Partida Rol por web

Tras pasar casi una hora y media con aquello, por fin encuentras los parametros que buscabas, como sospechabas, la puerta se había abierto automáticamente para enlazarse con la red de stargates, algo que todas realizaban cada cientos o quizá miles de años cuando el planeta en el que estaban se desplazaba de su órbita.

Por lo tanto, no había peligro alguno para ellos en aquel planeta, nadie había atravesado la puerta, solo había sido una casualidad.

Tras mucho rato de trastear y revisar cables y demás cosas por fín respiro aliviada.

-Lo sabía! Tenía que ser eso- sonrío ampliamente, contenta de haber arreglado el problema de una maldita vez. Casi, sólo casi, por un rato había estado a punto de perder los papeles con los nervios. Por un rato pensé que no podría demostrar mi hipótesis acerca del mal funcionamiento de la puerta. Bueno, eso y que la idea de que realmente algo invisible hubiera cruzado la puerta y nos pudiera atacar en cualquier momento, me ponía los pelos de punta.

-Teniente Ben Zee!- le llamo entusiasmada -Ya lo tengo!- me siento casi como Arquimedes con su eureka. La verdad es que he estado tan enfrascada en la puerta en las últimas horas que ni siquiera sé si está ahí el teniente coronel...

Dejó de cortar leña y tomó el fusil, secándose el sudor con la manga del uniforme. Se acercó a Coretti con cierto interés, agachándose para mirar en lo que estaba trabajando.

-¿Que tienes? Cuéntame.

Me giro del todo al oír la voz de Ben Zee, respondiendo a mi llamada. Le miro mientras se agacha antes de empezar a hablar algo atropelladamente.

-La Stargate ya está bien, cuando se abrió antes formaba parte de su reajuste. Es lo que yo le dije antes- respondo entusiasticamente -Que este planeta ha modificado su posición ligeramente y el sistema está volviendo a conectarse a la red de puertas. Nada ha atravesado la puerta estelar cuando se abrió antes. Creo que estamos a salvo, Teniente y pronto podremos volver a casa, a Atlantis- esbozo una sonrisa alegre, de pura felicidad y relajación.

Sonrió por aquello. Le dieron ganas de revolver la melena ondulada de la chica en una explosión de alegría. Pero, no en vano, él era "el hombre de hielo".

-¡Excelente! ¿Cuanto calcula para que se complete el reajuste?

Ya está reajustado.

-Ya está reajustado. Cuando quiera podemos iniciar el retorno- sonrío alegremente. Hasta el Teniente parece tener sentimientos, es bueno verlo,aunque sea una mera sonrisa.

-Recojo ya mis cosas?- pregunto en el mismo tono vivaracho.

El israelí sonrió. Al fin volverían a Atlantis. Menuda misión "de mierda". Seguramente no entraría en los anales de la historia del proyecto Atlantis.

-Claro. Hágame un favor. Cuando venga con Mala y McDermott, traigan nuestras mochilas y el equipo que dejamos en el campamento. Nosotros nos quedaremos vigilando el stargate.

Abrió un canal de radio y dió el aviso.

-McDermott, Constantine. El stargate vuelve a estar operativo, y volvemos a Atlantis. Reunanse con Coretti en el campamento, recojan el material, incluidas nuestras mochilas, y tráiganlo al stargate. González y yo nos quedaremos aquí de guardia mientras tanto. Volvemos a casa.

- Recibido, señor. - contesta el teniente con un tono de voz ligeramente somnoliento.

Cuando la doctora llega hasta el campamento, tanto el hombre como la mujer ya tienen casi todo preparado, no es que hubiesen "deshecho" las maletas y al parecer todos estaban ansiosos por largarse de aquel lugar.

Volvemos a Atlantis, casi parece raro tener tantas ganas de regresar, pero estar en a saber qué planeta no es muy emocionante.

