Partida Rol por web

- Que va, Doña Emilia. Como dice el libro del Eclesiastés en su capítulo 2, versículo 24: "No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma vea el bien de su trabajo. También tengo yo visto que esto es de la mano de Dios". ¿Qué es eso sino una muestra de que Dios busca que el hombre se divierta? Pues en eso estamos hoy.

Con esto de que el hombre comiese y bebiese, al Arzobispo de Milán le apetecía una copita de champagne. Aprovechó una de las bandejas que pasaron cerca para agarrar una y comenzar a beber, formándose en torno a ellos un grupo cada vez más numeroso. Se acercó a Angelo el señor Cabezón, tratándole de Santidad. 

- No se equivoque, señor. No soy Papa de Roma, sino Arzobispo de Milán. Estuve cerca de convertirme en Papa cuando Benedicto decidió dejar el cargo, era de los favoritos de hecho, pero Jorge consiguió al final imponerse.

-Hay que estar fresco para la subasta,si puedo comprar lo que he venido a buscar ya habra tiempo de beber-dijo siguiendola hasta ponerse a su altura.

-Respecto a quien dara mayor dolor de cabeza,creo que la"santa iglesia" es la mas preocupante pues si quieren algo no creo que haya nadie que pueda estar a su altura economicamente hablando,el moro puede presentar algun problema pero por lo general cuidan mucho de gastar mas de la cuenta,al contrario de lo que se cree.Y los demas creo que son personas adineradas pero nada del otro mundo.Respecto a ti tambien tienes un Aston ¿no?

El viaje en avión desde Malasia había sido realmente largo. Sin embargo poder permitirse el lujo de tener una cama donde dormir en el avión ayuda mucho a que las horas pasen mucho más placenteras, aparte que el entrenamiento físico y psicológico permite que lo que hubiera sido un problema grave de jetlag se convierta en una ligera molestia, sin ninguna importancia.

Llego al aeropuerto con tiempo más que suficiente para poder desayunar en una habitación del hotel que allí ofrece sus servicios antes de salir, acompañado por mis bellas acompañantes y mi jefe de seguridad.

Las calles de Madrid son muy monótonas y el tráfico es muy denso, aunque comparado con la ciudad en la que paso tantas semanas esto es poco más que una ligera retención. Un coche de 7 plazas con chofer no es fácil de llevar por las carreteras españolas, que resulta tan evidente que han sufrido el desgaste de unos políticos que han preferido dedicar el dinero a comprar coches de lujo para pasearse que a arreglar el asfalto sobre el que estos se mueven.

Para cuando llegamos a la mansión ya ha pasado el primer estadio de la presentación, con lo que me tomo mi tiempo para bajar con tranquilidad.

Si no puedes llegar puntual al menos llegar pisando fuerte.

Me coloco perfectamente la ropa. Me aseguro de que mis acompañantes estén perfectamente presentables y bajamos del coche, siempre con mi jefe de seguridad bien a mano y mi asistente bien pegada. Vamos haciendo cuentas de los futuros espectáculos, tanto en Europa como en Asia.

Si quieres ganar dinero, haz que hasta tu ocio genere rentas.

- otro tipo raro - pensó Judith al ver llegar a otro tipo, pero sin dar mucha importancia a su exagerada entrada, solo respondió a su acompañante - ¿yo? ¿un Aston? Que va, lo tiene mi chofer no yo - justificaba mal disimulada, pero sin decir tampoco una mentira - en cuanto a ese cura,... en fin, no me fio de un tipo que bebe alcohol sin poder hacerlo, más el vino debería ser el único que probara y solo en actos religiosos creo ¿no? No se, no se mucho de esas tonterías, pero lo justo, para no fiarme...

Emilia asentía, con cara de interés, a la cita bíblica de su Eminencia-. Ah, mire usted, eso yo no lo conocía. Pero sí, sí, sí. Tiene razón, esta es una forma de diversión como otra cualquiera –En ese momento, se acercó el hombre del coche abollado, que no debía de tener televisor en casa, pues confundió a Angelo Scola con su Santidad Francisco I. Pero no pasaba nada, un error lo tenía cualquiera.

