Partida Rol por web

Te sientes algo mejor. Estás descendiendo el pico en tus emociones. Por un momento has pensado que saltaba por los aires tu relación con Michelle. Pero no. La rubia sigue ahí. Con la incógnita de lo que pueda sentir por ti. Con las dudas de lo que late en tu corazón por ella. Al menos te tranquiliza, te dice las verdades, o las suyas, como ella las ve. Y, en particular, tal y como pensabas, Michelle no te condiciona, no te quiere para ella sola, o, si fuese así, comprende que en este momento no puedes atarte a una sola persona. No por ahora.

-Bueno, de alguna manera te la ligaste, ¿no? Fue mutuo. Aunque es verdad que ella lo mismo resulta que es una superdepredadora. No lo se. -Te toca un dedo y sientes un ligero dolor -Uf, qué tensa, normal. ¿La disco? Quizás. Te pruebas a ti misma. No se qué decirte con eso, no sabría aconsejarte. Pruébalo. Pero piensa que en una disco hay de todo.

Te mira, pensativa.

-Te propongo un ejercicio de sinceridad. No para ahora, sino cuando te sientas centrada, calmada, con la cabeza ligera. Reflexiona, medita acerca de las personas que te rodean. En un papel vas anotando qué te hacen sentir. Frisbee...¿fascinación, admiración..? Lo que sea. ¿Qué has perdido con ella? Sexo...no solo eso...¿qué más? Brenda...Sus amigos. Tus compañeros de pensión. Sey. Tu trabajo...yo. Las sesiones de BDSM, tanto de dominación como sumisión. Todo. Poco a poco. Te aseguro que funciona, pones por escrito tus emociones. Te ayudará. Pruébalo también. *

-Auch- se queja, más por la sorpresa que por el dolor, pero sonríe al notar como sus emociones se apaciguan despacio, tal y como había dicho empezaba a ver las cosas con bastante menos dramatismo aunque sin restarle importancia. Pero al menos ahora podía pensar.

-Que buena eres con esto...tal vez tenga que pedirte que me enseñes, al menos este masaje sólo, parece que va muy bien para poder pensar, decidir...unos minutos de calma. Supongo que no sería bueno usarlo todo el tiempo, eso sería como tomar drogas para evadirte de los sentimientos. Pero por un rato, y para poder dormir...-​​​​​​-comenta, idealista, sin tener ni idea de lo realmente complicado y peligroso que todo esto puede llegar a ser. Pero la ignorancia es atrevida.

Continúa reflexionando.

-Eso pinta bien...parece algo que puedo hacer...pero a Frisbee mejor la dejo para el final..ahora mismo no se qué pensar de ella, es todo demasiado...¿Radical? A ratos pienso que soy la peor persona del mundo por dejarla y a ratos pienso que ella es lo peor que me ha pasado. Luego pienso que nunca volveré a encontrar a nadie que me haga lo que ella me hacía...ahora veo que todos son pensamientos muy catastrofistas y que probablemente ninguno sea cierto del todo...¿Crees que debería hablar con ella? ¿El lunes o cuando sea? Tengo miedo de que mi resolución se vaya a la mierda cuando lo haga y que volvamos a empezar. Se que si...si ahora me dijera "ey tía me da igual si quieres follarte a otras, me vale con pasar algún rato contigo" y pone esa sonrisa suya...-​​​​​​-se le ha puesto un poco de carita de tonta- me deshare como un cubito de hielo al sol...y no quiero que pase eso porque...como has dicho en el fondo no me conviene...es muy fuerte su personalidad, su carácter...no me conviene.

-No es por desilusionarte, se necesitan años para aprender. Y con todo, a veces temo equivocarme. La combinación de puntos adecuados, la presión y el tiempo justos, el estado emocional incluso de la persona y de ti misma, es un todo. Quizá algún día, ¿no?

Termina el masaje, deja con suavidad tu pie en el suelo. Coge el otro -El equilibrio. -Comienza con él, mas suave esta vez. Tuerce la boca en una mueca de duda cuando te escucha.

