Partida Rol por web

Aquel día no iba siendo el suyo, más que nada, porque la clase le había resultado pesada y, a consecuencia de esto, tuvo serios problemas para realizar sus deberes. En cuanto a lo terminaron, Rubí se despidió de las compañeras de clase y salió hacia el pasillo. La tripita le volvía a rugir; sin lugar a dudas, era un ser que necesitaba comer a muchas horas del día.

En aquel preciso momento, observó dos melenas pelirosas, elevó la mano y las saludó.

Hola -comentó desanimanda, más que nada por el agotador día. Hoy debía de ir a apuntarse algunos clubs.

Al llegar a la altura de sus compañeras, inclinó la cabeza y suspiró:

¿Qué tal el día?

Aquella noche había tenido un sueño tan profundo que a media mañana aún no terminaba de notarme del todo despierta, se me escapaba algún que otro bostezo. No era capaz de mantener del todo la concentración y aunque me sentía aliviada por haber podido explicarle lo sucedido a Fran estaba preocupada por ella, quien debía estar compartiendo aula ahora mismo con Momomi.

Yuki habló y no tardé en dar mi opinión asintiendo ante lo de los deberes -espero que no augmenten con el tiempo- admití sin perder la sonrisa -¡claro! podemos hacerlos juntas siempre que queráis- pronuncié animada ante la propuesta de su compañera -¡Ah!- exclamé de pronto -tengo que ir al club de costura a apuntarme, ayer no me dio tiempo...- les expliqué mientras frotaba mi cabeza algo avergonzada por aquel "despiste" -¿vosotras ya os apuntasteis a todo?- pregunté curiosa.

El estado de ánimo de Mitsuki era el reflejo de todo lo sucedido durante el día anterior, que sin duda, le estaba pasando factura. Sabía que las amistades evolucionaban, pero su relación con Momomi lo había hecho a tal velocidad, que era como si su mundo estuviese del revés. Ella misma estaba obligada a adaptarse a tantos cambios y seguramente por ese motivo, no había estado centrada en clase ni tampoco se encontraba en aquellos momentos con ánimo para ver a nadie más... incluida Momomi. 

Así que se fue directamente a la iglesia, en donde buscó un momento a solas para reflexionar y pensar sobre todo lo que le estaba ocurriendo.

Becca se despertó justo a tiempo para ir a clase. No sabía por qué, pero tenía mucho sueño, y su compañera prácticamente había tenido que lanzarla de la cama para sacarla del sueño profundo en el que se encontraba.

Y eso era un mal presagio, porque cuando empezaba un día de esa manera, el resto solía ser igualmente desastroso. 

Lo cierto es que las clases fueron aburridísimas y Becca se aburrió tanto que tuvo que hacer un esfuerzo para no dormirse en alguna de ellas, aunque al final, logró enterarse de bastantes cosas y pudo decir que en conjunto, había aprovechado el tiempo.

Pero cuando salió, lo único en lo que podía pensar era en el rugido que le hacían las tripas. Tenía muchísima hambre.

No tardó nada en ver a Hina, que se dirigía hacia la salida, así que se dio una pequeña carrera para alcanzarla.

-Holaaaaa. ¿Qué tal? -le preguntó.

Hina le devolvió el saludo y le dijo más o menos lo mismo que ella sentía.

Ah, que bien que ya terminamos, ¡tengo hambre! ¡Vamos a buscar a Rubí-chan para ir a comer todas! 

En realidad, no hizo falta buscarla, porque Rubi apareció a los pocos segundos, cansada y con aspecto de estar también hambrienta como ellas.

Hola. ¿Qué tal el día?

BK fue la más rápida en contestar.

-Medio bien. Pero ahora solo puedo pensar en comer. ¿Os pasa también a vosotras? Por cierto, ¿alguien sabe algo de los clubs? Hoy deberían salir los horarios, ¿verdad?

Yaya sonrió. Sí, se habían apuntado a todo, pero lo más importante era que había conseguido que Yuki lo hiciese en tiro con arco. Estaba segura de que sería emocionantísimo practicar con ella. Al oír que Ayami comentaba que debía apuntarse a un club todavía, Yaya puso gesto preocupado.

-Espero que te dejen apuntarte todavía. Nosotras nos apuntamos a fotografía y a tiro con arco, aunque tuve que insistirle un poco para esto -dijo Yaya, guiñando un ojo en dirección a Ayami -. ¿Sabías que Hana-chan es toda una experta en cámaras fotográficas? Estoy segura de que sacará las mejores fotos de todo el campus?

