Partida Rol por web

Custer asiente las palabras mientras lee el papel.

No se preocupe. Allí estaremos.

Me giro hacia el hombre de avanzada edad que parece atareado y con prisas a pesar de demostrar más clase que cualquiera de los presentes y me sorprende comprobar que es un "simple" asistente. Estoy segura de que podría ser mucho más si se lo propusiera pero supongo que a estas alturas de su vida ya le da igual.

-¿Ustedes?, ¿en plural? Permítame dudarlo...- me cruzo de brazos bastante incrédula. Supongo que Walter sólo pretendía ser educado y no excluirnos de la citación deliberamente pero francamente Teo y yo no pintamos nada en casa del sr. West y desde luego no serviremos para ayudarle a tomar una decisión. Al menos no en una reunión privada y formal, si se tomara la molestia de reunir a todos sus empleados otro gallo cantaría pero nosotros sólo somos del montón.

-Me parece que habrá que esperar hasta mañana y si no tocará buscar otra cosa- hablo esta vez con mi grandullón particular. Ya estamos acostumbrados a tener que mantenernos al margen de este tipo de situaciones.

Si, vosotros también vendréis. - Sonríe Bill amablemente. - Me ayudasteis allá atrás y en el momento del incidente estabais en el lugar.

El vaquero hablaba calmadamente mientras se liaba un cigarrillo.

Venga, es una buena oportunidad para salir del anonimato ... ¿O es que queréis limpiar ollas y cargar cajas el resto de vuestras vidas?

Ante la pregunta de Maya, Walter responde un poco sorprendido, aun que sin perder la compostura. En realidad se estaba dirigiendo a Bill Custer. - Oh, Perdone señorita. Ha sido un descuido por mi parte. Una mala elección de mis palabras. - Su tono, no resulta menos señorial ni respectuoso aun que ahora se dirija a Maya o Teo. Quienes resulta evidente que su sueldo mensual no cubre ni para pagar uno de los zapato como los que viste Walter.

En realidad estaba buscando a ... - Remira nuevamente en su maletin, donde saca varias cartas como la que ha entregado al americano ... Lee en una de ellas y la descarta dentro el maletín, quedándose con un par al final, pronuncia los nombres de - No .... esa tampoco .......... Esas. Señor Neville .. Teophilus Naville y también a la Señora Braddock.

Bill termina de liar el cigarro y lo enciende mientras escucha las ultimas palabras de Walter y vuelve a sonreír.

Le da una palmadita en el hombro de la chica y del irlandés.

Nos veremos a las 5 en casa del señor West.

Y se marcha.

Uno de los policías al que te has dirigido responde con aplomo y paciencia de quien ya esta un poco acostumbrado a ese tipo de situaciones.- Lo lamento pero estas son las órdenes. Para evitar accidentes y saboteos, el acceso esta prohibido hasta nueva indicación. - Sus palabras delatan la firmeza de quien no quiere entrar en discusiones, se limita a cumplir ordenes y que piensa hacer que se cumplan.

Ahora, si es tan amable. Le acredecería que guardase las distancias. - Con una mano de invita a retroceder unos pasos, hasta donde se encuentran el resto de los trabajadores.

¡¡ Señor Pengrowth !! ¿ Que coño esta pasando ?

Una voz ruda y con acento puebleril, te llama la atención. No tardas en reconocerla. Es un tipo de los que trabajan en el hangar. Un poco follonero, de caracter complicado, pero de los mejores remachadores de acero que has visto. Parece que se ha convertido un poco en el epicentro y portavoz de un pequeño grupo de trabajadores enfurecidos por las dudas.

¿ Que mierda' pasa con esa gente ? ... ¿ y con er dinero de esta semana que ?. ¿ Vamo' a cobra' o ya nos podemos ir a toma por'culo ?

Antes de que puedas responder a los trabajadores, las situaciones se te amontonan todas sin previo aviso. Por el rabillo del ojo atibas a alguien moviéndose pro detrás del cordón policial. Uno de los policías y Walter están hablando un poco alejados de túmulo.

Walter es alguien que reconoces mas de oída que de vista. Solo le has visto una docena de veces, casi siempre en la casa del Sr West. Sin embargo, el propio Sr West ha mencionado a Walter en cientos de ocasiones. Es su asistente o mayordomo, si se quiere llamar así. Es alguien a quien el Sr West siempre ha mostrado mucho afecto y apreció por su excelente labor.