-Tienes un problema si piensas eso. Ya supongo que la tentación es mucha...¿Sabes? Para tu suerte me da que Frisbee no va a aceptar compartirte. Si es como creo que es, no. Lo que a mí me da que va a pasar es que ella esperará que regreses. Si no lo haces, entonces, con el tiempo, dependiendo de lo que encontraba en ti, puede que se conforme a eso, a que te folles a "otras". Gracias por lo que me toca -se ríe, meneando la cabeza y apretando en un dedo de tu pie que te hace dar un salto en el sillón. 

El rato continua así, te relajas lo suficiente como para pensar que los problemas son de otra, no de Alice Dawson. Se termina el masaje, se termina la charla, y llega un silencio tranquilo, pausado...hasta que comienza a llover.
Pasáis adentro, Agnes despierta, pide su te con leche y galletas. Se despista y al principio no sabes quien eres, luego recuerda.

-Ah, la asistente de Michelle. ¿Has pensado en mi oferta?

La tarde se pasa jugando al parchís y a las cartas, charlando de chismes, de las anécdotas de Agnes, de esto y aquello. Estás algo soñolienta. Michelle te comenta si te apetece echarte un ratito antes de la cena. 

Tras la reveladora charla con Michelle, más distendida, Alice vuelve a enfrentarse con la activa señora Agnes y ahora que está más relajada, disfruta de su cháchara, aunque cuesta seguirle el hilo, lo que lleva a Alice a pensar que no solo su estado anímico influye en no captar a la señora sino que ella misma es un terremoto. Quién la viera de joven.

Pero al cabo de un rato se vuelve a encontrar cansada, es como si estuviera baja de batería y no pudiera más que  alcanzar medias cargas que se evaporan con poco. Hablar de sinceridades y sentimientos la había dejado echa un flan por dentro toda esa montaña rusa emocional, pensar que casi la pierde a ella también. Y luego la calma, el masaje... La paz...todo cambiaba muy rápido en su mente y necesitaba apagar un poco.

-Si...si no te importa iré a dormir un poco...tengo que revisar el móvil...igual llamo a Lindsey, me ha estado preguntando y...bueno, ella también se preocupa.- le dice, dándose cuenta de que tiene a demasiada gente pendiente de ella y eso la avergüenza un poco. -​​​​​​-Nos vemos luego. 

Se despide también de Agnes y se vuelve a la habitación de invitados donde, tras unos momentos de duda, termina por coger el teléfono y revisar por si hubiera mensajes de...alguien. Si no hay nada que contestar, le pondría un mensaje a Lindsey por si quería hablar.

No hay mensajes... de quien quizá esperas y desesperas y no quieres que haya y a la vez sí...Es terrible sentirte de esta forma. Se lo has dicho antes a Michelle, temes caer de nuevo...temes no encontrar lo que la tatuadora te da...¿Tan malo sería "pertenecerle" sola a ella? ¿No es tu ama? Incluso si acepta que te acuestes con otras personas, ¿no sería genial? ¿Cuánto tiempo vas a aguantar sin someterte a alguien? A alguien no, a ella...Piensas en la tarde de ayer, en el mar que fue tu entrepierna, en esa larguísima follada que te metió...En policías y ladrones...¿Puedes renunciar a la libertad por eso? 

Prefieres no responder. Estás sudando. Lo más inteligente es no quedar de nuevo, pero sabes que te vas a morir, una yonqui de su sonrisa, de sus besos, de sus maneras bruscas...

Escribes a Lindsey. Te tumbas en la cama, te adormilas. Pero te espabila la vibración de un mensaje. Respuesta de Sey, está libre. A los pocos segundos recibes su llamada.

-¿Qué tal? Tengo un ratito libre. Oye, que las marcas bien, están curando, no te preocupes por eso, todo bien en los pechos.

¿Podría aguantar? De momento si...mientras Michelle estuviera para equilibrarla si...pero Michelle no estaría siempre y no podía refugiarse en su jefa para siempre. No si no quería que la situación estallara por otro lado. Como una broma macabra de alguna entidad burlona, cuando se tumba en la cama nota levemente el dolor de las marcas del cinturón que ELLA le hizo ayer mismo...era un recordatorio doloroso, punzante, cargado de remordimientos. Toda su relajación tras la charla con Michelle se fue a la mierda con esa sensación. 