- Bien hecho Coretti. Estableciendo perímetro. Contando con la ruta de llegada del resto del grupo, me sitúo en un lugar semi escondido en el que pueda cubrir el stargate así como tener a tiro cualquier cosa que entre por él.

Sonrio a Fernández como respuesta a su "palmada en la espalda" y me pongo a la tarea de enumerar y marcar los shevrones adecuados para irnos a casa de una vez. No puedo esperar a darme un enorme baño de espuma para quitarme toda esta mugre y poder volver a sentirme una persona civilizada y normal.

Todos llegan con los petates del equipo al completo encima y se paran frente a la DHD, dejan las cosas del resto allí mismo y la sargento entonces escupe al suelo con cierto desprecio - Menos mal que nos vamos de este puto sitio ya... - gruñe señalando las mochilas - Esa es la de doc, las otras dos son las suyas. - indica señalando primero la del teniente coronel israelí y después la del capitán español.

- Bueno... Entonces... ¿Volvemos a casa? - pregunta el médico militar abrochándose las correas de todo el equipo - Ya estaba deseando largarme de este sitio, no comprendo como lo escogieron al principio como punto Alpha...

Miró el reloj, cansado. Tenía ganas de terminar con todo aquello. Cuando llegaron los últimos, miró a la doctora.

-Coretti, cuando esté lista, realice la llamada. Abandonemos este inhóspito bosque.

Una vez ya están todos reunidos y a punto, sonriendo inicio el proceso de llamada. Como no soy una persona de gran memoria aprendí todo el sistema a base de cancioncillas para recordar el orden de los shevrones así que empiezo a canturrear "stairway to heaven" y a ir buscando con el dedo índice, como si jugara al pito pito, los símbolos que conforman la dirección completa para ir a casa.

-There's a lady who's sure all that glitters is gold
And she's buying a stairway to heaven.

Apreto el primer shevron. Entrando y marcado. La puerta se pone en marcha e inicia su recorrido esférico hasta pararse y fijar el primer símbolo de la dirección estelar.

-When she gets there she knows, if the stores are all closed
With a word she can get what she came for.
Ooh, ooh, and she's buying a stairway to heaven.

Segundo y tercer shevron. Más giros del pesado aro hasta marcar ambos.

-There's a sign on the wall but she wants to be sure
'Cause you know sometimes words have two meanings.

Y así continuo desgranando la letra de la canción mientras voy marcando y fijando los siguientes shevrones hasta completar la dirección a Atlantis. Tras eso, apoyo la mano en la esfera central y presiono "enter" para cerrar la señal y permitir que la puerta abra el agujero de gusano que nos llevará a casa... Nunca me he sentido más feliz de volver a ver la película acuosa y congelante que se forma en el interior del círculo alien.

-And she's buying a stairway to heaven- finalizo mi canturreo, sonriendo dulcemente al ver la superficie plateada surgiendo violentamente del círculo estelar.

-Gracias Constantine, casi había olvidado el fardo. Recojo la mochila y me la coloco a la espalda, pocas veces me he alegrado tanto de llevar este peso. La doctora Coretti va marcando la dirección a casa, cuando aparece iluminado el portal, mi corazón parece desbocarse, entonces recuerdo la instrucción, nunca fiarse hasta estar realmente a salvo, estos momentos son los peores, la concentración se pierde casi por completo. La musiquilla que entona la doctora tampoco ayuda, es agradable de oir por ser algo familiar, y no estamos de banquete.

Con el arma cargada y apuntando, observo todo lo que nos rodea esperando que nada salte sobre nosotros antes de cruzar mientras mascullo: - Venga puñetera, abrete de una vez.

Tras iluminarse las constelaciones que formaban el código de Atlantis, la puerta se abre por fin y el horizonte acuoso ilumina alrededor del stargate con su sonido acuoso. Finalmente la dirección había funcionado y tras aquel portal estaba vuestro hogar en la galaxia Pegaso, Atlantis.