Partida Rol por web

El rebelde del hangar negó con la cabeza. 

- No, aquí no debería venir nadie para no desvelar la ubicación. Después de vuestro escape toda la flota rebelde se replegó y aunque fueron perseguidos y hubo bajas en el combate espacial, aunque hubo varias que logaron saltar al hiperespacio y un par de naves han reportado su llegada a otras bases- 

Te sonríe un poco al mirarte, pero en su mirada se refleja el estado general de la base. Al fin y al cabo la resistencia no deja de ser un pequeño grupo luchando contra todo un imperio. 

- Volverán más, solo es cuestión de esperar un poco - 

Recojo el holocrón de las manos de la Generla Organa y respondo que haría todo lo que pudiera para ayudar. Para cuando iba a salir de la sala, vi que Gial preguntó sobre el grupo de rescate y la rebelde que había en el hangar respondía que slavo algunas bajas todos llegaron a sus respectivas bases e informaron. 

Hice un gesto con el puño a modo de victoria por las buenas noticias y fui a buscar un lugar donde poder estar tranquilo y poder utilizar mis dotes para poder obtener alguna pista.

Caminando por la base encontré un pequeño cuarto, parecía un almacén y al cerrar la puerta no se escuchaba nada del exterior. hice un poco de espacio moviendo cajas y contenedores para tener un poco de espacio. Hacía frío pero el mantenerme en movimiento ayudaba a calentarse. Con un pequeño espacio hecho hice que ID se desplegara y antes de ponerme a concentrarme en el holocrón, le hice una pequeña puesta a punto a ID para que soportara mejor el frío, añadiendo una pequeña reserva de energía a las células que tiene y aumentando la potencia de los núcleos para imitar el torrente sanguíneo de un ser vivo para que todos los circuitos se calentaran, lubriqué los brazos y ajusté la óptica de ID para que no se congelara. 

Una vez terminé con ID, lo dejé a lo suyo y me puse con el holocrón. Cogí una caja y la puse delante de mí, con el holocrón apoyado encima y me senté encima de un contenedor para poder estar cómodo frente al holocrón:-Esperemos que esto tenga algún resultado, eh amiguito? Bueno vamos a ello. Ahora no hagas ningún ruido y no dejes que entre nadie a molestar vale?-le dije a ID para que tuviera algo que hacer mientras yo estaba a lo mío. Me senté con las rodillas cruzadas, puse las manos haciendo imitando un cuenco y acerqué los pulgares y antes de que se tocaran, cerré los ojos y dejé que la Fuerza me guiara para obtener algo. 

Observó a la General sujetar el holocrón. Creyó en un principio que tal vez ella supiese ver algo distinto, pero no fue así. Mencionó a alguien que, a su parecer, podía abrir el artefacto. Pero, ¿quién? Con la explicación que le dio a Gial, estaba claro que se refería a un jedi. ¡Un jedi! Miró a sus compañeros, fascinada, para ver si estaban tan sorprendidos como ella.

Cuando accionó la mesa y apareció la tablilla antigua con caracteres ilegibles, Sharene sintió una enorme curiosidad. Solo dio un paso hacia delante, instintivamente, pero en seguida se detuvo, consciente de que no había sido invitada a acercarse. Tal vez en otra ocasión podría admirar esa escritura y descubrir el modo de completar el texto. Con gusto se habría quedado allí, trabajando en eso.

Daedar se ofreció a ayudarla y la General le tendió el holocrón. Luego habló de alguien que podría cooperar, aunque no sabía su paradero y tras ésto, se despidió del equipo, invitándoles a descansar. Sharene se adelantó un poco. No estaba cansada y prefería entretenerse con algo útil. Demasiadas cosas interesantes por hacer y mucho frío que pasar si no se ocupaba en algo.

-Me gustaría ayudar de algún modo -dijo a la General-. Podría intentar descifrar algo más sobre la escritura de la tablilla o ayudar a localizar a esta persona que podría ayudarnos -la miró un instante, aguardando su decisión. -O puede ser en otra tarea, lo que usted vea más urgente.

Trent sigue al grupo mientras hablan con la General Leia y cómo explican que un Jedi puede ayudarnos a descifrar la tablilla y acceder al Holocrón. Si lo conseguimos, todos los que han sacrificado su vida para ayudarnos a llegar a este punto no se habrán desperdiciado.

