Partida Rol por web

Creo que el hecho de que en este momento Yaya se acercara a mi, en lugar de frenar la hemorragia con su pañuelo consiguió que aumentase mi nerviosismo y como si una peli cómica fuese, nada más tapó mi fosa nasal, la sangre empezó a salir por la otra. Y las palabras de la chica ayudaban aunque esa fuera su intención -Po-po-po-porque yo nu-nu-nunca he te-te-tenido no-no-novio... n-ni no-no-novia... n-ni na-nada...- le respondí bien nerviosa a mi amiga... ¿la dejo seguir llamando amiga si ella quiere ser mi pareja?. Ella seguía diciendo que las cosas seguirían siendo iguales, sólo que incluso mejor, dando paseos cogidas de la mano y hacer más. Y me daba mucha cosa decirle algo a Yaya que no quisiera oír... aparte dicho por ella parecia hasta bien. Pero yo se que las parejas hacen más cosas que esas... las he visto tras el objetivo de mi cámara y las he fotografiado: caricias, abrazos,... besos... De pensar en eso me angustiaba. Cualquier pensamiento positivo que tenia sobrs ello era aplacado por uno negativo y viceversa, y dentro de mi cabeza había estallado una guerra que me impedía conocer como me sentia con esto -Ya-Yaya-chan... e-e-esto-toy...- empecé a decir temblorosa, y algo triste por lo que diré ahora mismo -E-e-estoy... e-e-estoy... i-i-inco-comoda...- termine diciéndole con los ojos algo llorosos, aunque me doliese decírselo a la pobre. Tampoco es que pueda decir mucho más... estoy temblando tanto que si siguiera hablando me trabaria en la primera palabra. De hecho, me empezaba a fallar un poco la vista, notaba taponados los oídos, notaba seca la boca... y cuando me quise dar cuenta de lo que podía estar pasando... Caí de lado sobre la cama, inconsciente por un ataque de pánico.

Cuando Yuki despertó, estaba tumbada en la cama con dos tapones de papel en la nariz, y Yaya a tu lado con una taza de té y unas pastas sobre una bandeja.

-¿Ya estás mejor? Creo que te has puesto muy nerviosa. 

Yaya suspiró.

-En fin, no te preocupes. Era solo una idea. Sabes que siempre seré tu amiga, ¿verdad? Ten, el té se va a quedar frío.

Yaya hablaba como si no hubiese ocurrido nada, y seguía con la misma sonrisa de siempre.

Me desperté de golpe, incorporándome de forma muy rápida y jadeando bastante -¡Ahhh!- pegué un minigritito bastante ridículo debido a tener la nariz taponada. Me sentía como si me hubiera despertado de una pesadilla... no sabía porque, pero así me desperté. Temblando como un chihuahua asustado... y entonces, cuando vi a Yaya, recordé porque me encontraba en la cama. Me había desmayado de los nervios que me habían entrado con la proposición de la chica.

Ahora mismo no creía estar para pronunciar alguna palabra... seguía inquieta por algún motivo; pero asentí a las palabras que me había dicho Yaya de que seguiría siendo mi amiga... la verdad es que para haberme visto desmayarme estaba muy tranquila; pero viendo lo nerviosa que seguía yo, puede que eso fuera lo mejor. Fui a coger la taza de te estirando mi brazo tembloroso... pero nada más coger la taza y alzarla un poco, los temblores se trasmitieron a la taza, haciendo que derramara la mayoría tanto por el suelo, como en la bandeja... y sobre Yaya -¡Lo-lo-lo-lo si-si-si-siento!- me apresure a decir soltando la taza de inmediato, aún sonando rara por tener los tapones en la nariz -Lo-lo... lo-lo si-siento...- volví a decir... pero esta vez fue más por desmayarme ante su proposición que por el te... que también. No creo que fuese lo que esperara al pedírmelo, y me sentía mal.

Ante los ánimos de Ayami, la pelirrosa asintió contagiada por su entusiasmo, quería esforzarse mucho para no hacer el ridículo en el club de esgrima, y que así todas pudieran divertirse. Justo entonces recibieron respuesta de Fran y guiadas por la rubita se pusieron en marcha. - ¿Hambre? - ladeó la cabeza curiosa y siguió caminando con Ayami, no tardaron mucho en encontrarse con Fran, que iba junto a la presidenta de su club. - Ah, ¡allí! - exclamó sonriente aunque su amiga también las había visto, las dos se acercaron hasta ellas, sonrientes. Hina alzó su manita saludando a ambas también.