Era su droga, ahora tenía que desintoxicarse...o no...tal vez Frisbee entrase en razón...tal vez podría tenerlo todo...Pero con el tiempo, Frisbee volvería a mostrar su autoridad, su capacidad para manipularla...no por mal...pero el juego...la tatuadora era una jugadora nata, una dominante de manual tal y como había dicho Sey. Disfrutaba del control y no sabía dónde parar...y Alice no estaba segura de poder pararla una segunda vez.

Se adormila, quién sabe cómo, con lágrimas en los ojos de.nuevo y la despierta la vibración del móvil. Somnolienta y de nuevo con la sensación de tener la batería en rojo, responde a la llamada.

-Hola...¿Si? Me alegro mucho, perdona por no preguntarte, no tengo excusa, debí llamarte ayer...- se disculpa, dándose cuenta una vez más de lo egoísta que era.- Pues lo que pasó con Frisbee...bueno ya te digo que en cuanto al bdsm todo fue... simplemente genial...- le cuenta la sesión, ahora sí, con pelos y señales...y fue un martirio hacerlo, una maldición y una bendición a la vez, se excitaba al recordarlo y se sentía culpable por ello. Las lágrimas vuelven a agolparse pero las va aguantando...hasta que llega a la parte de la conversación en la que todo se termina. Aquí debe parar varias veces la narración para respirar hondo y termina llorando sin querer, entre disculpas y parones alejándose del teléfono para luego retomar el relato. Esperaba no tener que contarlo más veces.

-...y ahora...ahora tengo...tengo miedo de que ella...bueno de que yo...tengo miedo de perder el control de la situación si es que lo tengo y volver...y ahora que me he dado cuenta de que no me conviene, me doy cuenta de que...que ella puede tener ese efecto...entonces ¿Que tengo que hacer? ¿Tengo que esconderme de ella? -resopla.

​​​​​

Hay silencio al otro lado de la línea cuando finalizas tu relato. Se lo has contado a Michelle, ahora a Sey. Quizá esperas que, emulando a sendas magas, te resuelvan la papeleta. Pero qué puedes hacer. Su visión es neutral y te ayudará a decidir, eso es. Que te echen una mano en este marrón. Tú misma sabes cual es la decisión, elegiste ayer. Pero qué difícil va a ser mantenerse-

-¿Te está acosando? -Sey parece confusa.- Estás muy afectada. -cada vez que algo te va genial, su reverso es tanto peor- . A ver, en el fondo el tema es sencillo: Frisbee no quiere compartir. Tú no quieres atarte. No estáis de acuerdo. Habéis roto. Dentro de lo malo mejor ahora. Después de unas sesiones más estarías enganchadas con pegamento. 

Lindsey se lo toma desde la distancia. -No puedes vivir con ese miedo. Si te llama, le dices que es lo que hay. Y punto. Y tú ni intentes contactar. A ver, Alice, la relación dominio-sumisión crea mucha dependencia si comienza a ser tóxica. Le has echado el freno. Es una experiencia más. Ni te culpabilices. Tampoco a Frisbee, no veo que te haya hecho nada malo. Intento ser ecuánime.

-No...no nada de eso. Sólo es un miedo que tengo ahora...creo que tienes razón. No voy a contactar con ella...- dice suspirando y calmándose un poco- No...no ha hecho nada malo pero...yo debí echar el freno antes tal vez. Yo le di carta blanca...la anime con todo el juego y quizás...quizás se pensó que había más. Tengo que...aprender a ir más despacio o jugar con gente que sepa distinguir donde acaba el juego y empieza la vida. Me gustaría continuar aprendiendo contigo...espero encontrarme bien el jueves que viene pero...si no...tal vez ¿Un café? Podriamos solo hablar o...no se, tal vez solo ver el local y...tomarlo con calma.

-Lo veo. Yo el jueves me lo reservo para ti. Pero el martes confirma, máximo miércoles por la mañana. Nos tomamos el café, si no te encuentras con ánimos. Además...he pensado en algo.

Hay una corta pausa, te parece que está fumando -Conozco un par de hombres que les va mucho el masoquismo y que los sodomicen. Y una chica también. Esto si queremos explorar tu lado sado. Si sientes necesidad de lo otro, cambiaremos el rol del último día. Pero lo vamos hablando, si no es este jueves, el siguiente. ¿Cómo lo ves?

