Partida Rol por web

Lo que piensen o no Agnes, o la enfermera también se queda dentro de sus cabezas. Aquí no hay críticas, y tu jefa no da la impresión de estar preocupada si saben o no que habéis dormido juntas y tanto le da. En realidad desconoces qué sabe o no la enfermera, Mary, ni la relación que guarda con Michelle. 

Michelle te mira, supone que sigues la broma. -Uy, mi madre te va a coger manía, jajaja.

Afuera llueve a cántaros y el viento arrecia. No es que haga día precisamente de ir a ver o cazar monstruos antediluvianos. Pero vosotras dos vais a disfrutar de la compañía mutua fuera de casa, sí o sí. Te hace sentir viva la tormenta, la compañía de la rubia, tu juventud. Qué tonta eres, te dice otra de tus voces interiores. Puede que te enamores o no, puede que solo seas un capricho para tu jefa, puede tantas cosas...¿Acaso no estás en pleno momento de vivir la vida, con un trabajo que te proporciona mucho dinero y la posibilidad de aprenderlo y convertirte tú misma en otra Michelle? Bueno, en Michelle no, en Alice.

Tres cuartos de hora más tarde llegáis a uno de los embarcaderos del lago. Por fortuna, solo llueve un poco y aquí el viento no sopla. Los barcos siguen saliendo tras un parón de esta mañana. Embarcáis y, en proa, recibiendo el viento frío de la velocidad de la embarcación, los minutos y millas van pasando. Ves un pequeño castillito a la derecha en una promontorio de una islita. Más casitas a izquierda y derecha. Agua oscura, parecida al basalto, enormes nubes gordotas en el cielo turbio, apenas hay turistas con vosotras y es casi un viaje privado. 

[BB]-¡¿Qué, lo has visto?! ¡Hoy seguro que no sale con este tiempo! -[/B]te grita Michelle sujetándose la capucha. Está hermosa, y ella se da cuenta de tu mirada. Y también tú de la suya. La ves emocionada. -¡Nunca había navegado con este tiempo! ¡Me da un poco de miedo, jajaja!

El agua fría le estalla en la cara y la obliga a estar muy despierta, pero la hace sonreír. Aquello si es real, no como sus demonios y sus fantasmas, la lluvia y el aire doblan las hojas, sacude sus prendas y resulta ensordecedora...lo suficiente como para acallar los malos pensamientos y centrarse solo en lo que tiene delante. ¿Quién le iba a decir que iba a disfrutar tanto de un día tan malo. Y malo en muchos sentidos.

Desde la embarcación mira las casitas, el castillo el agua negra...entiende porqué los mitos de Nessie...las personas tienden a imaginar los peores demonios cuando la noche es más más oscura. Y aquellas aguas inspiraban la imaginación de cualquiera solo por lo que no dejaban ver. Tal vez las personas también eran así...¿resultaban más atrayentes cuanto menos dejaban ver? 

En sus reflexiones de queda mirando a Michelle justo cuando ella también la mira. Cada día sabía un poquito más de ella pero era un goteo leve, incesante y breve. ¿Sería eso lo que la atraía? Tal vez. O esos ojos azules como el agua, o ese cabello rubio que incluso ahora, era pura luz. Sus maneras maduras, su experiencia en la vida, siempre sabía qué hacer, cómo afrontar una situación. Y cuando algo era nuevo para ella, sabía mirar y aprender o buscar o lo que hiciera falta. ¿Acaso no investigó el BDSM por ella? O a la propia Lindsey y la Luciérnaga...¿Era ansia de protegerla? ¿Era hambre de conocimientos? ¿Había sido así con todos sus asistentes?

Entonces se da cuenta de que Michelle se ríe y Alice repasa unos segundos atrás para recordar lo que la rubia acababa de decir y por suerte, una parte de su cerebro lo encuentra.

-Jajaja es menos tonto que nosotras, él prefiere quedarse viendo Netflix, no le gudta el mal tiempo. - le sigue la broma.- Tranquila, si no fuera seguro no habríamos salido del embarcadero, supongo que este tiempo es normal aquí y están acostumbrados jaja.-supone con una risa tranquila y divertida. Se quita el pelo de la cara y sigue mirando el paisaje.

