero, pero sabía que su amiga compraría cosas útiles para ellos y para la Centella. De hecho era mejor que Red tuviera el dinero en vez de él, sobre todo al oír lo de las carreras de vainas.

-¡No me diga que hay carreras de vainas! -dijo ilusionado mientras junto al grandullón seguía a Norman para dejar el gas tibana.- Hace siglos que no apuest... veo una carrera. Me encantaría ir a verla. 

Pasé justo por detrás de Anzak cuando decía aquello y le di una colleja educativa.

Ni se te ocurra gastar nuestro dinero en apuestas de vainas, ¡Me has entendido! Si no le diré a Fire que te abra un nuevo agujero en el culo.

Le miré seria, sin dejar lugar a dudas de que no estaba bromeando. Ese dinero nos había costado mucho ganarlo y si lo malgastábamos o lo perdíamos en apuestas nos costaría mucho volver a recuperarlo.

Fire, te dejo encargado de recoger el dinero. En cuanto dejéis el gas, coge la pasta y ven a donde nosotras estemos.

Sean sonrió para sí. Esta vez estaba de acuerdo con la chica, pero sabía también que en la Centella todos eran almas libres y poco se podía hacer para insuflarles algo de disciplina. Qué más daba, quizá estaba sobrevalorada. Les había ido bien hasta ahora, aunque a veces un enfoque más conservador facilitaría la seguridad.

Caminaba por la estación en silencio vigilante a cualquier eventualidad. El yelmo le daba cierta impunidad para mirar sin que nadie resultará ofendido.

La Galaxia siempre fue un lugar inmenso, rodeado de especies y razas increíbles, además de objetos venidos de rincones lejanos, chatarra que podía convertirse en oro o al contrario, por las diferentes especies de carroñeros que rondaban por cada lugar.

Las armerías habían proliferado, las cantinas siempre repletas de información y alcoholes que los piratas empleaban, y algunos cazarecompensas*, siempre habría criminales buscados y no buscados tratando de pasar desapercibidos entre el gentio.

Existían también varios negocios destinados a la estética, por supuesto aunque parezca extraño, pero los diferentes tipos de organismos de la Galaxia solían necesitar ciertos tratamientos para recuperar propiedades propias de sus mundos de origen.

Allí estaba aquel despacho, en el segundo nivel al fondo, era un lugar peculiar dado que podían escucharse las corrientes de agua de los tanques de exóticas criaturas, un poco de humo también aunque por el olor, que no la densidad parecía más vapor, una mesa en el centro de aquella iluminación, varios terminales y pads de datos, Norman estaba sentado y al ver llegar al grupo los miró un momento...la verdad es que os lo imaginabáis diferente...- ¿Es que tengo algo raro en la cara?, pasad de una maldita vez...

Tras mirar los pads...- Espero que el cargamento esté bien, reparar esos contenedores es el mayor dolor de la Galaxia...

Llegaron hasta el despacho de Norman, si bien no pudo evitar cierta reacción de sorpresa al ver que no se trataba de un humanoide, el nombre le había engañado y había supuesto que sería más como ellos. Pese a eso, no influía en los negocios que habían de tratar, por lo que ese detalle anecdótico no paso de eso.