-Parece un buen plan. Si no pasa nada, el jueves quedamos pero te confirmo el martes o el miércoles para que te quedes tranquila. Y te comento como me encuentro si con ganas de fiesta y...qué clase de fiesta, si ya has hablado con esas personas pues seguiremos probando la dominación... De todas formas creo que por muy bien que esté...para el jueves no creo que me sienta capaz de ponerme sumisa con alguien...que por otro lado igual es lo que necesito...no lo se la verdad...lo que tú me recomiendes.

-Va, tía, que tienes que animarte. Es una putada y estás de bajón, pero en unos días te irás despejando. ¿Te vas a meter en el cuerpo un litro de helado? Guárdame un poco, jajaja. Va, hablamos. Un beso.

Lindsey cuelga. Sí, también te da ánimos, claro. No ha empatizado tanto como Michelle. Bueno, Sey es distinta, amable, afectuosa en su punto, pero algo distante. Una tía genial, seguramente, pero nada condescendiente. De las que te tiran a la piscina, y venga, aprende a nadar.

Ya no te duermes, fumas en el balcón, contemplativa de la vida. Refresca y la lluvia no detiene su monólogo aburrido. Cae sin modificar el ritmo ni la armonía. En ocasiones compruebas el móvil, nada, mensajes de amigas, de la familia. Una broma de Sarah, un gif de Robby. Fotos de los pastelitos que acaba de cocinar Brenda, ¿es que te quiere hacer rabiar?

Michelle sube y te avisa para la cena. Es un poco más de lo mismo, Agnes y sus historias, aunque la comprendes, ¿cuántas ocasiones tendrá esta mujer de compartir la mesa con alguien joven y desconocido? Entras en la conversación con más ganas, te sale natural. Ayudas a recoger la mesa. No demasiado tarde, las 22.30, Agnes ya se acuesta. 

-El bebé ha caído rendido. -Michelle te sonríe- Mi madre esta supercontenta de tenerte aquí. No te lo imaginas. Para ella es una fiesta. -te acaricia el brazo -¿Vemos una peli? 

Quedó tranquila tras la breve charla con Lindsey. Todas parecían estar de acuerdo en que todo esto pasaría, un trance vital más. Tal vez no iba a morir...tal vez. Aunque se sentía que sí, como el corazón se le fuera a romper o a secar o todo a la vez. Pero también trataba de ser consciente de que ella no estaba viendo las cosas en perspectiva...tenía que convencerse de que Michelle y Lindsey tenían razón. Seguro que Frisbee no volvía a llamarla ¿Porque iba a hacerlo? Ya lo dijo... Alice estaba más colgada de ella que al revés...nah seguro que no llamaba. A estas alturas seguro que ya estaba con otro ligue. Pues bien por ella..

La morena baja a cenar y vuelve a dejar el móvil en la habitación, despreocupada, no quería que nadie la distrajese de estar Michelle.

La cena pasa tranquila, chanzas y risas, todo bien, se distrae y se siente algo más animada 

-¿Peli? Claro ¿Braveheart? Ya que estamos en Escocia jaja

Michelle se aparta de ti, con cara de falso horror- Bromeas, pequeña, ¿no? - Al final veis juntas Cielo de Medianoche. Muy juntas en el sofá. Descubres que estás recostada en su regazo. Y cuando faltan minutos para que termine la película, es a ella a quien tienes abrazada. 

En esos momentos te late el corazón igual de acelerado que cuando llorabas, cuando la ira inflamaba tus ojos de llamas. Y luego las pulsaciones son muy suaves, lentas, espaciadas. Finaliza la el film, Michelle levanta la cabeza y reclama un beso, que no tardas en concederle, multiplicado por tres o cuatro. 

-Vamos a dormir. -Tú imaginas que ella tiene ganas de ti. Después de más de una semana, seguro que su deseo está en un nivel muy alto, en el top 10. Pero se ha encontrado con tu drama y te respeta. Eso y que menuda semana llevas de darle a la cadera. 

De la mano te conduce a su habitación, para compartir la misma cama y el mismo sueño. Te abraza, o tu a ella, tanto da, acurrucadas baja las sábanas.

Fuera, la lluvia sigue cayendo. Solo ha parado en cortitos intermedios durante toda la tarde y noche.