-Es precioso, Michelle. Todo.

-Sí, es fantástico. Lástima de este tiempo tan feo. Bueno, tiene su qué. Aquí es habitual. ¡Mira, por allí sopla!

Señala con el brazo a un punto determinado del lago, entusiasmada. No hay nada, claro, solo pequeñas olas levantadas por el ligero viento de esta zona, o alguna despistada ave. Pero la astuta Michelle aprovecha para robarte un beso mojado, trasladando gotitas de agua de su nariz y mejillas a las tuyas.

-Qué crédula eres, asistente. 

No entráis una sola vez al interior a cubierto del barco. Michelle no hace amago de ello y se queda contigo "disfrutando" del viento en la cara y, ocasionalmente, del agua que salpica * .

La embarcación llega a un punto intermedio del lago y comienza a girar dando la vuelta de regreso.

-¿Ves cómo somos las personas? El precio del ticket es exagerado. Todos sabemos que no vamos a ver a Nessie. Que está con sus series. Que no existe. ¿O sí? La fantasía y el deseo se impone a la realidad, engañando a la lógica. Pagamos por este corto viaje. Pero sin estos momentos mágicos, ¿qué sería de la vida? A veces nos preocupamos en exceso por nimiedades que nos parecen un mundo. Y no estoy hablando de ti, no es eso, para nada. Sino en general. No disfrutamos de lo auténtico, de lo que nos pide el cuerpo, de lo que nos ofrece la vida ahí mismo. Te das cuenta cuando te haces mayor. Se lo repito constantemente a mi hijo. Pero es una experiencia que al final todos vivimos y caemos en esos errores, porque nos consideramos sabios, los más listos y que lo sabemos todo.

Se recoloca bien la capucha. - Intenta, Alice, ser más lista que la mayoría. No te dejas atrapar por el desaliento. Nunca.

Pone una falsísima mueca de indignación cuando Michelle le roba un beso, apenas supera el shock de que la rubia lo haga de manera tan pública pero no se amilana y le roba otro antes de que pueda separarse mucho.

-Me ha estafado usted, señora Feiffer. Exijo una satisfacción. -dice con una risotada después del falso avistamiento.

Continúan disfrutando de la travesía hasta que el ferry da la vuelta y comienza su regreso. Otro viaje sin ver a Nessie, que sorpresa.

-Carpe diem...¿es eso lo que intentas decirme?- pregunta, serena, tomando en serio las palabras de Michelle luciendo un aire pensativo y reflexivo- Si todo lo que hiciéramos fuera lógico y pragmático no habría lugar a la magia...esto es magia.- no aclara qué de todo se refiere, tal vez a todo, tal vez a su relación, tal vez a Nessie...- Pero si te dejas arrastrar demasiado por la magia, te pasarás la vida pagando tickets de precios exageradísimos, persiguiendo monstruos, quimeras, bigfoots...principes azules o relaciones de ensueño. Y no tendrás nada real...-piensa a su vez, siguiendo la línea de pensamiento de Michelle pero con su punto de vista- Solo es una fase...este desaliento. Sé que saldré...-le asegura mirando al horizonte- Sólo que ahora no se cómo ni cuando...me gustaría que no me afectara, me gustaría poder decir...bah Alice...sólo era sexo...ya vendrá otra. Pero ahora...ahora me cuesta.

Tu acompañante niega con la cabeza -No, no es exactamente Carpe Diem. -permanece silenciosa, contemplando las aguas negras - ¿Qué es real, Alice? ¿Lo sabes? Yo perseguí muchos monstruos, bigfoots, y semejantes. El riesgo es que te puedes perder en ese mundo de fantasía, de acuerdo. Pero...¿y si te hace feliz? Solo tenemos una vida por vivir, qué sorpresa.

A tu beso le sigue otro de ella. Y otro más de ambas.

-Estos besos son reales. Estoy apurando mis días, Alice. Pienso en el presente. Me aterra la vejez. No se si quiero morirme antes. -confiesa, en un momento de debilidad y complicidad.

-Claro que saldrás. Te quedará una cicatriz. Eso es la vida. Un día mirarás atrás y...amarás esa cicatriz. Te dio vida. Te hizo sentir. Llorar, reír, ira, frustración, desafío, emoción, amor, sexo. Todo eso es vida. Apúrala.

