Partida Rol por web

Te encuentras en Nar Shaddaa, la suerte hizo que una noticia jugosa llegase a tus oídos en aquella cantina, de algún remoto lugar de la galaxia. Durante un tiempo estuviste yendo de espaciopuerto en espaciopuerto, oyendo la misma historia, un Jedi en el Nivel 1313 en Coruscant parecía ser el objetivo más codiciado de la galaxia.

Un Jedi significaba una cuantiosa recompensa pero, obviamente, tu no estás del todo preparado, así que colgaste un anuncio en la holored, esperando que alguien se pusiera en contacto contigo y avisaste a Aldor Stiinson al cual recordabas de hacía un tiempo en la empresa de tu familia, pensaste que unos créditos le vendrían bien.

Se pusieron en contacto contigo otros tres individuos, una mujer, un wookiee y un trandoshano.

La mujer, de nombre Tayla, es una cazarrecompensas, la primera que llamó, aceptaste al instante y le entregaste la posición en la que os reuniríais, donde te encuentras ahora, con la nave que tienes de prestado para tus encargos, junto a una contraseña, "Alguien voló sobre el nido del Sarlacc" es lo que debía decir. Pensaste quizá que, si funcionaba bien, te podría ayudar con tu venganza, aprovechando que estaréis en Coruscant.

Para más protección elegiste al trandoshano, S'ys-Kain, un guardaespaldas que se ofreció a cubriros las espaldas mientras la caza se hacía efectiva, le pasaste los mismos datos.

El wookiee fue un añadido, pensaste que la fuerza física sería una ayuda, para protegeros y para dar caza al Jedi, o para que no os sucediera nada malo ahí abajo.

Te dirigiste a Nar Shaddaa a acabar una de tus entregas y te dedicas a esperar al primero que llegue.

Repasando los encargos que se subían a la holored, encontraste uno que te inspiró especial interés, un tal Azo Depar pedía gente para reunir un grupo para embarcarse en una misión de exploración del nivel 1313 en Coruscant. El mensaje especificaba que se habían oído rumores sobre la existencia de un Jedi ahí, y tu también los había escuchado en diversos lugares, así que te pusiste en contacto con el y te dio los datos de la localización en la que os reuniréis y una contraseña que deberías decir "Alguien voló sobre el nido del Sarlacc".

Te pusiste en camino y ahora estás en Nar Shaddaa, la reunión la realizarás en la nave de Azo.

Llevabas ya tiempo buscando tu preciada nave cuando se puso en contacto contigo Azo Depar, al principio no te sonó de nada el nombre, hasta que mencionó una empresa de transporte llamada Depar Inc., la empresa para la que trabajaste durante un tiempo, de manera legal, quizá lo más legal que hiciste y que harás en tu vida. Te ofreció una gran suma de dinero, te contó que había oído rumores sobre la existencia de un Jedi en los niveles bajos de Coruscant, y te prometió una parte de la gran suma de pasta que podríais obtener de cazar al Jedi. Además te aseguró que tendríais compañeros que os protegerían, así que no correrías peligro.

Pensaste que quizá en los niveles bajos alguien supiera algo de la Shadow, así que aceptaste y recibiste la información sobre donde os reuniríais.

El primero en llegar fue Aldor, con quien Azo ya había quedado más pronto que con el resto para estar con alguien de confianza a su lado.

Viajabas de aquí para allá sin un destino fijo cuando. Un mensaje de Sol Negro te dio indicaciones para ponerte en contacto con un tal Azo Depar en una misión para dar caza a un Jedi escondido en el nivel 1313 de Coruscant.

Te pusiste en contacto con el tal Azo Depar, que te indicó donde encontrarte con el en Nar Shaddaa y una contraseña que deberías decir "Alguien voló sobre el nido del Sarlacc", y te encaminaste a la reunión.

Ahora acabas de desembarcar de un largo viaje hasta Nar Shadda y te toca buscar el embarcadero donde se encuentra la nave de Azo.

