Partida Rol por web

Caroline dirigió la mirada hacia Thomas. Ni siquiera lo había visto, y es que el chico no era gran cosa. Sus nervios significaban que sería el siguiente en morir... quizás moría antes de Evan Reyes y todo, eso sí que sería divertido, ya que Reyes pasaría a ser el "enfermo paralítico que consigue que los maten a todos". Maldito amigo sacrificable, no sabe hacer bien ni su trabajo...

Pero morirá. En un momento u otro morirá. - le susurraba a la grabadora, con una leve sonrisa.

Volvió a mirar a Thomas. Se había vuelto a olvidar de él.

Es mía... - respondió haciendo memoria sobre lo que él le había dicho o preguntado, con una sonrisa que llegaba de oreja a oreja, más macabra que feliz, sin duda.  

Pero solo respondió aquella pregunta. Ella tenía tres monedas. 

Dave apenas estuvo unos instantes apartado de Laura, apenas unos centímetros. Parecieron eternos, así como si hubiese una mayor distancia. Dio un paso hacia ella y con su mano la cogió por la cintura acercándola hacia él. Besó su nuca, olió su pelo, sintió su presencia... Tanto tiempo separados, y tanto tiempo vivió como un muerto. Su presencia lo reconfortaba y le hacía sentir vivo. No podía perderla. No podía apartarse de ella más allá de un metro.

En aquel momento apareció el hombre que llevaba a Reyes. Parecía muerto, o muy mal herido. Si respiraba debía ser muy ligeramente.

- ¿Está vivo? ¿Está Reyes vivo? -preguntó Nolan temeroso de obtener una respuesta que no quería escuchar.

De entre todos los presentes solo Reyes sabía lo que por la mente de Nolan pasaba. Era el único al que podía considerar algo dentro de aquellos muros a excepción de Laura, por supuesto. Por ellos debían salir de aquel lugar, encontrar un refugio donde poder calmarse y atender a las heridas.

- ¿Hay más gente atrás? Para sumar los quince. Es como si nos estuviese viendo alguien, como con las monedas. Solo cuando las tuvimos la puerta se abrió. Aquí pasará lo mismo, cuando seamos suficientes esto se abrirá, no antes. ¿Quedaba alguien en el túnel?

Las voces de la sala comienzan lentamente a llenar mi cabeza de desesperación, desde que habíamos llegado ante la puerta lo único que he sentido es desesperación - ¿Por que mierda no se callan? -.

Las palabras, que entraban como ramalazos de dolor en mi cabeza, comenzaban a manifestarse en mis ojos, en los que ahora se podían ver claramente un par de perlas transparentes. - Solo 15 pacientes -

Cita:

- ¿Pero por qué demonios no escuchan?! Solo quince...dice, solo quince, no es como las monedas...alguien más morirá, y luego, otro...y luego otro, cada vez somos menos! ¿Por qué se empeñan en querer sumar?! -

Ahora las perlas se habían convertido en hilillos brillantes sobre mi rostro. Retrocedo hasta apoyarme contra la pared y me quedo allí, con el rostro entre mis manos, hundido en la deseperación de pensar en nuestra situación actual - No seré el próximo... -

Me ha picado una mariposa en la nuca y me he girado para mirarla. Resulta que no era una mariposa, sino una tarántula con ocho ojos amables, no sé su nombre, no lo oigo en los ecos enlatados de mis compañeros de infortunio, solo oigo la imagen de Christian, y la miro con gesto ambiguo y profundo, mis ojos son dos viejas heridas gritando furiosas.