Después se ríe, muy loca. Incluso se quita la capucha para que tanto el agua del lago como la del cielo, moje su cara.

-Estoy hablando como una maldita sentimental, ¿no? No me lo tengas en cuenta, jajaja.

-¿Cómo no te lo voy a tener en cuenta? Así me das material para recordarte todas estas cursiladas cuando estés con la guardia baja. Y cuando me plantes una montaña de papeles en la mesa te diré "no me dejas apurar la vida, mejor follemos"- y se ríe, pero en realidad ha mantenido la seriedad durante el discurso de Michelle, intentando hacer que cale en ella, intentando aplicarlo a su situación, tratando de entender lo que quiere transmitir. tal vez ahora no lo consiga, es natural, Alice sólo tiene veintitrés años, puede entender lo de apurar la vida, eso intenta, a pesar de los muchos golpes, parece deseosa de buscar otra piedra contra la que arrojarse. Otro abismo que descender, otro cielo al que elevarse...otro bosque que explorar. 

Pero no puede comprender el miedo de Michelle a envejecer, para ella es algo tan lejano que ni siquiera se plantea que sea real. Le resulta imposible creer que ella misma o que incluso Michelle pueda llegar a languidecer o a quedar postrada en una cama aquejada por el dolor o por la enfermedad. No, eso a ellas no les pasaría. Era imposible.

-¿Y tú? ¿Tienes cicatrices Michelle?- pregunta de golpe, quizás siendo algo invasiva, pero últimamente no dejaba de pensar en lo poco que sabía de la rubia mientras que ella si sabía todo de su asistente.- ¿Has tenido a una Henry en tu vida? ¿Tal vez a una Frisbee? Háblame de la Michelle que tenía mi edad...- le pide con una sonrisa y una mirada atenta.

Por favor espero no esta pasándome...

-Si me dices eso, no te diré que no. Me gusta tu inciativa, chica lista. Te subiré el sueldo -ríe contigo. Estás siendo un buen dáía, en vuestra burbuja amenazada por la lluvia y el frío. 

No te contesta pronto a tus preguntas, sino que te lanza una de sus miradas lánguidas, interesantes, "vacilonas" incluso. Prefiere contemplar el lago y cambia la conversación a otro asunto trivial. Unas fotos del lago, unos selfies de las dos, y el ferry llega a destino. Luego te acompaña a un restaurante familiar non stop, donde ha reservado mesa. Es tarde para las horas habituales de comida, pero aquí sirven durante todo el día. 

El menú es sencillo, sano, casero, y el lugar es recogido, con la falta de turistas. Hay comensales del pueblo, claro, que han pasado de cocinar en casa hoy. Es entonces cuando Michelle se decide a saciar tu curiosidad.

-Yo me enamoré como una idiota de un profe a los 17. No es una novedad. Era guapísimo, y su voz aterciopelada...y la barba que le quedaba como a un dios...jajaja. Era un buen hombre, no me hizo caso, me explicó las cosas, y eso que yo ya estaba crecidita y espabilada. Después...tuve algún que otro Henry y Henrietta. Me pusieron los cuernos...Yo tambien engañé, no estoy orgullosa, pero así fue. Tuve la mala experiencia del tío que te comenté...

Finaliza su primer plato y único.- Me enamoré mucho de una chica cerca de los treinta. Y más tarde muy mucho del padre de mi hijo. -suspiro- Un día comprendí que no estamos hechos para amar siempre a la misma persona. O, quizás lo digo mejor, para amarla siempre de la misma manera. Y también que podías querer a varias personas a la vez. O tener sexo.

Sonríe, con esa timidez suya tan atractiva -Aunque yo no he estado con más de dos personas a la vez. no he sido promiscua. -Esconde la cara entre las manos -También participé en una...fiesta...una orgía para ser sincera, en la uni. Una...locura, un desmadre total. Me mantuve serena, pero vi unas cosas, jajajaja. Y yo con mis veinte años, medio asustada, jajaja.  

De primeras, la morena está convencida de que Michelle va a esquivar la pregunta y a dejar que corra el aire, pero cuando llega la hora de comida parece haber cambiado de idea. O puede que éste fuera su plan desde el principio.