Hacía tiempo que buscabas un buen trabajo en el que proteger a alguien y hace unos días recibiste una de las mejores noticias que pudieras tener. Alguien buscaba gente para dar caza a un rumor del nivel 1313, un Jedi oculto en Coruscant. Si no podías proteger a alguien de uno de los últimos Jedi que podían quedar ya no tenías derecho a dedicarte a lo que te dedicas, así que te pusiste en contacto con el tal Azo Depar que firmaba el encargo.

Quedasteis en un hangar de embarque en Nar Shaddaa y ahora te encuentras ahí, en la luna de los contrabandistas de camino a tu destino en el que tendrás que dar la contraseña que Azo te dio "Alguien voló sobre el nido del Sarlacc"

La luz solar ilumina la habitación gentilmente mientras la joven se despereza relajadamente en su cama. La habitación posee una decoración sobria, y varios fotos inundan los estantes de las paredes. Impaciente, la peliroja se apresura fuera de su lecho y corre hacia el bulto en el catre al otro lado de la habitación.

-¡Vamos, despierta, pedazo de vago! -la joven zarandea a la persona que todavía se encuentra envuelto entre las mantas.

-Quiero dormir... Ayer trabajé hasta tarde... -rsponde el bulto, con apenas un hilo de voz.

Ella se sienta sobre la cama y estira de la manta. Un rostro fatigado y pecoso se gira hacia su cruel interlocutora, los ojos entrecerrados protegiéndolos de la molesta luz que invade el lugar.

-¡Vamos, Evan! ¡O te patearé el culo!

El adormilado joven se incorpora lentamente, sus párpados aún pesados.

-¿Sabes qué día es hoy? -inquiere su inhumana malhechora, una sonrisa en la boca.

El semblante del joven aún muestra claros signos de fatiga, pero se toma un segundo para recordar. Frotándose la cara con las manos con intención de espabilarse, el pecoso chico responde.

-Hoy es... ¡Nuestro cumpleaños! -su boca se curva en una preciosa sonrisa, ésa que la chica sabe que corresponde sólo a ella.

-Me prometiste que haríamos algo especial.

Evan sale de entre las mantas, enérgico y se dirige al baño. Ella se queda en la habitación, examinando las paredes. Las fotos. Fotos en las que aparece junto a su hermano. Felices. Pero algo no cuadra. No consigue saber qué, pero hay algo raro en todo ello.

Evan sale del baño, cambiado y con la cara reluciente. La mira con esa sonrisa especial, ésa que refleja la complicidad que sólo ellos tienen.

-Tú tienes la culpa.

Poco a poco, su mueca se tuerce en una de dolor. Un fogonazo ilumina la penumbra que los envuelve. La sangre tiñe los ropajes del joven. Cae. La sangre se desliza por el liso suelo de aleación.

Con creciente desesperación, la joven intenta acercarse a su hermano, pero algo se lo impide. Unos pesados grilletes la mantienen maniatada en el suelo.

Desde la penumbra de la habitación, alguien se enciende un cigarro. La luz ilumina un semblante algo parecido al del joven muerto. De pie con la pistola que acaba de asesinar a su hermano, Conrad Vassan fuma impasible, contemplando a su hija, indefensa.

···

Gotas de sudor frío recorrieron la espalda de Talya cuando despertó de su pesadilla. Durante unos segundos, buscó por la pequeña estancia, la mirada perdida. En sus ojos todavía había algo de la inocencia de la joven del sueño. Pero tardó pocos segundos en esfumarse, mostrando ahora esa mezcla de determinación, indiferencia e inmisericordia que definía a la Cazarrecompensas.

Apenas podía creer que hubiese decidido aceptar el contrato. No. Sabía que debía hacerlo, pero su arrepentimiento no había hecho más que crecer desde el momento en el que salió de la holored con su encargo en mente.

Tras varios años, volvía al lugar que la vió nacer. Al lugar donde tantos años pasara en compañía de su querido hermano. Donde todo le fue arrebatado.

Conforme empacaba su equipo, pensó en su familia. En su padre, Conrad Vassan, que la había vendido a aquel malnacido. En Evan, que había muerto para protegerla. Desde que saliese de aquel agujero, nunca había vuelto a poner pie en Coruscant. Sí, se le había pasado por la cabeza un sinnúmero de veces, pero nunca fue algo más allá de una idea inconcebible.

