Partida Rol por web

Tu Ama expuesta para ti de esa forma, es una nueva manera de ponerte a mil, de complacerla en sus exigencias. Hacerla feliz es tu obligación y a la vez tu fuente de placer. Masturbas su clítoris o la penetras con un dedo, y le dedicas ese gustito tan rico por detrás que tan bien conoces.

O es tu habilidad, o su caletón, o la combinación de ambas, pero al poco Frisbee te ofrece una deliciosa corrida como regalo a tu dedicación. Se frota en ti, se muerde los labios para no gritar y te clava las uñas en las piernas, conteniendo sus jadeos y gemidos apagados.

Te sabe a poco, necesitabas más tiempo saboreándola, y Frisbee parece darse cuenta, sin cambiar de posición, recuperándose de su agitado orgasmo.

-Eres una viciosilla, muñequita.-Drogada, lames delante o detrás, no importa, o besas sus nalgas, te encanta hacérselo, es tu Ama. Te sientes húmeda, loca, enajenada del tiempo y lugar.

Hasta que Frisbee se retira, se sienta sobre tu vientre, te introduce un par de dedos en la boca. La otra mano "desgarra" despacio la tersa piel de tu torso, la turgencia de tus senos erectos, la planicie de tu vientre. Deja huella, cinco sinuosos surcos, resbala el daño en cada pasada.

-Grrrr. Grrrr. -tu amante ruge, no en plan gracioso, sino muy seria y muy asalvajada, y más con esa expresión tan animal -¿Muñequita, dónde lo guardas?

Saborea su corrida, es insuficiente, quiere más, continua aun sin permiso con sus atenciones, sus caricias, sus besos y mordiscos asintiendo con gimoteos y jadeos a sus palabras. Luego su ama decide que ya es suficiente de eso y le pone sus deliciosos dedos en la boca y ella, entregada, sumisa, casi convertida en una esclava, los chupa y relame con gusto, no importa que le impida hablar, tampoco lo necesita...

En sus ojos brilla con más fuerza la excitación al comprender lo que la motera quería y extiende la mano para llegar al cajón de su mesita, el cual abre para mostrar su contenido, entre otras cosas, el strap on que Alice había adivinado que la otra buscaba.

El strap-on te hace recordar que en breve tienes que recibir tu "pedido". * Qué rico sería tenerlo ya. Es un segundo en on tu memoria, luego vuelves al apagado con lucecitas de emergencia. Tu atención regresa a Ella.

Si este juego se traslada a la realidad del día a día, estás perdida. Absolutamente poseída por Frisbee. Pero ha aceptado tus condiciones, ¿no? Claro. ¿Eres una ilusa? ¿Y si de verdad quieres hundirte en ese abismo de perdida de tu voluntad? Que controle ella…

Que te folle la mente. Eso es. Ya te lo ha hecho, ¿no? ¿Cómo debe ser que te folle durante todo el día? ¿Se puede morir de placer?  ¿Una follada constante, larga, sin fin? ¿Es posible? Si existe, lo quieres, lo deseas.

Tu Ama no coge de momento el dildo. Te sigue preparando,  rasgando la piel, y tú te retuerces y empapas debajo de ella. ¿Te puedes correr con esas garras desgarrándote el cuerpo y el alma? Se inclina sobre ti, su boca chupetea tus pezones, tus uñas ahora laceran tu vientre. 

Sus dientes muerden una de tus negras puntas de diamante. Y tiran de ella. Muerde de verdad y tira de manera tortuosa. 

La frustración a la que Frisbee la tenía sometida era una tortura aún mayor que lo que hacía en sus pezones...pero también era increíblemente excitante, Alice se retorcía a sus deseos, conteniendo sus propias manos contra el colchón para que no finalizara.

Entonces Frisbee subió el nivel y agarro con sus dientes aquella punta de.lanza y mordió...mordió de verdad y Alice llevo las manos a su boca para ahogar el gemido de dolor y de placer, toda la carne se le puso de gallina, su humedad iba en aumento junto al dolor...era lacerante, desgarrador...Alice arquea la espalda para seguir a su pecho hasta donde podía, tratando, por instinto de aliviar la tensión, pero era un juego en el que Frisbee tenía todas las de ganar. Y Alice disfrutaba de perder, aunque los ojos se le estaban llenando de lágrimas por el suculento dolor 

¿A Frisbee le gusta el juego? Estás convencida de que sí. El otro día te lo pareció. ¿O solo lo hace por complacerte? Le has abierto la puerta a un mundo nuevo. Y se ha sumergido en él como en una nueva droga.

Arqueas la espalda. Hasta lo imposible. Ella no cede, excitada, extasiada en la imagen que le ofreces. Tirando. Sus zarpas se hunden en tu carne...la sangre brota un poquito…¿Se descontrola? ¿Apura los límites para darte el máximo placer? ¿Quién domina a quién? Una estrella centellea un segundo en tu cerebro con esa intuición. Un segundo y se desvanece. 

Frisbee suelta y tú espalda cae en la cama, clavando tus dedos crispados en el colchón. Estás sudando. Ha sido un acelerón impetuoso, en minutos desde que habéis entrado en tu habitación. 

Lame tus heridas, las bocas se encuentran, la sangre se transfiere de lengua a lengua. Tu endiablada pareja acaba por saltar de la cama para colocarse el strap-on. Tú te giras, temblando, al borde del orgasmo.

Tu Ama te toma por la cabellera y, no a lo bestia, pero te saca de la cama. Te pone frente al espejo rectangular colgado en la pared. Ella detrás, sonriendo acerada, hay sangre en sus labios. Tu cara delante, los ojos entornados, febriles, la boca entreabierta.

Nunca te has visto mientras follabas. No hasta ahora.

-Hola, muñequita. -su lengua resbala en tu cuello sudoroso. Su mano te acaricia un pecho. Lo estás viendo y sintiendo. Una palmada en las nalgas te retumba en todo el cuerpo. Te miras el reflejo. El de ella. Frisbee te sacude de nuevo. Se abraza a ti, cruza miradas en el espejo. 

Sonríe en plan malota. Te besa. Te lame. A su manera, ella también te muestra su adoración por ti. 

El olor de la sangre llena sus fosas nasales, ese olor a hierro tenía un efecto increíble con su excitación y sus nervios. Cuando Frisbee la saca de la cama ella jadea y gime, encantada con el maltrato, se incorpora donde ella la pone y se mira al espejo. A las dos. 

-Umm hola ama...estamos muy sexys ¿No? - dice mordiéndose el labio inferior, sus manos se mueven hacías atrás para buscar los muslos de ella, su piel, sus caderas...la acaricia sin dejar de tener su mirada fija en la suya, pero no se muestra desafiante ni nada por el estilo, si o impaciente, sensual, espectante a su siguiente movimiento.

-¿Sexies? -te pega un tortazo en el culo que te zarandea toda. Te estira de la cabellera la cabeza hacia atrás.- La muñequita es graciosa. ¿Nos hacemos un selfie?

Las miradas se cruzan, la tuya fuego anhelante y deseo, la de ella es pura lujuria y picardía. Notas el dildo de strap-on, te separa las piernas, una mano en tu vientre, la otra sujetándote del pelo. 

Frisbee entra despacio. Lo hace en tu vagina. Es tu Ama, y decide. Cambia el terreno, como antes hizo. Penetra fácil abriéndose paso en la untuosidad de tu cofre de los tesoros. Eres testigo en el reflejo del espejo, de tu cara y la suya, sus ojos penetrantes no se separan de tu mirada delirante.

Te tiene bien agarrada, sin margen de maniobra. La cabeza hacia atrás, el vientre pegado a su espalda.

Y llega lo mejor. La cadencia, la armonía de sus movimientos cuando sale. El impacto de la embestida violenta al sumergirse una y otra vez en ti. 

-Le gusta a mi muñequita, ¿verdad? -es una pregunta que en realidad no espera respuesta. O no otra que sea un sí.

Y te ves. Tu expresión cada vez que la recibes. Su sonrisa divertida cuando te va follando. Sus besos y sus lametones en tu cuello.

Imposible renunciar a esto…

¿Imposible…?

Aunque hubiera escapatoria, Alice no la tomaría. La trampa se había cerrado, la aplastaba, la retenía...la follaba con esos ojos oscuros mirándola en la habitación tenuemente iluminada. Ahoga los gemidos, se muerde los labios para contenerse, pero solo en sonido, porque todo lo demás era imparable.

El dulce abismo la envolvió en forma de brazos que la retenían, que las unían, que entrelazaban sus destinos. ¿Tenia que ser así? ¿Tenía que casi haberla perdido para caer luego sin reservas en sus brazos? Cuánto se divierte la diosa Venus con sus devaneos y divagaciones.