Cuando cierras los ojos y te concentras comienzas a notar aquellas extrañas sensaciones que recorren tu cuerpo. Sientes el frío del exterior a tu alrededor y el calor de los cuerpos de todos los presentes en la estación. Un animal salvaje corre unos cuantos kilómetros buscando un refugio, o quizá persiguiendo otro pequeño animal.

Sientes como el holocron parece llamarte, escuchas tu nombre en tu propia cabeza en la voz de alguien que no conoces y entonces todo eso desaparece hasta que tu mente es transportada a una pequeña habitación circular. Un artefacto de aspecto similar al holocrón frente a tí, pero diferente en forma se materializa sobre una mesa alargada. Entonces puedes ver a alguno de tus compañeros que van y vienen, aparecen y desaparecen. Hablan entre ellos y con una persona que no eres capaz de reconocer.

Tratas de entender lo que dicen, pero por lo que sea solo los escuchas como un rumor lejano. Aquella persona está de espaldas a tí, una larga túnica, o quizá una capa con capucha cubre su espalda. Aquella persona parece algo alterada y niega con la cabeza. Las paredes muestras multitud de libros que se permanecen limpios y cuidados, en contraposición con el resto de la estancia.

La figura levanta una mano y todos se callan. Se gira y clava sus ojos sobre los tuyos sin mediar palabra. Su rostro muestra una mujer, una twi´lek de piel verdosa. Levanta su mano con rapidez y golpea el holocrón, con fuerza. Sientes como un fuerte dolor recorre tu cabeza para bajar por la espalda como un rayo. Cuando la mujer vuelve a golpearlo sientes como algo tira de ti hacia atrás, atraviesas sin dolor la pared; expulsado de alguna forma de aquella visión. 

La pequeña casa se va haciendo pequeña entre un sin fin de calles estrechas y sin iluminación natural. Finalmente atraviesas otro muro más gordo y por un instante puedes ver ante tí una gran ciudad suspendida en el aire, rodeada de nubes. Una gran ciudad circular con una especie de antena que desciende desde su parte inferior hasta perderse en el se mar de nubes.

Cuando abres los ojos vuelves a estar en tu habitación. El holocrón sigue donde lo dejaste y tu te encuentras totalmente cubierto de sudor agotado y con la respiración agitada. Tu corazón palpita más rápido de lo que debería, y aunque sientes que poco a poco va recuperando su ritmo normal, puedes notar un gran cansancio mental y físico.

El pequeño ID está a pocos metros de tí, suspendido en el aire con su sensor de visión fijado en tu rostro. Cuando abres los ojos comienza a escanearte, dando vueltas a tu alrededor y emitiendo pitidos de preocupación...

Organa niega con la cabeza a Sharene. 

- Por ahora descansad, os lo habéis ganado. Necesito pensar, pero se de tus aptitudes arqueológicas, y puede que no sean útiles. - La general os despidió mientras seguía hablando - Tengo que realizar un par de indagaciones más antes de decidir el siguiente movimiento y me gustaría esperar a ver si Daedar consigue algo con el holocrón. - 

Los días pasaron, no tuvisteis noticias de Organa en una semana que aprovechasteis para ayudar en lo que podíais, para recuperar fuerzas. Al séptimo día Leia os convocó de nuevo ante ella en la misma sala...

En el comedor de la base encontré al resto y les comenté que había encontrado una pista de nuestro siguiente objetivo pero antes de emitir un informe haría algunas averiguaciones. Con la tripa llena, me fui al centro de comunicaciones para acceder a las bases de datos de los sistemas estelares, que pasadas unas horas revisando planetas, encontré el que había visto en mi visión. 

Con esa información que guardé en mi cabeza, me puse a ayudar a los técnicos de la base rebelde en aquello que pudieran necesitar un par de manos extras, des de puesta a punto de las naves como tareas de mantenimiento de la base etc. Conseguí algo de equipo de protección, una chaqueta de cuero negra, unos pantalones de carga del mismo color y unas botas nuevas. También conseguí un chaleco protector, lo vi necesario para evitar que los disparos de blaster me mataran muy rápido.  Así fueron pasando los días y hasta que llegó el séptimo día cuando la General Organa nos hizo llamar.

.-General tuve una visión de una figura encapuchada, una twi'lek de piel verdosa y todavía no he alcanzado a comprender destruye un holocrón parecido al que tenemos. Cuando lo destruyó fui expulsado de mi visión pero pude quedarme con algunas imágenes, la casa en la que nos encontrábamos, las calles adyacentes a esa casa y por fin el lugar donde nos encontrábamos. Ciudad Nube, en Bespin.-expliqué ante todos:-Creo que es nuestro siguiente objetivo, puesto que en la visión estábamos nosotros cuatro y esa mujer. 