Claro que más grave fue el saludo que ese señor le dedicó a Emilia-. Encantada, Sr. Cabezón –comenzó a presentarse con normalidad y su rostro esbozó el inicio de una sonrisa el escuchar los calificativos "bella" y "natural"-. Yo soy Emilia Gallardo. Ay, gracias por… -Pero enmudeció al instante en el que pronunció LA palabra. ¿Nietos? Se le descompuso la cara. No había dicho “hijos”, no. ¡Nietos! ¿Será posible? De repente, un ruido fuera de lo normal la sacó de su ensimismamiento. Abrazó el bolso del susto que le pegó el eructo de Don Cabezón. ¡Habráse visto, qué modales!

Por suerte, esa falta de educación sirvió para que Emilia se recompusiera. Se pasó la mano por el pelo, descolocando un par de mechones del moño y, con una postura muy digna y voz más aguda de lo normal, le contestó a la insinuación anterior-. Oiga, señor mío. ¿Insinúa que soy vieja? ¿Le parezco yo a usted una abuela? Entre esto y el eructo, ¿dónde ha quedado el caballero de antaño?

Agitada, la mujer se volvió y casi se choca con uno de los camareros que pasaba por ahí. Miró la bandeja de canapés, pero no se fiaba. Con cierta cara de asco por la comida, se decidió por una copita de champán. Eso sí lo toleraba. Además, hacía siglos que no se pegaba un lujazo como ese. ¡Desde la boda de Ricardo!

-De verdad crees que solo beben en las misas-le contesto sin poder reprimir una pequeña sonrisa.

-Estos peces gordos del clero,este no es un simple cura,creo que lo que menos beben es agua,siempre están en reuniones,citas,etc ,y tienen la excusa de "vale me la tomo pero por no hacerle el feo"-le digo-Nos acercamos a ver que cuenta nuestro amigo de la iglesia y su nuevo sequito-añadi guiñándole un ojo y esbozando una pequeña sonrisa

Dando un trago a su botella de agua, se encogió de hombros, comenzando tan solo a caminar en pro a aquel extraño grupo, susurrando antes de llegar - que beben no lo dudo, pero delante de los demás,... - no acabó la frase, no valía la pena, ya más cerca solo dijo la verdad - hola señor cura, ¿hace cuanto que le han expulsado de su congregación? - ninguna iglesia admitiría tan descaradamente que permiten beber y apostar en público, pues la subasta, no dejaba de ser una apuesta después de todo.

La etiqueta y el protocolo nunca se le había dado bien a Salvador, y eso que en su trabajo era algo que tenía un gran peso, pero simplemente él era lo suficientemente "Cabezón" como para pensar que ya sabía todo lo que necesitaba saber, e ignoraba que muchas personas consideraban sus palabras como inapropiadas.

La mujer replicó con razón el torpe comentario de Salvador y él solo pudo balbucear pobres excusas.

- No, No quería decir eso! Me refería a que "el día de mañana", dentro de muuuuchos años, cuando ya esté vieja y arrugada y no se le acerque ni la momia de Tutankamon, entonces sus nietos, que de aquellas ya los tendrá, estarán muy orgullosos de lo guapa que es su abuela, pero dentro de muchos años, muchos!!, muchos!!

Salvador no sabía si había conseguido arreglarlo o directamente había acabado de meter el zueco hasta el fondo.

Intentando cambiar de tema, volvió su atención al clérigo.

- No, si ya sé que usted no es el papa, hombre!, que yo soy una persona informada, que el papa vá siempre de blanco... ¡vamos!, ¡como los del kuskusklan!! Dijo Salvador todo lleno de razón al tiempo que daba una sonora palmada en el hombro del religioso. Lo que no le entiendo es lo de Jorge, ¿pero el que ganó no fué Francisco?, ¿Qué pasa, que me he perdido un papa?.