Mi marido me habla, pero se está asfixiando. Se revuelve inútilmente unos segundos antes de perder la consciencia y quedarse sin aire, y entonces llegan los gusanos... Las puntas de mis dedos han viajado a mis mejillas y las rascan para despertarme, yo no dejo de mirar a Christian, yo estaba a punto de hacer el amor con Dave, y aparecieron. Tu me trajiste a los gusanos y convertiste lo inocente, la pasión de dos, en la soga de cinco ¿o eran seis?. Qué bien. Nos hemos reunido. La cordura va de la mano con la rabia. Reyes se muere. Eso angustia a mi marido. Otra vez se siente impotente, con el cable del teléfono al cuello... No quiero que falte entre los quince. Me acerco al torniquete mal hecho de Evan y lo corrijo haciéndolo bien. Deja de sangrar, pero ha sido mucho. No le estoy haciendo un favor pero Alec si se lo ha hecho. Le miro, le sonrio. Luego a Dave, como si le hubiese traido un regalo y esperara que le hiciese ilusión. Luego a Caroline con una risilla casi infantil y burlona, luego muto mi tono en uno algo más masculino, como el de Reznor.
- ¡Caroline! Jiji... ¡Zorra! ¡Puta psicópata! - me pongo seria de golpe y miro a Thomas - ¿Es una adivinanza? ¿Cómo le cortó la niña la cabeza a un ancianooo? - dramatizo representando un programa de audiencia infantil modulándola pastosamente, como si fuese un viejo transistor.

- Apenas... apenas estoy vivo... Pero si... - Responde a las palabras de Nolan una vez DeRoos lo deja en el suelo y la desquiciada de su novia le arregla el torniquete con sumo cuidado y eficacia. ¿Quién iba a decir que una mujer en ese estado mental podría realizar una tarea como aquella que hasta el momento nadie había logrado llevar a cabo? Tantas personas juntas y ni una sola sabía hacer un torniquete en condiciones. Y eso le iba a costar el brazo a Reyes... sino la vida. - Gracias a tu Laura... Qué Dios la bendiga... Qué Dios os bendiga a los dos David... Sois buenos chicos... Muy buenos... Cuida de ella, Nolan, sácala de aquí... Sobrevive... Sobrevivid los dos... - Y parecían las últimas palabras de un hombre que apenas si podía mantener los ojos abiertos y mucho menos insuflar a su garganta el aire necesario para hablar.

- Y muchas gracias... A usted, también... - Responde al apretón de DeRoos sin fuerza alguna, con la mano laxa y los dedos fríos y muertos. Ya no sangraba, pero el reguero carmesí que había dejado tras de si y las manchas en su escasa ropa eran mas que suficiente como para haber acabado con alguien mas débil que él. Si no fuera por todo lo que había tenido que soportar en la vida, ahora estaría tan frío y muerto como los demás. Y tragado por la tierra de aquel infierno. - Si es sacerdote... Si, se lo ruego... Deme la extremaunción... - Aunque su fe era grande y su voluntad aún más, Reyes, el mejicano, sabía perfectamente que estaba al borde de la muerte si no había cruzado ya ese umbral. - Qué tenga al menos la oportunidad... Si no salgo de esta con vida... Y me vencen los demonios... De reunirme en el Paraíso con mi mujer y mi hija... Y si esto es el Averno... Y ya es demasiado tarde para mi... ¡Qué se apiade de mi alma el Altísimo! ¡Qué se apiade!... ¡Qué todo lo malo que he hecho alguna vez ha sido por mi familia! - Las lágrimas anegaban ya los ojos de un maltrecho Reyes, que escuchaba el caos a su alrededor como si todo estuviera lejos y apenas le afectara. Para él solo existían tres personas, Dave y Laura, a los que abarcaba en su escaso campo visual y DeRoos, al que sentía dada su cercanía. - Lo siento... Lo siento tanto...

Se lleva la mano sana al pecho y cierra los dedos en torno a la medalla de la Virgen de Guadalupe que lleva colgada al cuello. Deja caer la cabeza hacia adelante y su respiración desciende su ritmo aún más, haciéndose todavía mas superficial de lo que ya era. Casi parecía que había espirado.

- Hazme una promesa Nolan... Por favor... Promete que... Si no salgo de aquí... Promete que le darás esta medalla a Guadalupe... En la terapia tienen mi dirección y ella... ella sabrá quién eres en cuanto te vea... le he hablado mucho de ti y de lo buen chico que eres... de lo mucho que quieres a tu mujer también...

¿A dónde iba? ¿De qué huía realmente? ¿Aquello era real o producto de su imaginación? ¿Había enloquecido realmente? ¡No! Ella no estaba loca, si estaba en ese lugar era porque allí lo decidió, porque creyó que estando en ese lugar iba a estar más segura que en el exterior. ¿Qué pasó? ¿En qué momento todo cambió? Aquél no era el lugar al que había ingresado, no el que su mente tenía por real. Soñaba, tenía que estar soñando. ¿Una pesadilla? Tenía que despertar pero no podía y su mente, histérica a estas alturas ya, se negaba a devolverla a la realidad. ¿Tan terrible era su propia realidad que debía evadirla de ese modo y hacer que sus sueños la empeoraran aún más?