Gial comenzó la semana con mucha tranquilidad, después de torturas psicológicas, desafío con Jedis en un templo y vuelta a la huida de Darth Vader, necesitaba descanso. Los dos primeros días apenas abandonó la habitación y notó que al tercero volvía a ser él mismo. Con la mente clara y el cuerpo activo, fue realizando diferentes trabajos para ayudar a la puesta a punto de los sistemas de la base, actualizando algunos de ellos. Pasó bastante tiempo con Sharene y Trent, y a pesar de que se conocían en profundidad, la convivencia hizo que salieran a la luz nuevas historias y anécdotas que permitieron que los lazos del equipo fueran si cabe más profundos.

Cuando fueron llamados por la General Organa, Gial estaba listo para iniciar cualquier misión que la misma dispusiera. Escuchó la visión de Daedar y antes de la misión del templo, apenas hubiera concedido credibilidad a la misma, pero después de lo vivido, prestó la máxima atención a los detalles.

-¿Ciudad Nube? -repitió en voz alta.

Trent siguió el ejemplo de Gial durante la semana, ayudando en lo posible a la Alianza a establecerse en la base y a pasar tiempo con sus compañeros. Habían sido unos días muy emocionantes los que habían pasado, pero a la vez muy peligrosos. Solamente saber que podían estar ayudando en la lucha contra el Imperio daba ánimos a Trent para continuar en la lucha.

Cuando Daedar volvió y mencionó la ciudad en la nubes, Trent sintió la adrenalina recorrer sus venas otra vez. Había oído historias de los casinos de Bespin y sabía que podían ser peligrosos en estos tiempos.

El primer día Sharene procuró abastecerse con ropa y calzado para el frío y herramientas que pudiese necesitar. Paseaba de un modo relajado, observando a la gente trabajar e interesándose por las actividades que hacían, así como las costumbres y el modo de organizarse.

Cuando aterrizaron, la base le pareció un laberinto, pero no tardó en hacerse un conveniente esquema mental el primer día, ya que no dejó un solo rincón por visitar.

Le costaba estar quieta, más aún con el frío que hacía, así que, al igual que sus compañeros, ayudó a los rebeldes con algunas tareas. Entre ellas, salir a pescar a los lagos helados. No era algo muy común, era una labor importante y además tenía su dosis de aventura. Es cierto que le costaba un poco acostumbrarse al licor que tomaban para entrar en calor y los primeros días regresaba bastante alegre, pero poco a poco se fue habituando a esa bebida.

Las horas más frías las compartía charlando con Trent y Gial, también con Daedar cuando se concedía un descanso.

Llegó el día en que la General Organa les hizo llamar y Daedar explicó la visión que había tenido. La arqueóloga estaba sorprendida, escuchándole con total atención, hasta que acabó su relato.

-¡Felicidades Daedar! -sonrió orgullosa de su compañero- ¡has hecho un trabajo magnífico!

La general organa miró a Daedar sorprendida y sonrío. Encendió la pantalla y aparecieron tres planetas. Uno de ellos era Bespin sin duda. Antes de poder reconocer los otros dos Leia los tocó y desplazo hasta que se eliminaron del holograma que se había generado. Entonces pulsó en el planeta restante y apareció toda su información.

- A quien estamos buscando es a Jeralie - De nuevo tocó algo.

 La imagen de una twi´lek apareció en pantalla. Llevaba sus lekkus cubiertos por una especie de gorro, o de pañuelo adaptado, pero lo que más os llamó la atención de aquella mujer era el arma que portaba en su mano. Parecía un sable láser, apagado si. Pero sable de luz al fin y al cabo.

- Se trata de una vieja jedi, a la que perdimos el rastro hace unos años. Teníamos tres posibles ubicaciones, pero con lo que ha contado Daedar no hay duda de donde se encuentra. - Leia sonríe y os mira a los cuatro.

- Jeraline era una aliada del senador Organa, pero desde que murió no hemos logrado establecer contacto. Lo último que sabemos es que en combate contra Vader algo debió ocurrir y perdió su vínculo con la fuerza. - 

- Necesito que vayáis a buscarla y le contéis que hemos encontrado el holocrón que el senador estaba buscando; y que necesitamos su ayuda para abrirlo. - Señaló el holocrón. - Es demasiado peligroso llevarlo con vosotros, así que lo guardaremos aquí. Tendréis que convencerla de que venga con vosotros. - 

.-Así que una Jedi? Por eso tuvo tanta repercusión que golpeara el holocrón.-comento en voz alta:-Pero General, no habían sido aniquilados todos los Jedis durante el auge del Imperio?-pregunto conscientemente de que era una pregunta algo absurda. 