Salvador vió como se iban acercando más personas al grupo, eso era bueno, significaba que se estaba integrando. Eso sí , echó una mirada fugaz para localizar al árabe, esperaba que ese hombre no se le volviese a acercar. Este pais ya no es lo que era, ahora a los moros se les permite ir a cualquier sitio y encima se le deja ser ricos. Pensaba para sus adentros.

No me lo podia creer,¿de verdad le habia dicho eso al religioso?Miraba a Judith entre sorprendido y divertido,queria ver como acababa aquello.Lo que no cabia duda era que Judith se habia ganado su respeto,ella sabia lo que queria,lo que pensaba y no le daba miedo a expresarlo delante de nadie,una mujer con principios,que hoy en dia no es facil de ver.

Los ojos de Monseñor Scola se frenaron en seco en los de Judith, y le responde:

- Señorita, temo decirle que a día de hoy sigo siendo Arzobispo de Milán. Desde el Concilio de Jerusalén, en el año 50 después de Cristo, se abolieron las restricciones de animales prohibidos para la alimentación y ciertas bebidas, todo esto muy asociado al judaísmo. Unos años después, en la Conferencia Católica de Estados Unidos en 1966 se abolió incluso la prohibición de comer carne los viernes. Si conoce algo sobre la historia católica, verá como el propio Jesús convirtió en vino el agua de las bodas de Canaán, o cómo Pablo recomienda a Timoteo tomar vino en lugar de agua en una de sus cartas. Capítulo quinto, versículo 23. Sin embargo, si que prohíben las Sagradas Escrituras la embriaguez y otros excesos. Como habrá escuchado antes, el propio Dios nos insta a comer y a beber en nuestros momentos de gozo - el sacerdote carraspeó ligeramente y tomó un sorbo de su copa de champage - En cuanto a su ataque sobre la subasta... le recuerdo que esto no se trata de juegos de azar, en los que se arriesga el dinero en un intento por multiplicarlo en algo que va contra las probabilidades. Esto, sin embargo, es una puja por comprar un objeto, el que me interese, con el dinero que yo estime oportuno. No se equivoque, señorita, cuando trate de dejar a gente en evidencia dejándose a usted misma.

Luego miró al pobre Salvador, casi dejando de lado a la chica, y también contestó a su observación:

- Está usted en lo cierto, caballero, el Papa actual es Francisco I. Pero su nombre real es Jorge Bergogio. No se preocupes, puede ser un error común.

- ya queda todo más claro - decía sonriente haciéndose y organizando las palabras del arzobispo - y luego preguntan por el motivo por el que se extinguen algunas especies,... comen sin restricción cualquier carne, mmmm no me extraña, si hasta se comen "la carne" del cristo ese ¿no? Como no van a comer tigre de bengala u otras especies raras - sonrió al escuchar algunas palabras del hombre - y yo que siempre he creído que las subastas eran "oportunidades" a menudo únicas, pero claro, no es azar si apuesta el dinero que amablemente les han dado los fieles para ayudar a los pobres, solo es despilfarrar un poco de dinero ajeno - al final entendió la "verdad", ¡ese hombre tenía razón! - admito mi error señor arzobispo, son sus seguidores quienes apuestan indirectamente por que usted logre esa "oportunidad", lo siento, me he equivocado,...

Después miré a Jesús - parece verdad lo que dicen de que llevan la palabra del señor, muy señoriales sus explicaciones, aunque no entienda eso de los versículos, tienen que tener 6 o 7 biblias para tanto capítulo, verso, o de otro modo, van a tener que pagar lo suyo en "pluses" en los envíos d compras por internet ¿no?

Tras la explicación del clérigo, Salvador asintió con la cabeza.

- Aaah!, Cojones!, No había caido yo en eso. Claro, claro, es que a ustedes cuando se hacen curas les cambian el nombre, es cierto. ¿Y a usted alteza ahora como le llaman?

En ese momento una atractiva joven de expresión desafiante dedicó su atención al Arzobispo. Salvador que estaba presente comenzó a sentirse molesto por las insinuaciones de la joven.

