Partida Rol por web

Por fin os fuisteis de aquel lugar, tirando de Yuki como podíais, y seguidos de cerca por la hermana, que no sabíais por qué desconfiaba de vosotras, con lo buenas que érais (!!!!).

Entrasteis en Ichigo y en ese momento, os detuvisteis un instante para ver si Yuki estaba ya consciente o no.

Kaname se animó y fue la primera en ir por el agujero.

-Yo iré primera -dijo. Se agachó y rápidamente, pasó al otro lado -. Es muy fácil. Si yo puedo hacerlo, cualquiera puede.

Después, alargó una mano para ayudar a Fran a que lo hiciese también, temblando ligeramente ante la idea de volver a cogerla y acercarse a ella.

Yaya miró a Yuki, a la cual habían apoyado contra la pared dejándola como si fuese un poste, y adoptó un gesto de sospecha.

-Cuando Hana-chan se desmaya, hace falta una tormenta para despertarla, así que habrá que adoptar medidas desesperadas.

Yaya se acercó a ella, cogió su cara entre sus manos y le dio un beso en los labios, aplastándoselos con los suyos.

Si esto no te despierta, al menos habrá merecido la pena, pensó Yaya.

Sonreí ante la propuesta y el juego para inspirarla, y con un movimiento delicado, me inclino para adelante un poco, cruzando un pie sobre el otro, con dos dedos el costado de mi falda, posando mi mano sobre la suavemente, cómo una dama europea. 

-Por su puesto qué si, mi dulce príncipe-

Y dejé qué ella me llevara y guiara por este bello momento. 

“Sí, hagámoslo!” dice Ran con entusiasmo, pero, justamente sintiendo su exceso de entusiasmo, para no torpedear su plan con su comportamiento torpe, quiere dejar las riendas en manos de Harumi. “Bueno, te sigo. Mejor que tú hagas las invitaciones. Aprenderé de la maestra!”

Decididas a invitar a todas las chicas que pudieseis, Harumi guió a Ran a través de los pasillos hasta las habitaciones de Fran y Ayami, Yuki y Yaya, Hina y Rebecca... con el mismo resultado. Ninguna de ellas estaba. En el caso de Rebeca, su compañera, Taiga Higurashi, se mostró bastante enfadada con ella.

-¡Es una inconsciente! ¡En lugar de quedarse estudiando, se marchó a ver los clubs y no ha vuelto! Seguro que hasta se ha quedado fuera de Ichigo. 

Y tras negar de nuevo con la cabeza, cerró la puerta. 

Pero si no estaban allí, ¿en dónde?

Creo que deberíamos ir a buscarlas. Será mejor que bajemos a ver si las vemos en el vestíbulo -dijo Harumi, cogiéndo de la mano a Ran y tirando de ella escaleras abajo. 

Cuando terminaron de bajar, vieron a Rebeca, pero no estaba sola. Con ella estaban Yaya y Otori Amane, el ídolo de Spica, y todas ellas alrededor de Yuki que no parecía estar muy bien.

“Vaya… de pronto encontramos cuatro de las séis que aún queremos invitar”, murmura Ran a Harumi, aún no atreviéndose a acercarse. “Pero… algo parece andar mal… Yuki… ¿qué le ocurre?” Inadvertidamente Ran toma un paso en dirección del grupo. Trata de comprender la situación. Sólo espera que se equivoque y que los demás no hayan acorralado a Yuki. ¿Pero por qué lo harían? No puede ser...

Ran, sin darse cuenta de esto, finalmente se acerca, para ver y escuchar mejor y poder comprender.

Mientras intentáis reanimar a Yuki, se acercan Ran y Harumi. Ran parece muy preocupada por lo que está sucediendo y llega justo cuando Yaya le da un beso a Yuki para reanimarla.

No sabía muy bien que había pasado... solo que me había vuelto a desmayar ahí afuera, y ahora no sabía si nos habían castigado o no, o ni siquiera si estaba fuera o dentro del edificio. Lo único sabía es que ahora mismo me estaba despertando y espabilando... notando una extraña presión en mi cara, tanto alrededor como de frente.

