Partida Rol por web

No se preocupe por nosotros. Es nuestro trabajo tratar con gente enfadada. - El policia no parece dejarse intimidar por la situación.

Teo intenta contener las exclamaciones malsonantes al ver tanta suntuosidad, no sería un buen ejemplo para Maya, así que se muerde la lengua mientras observa maravillado la riqueza de la decoración a su alrededor. La salita o cuarto de estar donde esperan parece el despacho del embajador de un importante país. El irlandés reconoce algún ornamento propio de los mares del oriente, aunque del resto, (cabezas de madera, máscaras de ojos amenazantes, espadas curvas...) no tiene ni idea de dónde pueden provenir.

Por el rabillo del ojo vigila a su amiga quien también lo contempla todo, maravillada. Le susurra de medio lado.

—Nena, ni se te ocurra "coger prestado" nada porque nos veremos en la calle y sin trabajo en un plis plas.

West suspiró con resignación y volvió a sentarse en la cama. No le gustaba que extraños entrasen en su habitación, en su santuario. Y tampoco quería que cualquiera lo viese en ese estado. Él era un caballero que debía mantener la compostura y la dignidad bien alta. No es que fuera orgulloso, simplemente no quería dar muestras debilidad, y mucho menos delante de sus contratados.

- Está bien, Walter, tu ganas. Esta te la guardo, no lo olvides... - suspiró Abraham pasándose la mano por la cara.

Espero que disculpe al Sr West. - Se disculpa Walter mientras abre la puerta de la habitación - Preferiría atenderos en su estudio, pero dí mi palabra a los doctores del hospital que le mantendría en la cama, descansando, durante al menos unos días.

Cuando Walter abre la puerta el Sr West y Bill Custer se encuentran el su habitación. El Sr West se encuentra tumbado en la cama (seguramente medio sentado) y con cara de no querer estar en la cama. Su cuerpo, relativamente fuerte y corpulento por lo que debería ser alguien de su edad y su estatus, luce varios vendajes y es evidente que ha sido cuidadosament tratado de sus heridas. Ahora solo necesita darse tiempo para que estas sanen.

El americano, llega con el mismo aspecto que anoche. Quizás un con un poco de barba que empieza a intuirse en su rostro y con algunos moratones extra y la ropa ligeramente arrugada.

En ese mismo momento, la campanilla de la puerta vuelve a repicar.

¡ Oh ! ... Ya voy Sr West.

Walter se marcha de la habitación.

Bill vuelve a sacarse el sombrero.

Buenos días señor. ¿Se encuentra mejor? - Dice un poco apabullado ante tanto confort y lujo.

Cuando Walter salió de la habitación, West se incorporó hasta sentarse en la cama, evitando poner gesto de dolor.

- Mejor que ayer, señor Custer. Peor que mañana, seguramente. ¿Y usted como se encuentra? Espero que el resto de los trabajadores no haya sufrido mayores daños que los míos, soy responsable de ellos...

Bien. - Responde con una sonrisa. - Fresco como una rosa.

De los demás ... bueno, aparte de los fallecidos en el incidente en si. No hay mas heridos.

Despues de una breve pausa en la que piensa como continuar, dice ...

¿Ha pensado ya que hará con el proyecto?

Unos discretos golpecitos a la puerta, anticipan como siempre la entrada de Walter y no es hasta pasados unos segundos, que esta asoma por ella. - Señor. La Señorita Braddock y el Señor Neville también se han anticipado un poco y ya están aquí ... ¿ Les hago subir si le parece bien ?

PD: Walter no hace ningún comentario ni gesto ni insinuación por ver al West medio levantado. Jamás seria tan grosero como para contradecir al Señor en público ;).

Por un momento se había olvidado completamente de las muertes. Algo había escuchado antes de caer en la inconsciencia, pero no estaba seguro y ahora, se confirmaba. Se sintió profundamente dolido por las noticias y se quedó callado unos momentos con expresión pesarosa. Walter llamó a la puerta sacando a West de sus cavilaciones y se mantuvo rígido en la misma postura sentada.