Sentía miedo, pánico. Quería gritar, alejarse, encontrar una salida. Estaba rodeada de gente, gente a la que no conocía, que la atemorizaba y sin embargo sabía, estaba convencida de ello, que mientras permaneciera junto a ellos existiría una posibilidad de escapar.

¿Quién era el culpable? ¿Cuál era el pecada, aquella falta tan grave que habían cometido para estar en ese lugar?... Sacudió la cabeza, tropezó y por poco cae, pero siguió corriendo, siguiendo al grupo hacia un destino tan incierto como el anterior. Se detuvo en seco al ver el final del pasillo. Había más personas allí, personas a las que estaba segura no conocer de nada pero con las que compartía tanto.

Su respiración agitada, el corazón latiendo fuerte, haciéndole notar que estaba viva. Sudaba, las pupilas dilatadas por la falta de luz. De pronto el pasillo se iluminó y hubo de cerrar los ojos porque el brillo, aunque no intenso, fue enceguecedor y sintió como si una flecha atravesara su cerebro. Dolor, un dolor que le reafirmó cuan viva era que estaba.

Se detuvo justo a tiempo pues casi choca con quien iba por delante de ella. El sonido de las puertas siendo golpeadas la hizo saltar y tembló, no de frío, sino del miedo que experimentó. Pudo ver el folio que estaba en el suelo, aún estaba algo lejos para alcanzar a leer su contenido. Se acercó al grupo, cautelosa, temerosa. Se sentía aislada, no les conocía y sin embargo ellos parecían conocerse o cuando menos así se comportaban. No quería ser rechazada, sentirse excluida, quería sentir y creer que formaba parte de algo, aunque ese algo fuera una simple carrera por la supervivencia. Sus peores miedos se hicieron latentes, más que el ser devorada por las alimañas, más que, inclusive, aquello que la impulsara a correr: el miedo al rechazo.

Esa mujer, La-Shawn y Alec de Roos estaban allí, pronto se les unió Serena y la verdad es que, en parte, Shanon se sintió aliviada. En parte, apenas y les conocía pero al menos sus rostros le eran familiares y los sentía más cercanos, en especial a Serena y a ella se acercó en cuanto la vio aparecer.

Jason miró a su alrededor para captar la esencia de todos aquellos que le rodeaban. El maldito violador se había escapado entre sus dedos por culpa de aquellos que acababan de llegar, pero Jason sabía que en un futuro próximo tendría la oportunidad de vengar a todas aquellas mujeres que Christian había asesinado junto a sus amigos (pensamiento1) Da igual lo lejos que huyas, te alcanzaré, ella no te ha olvidado y yo tampoco . Despacio devolvió sus manos junto a sus costados y esperó apoyado en la pared -Puedes tratar de acusarme de muchas cosas, pero nadie te ha pedido explicaciones y eso te delata como culpable- dijo con un tono monótono claramente dirigido a Harris.

Los nuevos compañeros de andadura comenzaron a acumularse en el pasillo. Todos miraban con terror la puerta y el folio que se había colado en sus vidas a través de la rendija inferior de la puerta - Somos mas de quince, los demás estén por aquella dirección dijo mientras señalaba con un dedo de donde provenían. Los comentarios de los recién llegados se fueron acumulando en l amente de Jason, pero uno le llamó especialmente la atención -¿Una niña ensangrentada? Precisamente era a quien trataba librar de este monstruo- Los ojos de Jason se giraron hacia Harris en clara alusión a la antipatía que le despertaba (pensamiento 2).

