Partida Rol por web

Vestido con el poncho y sin haber podido asearse tras el viaje interespacial, decidió que llamaría menos la atención en el comedor de la clase obrera, donde además seguro que los rumores correrían a la par que las bebidas espirituosas.

Con paso decidido entró en el local preguntándose por qué su imperfecta anatomía no le permitiría dejar de percibir olores a voluntad, igual que se cierran los ojos...

En el momento que entraste pudiste ver el lugar abarrotado de colonos que comían la comida mediocre que les servían. Tal y como aparentaba el local por el exterior, sus visitantes eran personas humildes, trabajadoras, que intercambiaban risas, insultos y susurros mientras devoraban el contenido de sus platos y bebían como si fuese el último día.

Parecía que de nuevo tu presencia había pasado totalmente desapercibida.

Pudiste escuchar con claridad algunas frases aleatorias soltadas por los colonos que allí pasaban el tiempo.

- Cada día son peores -

                 - Hermanos, habría que haber conocido a su padre -

- Fenrir por aquí, Fenrir por allá, no descansan los hijos de su madre

           - Menos mal que solo se ha quedado uno -

                                        - Un día de estos le arranco el cuello -

El felino no tenia muy claro que conseguiria con aquellos objetos brillantes, pero tenia que tener uno lo suficientemente cerca para determinar si estaba siguiendo una pista buena o no.

Asi que con mucho cuidado,el mismo cuidado que le habia salvado la vida hacia solo una hora, cuando el suelo bajo sus pies se desizo hacia la oscuridad, camino por la angosta pasarela de piedra tanteando su solidez con sus pertenencias. 

Camino despacio, hasta llegar al pilar.Y deslizo la palma de la mano por la piedra. Era un gesto que realizaban muchos de sus congeneres con las cosas naturales. 

Cada piedra, cada madera, tenia un tacto distinto. Sentir ese tacto, ayudaba de alguna forma a los Cathar a conectarse con las cosas. Y ahora que tenia que trepar, para ver que habia en la parte superior, cualquier ayuda era necesaria. Incluso las viejas costumbres de su pueblo. 

No era la clase de hombre que seguia las tradiciones, pero normalmente no las seguia, porque su pueblo lo consideraba un desecho, y no porque no las sintiera, como lo habian echo las generaciones anteriores.

Tomo aire, y se preparo para la pequeña escalada. Lo haria de manera lenta y segura. Pues aun no tenia prisa por salir de alli. 

Cuando estuviste a escasa distancia del pilar y mientras estabas pensando en cómo ibas a adquirir aquello que estuviera sobre éste, un potente silbido surgió de la estructura. Antes de que te quisieras dar cuenta viste tres flechas que salieron disparadas a gran velocidad hacia tu dirección.

Tenías muy poco margen de maniobra puesto que apenas había distancia desde el pilar y tu posición pero tuviste los suficientes reflejos para ladear un poco tu cuerpo instintivamente y así evitar que los proyectiles te impactasen. Sin lugar a dudas se trataba de una trampa muy antigua cuyo funcionamiento aún no entendías por completo, aunque lo importante ahora era que las flechas no te habían impactado y que no habían vuelto a salir más.

Estaba claro que lo que allí abajo hubiera guardado, era importante. Y debía de tener mucho cuidado, si aquellas trampas aun funcionaban, significaba que pocos habían llegado hasta allí, o que alguien las seguía cargando cada cierto tiempo.

No era capaz de entender cuál fue el mecanismo que las había activado, y era algo que le molestaba. Porque llegado el caso no quería volver a ser atacado a traición.

Al menos, comprobó los orificios por donde estas habían sido expulsadas, así evitaría esas líneas de acción al caminar. Porque si no callo de la pasarela al vacio, fue por puro milagro. No había realmente mucho espacio por donde maniobrar.

Sin embargo, se centro en la tarea que seguía, escalar el pilar, de la manera más segura posible, para obtener lo que había en su cúspide.

El médico metido a espía se coloca en la cola para comer, al fin y al cabo tenía que alimentarse y una vez en las mesas podría tratar de entablar conversación. Parece que uno de esos hermanos había marchado, daba igual mientras el maldito droide pudiese ser recuperado, o tal vez tubiera relación.

En esos pensamientos andaba cuando la fila avanzó hasta que Isseriol pudo ver la comida y torció el gesto. Malnutrición era un término vano para describir aquello...