- ¡Hai! ¿Qué tal? - saludó sonriendo a las chicas, y escuchó atenta la explicación de Fran, se alegraba de que la estuviesen ayudando con los deberes porque ya habían notado que era algo que no le agradaba demasiado. Luego miró el recipiente de porcelana y los ojitos de Hina brillaron ilusionados. ¡A eso se refería Ayami! - Ooooh, ¡que buena pinta! - exclamó mientras miraba a la rubita dar el primer bocado. - ¿Sí? ¡Valep! - respondió feliz y asintió. - ¿Puedo? - preguntó mientras tomaba uno como le habían ofrecido y se lo llevaba a la boca. 

- ¡Mm! Está muy rico, ¡mm mm! - añadió mientras asentía con Ami-chan, pero entonces le surgió una duda. - ¿Los habéis cocinado en el club? - 

- Siempre tan buena conmigo, Ami-chan. - Se expresó de buen humor al ver que su amiga no parecía enojada con ella por no haberse encontrado con ellas luego de clases. Lo que menos quería era hacerlas esperar, pero Shion se habría molestado con ella, y a la peliblanco no le hubiese gustado que la representante perdiera el tiempo con ella, luego de que había sido tan amable como para ayudarla a estudiar, a pesar de estar siempre tan ocupada. No hubiera sido correcto de su parte, y por eso había decidido que cumpliría con su palabra, en especial luego de lo mal que había estado a la mañana, con su fracaso durante las clases y la charla con Momomi. De cualquier modo, aquello ya no importaba, y no tardó mucho en llevar su derecha a la cabeza de su compañera de cuarto, en un gesto afectuoso por el hecho de que ésta hubiese sido paciente con ella.

- ¡Claro! Come los que quieras, tienes que tener energía para ganar todos los enfrentamientos en esgrima. - Afirmó divertida, antes de abrir el recipiente para que la rubia se sirviera los takoyaki que quisiera. La guitarrista tenía mucha confianza en su habilidad en la cocina, por lo que sabía que estarían deliciosos, incluso si al final no se había apuntado al club de cocina por... por lo que había sucedido con Momomi, mucho menos con la charla que había tenido a la mañana. No quería verla jamás, en lo posible, aunque eso sería un poco difícil, teniendo en cuenta que eran compañeras de clase. Aún así, aquel pensamiento no duró demasiado, no al menos al ver lo mucho que Ayami había disfrutado de lo que había preparado con la ayuda de Kaname. - ¡Que bien que te gusten! Claro, Hina, los preparamos para compartirlos, como festejo por el club de esgrima. Además, son mis amigas y las quiero mucho. Coman, coman. - Las invitó a que continuaran, complacida con el hecho de que les hubiera gustado.

- El secreto es... ¡mucho amor y dedicación! - Respondió contenta a la pregunta que le había hecho su amiga. - Bueno, y un poco más de pulpo de lo usual, y las aonori que le dan una buena textura. - Detalló al final, aunque también era verdad que los había preparado con mucho cariño, principalmente porque Kaname la había ayudado a sacarse toda aquella problemática de su cabeza, olvidándose de los problemas para tan sólo centrarse en un momento agradable en compañía de alguien que era una excelente persona. - Sí. Pedimos la sala del club de cocina para nosotras. Todo gracias a Kaname. - Le explicó a la pelirrosa, dejando en claro que eso no significaba que se hubiesen apuntado al club, no cuando aquello significaría tener que ver a Momomi cada vez que se llevaran a cabo las actividades del club. - A mí, la cocina se me da bien, así que no necesito asistir a ese club. - Aseguró de buen humor, ofreciéndoles una sonrisa brillante.

- ¡Ah! - Exclamó al final, al darse cuenta de que su senpai aún no había probado los takoyaki. Por eso mismo, no se demoró en sacar unos hermosos ohashi negros, los palillos para comer, con los cuales cogió un takoyaki antes de acercarlo un poco al rostro de la joven de apariencia elegante y seria. - Di "Aaah" - Le pidió, con la intención de alimentarla directamente, sin duda divertida ante la idea, sus ojos risueños demostrando lo mucho que deseaba conocer la opinión de la presidenta sobre el sabor de los takoyaki. - Por cierto... deberíamos ir pronto al club de costura, antes de que tengamos que regresar. - Advirtió, mientras mantenía su mano levantada con el takoyaki sujeto por los palillos, y su mirada parecía concentrada en la acción, esperando que Kaname aceptara aquel gesto de su parte. Le había prometido una recompensa, y, para Fran, aquello era una buena bastante buena, o eso pensaba. Nunca había sido muy buena para esa clase de cosas, por desgracia para ella.

Tras poneros de acuerdo, todas os fuisteis para el dormitorio de Mai y Mitsuki. También os encontrasteis con Atashi, la presidenta del club de teatro, que llevaba encima no menos de cinco estuches de lápices de colores y rotuladores.

Una vez dentro, los soltó de golpe encima de la mesa.

Bueno, ya estamos listas. Lo primero es acordar qué es lo que queremos poner y después, cómo. A ver, chicas. Ideas. Quiero ideas.

Las amigas de Fran eran muy agradables. Ayami probó uno de los takoyaki y Hina otro, y sin duda, les gustaron. Fran les insistió en que comieran todo lo que quisieran y a ella le pareció bien.

-Fran es una cocinera excelente -les dijo Kaname -. La verdad es que si están buenos, es gracias a ella.

Kaname no pudo evitar que sus ojos brillaran al mirar a Fran. Hubiera deseado darle un beso allí mismo, pero no quería ponerla en evidencia. Le bastaba con tenerla a su lado.

Cuando le preguntaron el secreto, ella se mostró animada y segura de sí misma. Se sentía feliz, y Kaname también al verla así, sobre todo recordando cómo había entrado en el club de esgrima, apesadumbrada y llena de tristeza.

- ¡Ah! Di "Aaah"

Kaname sonrió cuando Fran le ofreció uno para que ella lo probara, así que acercó la boca a los palillos, la abrió y... no tardó en saborear como, efectivamente, estaban deliciosos.

-Están muy buenos. Creo... que Fran ha puesto mucho.. en ellos -dijo Kaname, evitando la palabra "amor" adredede, pero sospechando a que a joven guitarrista no le iba a pasar desapercibido.

Por cierto... deberíamos ir pronto al club de costura, antes de que tengamos que regresar.

-Tendremos que ir a Le Rim, que es en donde se imparte. Lo lleva la presidenta de la escuela, Minamoto Chikaru. Puedo hablar con ella para que no haya problema porque os apuntéis más tarde. ¿Quiénes os vais a apuntar? -les preguntó Kaname.

Por un segundo pensó en las imágenes de reclutamiento qué usaban en la segunda guerra, pero descartó la idea de inmediato, a nadie le gusta que le vengan a imponer unirse a algo.

​Tiene que ser algo entendible, algo directo pero sin ser muy agresivo a los ojos, cómo cuando los políticos hacen campañas publicitarias para llegar a un puesto, cómo hizo Shinzō Abe. 

-Tal vez, deberíamos hacerlo cómo si fuera más una campaña, de esas del tipo políticas... Pero en vez de hacer promesas vacías, poder decir algo que a las chicas les guste, creo que sería una buena base para idear el reclutamiento-

Teniendo una expresión pensativa, mientras se relaja sobre la silla. 

Hina soltó una risita llena de felicidad, asintiendo ante las respuestas de las chicas. Se sentía realmente a gusto en aquel ambiente, y podía dejar a un lado su timidez, mostrándose más risueña y relajada. Siguiendo la petición de Fran, la pelirrosa miró a Ayami con una sonrisa y aceptó la oferta de tomar otra bolita de pulpo más. - ¡Gracias! - dijo mientras tomaba un takoyaki con cuidado y lo devoraba con ganas. Poniendo carita de felicidad en el proceso. No quería abusar más, así que por el momento bastaría. - Se os da genial, ¡deberían montar un puestecito en algún festival! ¿Verdad Ayami-chan? - dijo entusiasmada, y entonces se preguntó si en Ichigo se celebrarían esa clase de eventos. Hmm...

Tras terminar el aperitivo, dirigió su atención al gesto entre Fran y Kaname-san. Aunque realmente, Hina era algo ingenua como para darse cuenta de que parecía existir algo entre las dos, tan sólo pensó en lo bien que habían congeniado, casi como si se conociesen de antes. Desde luego le alegraba mucho ver a la peliblanco tan contenta, las miró con una sonrisa y luego miró hacia la rubita. - ¡Es verdad! Tendríamos que ir para que Ayami-chan se apuntase al club. Sí, ayer quedamos en que íbamos a acompañarla. - le explicó a Kaname-san, asintiendo.

Sonreí a su permiso, y estiré la mano timidamente hasta que mis dedos sintieron el pelaje del animal. Lentamente comencé a acariciarlo bajando la guardia, al caballo no parecía incomodarle.

-Hola Goro

Murmure deslizando mi mano por su cuello. Volteé a verla cuando me hablo, y suspiré, incorporandome con ayuda del árbol hasta quedar frente a ella, notando que me llevaba algunos centimetros de altura pero no tantos como hubiera creído.

-No hay nada interesante en Ichigo - explique encogiendome de hombros. - Tú no vas para alla?

Amane negó con la cabeza. Por las tardes estoy siempre con Dogo. Necesita atención y cuidados, y sé que sufriría si no lo hiciera. Por cierto, parece que le has gustado. Cuando se deja acariciar con tanta facilidad es porque ha visto algo en ti que le da confianza.

Me acerqué a ella y era obvia la diferencia de altura entre las dos. Pero no fue eso lo que me llamó la atención, sino su mirada. En ellos vi demasiada soledad.

Hagamos una cosa. Como Dogo ha descansado ya lo suficiente, por qué no te llevamos a las caballerizas y después te acompaño a Ichigo. Dentro de poco cerrarán las puertas.

Mitsuki cerró tras de sí la puerta de su cuarto y se sentó a la mesa. Harumi dejó encima de la mesa un montón de estuches con colores de madera, rotuladores, y vario material escolar. La chica cogió uno de los estuches y lo observó con una mezcla de admiración y preocupación. Dudaba que tal cantidad de colores fueran necesarios para nadie. 

Lo cierto es que la chica no tenía ni la más remota idea de cómo hacer campaña publicitaria. Se había apuntado al club de teatro para pasar más tiempo con Mai (y porque la idea de vestirse de princesa y de que la viera todo el mundo era atractiva, la verdad), pero no tenía el lado creativo muy entrenado. 

-Creo que lo que primero necesitamos es saber a quién va dirigido el anuncio. Las chicas a las que les gusta la idea ya se habrán apuntado, y a las que no les guste ni van a mirar el cartel. Así que tenemos que hacer algo para las que estén dubitativas. Tenemos que prometerles que les va a gustar, y que el tiempo que van a pasar aquí va a ser bueno -opinó, siguiendo el tema de la campaña política que había propuesto Rubí. 

-Es mutuo - murmure sonriendo al animal volviendo a acariciarlo con suavidad. -En mi primer colegio tenían una pequeña granja, solía pasar ahí todo el tiempo, es extraño no tener animales cerca

La cara se me ilumino al oir su propuesta de ir a las caballerizas.

-Me gusta ese plan, gracias, pero no quiero que te sientas obligada - probablemente tenía cosas más interesantes que hacer que andar acompañandome.

-No me siento obligada. Cualquier amiga de Dogo es también amiga mía y para nosotros será un placer llevarte.

Amane no hablaba con demasiadas chicas. Era una solitaria y todas lo sabían. La animaban y también la tenían en alta estima por su capacidad para competir en hípica, pero más allá de todo eso, le resultaba difícil encontrar a alguien en quien confiar. Pero aquella chica, BK, le parecía agradable y fácil de tratar.

Le gustaba.

Con un ágil movimiento, subió en lo alto del lomo de Dogo. Después alargó una mano y ayudó a BK a subir.

-Agárrate fuerte. A veces Dogo se anima demasiado y tiende a dar saltos.

Tras decir esto, arreó a Dogo, que salió hacia delante veloz y emocionado.

Entonces por qué no hacemos cada una un cartel para el teatro y elegimos entre todas el que nos parezca mejor? Incluso podemos después mezclar un poco y hacer uno que refleje lo que queramos todas. ¿Qué os parece?

El club de teatro iba a ser mi perdición, pero... no podía resistirme. Además, estaba segura de que entre todas, lograríamos preparar una buena obra.

No te preocupes, Hana-chan -dijo tranquilamente Yaya, mientras iba a buscar un trapo para limpiar el té que había caído encima de la ropa, y también en la cama.

Si llego a saber que ibas a ponerte tan nerviosa, no te habría dicho nada.

Yaya miró fijamente a Yuki. Era tan delicada, tan tímida, que daban ganas de abrazarla como a un osito de peluche.

No te preocupes por lo que he dicho. Me gusta ser tu compañera de cuarto y tu amiga. Con eso me conformo. Así que tómate el té como una buena chica y nos podremos a estudiar, ¿de acuerdo?

La chica intentó tranquilizarme de nuevo, queriendo que olvidará que me había dicho y siguieramos como antes. Por no tartamudear más, simplemente asenti algo sonrojada con la cabeza algo gacha... aunque me fuera a costar un poco. A mi también me gustaba como amiga y compañera... pero ahora sabía que ella buscaba algo más... algo que quizás no pase nunca siendo como soy... y eso me hacía sentir algo mal.

Pero intentaría hacerle caso, y lo intentaría dejar pasar. Así que una vez estuve lo suficientemente tranquila como para levantarme de la cama, lo hice y me puse a hacer los deberes. Aunque la verdad... eran difíciles... y me atascaba. Y al atascarme, pues me volvía a agobiar -So-son mu-muy di-difíciles...- me lamente un poco por lo bajo.

Vamos allá, espero poder hacer algo que esté a la altura-

Tomando una hoja de papel, los lápices de colores y algunas cosas más, se puso a hacer un boceto de su idea para poder presentarla a sus compañeras y amigas de club, esperando que les agrade, tal vez un dibujo de una obra kabuki estaría bien para empezar.