 Frente a él, un hombre que portaba una estilográfica ensangrentada les preguntó aquello que todos querían saber - Por desgracia no. Solo se que nos despertamos en estas salas y que algunas estaban ocupadas por monstruos desalmados que solo buscan la perdición de todo lo que tiene luz en nuestro mundo- Despacio, por el pasillo, apreció el último de sus nuevos compañeros - Tal vez alguno pueda ayudarles en aquella dirección. Creo recordar que había alguien con conocimientos médicos- con cuidado se arrodilló junto al herido y ayudó por un instante a Alec a colocarlo en una posición mas cómoda (pensamiento 3). A su lado un joven explicaba sus vivencias mientras a su alrededor el resto de su grupo se afanaba en ayudar al hombre o en dejarse llevar por sus propias psicopatías - Nuestra vivencia ha sido un espejo de lo que relatas- dijo Jason mientras miraba atentamente a Thomas -Es curioso, juraría que la niña había ido en vuestra dirección y no al contrario ¿No es una paradoja cómo la mente nos juega malas pasadas? Es probable que solo haya sido un reflejo de nuestra propia pérdida de la cordura. Nuestra inocencia corriendo ensangrentada... Interesante-

(pensamiento 1) Da igual a donde huyas hijo de puta, te alcanzaré.

(pensamiento 2) Jason... La voz de su propio desgajado mundo interior volvió a retumbar en su cráneo. Jason... no le pierdas de vista o volverá a hacerlo.

(pensamiento 3) La muerte podría haber sido un bálsamo, pero el monstruo aun sigue libre Jason, no te distraigas.

De momento las cosas parecían tranquilas... Pero aquellos que habían salido del pasillo B sabían que eso podía acabar de un momento a otro. Mientras el resto hablaba e intentaba poner cosas en común, de forma delirante en más de una ocasión para desgracia de la más fuerte paciencia, Kane Vaughan, uno de los más jóvenes, cogía el folio del suelo y se lo guardaba luego de observarlo, ajeno a la conversación que se daba...

Evan había dejado de sangrar, pero tampoco podía moverse dada la pérdida de sangre que había sufrido. Era imperativo encontrar un lugar en el que hacerle una cura como Dios manda, o habría que amputar la extremidad. Como mínimo, habría que conseguirle algo de comer. El pobre desgraciado ni siquiera caía en el consuelo de la inconsciencia...

A pesar de no fiarse demasiado de los ahí presentes, Kane se daba cuenta desde que se había nombrado a una loca con espada de que no saldría solo de ahí. David era su primera opción, y el freaky que hablaba en inglés antiguo parecía tenerlos cuadrados. Tomó aire y fue hacia la bifurcación "A", controlando sus espaldas. Miró a Dave y Alec.

- Voy para allá a buscar a sus compañeros - refiriéndose a los que acababan de conocer - por favor, acompañadme. Que venga tu mujer también si quieres, Dave... - no tenía ningunas, pero ningunas ganas de conocer a los otros, pero había que hacerlo para conseguir los quince, y el chaval más joven parecía el más indicado para quedarse donde los fusibles.

-!Venga niños, es hora de jugar a "Asesinos y escoria"¡

-!Yay¡

Ya no habia manicomio, ahora nos encontrabamos en un estudio infantil de television, uno horriblemente decorado con payasos y dinosaurios morados, en aparencia monos y dulces, pero yo los veia como lo que de verdad eran, psicopatas y monstruos con dientes afilados, el presentador era el diablo, lo sabia porque vestia como un fiscal, y era mi padre, estaba haciendole preguntas a los niños sobre algo que no entendia, todos ellos estaban vestidos elegantemente, yo estaba desnudo y no habia manera de ocultar las cicatrices.

-Huy, pero que niña mas guapa ¿Dime querida, cual es tu pecado?

-Mato a gente.- Dijo una cria, que estaba sonriendo todo el rato

-Jaja, todo un clasico, claro que si ¿Y donde esta tu juguete?

-Con una ezpada, hace !fium¡ y luego la gente hace plof y me duchan !es muy divertido¡

-Pero que encanto ¿Y tu preciosa?

-Pues yo grabo con mi grabadora los ultimos momentos de la gente.- Sonrio otra chiquilla, que parecia una rata de blibioteca.- Tengo mucho material para mi libro, la mejor parte, es cuando los pisoteo en cuanto me piden ayuda, pura musica para mis oidos.

-!Que interesante, seguro que es un exito¡ Y tu, estupida abominacion ¿Porque le hiciste eso a tu mama?

-Yo, no se lo de que me habla, soy inocente.- Sabia que se referia a mi, pero no comprendia que queria de mi.- Fuiste tu, tu tienes la culpa.