Inspeccionaste rápidamente los orificios del pilar, parecían tallados a mano y con una antigüedad bastante alta, sin embargo no parecía que aquello fuese a dispararse de nuevo, era como si realmente fueran de un solo uso. Entonces había llegado la hora de trepar el pilar. No iba a ser una tarea para nada complicada, pero era el haber esquivado aquellos proyectiles.

Te bastó un mínimo esfuerzo para poder alcanzar con tu mano la base superior de la estructura, ahí pudiste palpar una pequeña cuenta, parecía bien pulida y probablemente era lo que provocaba que se desprendiera unos pequeños destellos cuando impactaban en ella los haces de luz

Si prestabas más atención en el objeto en si viste que era una cuenta de color oscuro, translúcido y con un peso que no era acorde a sus dimensiones...

Una vez recibida tu "apetitosa" comida buscaste un lugar donde sentarte y poder así averiguar más información. En una de las mesas más ocupadas había un sitio libre que usaste sin perder demasiado tiempo. Allí había unas 6 personas más que comían como fieras.

Uno de los hombres de aspecto tosco y algo burdo se fijó en ti. Masticó la comida con la boca abierta y te miró

- Eh, tu eres nuevo en la colonia ¿te han traído de otro sistema? no me suena tu cara - decía mientras seguía masticando con la boca abierta

- No sé que habrás visto por allá afuera pero esto es duro amigo -

Con toda la intención del mundo, Lock intento sacar la piedra, que sin duda era parte fundamental en lo que quisiera que pasara en aquella cueva.

Se pregunto una vez más, porque un sistema de contingencia tan elaborado, al lado de una población, y que aun no hubiera sido puesto en marcha, después de tanto tiempo.

Se le ocurrió, que quizás, para los lugareños, aquel lugar podía estar maldito, sin duda, las trampas mortales alentaban esa impresión. Y de ser así, era más que probable que no se internaran en las profundidades por miedo a algo, un miedo, que un extranjero no llegaría a sentir.

Sin embargo, no las tenía todas consigo. Fuera como fuera, iba a esperar toda la eternidad para comprobar si venia alguien hasta donde estaba, así que se centro nuevamente en sacar aquella cuenta brillante de su lugar.

Pudiste sacar la cuenta sin ninguna dificultad, y sobre todo... sin ningún efecto adverso o trampa mortal que acabase con tu vida en cuestión de segundos. Ahora tenías la cuenta en tu poder y no parecía que fuese nada del otro mundo.

La cuenta tenía un peso excesivo para el tamaño que tenia. Sin duda, no era tan natural como podía pensarse, o simplemente nunca había topado con un objeto de aquellas características.

Lock no se sentía cómodo en aquel lugar, decidió que era mejor volver a la sala de la estatua.

Como siempre,  iba a desandar el camino andado. Creía que no había más trampas, mas flechas hacia su corazón, pero para asegurarse pisaría donde sus pisadas lo habían traído, pero esta vez, en vez de hacerlo lento, buscando la seguridad en cada paso, lo haría a la carrera.

Porque no estaba aun seguro, de que la pasarela no se viniera abajo por culpa de algún otro interruptor antiguo y bien colocado.

Así pues, se preparo y como aire, con las cosas atadas a la cintura, echo a correr con destino al túnel principal, al menos hasta que llegara al final de la pasarela de piedra.

Isseriol trató de esbozar una sonrisa cansada mientras obligaba a su mano a llevar mecánicamente cuchardas a la boca.

Es cierto amigo, acabo de llegar. Solo soy un vendedor de juguetes tratando de hacer algo de negocio.

Traga un nueva cucharada y mira al colono.

Los lugares duros hacen fuertes a sus gentes. ¿Sabes si hay comercios por aquí que puedan querer distribuir mis juguetes?

Aquella carrera era frenética, querías acabar cuanto antes aquella experiencia en ese lugar, temiste que el suelo se pudiera derrumbar o que se activase alguna nueva trampa, pero tras volver por tus mismos pasos comprobaste que aquel lugar era ya seguro, por ahora...

En la mitad de tiempo que la primera vez, conseguiste llegar de nuevo a la zona central junto a la estatua. Ya tenías una cuenta en tu poder ¿merecerías una ovación por parte de Naiana?