Fran llegó a su cuarto del peor humor posible. Entre las clases y la conversación con Momomi (a quien esperaba no volver a ver jamás), no podía esperar a que el día le deparase algo positivo. Hacer los deberes con Shion no era lo mejor, pero al menos, significaba tener a alguien a quien le importaba a su lado. Eso ya era algo.

Así que entró en el cuarto, decidida a no dejar que todo lo que le había pasado durante aquellas horas le impidiese cumplir su promesa y sobre todo, más tarde, disfrutar con Kaname. Para eso sí que merecía la pena animarse.

Poco a poco fueron llegando todas las alumnas al comedor. Mai fue una de las primeras, pero no tardó en encontrarse rodeada de otras muchas compañeras. Cuando estaba ya sentada con su bandeja, vio que entraba Momomi, que cogía una bandeja y empezaba a hablar con algunas alumnas que parecían ser de su mismo curso. 

También vio a sus compañeras de escuela, Tamao y Noriko, y las de Teatro, que se sentaron en una mesa no muy lejos de ella, Atashi Harumi y Chihaya Takemura.

Instantes más tarde, entraban Rubi, Hina y BK con aspecto de querer lanzarse sobre la comida.

Había llegado a la cafetería sin contratiempos, por suerte llegaba de las primeras y cogí la comida sin esperar colas por lo que pude elegir mesa, esperaba encontrar una grande por si alguien más quería sentarse a mi lado.

Vi que Momomi entraba a la cafetería, esperaba que no se sentara a mi lado para evitar tener un enfrentamiento con ella que pronto llegaría, pero prefería evitar, por suerte se puso hablar con algunas compañeras de su clase.

Más tarde vi como Tamao y Noriko que seguramente pasarían por mi mesa para sentarse conmigo, en cierto modo no elegimos de quien nos enamoramos pensé para mí misma y decidí que no me enfadaría con Tamao.

Mis compañeras de teatro se sentaron en una mesa no muy lejos de la mía, si me quedaba sola siempre podría sentarme con ellas.

Por suerte las demás no tardaron en llegar, pero no hice ningún gesto hacia ellas y esperé por si se sentaban en mi mesa.

Tamao no había tenido una mala mañana. Se había despertado pensando en cuál sería la primera receta que intentaría hacer en el club de cocina y aún siguió dándole vueltas en clase.

Pero ahora tocaba comer algo y ponerse a trabajar, aunque no podía evitar pensar en que también durante el día de hoy debían sacar los horarios.

Cuando ella y Noriko pasaron por delante de la mesa en la que estaba Mai, Tamao sonrió.

-Hola, Mai-chan. ¿Nos podemos sentar aquí? -le preguntó -. ¿Qué tal las clases? La verdad es que yo no he podido dejar de pensar en los clubs durante toda la mañana. Hoy tiene que sacar los horarios, ¿recuerdas?

Estaba claro que debía empezar a cobrar por mi intuición, Tamao y Noriko no tardaron en acercarse a mi mesa para pedir permiso por si podían sentarse, hice un gesto afirmativo con la cabeza, aunque permanecí con el rostro neutral.

Tamao hablaba de los clubs y de los horarios, recordé que debía hablar con mis compañeras de teatro además de con Nagisa-sama para saber los días del cada club y las horas.

-es algo en lo que tener la cabeza ocupada, tengo que empezar a pensar en la continuación de la obra de teatro que estoy escribiendo para el club, pensar en las canciones y en el vestuario, si es necesario deberé actuar en vez de ser directora, aunque creo que mi época de actriz ya paso de largo…- comente coincidiendo con la idea de Tamao sobre los clubs y añadí-espero que mis dos clubs no peleen con los horarios-

Una vez en su cuarto, la joven peliblanco se deshizo de su uniforme por completo, permaneciendo tan sólo en su ropa interior, antes de dejarse caer sobre su cama, realmente frustrada por todo lo que había sucedido durante la mañana. Había sido un día horrible, de eso no había duda, y necesitaba algo que le mejorara su humor, o de lo contrario explotaría. Tras enterrar su rostro en la cómoda almohada, la guitarrista murmuró un par de palabras entre ellas tales como "malditas profesoras", "maldita sea" y "a la mierda el estudio y Momomi". No había duda de que estaba cabreada como hacía tiempo que no lo estaba de esa manera.