-Pero que mentiroso que eres, pequeño cabron, vamos reconocelo ¿Con que mataste a tu querida madre?¿Que hizo delicias a esa peturbada basura que tienes por mente?

-Fue... fue algo...

-Thomas.- Mi madre, alli se encontraba, en un asiento, troceada en varios trozos mientras su cabeza sesgada me hablaba entre burbujas de sangre.- Vengame.

-Afilado.

Cada letra, palabra y frase de los que le rodeaban sonaban en la cabeza de Dave como enormes campanas de metal. Algunas se referían a él, otras no, pero ninguna de ellas le interesaban desde el momento en el que Laura estaba junto a él. Deseaba apartarlos, desterrarlos a un lugar lejano donde el tiempo y el espacio fuesen de otro modo. Quizá de ese modo podría estar junto a ella, solo junto a ella para poder acariciarla, besarla y abrazarla. Tanto tiempo apartado de su lado y ahora que volvía a estar junto, el lugar no era el indicado. Tampoco la compañía.

Cerró los ojos y apretó los dientes esperando que al abrirlos nadie estuviese junto a ellos. Tal vez todo fuese un sueño, una terrible pesadilla de la que debía despertar de un modo u otro. Sí, tal vez. Deseaba que fuese una pesadilla, no solo las últimas horas, si no los últimos meses de su vida, aquellos en los que ha estado apartado de ella. Su anhelo, su consuelo, su aliento...

De pronto Laura grita, Evan le ofrece algo, y un desconocido le pregunta algo. Los tañidos de las campanadas aumentaron haciéndole daño dentro de su cabeza. Al abrir los ojos, Dave sentía las punzadas en su cabeza. Respiró profundamente intentando tranquilizarse, volver a la normalidad.

Buscó con la mirada a Caroline. No dijo nada, limitándose a mirarla durante unos pocos segundos, los suficientes como para que ella supiese lo que pensaba. Sería capaz de matar si su presencia seguía incomodando a Laura.

- Mi amor, ven -tironeó de ella hasta llegar a Reyes-. Eh, no te vayas a morir. Serías un estúpido por dejarte morir ahora. Intentaré que salgamos de aquí para que tú puedas dárselo, amigo. Eres el único de verdad que merece salir de entre estos muros, sería injusto ver llegar tu final. Haré lo posible para que salgas, te lo prometo... Si llega el momento, cogeré tu colgante, pero no pasará.

Dave tomó el colgante y lo puso en torno al cuello de su amigo. Quiso prometerle que todo iría bien, que saldría, pero no podía. No entendía nada, y la cabeza le dolía. Solo el tacto de Laura calmaba en parte su dolor y agonía.

- Iremos, tenemos que movernos a algún lado. Esperar solo significa sufrir y perderse en un pozo sin fondo - dijo en respuesta al joven que le solicitó ayuda.

Tenía ganas de gritar. De gritar hasta que todos hubieran desaparecido...

-¿Que como le corto?- Por que me preguntan esto, no me encuentro bien, joder, solo quiero dejar de pensar, pero no puedo, hay algo en esa grabadora... No tiene sentido.- Pues con una espada, pero... pero la manejaba... Como si fuera suya.

"Oh dios mio, no puede ser, no... Joder, no" Y de repente, mire a la nada, mi vista se nublo, y algo dentro de mi chillo, porque no fuera asi, pero la verdad, era una luz que nunca se podia ocultar, por muy aterradora que sea esta.

[Pensamiento 1]

Las luces de los focos se apagan y vuelvo a la realidad, respirando y sudando agitado, ahora lo comprendia, y si no me equivocaba, lo que estaba buscando no era aqui, sino en la habitacion 3, donde desperte. Alli se encontraba lo que me pertenece, lo unico que me habian dejado como recuerdo de mi pecados.

-Se como protegernos, y si hay suerte, se como podemos salir de aqui.- Dije, mirando fijamente al metalero, mientras avanzaba con el hacia el pasillo A, ahi se encontraba lo que buscaba.- Si quieres salir vivo de aqui, vas a tener que confiar en mi y acompañarme.- Me paro un momento, y giro la vista al pelirrojo, era una de las pocas personas que podia confiar, por ahora.- Y el pelirrojo tambien debe venir, se que ahora mismo parece demasiado debil, pero el me ayudo a salir de la habitacion, nos ayudara para lo que tenemos que hacer.