Alice disfruta de su comida casera, la cocina escocesa era distinta a lo que había probado hasta ahora pero era deliciosa. No le costaba darse cuenta de que las especias y los sabores escogidos eran muy similares a lo que usaba Michelle en casa de su madre y también en su propia casa.*

Entonces la rubia empieza a hablar y Alice se queda pasmada, no por lo que dice sino por que al final haya decidido responder.

-Vaya...-dice haciendo un repaso, parece sorprendida, pero para bien.- Que vida tan llena de...amores y amoríos, supongo que no todos igual de intensos pero...deben haber significado mucho para ti si aún suspiras al recordarlos.- comenta, sonriente, pensando si ella también podrá hablar con tanta "ligereza" de su relación con Frisbee.

-¿Y que hay del padre de tu hijo? Es decir...¿os lleváis bien? ¿Le ves a menudo?- no sonaba como una pregunta motivada por celos, si no por una genuina curiosidad- Supongo que es difícil cortar lazos con alguien con quien tienes algo tan importante en común.

-No te creas. Yo diría que no me he acostado con más de diez personas. Y...amar, amar, querer de verdad…¿cuatro? -¿Dónde te incluye a ti? -Hubo errores. Pero no los califico como tal. Experiencias.-Añade, desenvuelta 

Degusta su postre y el último trago de vino blanco.

-Nos llevamos bien. O no nos llevamos. Lo veo poco. Es correspondal de un periódico en el extranjero. Alguna videollamada…

Te mira a los ojos- No pasa nada por preguntar. Yo quería un hijo. Y nos amábamos. ¿Nos equivocamos? Puede. 

Suena la vibración en tu móvil. Distraída, lo miras. Mensaje de texto de Frisbee. Se te descompone el cuerpo y la cara.Michelle lo nota al instante.

-¿Qué pasa, Alice?

Alice, ¿lo abres, lo lees, lo dejas para más tarde? 

Su rostro empalidece tan de repente que parece que se ha puesto enferma. Y es que se ha puesto. No podía respirar, el nudo había vuelto, tan fuerte como la soga de un barco. Hiperventila un poco y le tiemblan las manos.

Su mirada busca la de Michelle, como un náufrago busca un flotador en el mar en medio de la tormenta. El pánico es evidente en su rostro. 

-Es...un mensaje...-traga saliva, su voz se ha convertido en un hilo- Es de Frisbee...-musita, aunque quizás a estas alturas no haga falta decirlo. 

Quiere leerlo, pero no quiere, pero lo desea, pero sabe que no puede ser nada bueno. Tal vez fueran insultos. Tal vez fuera una disculpa...tal vez sólo se había equivocado de destinatario. El corazón le va a mil por hora y se ha quedado paralizada.

No sabes qué hacer. ¿Lo lees, lo ignoras, lo borras directamente?

La cabeza te da vueltas. El corazón te bombea a mil. No te conviene, te lo has dicho a ti y a los demás mil veces. Sin embargo tus pezones reaccionan al golpearte los momentos, las sensaciones del viernes. Dios. 

La coca. El dildo. Sus movimientos. Tu ama. No. No. No quieres volver.

No. 

Sí. Sí. 

Estás paralizada. 

-Tienes que ser valiente, Alice. No uses la técnica del avestruz. La vida se enfrenta. Tú decides. Nadie puede hacerlo por ti.

Para Michelle sería fácil decirte que lo borres. Que la olvides. Que ella hablará con la tatuadora. 

Pero eres tú. Es tu vida. 

Inspira.

Espira. 

Pero tiene que dejar el teléfono en la mesa o se le caerá. Asiente con la cabeza. Es absurdo darle tanto dramatismo...solo era un mensaje por dios...no iba a robarle el alma. No más esconder la cabeza. 

Traga saliva y manipula el teléfono sobre la mesa para abrir el mensaje y leerlo.

Hola, honey. He sido una puta gilipollas. Quería que te quedases el finde en casa. Quería que te vengas a vivir conmigo. Quería que solo folles conmigo. Todo lo que quiero, pensando que tú lo deseabas. Te presioné mucho, joder, me estoy sorbiendo los mocos, jajaja. Voy un poco puesta. Y fumando mi segundo canuto de la tarde. Jajaja. