Partida Rol por web

-Mmm. Yuki, ¿tú tienes cosquillas? -le pregunta, acercándose amenazadoramente hacia su compañera, con las manos extendidas y los dedos preparados.

divídelo en tres y señalame uno

Rubí asintió concentrada, ajena a la civil wars de las cosquillas que en aquella habitación iba a dar lugar. Cuando hubo de separado el montón, señaló el de la izquierda y sonrió a Mai a la espera. 

¿Hay club de Literatura? ¡Eso sería fantástico! ¿Cuál sería tu sueño? 

Mientras se desataba una gran guerra de cosquillas entre algunas de las demás chicas y las restantes se mantenían expectantes a la lectura de tarot, Rubi eligió el montón de la izquierda, recogí los otros dos montones de izquierda a derecha y después di la vuelta al suyo:

-la estrella…si, definitivamente escribirás la novela más entretenida e increíble que seguramente hagan películas de ello. Me supongo que hay un club de Literatura, todos los colegios lo tienen-suelto una sonrisa cuando me pregunta cuál es mi sueño y añado-si te lo dijera no me creerías. ¿Quieres saber algo más? ¿Estudios, amor?-pregunto.

A pesar de que el susto de la luz ya había pasado, yo permanecía hecha un ovillo en la esquina. Al menos ya la nariz no me sangraba... pero el agobio que tenía en el cuerpo desde hace todo el rato. Seguía... seguíamos siendo un montón de chicas en una habitación pequeña, una de ellas desnuda, mientras que algunas se empezaban a cuestionar si esto era buena idea.

Pero entonces Hina, la tímida chica de las gafas, se acercó como pudo entre tanta gente a mi para preguntarme si me encontraba bien... y la verdad es que no me encontraba demasiado bien. Sentía el pecho oprimido, como si con tanta gente en la sala me faltase el aire porque todo el mundo lo gastaba... no soportaba tanta presencia social. No importaba que cada una empezara a hacer algo distinto... sentía la presión de estar entre tanta gente y el miedo de que alguna me incluyera en una de sus actividades... estúpido miedo social -Y-yo... y-yo e-estoy... n-no e-estoy... y-yo n-no...- intentaba responderle, aunque mis palabras no conseguían salirme.

Al final no conseguí pronunciar del todo ninguna frase a Hina... pero palidecí de golpe cuando vi como Yaya parecía querer involucrarme en una empezada pelea de cosquillas -¡N-no! Po-por fa-favor no...- dije claramente asustada. Creo que unas cosquillas no las podría soportar -M-me... m-me qui-quiero i-ir... so-somos... de-demasiada ge-gente...- conseguí decir de forma entrecortada. No... no estaba preparada para estar con tanta gente en el mismo lugar. Puede que en el futuro si; pero ahora mi taquicardia y mi agobio constante me sugería que no. Me quería ir a mi cuarto... dormirme y calmarme... son demasiadas preocupaciones en unas muy pocas horas.

Mientras todas las chicas estaban ocupadas en sus asuntos, Mitsuki se había relegado a quedarse sentada encima de su cama. Lo que empezó siendo una fiesta de bienvenida con pastas y té se había convertido en una fiesta de pijamas con chicas semi desnudas y trozos de pasta aplastados por el suelo. Ni siquiera había podido dedicarle tiempo a Momomi, y su presencia era lo único por lo que podía tolerar la reunión (bueno, eso y que Mai la había ignorado del todo mientras ponía pegas).
La chica se acercó de nuevo a Momomi, ligeramente sonrojada, para volver a entablar conversación y evitar liarse a gritos con todas.
-Siento que al final no te hayamos hecho el té .
Vaya una excusa tinta para sacar una conversación

No importa -dijo Momomi -. Así podemos hablar entre nosotras. ¿Por qué viniste aquí? ¿Tu padre trabaja cerca o algo así?

Momomi miró a Mitsuki, y esta vez, lo hizo con una sonrisa sincera, como si fuese una persona completamente diferente, mucho más dulce de lo que solía ser.

Yaya vio que Yuki parecía estar incómoda, así que se detuvo y se puso muy seria.

-¿Prefieres que nos vayamos a nuestro cuarto, Hana-chan? Por mí no hay inconveniente.

Yaya parecía preocupada por el agobio que aparentaba tener Yuki.

¡Mi propia película! 

Ahora, realmente, por fin, había encontrado algo que le motivarse. Sus ojos centelleaban de la emoción en aquella habitación. Con el ruido, Rubí bajo el volumen del tono de voz y, llevándose el dedo a la boca, pensativa, decidió que por hoy había recibido demasiada información. 

No, está bien - dijo dulcemente. Mai, deberías poner orden un poco... Más que nada para que el volumen no suba ... -comentó susurrándole al oído. 

Ante tal alboroto, así lo veía ella, Rubí se acercó hacia Yuki y Hina, agachándose de cuclillas. 

Yuki~chan, te escoltaré hasta tu habitación, si hace falta, pero... Antes debes calmarte y nosotras bajar el volumen de voz... Ven -le tendió la mano amistosamente - le diremos a Mai que haga un poco de té con el que encuentres estabilidad. A veces, ayudan... Y más sí ... Tienes ansiedad. 