Soltó el candado y se recargó en la pared.

Todo era demasiado confuso, incluso para La-Shawn que quería pretender estar muy lejos de allí o por lo menos en un sueño que fuera tan caótico que al despertar la paz le pareciera excesiva pero algo muy dentro de ella le decía que no, que ya estaba bueno de creer tal o cual cosa, cuando realmente sabía que estaba allí. Se lo recordaba la pared roñosa que le daba asco, sus uñas con el esmalte descascarado, los gritos de la rubia llamando zorra a otra mujer que Rutherford no alcanzaba a distinguir, en realidad podría referirse a cualquiera de ellas, menos a ella porque no le había dado motivos. A menos que, irónicamente, fuera la hija de alguno de sus ex amantes. Una sonrisa se dibujó en el rostro blanco, que en aquel mortecino lugar parecía traslucirse la piel, un fantasma pero vivo.

-¡Mierda, qué locos estamos todos!

Se puso el dedo índice sobre los labios y los pasó suavemente por este, era algo que hacía cuando estaba maquinando algo. Le estaban dando demasiada información, había un herido, muertos y La-Shawn no conseguía poner todo en orden o al menos no de una manera cronológica y entonces comenzó a mirar con atención los rostros que allí habían; era risible: todos tan distintos pero tan iguales, humanos incapaces de navegar entre nuestros propios miedos sin arrastrar a los demás. Miró un instante a Shannon, parecía mucho más tranquila que los demás y eso le agradó a la joven, en realidad, las mujeres le gustaban más bien poco pero según las circunstancias, podía hacer una excepción.

Finalmente parecía que los otros tenían una idea, por muy chocante que le resultara a La-Shawn, no podía evitar separarlos como dos grupos, ellos y los otros, era así. Claro, tampoco es que tenían tiempo para las presentaciones y aún así, había cazado algunos nombres al aire: Dave, Reyes, Kane... No tenía sentido, no podía hacer nada con ellos. Se apartó de la pared, mirando hacia atrás, describiendo con la mirada el asco que sentía de sentirse así, tocada por toda aquella humedad, el olor y todo, incluso las palabras de aquellas personas, se hacían más y más fuertes. Una espada era la cereza del pastel, ella sólo quería reír pero algo muy dentro de ella no se lo permitía.

Volvió a mirar al candado, los otros tenían mejores ideas según ella. No sabía si los amaba o los aborrecía.

Alec, aparentemente ajeno a todo cuanto le rodeaba en inicio, dio la Extrema Unción a Reyes tal y como el hispano le había pedido mientras Laura le practicaba los pocos cuidados que podían dársele en aquella situación. Y, en su opinión, hacía bien. Había en ese pasillo demasiada gente como para intentar hacerse a todas las conversaciones y a las diferentes historias de cada uno de ellos. Sobre todo porque, en esencia, se trataba de gente desesperada en una situación desesperada.

A la postre, lo que Alec debía hacer era mantener la cabeza fría y el corazón dispuesto para lo que fuera que debiera hacer... Y estaba dispuesto a mucho con tal de alcanzar su gran meta. Una meta que, para bien o para mal, parecía cercano a traspasar en aquél lugar, pues si no era el mismo infierno bien podría parecerlo. Su vista bailó de unos a otros conforme hablaban, buscando algo o a alguien que pudiera denotar cierto sentido común. Automáticamente desechó a Caroline, a Laura y a David. Sobre todo a David.

Consideraba que el amor era uno de los sentimientos más importantes a los que atender... Pero el muchacho no sólo le parecía débil e insulso, sino también presa de un falso amor que intentaba reafirmar con cada acción llevada a cabo. Así, lo que hacía era desprestigiar el mismo sentimiento que llevaba por bandera. Por lo demás, aunque él siempre se sentía dispuesto a ayudar, no tenía intención de estrechar lazos con ninguno de los ahí presentes y Nolan, en cambio, parecía muy dispuesto a hacer lo contrario a juzgar por su trato hacia Reyes.

Así, en su búsqueda por el sentido común halló a Kane y se puso en pie, junto a él.