- Señorita, ¿podría tener usted la educación necesaria para respetar a este señor de Dios? No sé que clase de trauma debe tener usted contra la madre iglesia, pero supongo que el señor "garzovispo" no será el responsable de ello. ¿no le parece? Dijo Salvador dirigiendose a Judith. Esto era increíble, la chica era una preciosidad y aparentemente parecía tener clase, pero esa clase de comentarios no podían venir de otro sitio que no fuera de un rojo o un anticlerical de esos que estaban tan de moda ahora. Que país! Ahora ya hasta aparecían en las mejores familias!.

Luego se percató de su acompañante, un joven moreno de sombrero y con una perilla trabajada. Salvador frunció el ceño, 

¿Un gitano? ¿También hay aquí un gitano? ¿Pero que clase de sitio es este? Bueno por lo menos no se trata de un extranjero, pero solo falta que aparezca un Vasco o un Catalán. Pensó Salvador e inconscientemente llevó su mano a la cartera para asegurarse que no le había desaparecido.

Aprovechando que el árabe se tomaba su tiempo para darle una respuesta Amanda dedicó su interés a la copa de champagne que fue vaciando con breves y delicados, aunque contínuos, sorbitos. Cuando la hubo vaciado se sirvió una segunda, miró de arriba abajo al árabe y dirigió su atención al pequeño grupo que se formaba alrededor del arzobispo.

Aquella señora con aspecto de beata y el hombre de los bigotes formaban la oportuna defensa del clérigo. Frente a ellos, una hermosa muchacha morena que se empeñaba en mostrarse más intransigente que aquel a quien acusaba de intolerancia. Amanda pensó que podía no faltarle razón, la Iglesia tenía mucho que renovar, pero había hombres de iglesia que se movían como pez en el agua en eventos sociales como aquel, y el arzobispo era uno de ellos. Luego recordó una de sus más famosas actuaciones, en la había aparecido sobre el escenario con una sotana muy similar a la del clérigo que tenía ahora delante, aunque el número terminaba con un vestuario bastante más reducido. Aquello se hizo tan famoso que llegó a posar varias veces en una actitud similar...

Sonriendo, bebió de nuevo de su copa y se acercó al grupo.

- Qué sorpresa encontrarlo aquí, monseñor. Es un auténtico placer conocerle - miró al resto del grupo, saludándolos discretamente, para volver a centrar su interés en el religioso, y aportando su opinión al tema que trataban añadió con picardía - No solo de pan vive el hombre, dijo el apóstol Mateo.

-¿El qué?

"¿Qué ha dicho el italiano?", pensó. Ella sólo quería pensar en sus cosas. ¿Por qué la molestaba? Notaba que las mejillas le ardían. ¿Era un ataque personal, una indirecta o la había llamado buscona? "No te precipites, a lo mejor es una broma a la italiana. Piensa, piensa. Lo peor es que te quedes callada y se note que te ha pillado en blanco".

Procurando que el tic del ojo se le notara lo mínimo posible, se echó a reír de manera nerviosa.

-¿Qué? ¿Cómo, el anillo? ¿Miedo? ¡No! Ah, no, no. Qué tontería, no es eso. ¿Miedo, por qué? No, es que les iba a decir justamente que mi marido quería ir a Arabia. Por la luna de miel. Por lo del jeque, por eso les he dicho que me había fijado en él. Teníamos el viaje fichado, pero luego, no sé… las vacunas, y todo eso. No me gustan los camellos. Y hace calor.

"Muy bien, muy bien". María estaba algo más relajada.

-¿Han visto que ha hablado? -les dijo en voz más baja. -El jeque, digo. Pensaba que sólo hablaría bien inglés y árabe, o algo así. A lo mejor es de estos que hablan mil idiomas. 

Así, mejor, mucho mejor cambiar de tema. 

Emilia tomaba sorbito a sorbito su copa de champán, con los labios apretados y con cara de haber pisado una boñiga. No, Cabezón no lo había solucionado. Su triste explicación la había enrabietado aún más. ¿Cómo que “arrugada”? ¡Ella estaría divina siempre! ¿La momia de Tutequi-qué? No sabía qué era eso, pero sí entendía la palabra “momia”.