¿Como renunciar? A esa sonrisa, a esos labios, a esa piel, a esa mirada depredadora... La decisión se había tomado, Alice se había entregado, había saltado arrastrada por su mente y su cuerpo. Si esto era follarse a su mente, Frisbee se había llevado el premio al mejor polvo.

¿Quién dominaba a quién? ¿Cuánto iban a durar las normas que Alice había puesto? ¿Cuánto las promesas que se había hecho? ¿Importaba, acaso? Carpe diem.

De nuevo resulta una follada larga. Con ese compás que te vuelve loca, las manos apoyadas en la pared, a los lados del espejo, la mirada en el cristal, la cabeza atrás por sus tirones al ritmo de sus caderas. Estás gozando del polvo de una forma única, las dos en el reflejo, delante, detrás.

Y cuando las yemas de sus dedos acarician tu diminuto tallo erecto, te derrumbas sobre ella, te dejas caer, te corres y te ves hacerlo en tu reflejo. Casi es doble el placer observar a las dos en ese instante. Gritas...Frisbee te tapa la boca con su mano, ahoga tus gemidos, muerdes sus dedos. Es muy brutal y te dura bastante.

-Me pone muy cerda follarte así. Nunca lo imaginé. Me siento como una puta perra en celo -te susurra, te jadea al oído. 

Y es por eso que cuando se desprende del dildo, una vez más te pide tu boca, se tumba boca arriba sobre la cama y cuando te recuperas buceas dentro de ella. Su orgasmo sobreviene rápido, agitado, tremendo, sus piernas tensas.

-Muñequita...Muñequita...no pares...no ahora…

Sus dientes mordiendo la almohada…

Le da lo que pide no sólo sin pensarlo, sin siquiera dudarlo, deseándolo más allá de cualquier punto de raciocinio. Alice devora de nuevo su intimidad como si no hubiera nada más en el mundo, toma con ambas manos sus piernas, las eleva para que las apoye en sus hombros y Alice permanece de rodillas fuera del colchón y la cabeza entre sus piernas, sintiendo la presión de sus muslos en ambos lados de la cara porque es lo que ella quería sentir...su presencia abrumadora en todo su ser, su peso, el de su cuerpo y el de su voluntad.

Se esfuerza en hacerlo muy rápido y muy fuerte, hasta que ya le dolía la lengua pero no iba a parar, a ella no le gustaría que se detuviera, ya no siente el frenillo, compensa con los labios, acariciando, sorbiendo ligeramente, trazando círculos y cerrándose sobre su joya escondida. Su lengua ya no puede con tal intensidad, y Alice no lo duda, se tiene que ayudar de los dedos para llevar a su ama al orgasmo, la penetra fuerte y seguido, sin violencia, se remueve en su interior, explora toda la cavidad y embiste...y embiste...y embiste...

Aunque tu Ama se corre pronto, tú sigues, desenfrenada y desatada. Logras que una segunda ola le arrebate la cordura y rompa su tatuado cuerpo contra los acantilados para que mute en arena mojada.

-La hostia...Muñequita...Joder...qué puta comida de coño.

Eres tú la que trepa con lengua de trapo para besarla mientras se recompone su agitado pecho. Pero como siempre pasa con ella, su reposo es breve, su hiperactividad la domina, y se levanta a los pocos minutos. Te besa el culete, se pone las bragas, sigue vestida con la camiseta, enciende un cigarrillo y sale fuera, al balcón.

-Ven, Alice.

Hace algo de frío con estos días nublados y lluviosos. En el oscuro cielo, la luna está casi llena. ¿Te unes a ella?

Eres feliz. ¿Feliz o…? ¿Qué nombre le darías a lo que sientes en la cabeza, en el pecho y en la entrepierna?

Hace lo mismo que ella, se pone las braguitas pero también una camiseta larga, le lleva otra a ella por si desea ponérsela y también enciende un cigarrillo pero busca el calor en el pecho de Frisbee, recostándose sobre ella, queriendo acunarse en sus brazos.

¿Feliz? Feliz era una palabra muy grande. Y ser...ser es un estado permanente. Probablemente Alice no sabía aún lo que era la felicidad. Pero esto se parecía bastante. Su mente vacía, su cuerpo cansado, su entrepierna satisfecha, su piel surcada de moratones y arañazos...¿había una palabra para definir lo que sentía? Si la había no la encontraba. Sentía que estaba aprovechando el momento, eso si. Sentía que esta ha sido la mejor decisión de su vida, después de aceptar el trabajo que le ofrecía Michelle aquel día en el tren.

Pero volver con Frisbee había sido...había sido liberador ¿cómo es que lo había dudado? Que tontería, la tatuadora no le quería ningún mal, su único error fue intentar convencerla de que fuera solo para ella ¿tan malo era eso? Según desde donde lo mirases...era halagador. Claro que Alice lo había...seguro que lo había exagerado todo, ella siempre tan dramática y tomándose las cosas tan a la tremenda...A veces la vida no es tan dramática, no habían estado de acuerdo en ese punto, pues no pasa nada ¿no? Bah, qué mas daba todo eso ya...Estaban aquí, juntas, solas, disfrutando la una de la otra...y Alice sentía que tenía la situación bajo control, aunque de una forma pasiva. Ya había marcado las pautas...se podía relajar y disfrutar del viaje. 

Recuesta la cabeza en el hombro de la tatuadora y mira la luna casi llena. 

-Le vas pillado el truco a esto...-le dice traviesa mirándola de reojo.

Tu Ama…¿o ahora ya es Frisbee?, acepta la camiseta, que se pone sobre la suya. Fumáis en silencio tras tu último comentario. Tú, acunada y cobijada en ella, pensando en lo acertado de tu decisión,¿feliz? del momento y lugar. Ella...no sabes con certeza, pero debe de estar bien, cuando te sujeta por la cadera y te aprieta hacia sí.

-Nunca había probado nada parecido, con ninguna chica. -se ríe- Joder, muñequita, es que follarte así, ver y sentir como lo pasas de puta madre, como te corres…Me excita...me pone mucho...Jajaja...Y hoy frente al espejo…¿te gustó?

Le da una calada a su cigarrillo. -Se me ocurren cosas y tengo que hacerlas. -fuma de nuevo. La notas inquieta al hablar de este tema.- Y eso del dolor...que te mole tanto, muñequita...No me molesta ni me corta azotarte o pegarte bofetadas, a pesar de que tampoco lo había hecho. Bueno, alguna jodida torta en el culo, vale. No se lo haría a nadie, no es una mierda que me pusiera  cachonda. 

Otra calada- Pero tú te pones como una cerda y me lo trasladas a mí, cabrona. -Frisbee ríe, una risa contagiosa, peligrosa, que te arrastra más a su abismo.

-¿Tienes algo para los arañazos? Creo que me he pasado, jaja. 

La escucha en silencio, en un mutismo sonriente, feliz de lo que escucha. Frisbee estaba encantada con os descubrimientos, tenía un aura natural y se dejaba llevar. 

-Bueno mientras que nos mole este plan a las dos y te sientas bien haciéndolo va todo genial. Y si alguna vez hay algo que no te guste...solo tienes que decirlo.

-¿Pasarte? Jeje con los arañazos no pero...uff cuando me mordiste el pezón pensé que iba a morir...bua...- no parece contrariada, sino excitada . Apaga el cigarro y vuelve dentro, buscando en cajón alguna crema para las heridas y los moratones.- aquí tienes...

Por toda respuesta Frisbee sonríe mostrando un ristra de dientes a lo tiburón –Me gusta morder. –Ya lo sabes, desde el mordisco cerca del cuello, el chupón o las suaves mordidad de sus besos.

Se gira hacia ti cuando traes la pomada o crema. –Me mola este plan contigo- Te abraza y agarra por las nalgas, atrayéndote a su boca. Te besa, te besa la boca, el cuello, la barbilla, la boca…

Da la última calada a su cigarrillo, y pasáis al interior de la habitación donde se cuida de tus arañazos, tumbada en la cama o apoyada en la pared.

–Quiero quedarme a dormir esta noche. Quiero despertarme a tu lado, con tu olor y sabor y follarte. Puedes pedirle a Brenda que te sube algo de cena, me vale una mierda de vaso de leche y galletas, jajaja. Es muy maja esa nena.

Tumbada en la cama, primero boca abajo y luego boca arriba porque las laceraciones estaban en todas partes, Alice se acomoda melosa para que Frisbee la cuide, removiendose lo justo para ponérselo fácil.

-¿Eso quieres? Bueno jaja entonces habrá que hacerlo. Supongo que encontraremos la manera de escabullirnos por la mañana ¿Eh?- dice complaciente, hablando entre sonrisas- Pero por la mañana trabajo eh, tengo que ver qué tengo que hacer...igual no tengo que salir o si, pero tú puedes quedarte aquí.-confiada y suave como una almohada. Luego rebusca por ahí hasta encontrar su teléfono y pone un mensaje a Brenda.

Hola guapi, ¿Podrías subir algo de comer para Frisbee y para mí? Un poco de leche con galletas será suficiente, no te preocupes. Gracias :-)

Entre cuidados, risas, besos y alguna caricia juguetona, pasáis el tiempo en buen rollito y sintonía. Parece mentira que un par de horas antes el mundo se acababa, tu cuerpo era un flan tembloroso y tu mente un caos de emociones negativas. Ahora, Frisbee es lo mejor que te ha pasado junto con Michelle y su trabajo, y si te pide irte a su casa, lo mismo lo haces sin pestañerar, igual que has aceptado encantada sus planes de quedarse a dormir contigo.

Brenda llama a la puerta. La chica carga con una bandeja y está un poco descompuesta. Se abre paso, no quiere quedarse fuera en el pasillo y que la vean. 

-¿Pero estás con Frisbee? Madre mía, Alice. –Entonces se da cuenta de la presencia de la tatuadora. Se tapa la boca con la mano.- Pero…¿no le has dicho nada a Rose? Madre mía.

Frisbee rueda los jos y te mira, perpleja y riéndose. -¿Para qué se lo has dicho a Brenda?

La chica deja la bandeja.- Por favor, no hagáis mucho ruido. Rose no suele subir demasiado pero igual le da por venir a su habitación. O cuando vaya a acostarse. Madre mía, Alice, no quiero que te vayas, que ya sabes como es, que lo mismo te echa.

Frisbee rellena los vasos con la leche – Venga, Brenda, tía, joder, que no hacemos nada, nos bebemos la leche y a dormir, no te asustes. –le da un poquito la risa por el temor de la chica.

-¿Que esperabas que hiciera? ¿Que te metieras en el armario?- se ríe un poco Alice quitando hierro al asunto. -​​​​​​-Will ya nos vio subir, asumí que tú también, tampoco es para tanto...no vamos a hacer nada ahora de noche, solo queremos dormir no te apures Brenda- le dice intentando tranquilizar a la chiquita- Si te atosiga di que no sabías nada, que no viste a nadie y ya está ¿Vale? Y si me echa, pues mira, seguiré viniendo a verte, te lo prometo.- le dice sinceramente a Brenda guiñándole un ojo.

-No te preocupes, ha sido la ida de olla del momento, no ocurrirá más veces, no quiero que te preocupes.- añade luego viendo que Brenda estaba afectada y asustada por lo que pudiera pasar.

La situación en cierto sentido es un poco cómica, tu invitada se ríe, tú te lo tomas muy de tranqui, y la más agobiada es Brenda. La nena se encoge de hombros, menos afectada gracias a tu forma más relajada de enfocarlo.

-Si no creo que se haya enterado, está abajo todo el rato, con la cena. Solo digo que cuidado. Y que no te vea Sarah porque esto no le gusta y seguro que le va con el cuento –añade en voz bajita.

Después, se va dando cuenta de lo que hay. Vosotras a medio vestir, el strap on todavía por la cama (y que pone cara de no saber qué es pero sí intuirlo, claro), el ambiente en general de la habitación. Se le suben los colores, se muerde un labio. –Qué bien lo pasáis, ¿no? Bue... bueno… que me largo, vale. Ya bajas mañana la bandeja.

Frisbee se ríe mucho cuando se marcha, quien sabe si piensa que le gustaría que te echasen...Se tira sobre la cama para amortiguar la carcajadas…Tú le pegas con la almohada…Te encuentras genial.

-Vale Brenda, tendremos cuidado, duerme bien. Gracias por la cena.-le dice, sintiéndose un poco mal, no por haber roto las reglas de Rose, si no por preocupar a Brenda. Ojito con Sarah, no se esperaba que sería una chivata. En fin, a lo suyo. Guerra de almohadas. Risas, bromas, comentarios acerca de la cara de Brenda al ver el strap on...vaya susto, pobre.

Toman la leche y las galletas y lo que Brenda les haya traído, tomándose un tiempo de descanso tirada en la cama. no quiere hablar de nada trascendental, ni de relaciones ni de ir a vivir o a no vivir donde. Todos los temas "serios" están aparcados en un baúl en el fondo de su mente, enterrados bajo gruesas mantas para que no molestaran durante horas.

-¿Quieres un masaje?-pregunta de repente, tumbada a los pies de la cama a lo ancho pasando las yemas de sus dedos por el dorso de esa parte de la anatomía de Frisbee.