Luego de desquitarse lo suficiente con la almohada, volvió a levantarse de su cama para buscar una camiseta negra bastante larga. Por el momento no tenía pensado ir a ningún sitio, por lo que no había sentido en vestirse más de eso en su propia habitación. Además, dicha camiseta alcanzaba a cubrir todo lo que era necesario cubrir, casi como un vestido medianamente corto. Bueno, no tan perfecto, pero quería estar cómoda y sin duda no estaba de humor para no sentirse libre en su propio cuarto. Por otro lado, parecía que Shion tardaría un poco en llegar, por lo que tenía cierto tiempo para relajarse un poco, e intentar olvidarse de todo lo que había sucedido. Lo que menos quería, era tener que transmitir su mal humor a otras personas, en especial a aquellas que habían sido tan buenas con ella.

Debido a que necesitaba librarse un poco de aquella tensión acumulada, decidió que lo mejor sería hacer uso de su querida Revy. Algo de música y tocar como una alocada sería suficiente para distraerse y relajarse de todo aquello. No dudó en buscar su portátil para preparar una de las canciones editadas que deseaba tocar en ese momento, para luego conectar su guitarra al pequeño amplificador, antes de darle a reproducir al reproductor de música de su portátil. Sus dedos comenzaron a correr a lo largo de su compañera, creadora de melodías, aquella que estaba con ella siempre que lo necesitaba. Si Revy fuera una persona, sin duda no habría nadie más especial para ella que ésta. La canción que había elegido era bastante intensa, por lo que era normal que Fran se dejara llevar por el ritmo, a medida que sus dedos se desplazaban marcando las notas musicales con los ojos cerrados, disfrutando de aquello que le traía tanta paz. Le daba igual si hacía mucho ruido. Era algo que necesitaba más que nada en ese momento.

Mitsuki disfrutó de la soledad del camino. En el trayecto, se mezcló entre la marabunta que andaba de acá para allá, y sentía que sus problemas se hacían más pequeñitos. Cuando por fin llegó, se quedó quieta durante unos minutos delante de la gran puerta de madera. En cierto modo, se sentía un poco como una intrusa allí, pues no compartía el sentimiento religioso que reinaba en el lugar. Pero nadie tenía por qué saberlo, ¿no?

Cuando se sintió preparada, entró en la iglesia. El interior se le antojó precioso, casi místico, resultado de la mezcla de los colores de la cristalera reflejados en el suelo y los asientos de madera, el silencio, y la paz. Mitsuki caminó despacio por el pasillo central, escuchando el ruido de los pequeños tacones de sus zapatos resonando en cada rincón. Tras sentir el calor del sol en su rostro durante un pequeño instante, escogió un banco apartado y se dejó caer.

Su cabeza no dejaba de dar vueltas. ¿Qué mosca le había picado a Mai? ¿Qué iba a pasar con Fran? ¿Llegaría Momomi a olvidarse de ella en algún momento? A Mitsuki le encantaba que la idolatraran, no sabía si iba a poder vivir siempre con la incertidumbre de si su pareja estaba coqueteando con otras chicas,  o de si estaba pensando en lo que podría haber sido con Fran mientras le ponía buena cara. Y entre aquellos pensamientos negativos y el horror de mañana que había tenido, aprovechó que apenas había gente a su alrededor para enterrar la cara entre las frías manos y dejar escapar lágrimas de miedo, soledad, y rabia.

La energía de BK era contagiosa, juntas no tardaron en dar con Rubí, aunque más bien fue su compañera en encontrarlas a ellas. Al verla, Hina corrió dando pequeños saltitos hasta alcanzarla, saludándola con alegría. Aunque daba la impresión de que la pelirroja no estaba al cien por cien de energía, como era habitual en ella. - ¡Rubí-chan! Pueees, ¡bien bien! Aunque nos morimos de hambre hehe. - le comentó bromeando, dejando a un lado el tema de clases, además aún no había conocido a ninguna que mostrase interés por conversar sobre las clases, como no fuese lo justo y necesario. Lo mejor era olvidar el tema para que se distrajese y animase pensando en otras cosas, sip.