El irlandés mira algo incrédulo a el ayudante de West. ¿Una citación personal del mandamás del Saint Michael? Dudaba si en alguna ocasión habría reparado en su presencia aquel poderoso hombre. ¿Qué razones le moverían a llamarlos a él y a su amiga?

El americano más que sorprendido, parece divertirse anticipando la extraña reunión que tendrá lugar esa misma tarde. Con un breve gesto se despide de él.

Teo enarca una ceja y mira algo divertido a Maya tras releer su carta.

—Señora Braddock, parece que tenemos una velada de té y pastas para las cinco —le comenta divertido, con una media sonrisa.

—Oiga Walter, por nuestra parte no hay problemas, mas espero que nuestro aspecto no ofenda al señor West. Me temo que no disponemos de ropas más decentes que las que llevamos —dice con sinceridad dirigiéndose al criado.

Os mira a ambos de pies a cabeza y al hacerlo os dais cuenta de la increíble habilidad de Walter para ocultar cualquier pensamiento que pudiera tener. Su inescrutable rosto permanece inalterable y con tranquilidad y una sonrisa tranquilizadora os responde - Creo que el Sr West estará al corriente de este hecho. Dudo que sea un problema. No se preocupen.

Ahora si me permiten - Con un gesto de cabeza a modo de despido - Debería volver con el Sr West. y aun me quedan algunos encargos que completar.

Supongo que os ha entregado las cartas a ambos. Y si ninguno tiene nada mas que añadir, Walter se va caminando calle abajo, alejándose del jolgorio y desprendiendo esa imponente aura de elegancia británica.

Me sorprendo tanto como Teo al comprobar como alguien, sea quién sea, se dirige a nosotros como "señores", por eso no puedo evitar reírme abiertamente tras su comentario.
Me despido de Walter intentando imitar su movimiento aunque al final parece que esté haciendo simplemente una reverencia. No se puede decir que tengamos la misma clase ni estilo.

-¡Intente relajarse un poco!- le espeto traviesamente cuando ya ha empezado a alejarse. Parece un buen hombre pero demasiado serio y responsable.

-Pues vamos a permitirnos el lujo de descansar, ¿no crees?- propongo entonces a mi compañero de cuchitril para regresar hasta el mismo y seguir durmiendo, algo que nos permite reponer fuerzas y olvidarnos del hambre.

Walter se da la vuelta al comentario de Maya. Con una jocosa sonrisa en la cara responde - Me padre siempre me dijo; Hijo mio, se educado con todo el que no conozcas. Si después resulta que lo único que se merece es que le metan una bota en el culo de una patada, siempre estarás a tiempo de hacerlo.

Resulta curioso como incluso la expresión "meter una bota en el culo" puede sonar refinada al decirla Walter.

Tumbado en la cama, el paso del tiempo se eterniza (ni que lo diga XD). Acostumbrado al ritmo de estos últimos meses de ajetreo, casi caótico y descontrolado. En el que los problemas y contratiempos se sucedian uno tras el otro, sin ni siquiera dar tiempo a poder solucionarlos que ya aparecían de nuevos. Y ahora ... toda una mañana tumbado en la cama. Es un extraño lujo que casi resulta incomodo.

Cuando oyes una puerta abrirse en el piso de abajo, no tardas en reconocer los pasos de Walter. Incluso su forma de caminar resulta distinta a los demás. Siempre con ese paso firme, elegante y sin titubeos. Como si siempre lo tuviese todo bajo control. Como si nunca pudiese llegar a perder los papeles. Con estos pensamientos te sorprenden unos golpecitos en la puerta ... *toc toc*

Walter asoma cautelosamente por la puerta. Sin esperar respuesta y sorprendiéndose un poco al ver que estas despierto - Oh, Perdone Sr West. Creía que estaría dormido.

No sabes cundo hace que ha llegado, pero ya va con su indumentaria de "estar por casa". Chaqueta larga y negra, camisa blanca, pantalones perfectos y unos guantes blancos. - ¿ Se encuentra mejor ? - Pregunta mientras se acerca para recoger la azafata en la que había el desayuno. - Ya he entregado las citaciones y si no hay ningún imprevisto, deberían de estar aquí esta tarde a las 5. ¿ Desea que prepare alguna cosa para esta tarde ?