Aun así, no dijo una palabra más. No apartaba sus ojos de él y su mirada podría haber prendido fuego al anti-caballero. Pero su boquita permaneció cerrada. Cerrada hasta que una joven con aires y que se debía de creer muy graciosa insultó a Su Eminencia. Entonces casi se le cae la mandíbula del asombro-. Pero ¿qué estás diciendo, niña? Ten un poco de respeto, que este hombre ha hecho muchísimas más cosas buenas de las que tú podrías hacer en tu vida –Ahora mismo no se le ocurría ninguna, pero seguro que había cientos de ellas.

Todos cometían pecados y blasfeman de vez en cuando. Es la naturaleza humana. Pero hay que guardar las formas delante de un miembro tan importante de la Iglesia. ¡Faltaría más!

- Usted ni caso, Eminencia. Ya sabe que estas nuevas generaciones han salido un poco rebeldes. Ya lo dice mi amiga Nati, que hoy en día los jóvenes no saben de respeto –Volvía a pasar el camarero por su lado. Dejó su copa, ya vacía, y tomó otras dos-. Tome, tome una copita de champán. Que está bien rico –le dijo, y le ofreció una de las que había cogido mientras se llevaba la suya a la boca y pegaba otro traguito.

Parecía que coincidía en gustos con aquel tipo, Ferretti, por los sitios tranquilos. Pero Daniel se vió obligado a matizar alguna cosa sobre su ciudad.

-Cierto es, todos nos quedamos con la idea de la gran ciudad, con los ruidos, la polución, el estrés, etcétera. Pero es cuestión de echar tiempo para encontrar lugares más tranquilos en los que poder respirar un poco de paz. Yo es algo que suelo hacer en mis ratos libres, cuando salgo con mi cámara de fotos. Y se pueden encontrar más de uno y más de dos.

Se dio cuenta de que su tono se había puesto un punto altivo. Debía ser que inconscientemente se había sentido herido en su orgullo como madrileño, así que tampoco quiso continuar por ahí. Instantáneamente se acordó de la petición de tuteo.

-Por supuesto, puede tutearme, espero que la confianza sea mutua y pueda tutearle yo también. A todo esto, ¿cuales son sus nombres de pila? Por poder dirigirme de manera más personal.- Había llegado en el momento de la confusión de la mujer sobre el apellido de aquel tipo, pero no había escuchado su nombre. Y ella directamente no había dicho el suyo tras mi llegada.

Observó todo el revuelo que se estaba montando alrededor de aquel cardenal y sus apetencias por el champán. Le divirtió bastante ver aquella escenita que se acababa de montar, especialmente con el descaro con el que aquella chica había reprochado al religioso su actitud. Acababa de ganarse un punto a su favor de su parte, aunque el resto de su apariencia y maneras de niña rica le asqueaban.

-Supongo que viniendo por su cuenta, sin acompañantes, contaba con la intención de tener que hacerse entender en nuestro idioma. Seguro que nuestra fama de pésimos hablantes de otros idiomas nos precede. Incluso entre la alta sociedad.- Respondió al comentario sobre el jeque rápidamente, en solidaridad por el cambio de tema de aquella mujer, después del momento incómodo que acababa de pasar con el tema de su anillo.

-Relajese Judith,no juzges al señor obispo que seguro que ha venido por una buena causa.Habra venido a ver si subastan mantas para los pobres mendigos que duermen a las puertas de sus enormes y vacias iglesias en invierno,o a por comida para las pobres personas del tercer mundo,para las cuales parece que no hay momentos de gozo "como dice su dios",pero que el si tiene a menudo viendo su oronda figura,¡¡ahh no!!, creo que seguro ha venido a traer las riquezas de su iglesia para que la subasten y asi poder ayudar al projimo.Ahora es cuando el mas listo del grupo dice que esto es populismo o demagogia,yo creo que esas dos palabras la inventaron los politicos y los poderosos para cuando se les hace ver lo evidente tener algo en lo que escudarse.Por cierto mi nombre es Jesus,como su jefe ¿no?-dije mirando al obispo.

-Bonito moño-añadi viendo que una señora mayor me miraba sorprendida.