Rubi me le había acercado para susurrarme al oído que había demasiado alboroto, lo cual no me hizo dar un salto de milagro pero mis mejillas se tornaron con el color de los tomates y eso si que se notaba a la legua.

Como decía Rubi, el volumen de la habitación estaba aumentando y había una chica arrinconada que parecía que le daba miedo estar con tanta gente en un lugar tan pequeño.

-chicas, chicas. Bajad el volumen-dije para calmar la guerra de cosquillas al menos en jubilo y griterío aunque no fuera muy alto.

Me acerque a la chica que estaba arrinconada, me puse junto a Rubi y dije:

-sera mejor que la llevemos al baño para que se calme un poco y no vea tanta gente, ademas igual el calor del agua la tranquiliza un poco-digo mientras miro alrededor.

Vi como Mitsuki hablaba con Kiyashiki-san, no se porque pero no me da buena espina, se lo diré a Mitsuki mas tarde pensé.

Mientras se mantenía ocupada "torturando" a su amiga, al mismo tiempo que intentaba no pensar demasiado en el hecho de que ésta se encontraba semidesnuda, Tamao no tardó mucho en unírseles, concentrando su atención en la guitarrista y haciendo que ésta se sobresaltara. - ¿Ta-Tamao? E-Ey, eso no es ju-justo... - Expresó con clara dificultad, antes de comenzar a reírse nuevamente ante el ataque de cosquillas. Estaba claro que las cosquillas eran una debilidad, siendo bastante sensible para esa clase de cosas, por lo que no podría competir contra dos ataques al mismo tiempo. Había perdido, por lo que no llevó mucho tiempo para que la peliblanco se dejara llevar por las cosquillas, entregada al asalto incesante de las dos. - N-no, e-esperen... pff... - Suplicó mientras era "atormentada" por las dos.

No obstante, una de las chicas, Yuuki, la más tímida de todas, pareció sufrir una especie de ataque de ansiedad o algo parecido, como si no estuviera a gusto entre tantas chicas, algo que la joven rebelde pudo notar al escuchar lo que decía a medias, principalmente por la acción de las dos chicas que continuaban haciéndole cosquillas. De cualquier manera, el resto de las presentes también lo notaron, y Mai, quien había sido tan amable de aceptarlas a todas, no tardó mucho en intervenir e incluso pedirle a Fran, así como a Tamao y Ayami, que no hicieran tanto ruido. - A-ah, perdón, Mai. No quería molestar. - Se disculpó al ver que le habían causado problemas a la joven. La peliblanco no quería ser ruidosa, por lo que, cuando las chicas pararon de hacerle cosquillas, ella guardó silencio, y consideró la posibilidad de que, tal vez, era mejor que se fueran de allí o que jugaran a otra cosa más tranquila.

- Em... ¿cambiamos de juego? - Le preguntó a la peliazul, así como a su compañera de cuarto, esperando que estas se mostraran de acuerdo en jugar a otra cosa que fuera más tranquila, a comparación de las cosquillas. Por su parte, la guitarrista había quedado bastante acalorada, con sus mejillas levemente ruborizadas, no sólo por el ataque de cosquillas, que era una gran debilidad para ella, sino también por el hecho de que el hecho de saber que la rubia estaba semidesnuda, la había afectado bastante. Aún así, no tardaría demasiado en calmarse nuevamente, mientras esperaba que la chica tímida también lo hiciera. Era posible que alguien tuviera que acompañarla de regreso a su cuarto, aunque parecía que Yaya estaba dispuesta a irse con Yuuki.

La respuesta de la chica de pelo negro hizo que se preocupase aún más, y es que realmente tenía cara de estar pasándolo mal, pero si ahora ella también le demostraba que se preocupaba seguramente acabarían agobiandola aún más. - Tranquila, respira despacio. - le dijo con calidez mientras ella misma inspiraba hondo, alejándose un poco de la chica para darle espacio que era lo que más necesitaba en ese momento, aunque con tantas en el cuarto no es que hubiera mucho... Supongo que no sería mala idea marcharse pronto a dormir. - Sí, no es mala idea, además se hace un poco tarde. - respondió cuando la compañera de Hana mencionó lo de marcharse.

Mai también se fijó en lo que sucedía y como buena anfitriona procuró que la guerra de cosquillas bajase un poco el volumen, y le dijo de ir al baño para que pudiera refrescarse un poco. Hina se retiró un poco para que pudieran llevársela, no sin antes dedicarle una pequeña sonrisa de ánimo.

Se sentía un poco culpable de que la chica estuviera pasando aquel mal trago, pero ya que la iban a atender Mai, Rubí y Yaya no quería añadirse, puesto que ya eran personas eran suficientes. Quizás también se marchase con ellas cuando decidiesen irse.

En eso echó un vistazo al resto, entretenidas con sus guerras de cosquillas particulares y sonrió divertida ante la escena. Por su parte, Rubí también parecía bastante contenta lo que le alegró de que al final hubiera salido todo bien. Bueno, salvo por la pobre chica tímida. Esperaba que mañana estuviese mejor después de una buena noche tranquila de sueño.