Inconcebible, pero sin embargo, allí estaba. Necesitaba los créditos, sí, pero podía haber optado por ignorar el encargo. No. Si había decidido aceptarlo era porque algo, en lo más hondo de su ser, la impulsaba a volver allí. ¿Haría frente a su familia? ¿Sería capaz? No lo sabía. Temía saberlo.

Salió de su ensimismamiento. Necesitaba concentrarse en su misión. Era Talya Vassan. Cazarrecompensas. Y su historia no había hecho más que empezar.

Arruga el hocico, ante la multitud de aromas de toda clase que emanan en el espaciopuerto de Nar Shada. A Cienna le hubiera gustado volver a este tugurio de planeta, pensó. Poco había cambiado el puerto desde la última vez que estuvieron aquí. Esta vez, sin embargo, el viaje desde Coruscant, aunque relativamente apacible, se le había hecho más largo y tedioso no teniendo a nadie con el que echar una partida de Pazaak. Él y la humana solían jugar por diversión, y de vez en cuando le enseñaba al wookie un par de trucos que en más de una ocasión le había venido de perlas.

Después de recorrer el tramo que va de la pista de aterrizaje hasta los muelles principales,  se encamina hasta el embarcadero donde le han indicado que está apostada la nave de Azo.

Pareces ser el primero en llegar. Frente a ti un carguero ligero YT-1300 se mantiene con los motores apagados. Te aseguras de comprobar de nuevo tu información, ya es hora de llamar a la puerta y usar tu contraseña.

Nar Shaddaa de nuevo. Nunca pensó que volvería tan pronto aquí y menos para organizar un equipo en una misión en parte legendaria, en parte suicida. Una parte de él cuando hizo el llamamiento a través de la Holored esperaba no tener respuesta.

El piloto vio venir a Aldor, empezó a caminar hacia él con una sonrisa, nunca pensó que después de tanto tiempo volvería a ver al contrabandista. 

-Viejo amigo!! Que alegría este reencuentro, que ha sido de ti, nunca pensé que volveríamos a trabajar juntos en una situación tan diferente a la del pasado. Vamos a sentarnos y ponernos al día mientras esperamos por el resto del equipo. Una vez que estemos todos os pongo al día de los detalles. -habló con tono alegre Azo.

Admiró la grandeza del carguero por unos minutos. Condenadamente bonito, pensó. A continuación, dirigió sus pasos hacia la compuerta de entrada, y exclamo lo suficientemente alto como para que alguien desde el interior de la nave le oyera:

Estoy buscando a Azo Depar. Me han indicado que esta maravilla 'voló sobre el nido del Sarlacc' en alguna ocasión.

Modulando ligeramente la voz mientras pronunciaba la clave que le habían proporcionado.

Mientras Azo saluda a Aldor se escucha el rugido de un wookiee cerca de la rampa cerrada de acceso al carguero.

- Estoy buscando a Azo Depar. Me han indicado que esta maravilla 'voló sobre el nido del Sarlacc' en alguna ocasión.

Oís atenuado por el casco.

A través de la ventana puedes observar la grandeza de las construcciones de la Luna del Contrabandista, el hogar de las mayores organizaciones criminales, un lugar en el que reina la ley del más fuerte y donde los locales de juego, los clubes de alterne y las guaridas de importantes hutts se suceden como si un patrón siguiera.

Dejas tu apartamento y desciendes hasta el nivel de la calle con tu equipo, nadie se sorprende de verte por ahí, de hecho no eres la única de tu profesión que recorre esas calles. Puedes distinguir con facilidad a unos cuantos compañeros del gremio solo por el equipo que llevan consigo.

Lo cierto es que en los últimos tiempos a Aldor las cosas no le había ido especialmente bien que dijéramos. No ya sólo se trataba del hecho de que hubiera perdido la Phantom, sino que los trabajos que le habían encomendado eran escasos y mal pagados. Por eso, cuando recibió la llamada de Azo, y si bien era cierto que en un primer momento no había caído en de quien se trataba, aceptó a reunirse con él para conocer más detalle de la importante misión que, según él, le habían encomendado.