Acostumbrados a caminar cada día para ir desde vuestra casa hasta los talleres, os pensabais a creer que vivíais lejos. Pero no es hasta comprobar donde se encuentra el barrio del Sr West, que os replanteáis este punto. Para quienes se desplazan en transportes motorizados o carros de tracción animal, se trata tan solo un un largo paseo. Pero en vuestro caso, es una caminata considerable.

El barrio en el que reside el Sr West se encuentra a las antpipodas de lo que es el vuestro. Calles anchas, con escasa circulación y un suelo empedrado perfecto. Los vehículos que se desplazan por ella lo hacen con su mayor comodidad, y incluso los pocos caballos que veis, parecen ir siempre limpios y bien cuidados. A ambos lados de la calle, entre las losas de pierda y la acera peatonal, se encuentran hileras de grandes arboles que le dan un toque natural a la zona. Detrás de estos, ya se pueden ver todas las casas, la mayoría con jardines mas grandes que la vuestra propia y con la casa en si, casi tan grande como toda la manzana en la que vivís. No hay duda de que estáis en un barrio de clase alta*.

Maya no tarda en darse cuenta que hay una pareja de policías que lleva un rato siguiendo vuestros pasos. En todo momento se limitan a mantener las distancias y curiosean para ver donde vais. Es muy probable que vuestro aspecto mas "humilde" les haya llamado la atención. A decir verdad, son varias las personas que os observan con mirada curiosa e interrogativa. - ¿ Que hacen esos aquí ? - Parecen decir por los ojos. A parte de esto, no tardáis mucho en localizar la dirección del Sr West.

Su casa es como las demás que hay en la zona. Con una pequeña zona ajardinada que la rodea y en el centro una edificación de un par de pisos de altura, con grandes ventanales y decorada con elegancia y buen gusto.

* = Aun existen barrios mas pijos. Serian los de la burguesía, nobles o miembros de la realeza. Esos que son de sangre real pero no lo suficientemente próximos al rey como para vivir en palacio.

Tardas bastante en lograr encontrar el barrio del Sr West y a menudo tienes que ir preguntando. Por desgracia parece ser que la hospitalidad londinense deja un poco que desear y son varias las personas que te evitan sin ni siquiera responderte. Sin embargo, al final algunas almas caritativas te van dando las indicaciones correctas y consigues llegar tras una laaaaarga caminata.

Aqui las calles son anchas, con escasa circulación y un suelo empedrado perfecto. Los vehículos que se desplazan por ella lo hacen con su mayor comodidad, y incluso los pocos caballos que veis, parecen ir siempre limpios y bien cuidados. A ambos lados de la calle, entre las losas de pierda y la acera peatonal, se encuentran hileras de grandes arboles que le dan un toque natural a la zona. Detrás de estos, ya se pueden ver todas las casas, la mayoría con jardines mas grandes que la vuestra propia y con la casa en si, casi tan grande como toda la manzana en la que vivís. No hay duda de que estáis en un barrio de clase alta*.

Paseando por el barrio, te pierdes un poco y cuando finalmente consigues localizar lo que parece ser la casa del Sr West, casi resulta imposible no alegrarse. Su casa es como las demás que hay en la zona. Con una pequeña zona ajardinada que la rodea y en el centro una edificación de un par de pisos de altura, con grandes ventanales y decorada con elegancia y buen gusto.

* = Aun existen barrios mas pijos. Serian los de la burguesía, nobles o miembros de la realeza. Esos que son de sangre real pero no lo suficientemente próximos al rey como para vivir en palacio.

Pues nada, a llamar a la puerta y esperar.

El timbre suena como una discreta y agradable campanilla ... *ding dong*.

Tras una espera, al fin logras oír unos pasos acerándose a la puerta.

Cuando Walter abre la puerta, te sorprende su aspecto. Sigue vistiendo de forma imaculada, pero ahora sin esa gabardina. En su lugar lleva una chaqueta larga de color negro y unos guantes blancos de algodón.

Buenos días Sr. Caster - Te saluda pronunciando tu apellido de forma un tanto rara. - Es Usted el primero en llegar. El Sr West les esta esperando.

Walter se aparta y con un gesto de mano te invita a pasar. Desde dentro, la casa tiene un aspecto cuidado hasta el último detalle. El suelo de madera brilla sin mostrar ninguna imperfección.Las paredes pintadas de color marfil claro y con muebles de madera oscura. Tampoco faltan las decoraciones variopintas e inquietantes, que dejan claro que el Sr West ha visto mundo. Bastante mundo.