-La mí compaña es de vuesa merced, micer, si vos la precisáis -dijo, con gran determinación en la voz-. Mas la premura debiera ser la nosa prioridad, e non perdamos mayor tiempo si  habemos de ser aiuda de otras ánimas perdidas en aquesta umbría mazmorra.

Shanon miraba a todos con aprehensión, como si desconfiara de ellos, como si les temiera. En realidad no era así, no tan así al menos. Sentía miedo y desconfianza frente a las caras nuevas, no les conocía y ellos tampoco, dada la situación, estaban muy puestos a la labor de sociabilizar.

-¿Por qué diantres pienso en “sociabilizar” si lo que menos me gusta hacer es hablar? -se preguntó y se pasó las manos por el rostro. Seguía, por mero instinto, ocupándose de mantener sus muñecas cubiertas, no quería que nadie se las viera. Estaba nerviosa, y debido a los nervios sentía una creciente comezón. Se rascó la cabeza, los brazos… las muñecas. Se mordió los dedos, sin siquiera importarle que sus manos estaban todo, menos aseadas. Su rojo cabello estaba enmarañado y seguramente su blanca y rosácea piel tenía un aspecto tanto o más desastrozo.

Su estómago sonó, sintió como si algo se removiese en su interior. Tenía hambre, pero nada había para comer. Le dolían las piernas; observó las paredes. ¡Lo que hubiera dado por apoyarse en una de ellas! Pero tenía miedo; miedo de que éstas la devoraran, que la tierra volviera a sangrar y que, del mismo modo que se había abierto para dejarla salir de la habitación, se abriera para meterla en otra.

-Me voy a volver loca… ¿O ya lo estoy?... ¡Que alguien me despierte por favor, no quiero seguir soñando! ¡¡Que se acabe esta pesadilla!!

Miró a Alec que daba la Extremaunción al latino. Ladeó la cabeza, su cuello sonó al hacerlo. Observó a ambos fijamente y torció el gesto, divertida.

-Todos vamos a morir… -susurró.

Cita:

Al escuchar la voz de Thomas levanto un segundo los ojos de entre mis manos, tal parecía que iba a seguirlo hasta el fin de esto. - ¿Entonces por qué tiemblo? -Una mezcla de sentimientos bullía en su interior y amenazaba con llegar a la superficie, y eso era lo último que quería, si algo había aprendido en la vida es que a los débiles les suceden cosas malas y además, las apariencias engañan.

Cita:

- No lo soy! -

Me levanto de golpe y me quedo mirando fijamente al hombre de apariencia oscura al que se había dirigido Thomas. Digo con voz aun algo temblorosa - Vamos...en este momento lo que realmente importa es salir de aquí - Si alguien cree saber como salir, y si ese alguien es la única persona que me ha determinado desde que estoy en este hueco putrefacto, vale la pena intentarlo...aun corriendo riesgos, tal vez muera...como el viejo de hacía un momento - ¿Fueron horas? - o tal vez corra un destino mucho peor que la muerte.

Me quedo mirando al vacío inmerso en recuerdos que me atormentan desde hace años.

Cita:

Por supuesto que puedes. Pero hay "peros": 

1) Hacerlo discretamente (opcional): Tirada de SERENIDAD+AGILIDAD/2.
2) Hacerlo sin destrozar lo que acaba de arreglar Thomas y no dejarlo todo de nuevo a oscuras: ATENCIÓN+SERENIDAD/3.

Espero tu post para hacer el mío, a ver qué planeas XDDD

- Qué suerte que nosotros no seamos ni ancianos ni Reyes - paso la mano por mi cuello no decapitado con deleite de palpar carne unida. Miro el amuleto del mexicano y luego a David, pero sobre todo poso mi vista en Liam, Shanon y La-Shawn con morbo de óbito próximo. Están perdidos con esa actitud, son los renacuajos en el estanque de los tiburones. Se habla de espadas y rápido es que Alec abandona al herido, qué interés en su herramienta, más que seguro. Portante presto al su hierro diría él, -digamos-. Se perfila nueva comitiva, y mi amado me une, no importa, mejor un hiyaab que un saco negro. Acompaño a los caballeros en busca de Avalon sin objetar una palabra y buscándolas todas con los ojos, de unos a otros hombres, mujeres y paredes...