Notaba como si alguien me sostuviera la cabeza con las manos... quizás sea eso... ¿pero que era la otra presión? Es como si me aplastaran algo suave contra el rostro, concretamente en los labios... ¿quizás estaba en la cama y lo que notaba era la almohada? O quizás me están poniendo comida contra la boca por si eso me hace espabilar y comer. Fui abriendo los ojos poco a poco para saber al final que era... y lo primero que vi fue la cara de mi compañera de cuarto muy, pero muy cerca mía. Tan cerca que... al bajar la mirada sorprendida y nerviosa vi... nuestros labios... juntos...

Ni me dio tiempo a pensar en que ese estaba siendo mi primer beso, ni en razonar el porque Yaya estaba besándome... simplemente mi cara se puso al rojo vivo; y tan rápido como me desperté me desvanecí de nuevo.

Observé con curiosidad el intento de despertar a Yuki, aunque tenía una fuerte corazonada de lo que pasaría. Que no hizo más que confirmarse cuando la misma volvió a dormir casi tan rapido como se había despertado. Me reí en voz baja y le puse una mano en el hombro a Yaya. -Tenía que pasar -

Me arrodille frente a nuestra compañera y me las arregle para acostarla en el suelo, palmeandole un poco la cara para ver si reaccionaba - Levantale las piernas, quieres? - Pedí a Amane con una leve sonrisa - Se acabo la hora de dormir, Yuki

Hummm creo que esa no ha sido la mejor táctica, Yaya-chan. La idea de Rebecca es bastante mejor -comentó, ayudando a ésta a levantarle las piernas, mientras miraba a Ran, que acababa de llegar.

-Hola. ¿De dónde venís vosotras?

La peliblanco asintió sin decir una palabra, por un instante, cuando Kaname dijo que iría primera, luego de mostrarles dónde se encontraba el hueco del muro. Fran no estaba muy segura de la iniciativa de su senpai, principalmente porque podrían descubrirla a ella primero, lo que no haría más que meterla en problemas innecesarios, cuando la guitarrista prefería que Kaname no tuviera problemas con las hermanas. No obstante, prefirió creer que no le sucedería, que el resto había ingresado a Ichigo y que por ende no las atraparían en el acto. - Está bien, pero ten cuidado, Kaname. - Le pidió, un tanto preocupada aún por el hecho de que pudieran descubrirla. A la joven rebelde le daba igual si la descubrían, si bien no podía decir lo mismo de sus amigas, ni mucho menos de la presidenta del club de esgrima, con la cual se había encariñado bastante.

No obstante, su senpai no tardó en pasar de un lado del muro al otro, sin demasiada dificultad, para alivio de la peliblanco, quien no pudo evitar sonreír alegre, luego de notar que nadie le había gritado al pasar por hueco, de modo que era obvio que no la habían descubierto. - ¡Genial! – Exclamó complacida mientras le dedicaba una mirada a sus amigas, dejando en claro que ellas tendrían que hacer lo mismo en cuanto estuvieran listas. - Será mejor que entremos rápido. No quiero que las descubran y se metan en problemas por mi culpa. - Se explicó con cierta preocupación en su voz. Además, era obvio que debían de llegar pronto al comedor, antes de que las alumnas hicieran el saludo que siempre hacían para luego comer, aunque para eso tenían tiempo más que suficiente .

De cualquier modo, el hecho de que su senpai alargara una de sus manos para ayudarla a pasar por el hueco, llamó la atención de la guitarrista, haciendo que dejará de hablar con sus amigas para concentrarse en la ayuda que le ofrecía Kaname en ese momento. Sin embargo, lo más curioso fue cuando notó que la voz de la muchacha parecía demostrar que estaba un poco nerviosa por algún motivo en particular, si bien estaba claro que Fran la comprendía bien, ya que ella también estaba nerviosa aunque más por sus amigas y Kaname que por ella misma siendo descubierta. - Lo dices con tanta confianza que te creo. - Le dijo a la presidenta del club, divertida por lo que estaban haciendo aunque, sin duda, aún nerviosa, en el momento en el que volvía a aferrarse a su mano, disfrutando de la calidez de su piel. Una vez cruzó el muro, la joven rebelde e dedicó una sonrisa cariñosa a su senpai, agradecida por el hecho de que la hubiese ayudado. - Gracias, bonita. - Le dijo divertida, para luego unir sus labios con la mejilla de la joven. Tras ello, no se demoró en extender su mano a través del hueco, con la intención de ayudar a la siguiente.

Pues.... precisamente íbamos a buscaros a todas para invitaros a una noche de té en la habitación de Tamao-chan, pero claro, no esperábamos que estuvierais aquí, en el vestíbulo y todas juntas.