Gial escuchó atentamente a la General Organa. Nunca había dejado de pensar que los cuentos sobre jedis eran solamente cuentos. Ahora sabía que lo que les pedían era completamente real. Las últimas experiencias lo atestiguaban, por lo que tocaría ir al planeta marcado y completar la misión.

-Suponiendo que Jeralie se encuentre en el planeta, necesitaremos más datos para poder localizarla. Si mi memoria no me falla el sistema Anoat tiene presencia Imperial ¿no?

Contemplaba atentamente la imagen de la twi'lek y el arma que llevaba con ella. Tenía la sensación de estar viendo algo del pasado. ¡Una jedi! ¡Ahora! ¡Aquí! Sharene permaneció en silencio unos momentos, asombrada ante tal revelación. Desde luego sería un placer ir a buscarla y conocerla. Pensaba en la de historias que podría contarles. ¡Era tan emocionante! Aunque la General parecía tener sus reservas en cuanto a su colaboración y la arqueóloga tenía una ligera sospecha del por qué.

-Cuente con nosotros, General -respondió con ánimo.

Trent estaba muy emocionado de poder seguir ayudando a la causa rebelde y de poder contar con sus amigos con los que había vivido situaciones muy difíciles en los últimos días.

Sin duda juntos podrán encontrar a la Jeralie y resolver el misterio del Holocrón.

- No todos fueron aniquilados - Dijo con cierto pesar en su voz - Algunos todavía viven, recluidos, apartados y escondidos. Guardando sus secretos. Siendo cazados incluso - 

Miró a Gial y asintió.

- Todo lo que tenemos es esta imagen - Señaló la imagen e hizo un gesto con sus manos. - La tenéis en vuestros datapads. No sabemos nada de ella. De hecho hasta ahora no teníamos la certeza de que estuviera en ese planeta en concreto. - 

- Tendréis que ir, pasar desapercibidos y encontrar la forma de dar con ella - 

Apagó la consola.

- Como dice Gial, en la zona puede que haya imperiales. No llaméis la atención, no nombres a la rebelión ni a Organa a no ser que sea directamente con Jeralie. Será más seguro - 

Gial asintió a las palabras de la General Organa. Discrección era la clave.

-Por lo menos esto suena más "normal" que recuperar el holocrón.

No pudo evitar decirlo en voz alta, estaba seguro que sus compañeros pensaban lo mismo.

-¿Tenemos algún contacto en la zona? ¿Alguien de confianza que nos pueda proveer de lo necesario en caso de emergencia? -cogió aire de nuevo para seguir con la batería de preguntas- ¿Si la localizamos, cual es el siguiente paso?

.-A sus órdenes General.-comento mientras asiento antes los comentaros de Leia Organa:-Gial si conseguimos localizar a Jeralie, lo primero que tendremos que hacer será presentarnos debidamente y convencerla de que nos acompañe. Eso es lo primordial.-respondo ante una pregunta importante y a la vez algo absurda de formular:-El cómo hacerlo ya es distinto, supongo que tendremos que improvisar sobre la marcha. Ya lo hemos hecho un par de veces y no ha salido tan mal.-añado a continuación. 

Observó la imagen y asintió.

-De acuerdo, así lo haremos -respondió. Había algo más que le rondaba por la cabeza, algo que había dicho antes la General. -Ella es nuestra única alternativa, por lo que parece, pero me preocupa que usted prevea que no sea fácil de convencer. ¿Hay algo acerca de Jeralie que debamos saber? A parte del desafortunado encuentro con Lord Vader.

Desde luego, el encuentro con Vader debió ser decisivo, un duro mazazo con el que tuvo que aprender a convivir y seguramente el motivo de su distanciamiento. Pero... ¿Era la única razón?

Sharene sospechaba que había algo más. ¿Cómo se explicaba, si no, que siendo aliada del senador Organa, la General no pudiese establecer contacto con ella de ningún modo? Ni como jedi ni como amiga. ¿Se sentiría Jeralie de algún modo responsable de la muerte del Senador?

Solo eran suposiciones, pero en cualquier caso, intuía que no sería una tarea sencilla.