Había mencionado algo de un jedi. Al contrabandista nunca le había gustado aquel tipo de gente. Le costaba entender su forma de vida y eso que ellos llamaban los caminos de La Fuerza. Prefería mantenerse alejado de todo aquello pero, le gustara o no, necesitaba pasta...

Antes de llegar al punto de encuentro, se soltó la travilla que sujetaba su bláster... por si las moscas, se dijo.

- Ado! Cómo te va viejo granuja! Sigues dedicándote al transporte o te has pasado al lado oscuro y ahora cazas jedis? - Aldor dijo aquello mientas se acercaba su antiguo compañero tendiéndole una mano.

Se sentó tal y como le indicó a la espera de que aparecieran el resto de convocados.

- Y dime... a quién esperamos exactamente?

En ese preciso momento la voz de un wokiee parece responder a la pregunta que formulo.

Aunque luchaba por mantenerlas a raya, sus emociones todavía estaban alteradas a causa de la pesadilla. Talya decidió que no le agradaba mantenerse a la vista, y callejeó por el lugar con el objetivo de despejarse y evitar encuentros indeseados.

Su destino estaba claro en su mente, pero no tenía ninguna prisa por llegar. Con un paso lento pero determinado, emprendió el camino hacia su meta.

Kain se dirigió calmadamente al lugar de la cita avanzando por los callejones de Nar Shaddaa. Enganchado en un lateral de la armadura llevaba su cuchillo de combate y bien visible al hombro su carabina. Siempre era mejor llevar la artillería a la vista, ayudaba a ahuyentar a los merodeadores. Aunque la mayoría de los nativos no se atreverían a meterse con un trandoshano aunque estuviese desarmado.

Por fin un trabajo. No conocía al tal Azo, pero unos créditos eran unos créditos, no importaba de donde viniesen. Y una nueva oportunidad para probarse a sí mismo. En el cielo se vislumbraba la silueta de Coruscant, de color cobrizo. Si no fuese por la escasa iluminación, la amenaza constante de la violencia en cualquier esquina y la miriada de olores nocivos que asaltaban sus fosas nasales, hasta podría haberlo considerado un paseo agradable.

Llegas al embarcadero de destino en el que tienes que reunirte con Azo, un carguero modelo YT-1300 reposa sobre la plataforma, a lo lejos ya distingues a un wookiee que parece estar rugiéndole algo a la plataforma de acceso que permanece cerrada.

Desde la distancia no logras comprender bien su shyriiwook, aunque logras pillar algo de un nido de Sarlacc.

Paseaste con calma por las calles de Nar Shaddaa evitando sus bulliciosas calles y pasando por los callejones que ni el más pintado visitaría.

Poco a poco llegaste cerca de la plataforma donde te había citado Azo. Sobre la plataforma de embarque, un carguero ligero YT-1300 reposa tranquilamente. Al lado de la rampa de acceso, que permanece cerrada, ves a un wookiee rugir algo, desde la distancia no te percatas de lo que dice.

Un poco más cerca de la plataforma puedes ver a un trandoshano bien equipado con una carabina que lleva al hombro.

Justo cuando iba a responder a Aldor sobre los cambios ocurridos en la empresa familiar de transporte y ponerle al día de sus desgracias...escuchó la clave que había dado.

-Acompáñame Aldor, es el momento de dar la bienvenida a los miembros del equipo. -dijo mientras se aproximaba a los nuevos aliados.- Yo soy al que estás buscando, tú debes de ser Talya - Azo alargó la mano para estrecharla con la cazarecompensas. -¡Oye Garr, acércate mi amigo Aldor quiere conocerte! - gritó al Wookie.

-Bien casi estamos todos, en cuanto llegue el último miembro os pongo al día sobre la misión. -Parece que al final las cosas empezaban a marchar bien, uno más y podrían comenzar la misión más complicada a la que nunca se había enfrentado, y seguramente ninguno de los presentes.