Harumi no podía dejar de mirar como Rebeca intentaba reanimar a Yuki.

Ran suspira de alivio. Ya ha temido que hacen subir a Yuki un mobbing en regla, pero se percata de que sólo se trata del intento de reanimarla después de lo que parece un desmayo. Considera un poco extraña la tentativa de despertarla con un beso, porque se sabe que esto sólo funciona en los cuentos de hada, pero lo importante es que obviamente los demás chicas no tienen ninguna intención de perjudicar a Yuki, sino todo lo contrario.

“Ehh… sí, queremos invitaros a todos. Pero… decidme...”, viendo como Rebecca y Amane tratan de levantarle las piernas a Yuki, “¿se puede ayudaros?”

Hina fue la siguiente en pasar, aunque tuvo que hacerlo prácticamente sola porque Kaname y Fran estaban tan entretenidas que no se dieron cuenta de su presencia.

-Uffff... Uffff... -se quejó, mientras se arrastraba -. Supongo que... esto es... mejor que llamar, pero no es para hacerlo todos los días. ¡Venga Izumi! ¿Necesitas ayuda?

Viendo que Rubí me seguía el juego hice una elegante reverencia digna de los más caballerosos caballeros y besé la mano de mi ''princesa''.

- Mi bella princesa, partamos hacia páramos solitarios donde ambas podamos gozar de nuestro amor y nuestra mutua compañía, descubramos lugares donde nadie pueda interrumpir nuestros encuentros amorosos. Que nuestra vida sea toda una aventura y esté lleno de venturas - con movimientos exagerados, representé el papel de un príncipe loco por su amor.

Después, le dediqué una tierna sonrisa y, apretando suavemente su mano, la guié fuera de la habitación corriendo por los casillos entre risas.

Mitsuki despidió con la mano a Ran y a Atashi y las vio alejarse por los corredores. Al parecer aún no tenían todos los detalles de la fiesta claros. Una vez solas de nuevo, cerró la puerta y se sentó en el borde de la cama de Momomi, mirándola con los ojos llenos de curiosidad. 

-Entiendo que no te apetezca ir si van a estar Mai y Francesca. Si quieres, puedo quedarme aquí contigo esta noche -ofreció. Cuando comunicó que no iba a ir a la fiesta sus palabras no sonaron a nada, pero Mitsuki sospechaba que aquella situación no la hacía feliz. La rubia no tenía intención de hacer que Momomi se sintiera sola, y quería dejar el asunto zanjado antes de salir a dar el paseo que se habían prometido. 

Momomi se acercó a Mitsuki, cogió sus manos y negó con la cabeza.

-No. No quiero que dejes de estar con tus amigas por mí. Sé que son buenas chicas, pero soy consciente de que no confían en mí. Por eso prefiero apartarme y dejar que estés también con ellas.

Entonces Momomi la miró a los ojos y sonrió.

-No te preocupes. Leeré un rato y después pensaré en ti hasta que me quede dormida, y así cuando vuelva a verte por la mañana, me sentiré feliz.

Esto... se parecía cada vez más a despertarse una y otra vez de una pesadilla tras otra. Después de esa escena de beso que todavía tenía dudas de si había sido real o un sueño, ahora notaba como algo me empezaba a golpear levemente la cara mientras que por otro lado más de un "algo" me alzaba las piernas. Volví a recuperar la consciencia... pero todavía no abría los ojos. En mi cabeza, estaba todavía en una pesadilla vívida, en la que podías moverte y elegir... y ahora estaba eligiendo mantener los ojos cerrados. Me daba... miedo abrir los ojos y a saber con que encontrarme.

Por favor... que esta vez sea despertarme de verdad... y no otra pesadilla...- pensé antes de atreverme a abrir los ojos muy lentamente, esperando no encontrarme nada demasiado cerca mía. Esta vez no tenía ningún rostro delante mía... sino que tenía a BK dándome palmeándome la cara diciendo que me despertara. Y por otro lado... como tres chicas sujetándome las piernas y levantándolas... ¿porque?. Inmediatamente me puse colorada, pero esta vez al menos no me insta-desmayé -¿Qu-que ha-hacéis to-todas a-alrededor mi-mia?- pregunté nerviosa, al ver a todo el mundo mirándome y cada una con una parte de mi cuerpo.