- Hagalos pasar - dijo sin más, tras un suspiro. - Ah, Walter, si los invitados quieren tomar, sirvelo. ¿Desea algo, señor Custer?

Si señor.

Walter vuelve a desaparecer tras la puerta.

Walter vuelve a aparecer bajando las escaleras que conducen hacia el segundo piso. Ya antes de llegar a bajo os invita a seguirle - Por aquí, si son tan amables.

Tras subir de nuevo las escaleras, os conduce a lo largo de un pasillo no mas modesto que el resto de la casa, hasta que al final llega a una puerta, donde da algunos golpecitos antes de entrar.

En su interior, un amplio dormitorio, se encuentran el Sr West tumbado en su cama y con aspecto maltrecho y el americano.

La pequeña Maya y Teo aparecen por la puerta, detrás de los pasos de Walter.

Por cierto ... - Pregunta Walter antes de volver a salir del dormitorio - ¿ Quieren algo para tomar ?. ¿ Un te ? ¿ o café ? ... Creo que aun nos queda tarta de frambuesa y galletas de coco, o si lo desean podría prepararles un zumo.

Bill se gira hacia Walter, aún con el sombrero entre sus manos, para pedir algo.

¿No tendrá whisky?

Luego saluda a la pareja con una sonrisa.

El dublinés se relame mientras su organismo grita pidiendo algo de alcohol. Ya han pasado muchas horas desde su última cerveza. Mira a Maya pero la tentación es demasiado poderosa...

—Yo también cualquier cosa que lleve alcohol, Walter —comenta dubitativo y todavía con algo de timidez— Un whisky como el de Custer tampoco me vendría mal, si no es una molestia.

La habitación del sr. West me asombra tanto como el resto de su enorme casa pero esta vez me contengo y no toco ni digo nada al respecto, me limito a entrar revolviéndome las manos nerviosamente hasta que los hombres piden el whisky y tuerzo el gesto hacia Teo. Supongo que no es el mejor momento para discutirlo así que no lo haré...

-Me encantaría probar esa tarta...- admito procurando disimular la sonrisa que se me escapa nada más de pensarlo. Probar un dulce sin haberlo robado debe de estar bien, para variar un poco.

Después me acerco a la cama de West pero me quedo en los pies sin atreverme a ir más allá.
-¿Cómo se encuentra...?- le pregunto observándole con una mezcla de preocupación y pesar.

Creo que tenemos un Chivas Regal de 12 años que les va a gustar y un trozo de tarta par la señorita. - Walter repite los pedidos como si quisiera asegurarse de que no hay mal entendidos. Dicho esto, se marcha de la habitación cerrando cuidadosamente la puerta tras su paso.

-   Ese es el problema...- Respondió con ironía al policía.- El entusiasmo que ponen al tratar con gente enfadada.- Prosiguió mordaz.

Volviéndose de nuevo hacia Walter, asintió con firmeza taxativa. No le gustaba la idea de perder un dia de trabajo. Es mas, teniendo en cuenta la situación de extrema urgencia en la que se encontraban, le parecía algo terrorífico. Era casi como si a un hombre con la soga al cuello le dijesen que saltase al vació. Un suicidio inducido.

Pero dada la presencia policial, y las posibilidades mas que probables de encontrarse en un escenario aun peor si no seguían sus instrucciones, daban a entender que la idea de Walter era la mas inteligente que podían seguir.

-   Gracias Sr. Walter, es una buena idea.- Correspondió sin ocultar su desgana.- Dadas las circunstancias es lo mejor que podemos hacer. Esta tarde iré al encuentro del Sr, West, ahora si me disculpa comunicare a los trabajadores que tienen un día libre en recuerdo a sus difuntos compañeros...-

Realizando un educado gesto de despedida, dejo a Walter y al policía y volvió a atravesar el cordón policial encontrándose de nuevo frente a los airados trabajadores.

Se aclaro la garganta, algo le decía hoy seria un día muy largo...