- ¿Los horarios? Mmm, ¿a lo mejor vuelven a colgar alguna nota? O... Podríamos preguntar a alguna alumna "veterana". ¿No? - dijo teniendo una idea mientras caminaban hacia la cafetería para almorzar. Una vez allí tomaron sus bandejas y se sirvieron la comida, aprovechando que aún no habían llegado todas. - Aah~ Que bien huele.. - soltó olfateando su comida ligeramente, sin perder una sonrisa. ¡Qué hambre tenía!

En eso estaban cuando atisbó no muy lejos a Mai, sentada en una mesa grande sola. Hina ensanchó una sonrisa al verla, y a punto estuvo de alzar la mano para saludarla... Casi dejando caer su bandeja en el proceso, por suerte reaccionó a tiempo y se evitó la catástrofe. - ¡Mai-chan! - dijo alegre mientras avanzaba hacia ella, esperando que las demás lo hicieran también, aunque no veía porque no. - ¡Buen provecho! ¿Po..Podemos sentarnos contigo? - preguntó amable sujetando su bandeja de plástico expectante.

Rubí caminaba decaída y con los hombros hacia adelante, como si el mundo le pesase demasiado a sus espaldas. Suspiraba por todo, así pues, cuando cogió su bandeja con la comida, movía la cabeza de un lado hacia otro, buscando algún hueco; fue en ese momento cuando visualizó a Mai.

Cuando Yaya puso gesto preocupado me transmitió aquel mismo sentimiento pero me esforcé por mantener mi sonrisa la cual recuperó su intensidad de forma natural cuando Yaya me habló sobre el talento oculto de Yuki -¡¿De veras?!- pregunté emocionada por la noticio -¿Cuelgas tus obras en alguna red social que pueda seguir?- me interesé rápidamente por su "trabajo".

Tamao estaba comiendo y hablando con Mai, que también parecía estar bastante centrada en los clubs, en el suyo de teatro.

...creo que mi época de actriz ya paso de largo…

-No digas eso, Mai-chan. Seguro que lo harías muy bien, porque se nota que te gusta mucho -le dijo, pensando que toda aquella frescura y ánimo de improvisación no merecían perderse.

Espero que mis dos clubs no peleen con los horarios.

-Yo creo que no, a no ser que alguien esté apuntado a muchos clubs. Entonces sí que habría alguno que coincidiese en el mismo día.

En ese momento vio que se acercaban Hina, Ruby y BK, y Tamao sonrió.

-¡Hola, Hina-chan, Becca-chan, Ruby-chan!!

Al mirar más detenidamente a Ruby, se dio cuenta de que parecía alicaída.

-¿Te ocurre algo, Ruby-chan? Tienes muy mala cara.

Las tres llegaron hablando hasta Ichigo y subieron al comedor. Una vez dentro, vieron que una buena parte de las tres escuelas estaba ya dentro. Tras mirar detenidamente, se fijaron en que Momomi estaba sentada en una mesa aparte junto con otras chicas, y que Hina, Ruby, BK, Mai, Tamao y Noriko, estaban sentadas en otro lado. No había ni rastro de Mitsuki o Fran.

Era una suerte tener compañía, aunque fuera la de Tamao y Noriko, según parecía no me guardaba rencor por lo del día anterior por lo que parecía que hablaba como si no hubiera pasado nada, en cierto modo eso era buena señal ¿verdad?

Elogiaba que me gustara el teatro, lo que era bailar no es que se me diera del todo bien, aunque cantar y actuar era algo en lo que me habían elogiado varias veces, igual me pensaba dos veces volver a actuar.

A lo lejos vi como Hina-chan me saludaba muy alegre y respondí al gesto con el mismo saludo de la mano por lo que se acercaron y preguntaron si podían sentarse, volví a responder con un gesto de asentimiento y una sonrisa, mientras que Tamao las saludaba enérgicamente.

Por detrás de Hina apareció una Rubí decaída y sin alegría parecía que podría echarse a llorar en algún momento, aunque claro…Tamao se encargó de preguntar.

Me levanté un poco torpe y fui hasta ellas dos, le di un abrazo a Hina como saludo, hoy me sentía algo cariñosa y lo mejor era contagiarlo para que todos estuvieran contentos.

-Pero bueno, Rubí Rubí… ¿y esa cara de dragón deprimido? -pregunte antes de darle otro abrazo a BK.

Con Rubí hice algo distinto, cogí su bandeja para colocarla en la mesa, temía que se echara a llorar y se le callera, podría hacerse daño

Después fui a buscarla, le puse un brazo sobre los hombros y le di un beso en la mejilla:

- ¿un mal día? -pregunte.