Ay... ay no... Ahora... Ahora no solo Hina se preocupaba por mi y me miraba; ahora tanto Yaya como Rubi me observaban queriendo llevarme a mi habitación. Además decían cosas como que me metieran en el baño para calmarme... ¿pero los baños no estaban al final del pasillo de fuera? La idea no me gustaba. Mientras que Yaya solo quería llevarme a mi cuarto, Rubi también iba a importunar a Mai para que me preparase un té... Sus motivos podían ser buenos... pero ahora mismo más miradas y pensar en implicar a más personas no es que me ayudasen a calmar el agobio. Aunque intenté relajarme como Hina me decía, respirando de la forma más despacio como poco.

Miré a Yaya con cierto temblor -S-si...- le respondí de forma muy escueta y breve, mientras hacía el esfuerzo de levantarme del suelo de la esquina, temblando un poco y mirando nerviosa a todos lados y a todas en algún escaso segundo.

Yaya cogió de la mano a Yuki y tiró suavemente de ella hacia la puerta. 

-Chicas, nosotras nos vamos. Tened cuidado cuando salgáis.

Y tras decir esto, se acercó a la puerta y la abrió con cuidado.

-Yuki, ¿ya te vas? Bueno pues... os acompaño y así sigo hasta mi habitación, esperadme.

BK se giró hacia las demás.

-Hasta mañana, chicas.

-Hasta mañana, tened cuidado -les dijo Tamao, despidiéndose agitando la mano.

Después, se sentó en la cama.

-Mai-chan, ¿podría preparar un poco de té y comerme una pasta? -le preguntó.

Ayudamos entre todas a levantar a la chica y su compañera de piso se la llevo, la chica del pelo rosa las siguió para también irse a su cuarto.

Tamao me pregunto si podía hacer algo de té y coger las pastas:

-toma las pastas iré a por agua caliente- después me dirigí a la chica del pelo de fuero -Rubi ¿me acompañas? Tengo curiosidad por preguntarte-dije mientras pensaba tengo curiosidad por saber lo que escribe...

Rubí miró apenada a Yuki~chan, y más si con su intento de ayuda la había agobiado más. Entonces, contempló su ida, BK también Le estaba ayudando.

Hana~chan, si te pasa algo... Cuenta conmigo. Y si te agonías y te quieres ir... Te ayudaré encantada. 

Rubí sufría ansiedad, por lo que entendía cualquiera situación a la que Yuki y otras personas pudieran someterse. En ese momento, tras la partida, la pelirroja se giró y escuchó la petición de Mai, la cual aceptó encantada.

Claro, te ayudaré a preparar el té. Eres curiosa, Mai~sama -comentó con una sonrisa feliz. 

El ambiente en la habitación se había calmado. El grupo de la pelea de cosquillas se había calmado, y la chica que estaba a punto de colapsar se estaba marchando (y se llevaba consigo a dos más). Por otra parte, Tamao había considerado adecuado sentarse en la cama de Mai. Qué irrespetuosa, pensó. Aunque estaba segura de que Mai no diría nada. Es más, seguro que ni siquiera le molestaba. "No pasa nada, Mitsuki-chan. Tamao-chan es nuestra amiga, y puede sentarse en mi cama todas las veces que quiera" la escuchó decir en su cabeza. Es demasiado buena. 

-Disculpa un momento, Kiyashiki-san -pidió a la alumna de Spica. Después, se giró hacia las demás alumnas que quedaban en el cuarto, se puso la cara de general, y comenzó a mandar como si la escuela fuera suya:

-Fran, Suzume-san, el té está a punto de llegar. Podéis sentaros a la mesa -sugirió, con un tono de voz que daba a entender que no era una sugerencia. -Izami-san, por favor, vuelve a ponerte el uniforme. Pondremos la manta en la puerta. Mizushima-san, Suzumi-san, uníos a las otras para el té y las pastas. -Tras la retahíla de nombres y órdenes, esperó con los brazos cruzados bajo el pecho.

Tome la tetera y me dirigí a la puerta del baño:

-digamos que sí, soy bastante curiosa, llámame Mai-chan por favor, seguro que compartimos muchas aficiones-dije dejando la puerta abierta para que pasara.

Abrí la llave del agua del lavabo y espere a que saliera caliente poniendo el dedo debajo para calcular la temperatura.

-Yo también escribo, por eso te dije que no me ibas a creer pero normalmente no soy tan normalita, me contengo lo suficiente para que mi imaginación desbordada no me juegue malas pasadas. Esta tarde cuando he pasado por el camino de cerezos vi claramente como la reina de las hadas y su séquito buscaba al príncipe, se había escapado y solo se notaba la suave brisa que habían dejado las mariposas de color azul que usa para llevar su carruaje de tonos plateados-iba a continuar dejando que mi imaginación siguiera revoloteando sola cuando el agua caliente me quemo el dedo-¡Auch!-exclame y quite el dedo del agua de inmediato.