La película también logra.mantener lejos a sus fantasmas, no es un mal broche para la tarde. Recuerda que hacía más o menos veinticuatro horas estaba viviendo uno de los peores tragos de su vida. Sin querer a veces pierde el hilo de la peli porque la conversación con Frisbee se cuela en sus oídos y le cuesta horrores dejar de recibirla una y otra vez.

Cuando eso sucede, Alice se zambulle más en los brazos de Michelle, hasta que oye su corazón calmado y firme...y solo así logra volver a alejar esos demonios. Al final va pasando el rato y es ella quien abraza a su...¿Jefa? ¿Amante? ¿Amiga? Que complicado era todo... Pero besando su pelo y su frente descubre que todo parece más sencillo.

Llega el momento de acostarse y Michelle la sorprende llevándola a su habitación. Alice suspira con una alegre resignación y la sigue. 

No...no tiene el cuerpo para nada, al menos hoy...pero es tan reconfortante sentir su piel desnuda sobre la suya, aunque le da un poco de vergüenza desnudarse porque teme su reacción ante las marcas de su cuerpo. Pero se siente bien acurrucada en las sábanas con ella.

Y entonces piensa en lo que Michelle podía querer...en porqué la había traído a su habitación...y se le escapa un suspiro, la besa en los labios, tierna y cálida pero cortamente.

-Lo siento...esta noche no soy yo misma...pero yo también tengo muchas ganas de ti.- se disculpa para luego poner otro beso en sus labios.

Y trata de dormir.

Las marcas del cinturón en tu espalda y todavía en las nalgas acaban siendo observadas por Michelle. Lo que piense se lo guarda para ella, conoce tu atracción por ese tema y, probablemente, se ha resignado a este hecho y ha acabado por aceptarlo. Le guste o no, que va a ser que no, su reacción es besarte allá donde más castigada se ve la piel. 

Tras eso, como no, te tumba boca abajo y aplica uno de sus aceites milagrosos a todas las zonas flageladas. La ternura y cariño en sus dedos es extremo e incluso le da por cantar una antigua canción infantil escocesa.

Bajo las sábanas, de devuelve los besos -Nunca se me ocurriría...Tiempo habrá. Cuando estés bien. Cuando tú quieras. Bonne nuit, Alice.

La morena disfruta de un sueño bastante sosegado, el masaje, la presencia y el latir del corazón de Michelle son como un bálsamo, una manta suave que la envuelve en la misma alma y la reconforta. Siente que no quiere salir nunca de allí, de esa tierna serenidad, de esa sensación de seguridad tan real...Besa las manos de Michelle que la abrazan y consigue poner su cerebro en stand by, apenas se despierta en toda la noche, solo en un par de ocasiones, pero la angustia no llega a aferrar su corazón porque ahí esta ella...

Por dios...Alice ten cuidado

¿Con qué?

Te estás enamorando...

No es verdad...

Claro que no lo es, pero crees que si

Eso es complicado...

Ya...tu ten cuidado, un clavo no saca otro clavo.

Menuda idiotez

Tamborilea la lluvia afuera, en las baldosas del balconcito, cuando despiertas. Es un aguacero débil, en un día nublado. Pero tus propias nubes parece que se han disipado un poco. Se filtra la tenue luz desde el exterior e incluso puedes ver una rendija de cielo. Miras el  móvil: las 11.26. Madre mía. Bueno, es domingo. 

A tu lado está Michelle. Sentada, apoyada en los almohadones, lleva puesta una corta camiseta azul. Está liada con el Mac, mirando la pantalla, clicleando con el ratón. 

-Eh, la gatita ha despertado. Haces buena cara debajo de ese sueño. -Mira hacia la ventana -Quería llevarte al lago Ness. A dar allí un paseo en los barcos. -Vuelve la atención a la pantalla. -Mañana cogemos el vuelo de las 11.05.

Te desperezas. Recuerdas un sueño, hablaba de enamoramientos, de verdades y clavos. Buscas mensajes en tu smartphone. Nada. Eres masoca esperando algo que sabes que te va a romper. De mensajes relevantes, encuentras un par de Brenda, que cómo estás, y que la semana próxima lo mismo queda con sus amigos para salir. Que si te animas. Y un mensaje de Will, preguntándote lo mismo, qué tal te va el finde.

-Antes de decidir nada, ¿cómo estás? Dormías muy plácidamente. Una bebe granduñona. Ah, tengo que aplicarte de nuevo el bálsamo.

La gatita se despereza de mejor humor de lo esperado y ro ronronea en las piernas de Michelle y se despereza frotándose los ojos. Al menos no se nota muchas legañas por lo que pueda intuir que no ha llorado mientras dormía. Es un paso. Aunque Alice no se confía, intuye que la presencia de Michelle ha tenido mucho que ver.

Le dedica una sonrisa dejando el móvil a un lado y se incorpora para sentarse en la cama y soltar un pequeño bostezo:

-Ah el lago Ness, me apetece mucho...Brenda me pidió que le llevará fotos del monstruo o algo así...o tal vez dijo que el monstruo completo.-  se ríe, la primera risa limpia y verdadera completamente que le sale desde la otra noche.

-Mañana a las 11:05 vuelo de vuelta del paraíso...lo anoto.- comenta ya algo más serena y lúcida, luego mira a las mesitas de noche y toma el bálsamo del que hablaba Michelle para no hacerla levantarse.- Gracias - le dice ¿Cuántas veces se lo había dicho en estás pocas horas? Uff mejor no contarlas.

-Se lo llevaremos entonces. Jajaja.

Aunque le pasas el bálsamo, ella ya ha cerrado el Mac, se levanta para mirar al exterior. La puerta del balconcito tiene una rendija abierta, entra algo de fresquito. -Bueno, que la lluvia no nos detenga. Desayunas algo y nos vamos.

Después se dedica a los cuidados de tu espalda. Sus dedos se demoran en la marca del mordisco, te preguntas qué estará pensando, pero Michelle es discreta, y calla una vez más. Total, puedes imaginarlo. 

La loción es refrescante, sus manos una delicia. Te hormiguea el cuerpo bajo las caricias y sus suaves yemas que resbalan en tu piel. Amas tenéis ganas la una de la otra, sin embargo no te encuentras emocional ni anímicamente para darle al tema con ella ahora. O quizás sí, piensa otra vocecita, puede que eso te de más paz todavía. Pero en conjeturas pasa el tiempo y ella termina.
Te duchas, te vistes. Abajo, Agnes te saluda, arrugando el hocico, farfullando no se qué de vaya horas. Pero luego te abraza, de verdad. Su enfermera también te saluda, es una mujer de treinta y tantos, bastante delgada, de rasgos angulosos, es maja, y se notas de esas personas fuertes a pesar de su delgadez. 

Desayunas, y os animáis a salir. Embutida en un chubasquero y abrigada, se ha levantado viento frío de repente. 

-Comeremos fuera, Mary. Regresaremos sobre las seis. Mamá, le daré saludos a Nessie, es amigo tuyo de la infancia, ¿no? Jajaja.

Aunque esta mañana se encuentra con algo de ánimos, tampoco es como para montar un festival y menos a estas horas de la mañana. Disfruta de los cuidados de Michelle y, aunque no quiere, cuando la rubia se detiene en el mordisco del cuello, una ola de recuerdos amenazan con llevarla por delante, incluso se tensa un poco su mandíbula. Pero el momento pasa y los dedos de Michelle le devuelven la calma a tiempo. Se lamenta de lo que haya podido pensar su amiga...¿Preocupación? ¿Celos? ¿La juzgaba en silencio? No era tan fácil de adivinar, pero quizás tampoco es el momento de preguntar. Tal vez Alice tiene miedo de la respuesta.

Finalmente se levanta de la cama habiendo dejado salgo atrás todas estas cuestiones. Hoy quería disfrútalo del día y nada ni nadie se lo iba a impedir. Se viste, bajan a desayunar, charla un poco con Agnes y su enfermera, un encanto de personas ¿Qué pensarían de ella? ¿La enfermera se tragaba lo de la asistente? Bueno ¿Porque no iba a hacerlo? Era cierto ¿No? Se abriga para un día de lluvia pero se siente bastante emocionada, las nubes no podrían enturbiar su ánimo. Eso sí, ahora sí se guarda el móvil en el bolsillo, por lo que pudiera pasar, igual tenía que separarse de Michelle por lo que fuera y no le apetecía quedarse incomunicada en un país desconocido.

-¿Amigo de la infancia? Me encantaría conocer esa historia.- inquiere cuando ya están saliendo, dejando la veda abierta para que sea ahora o más tarde esa conversación.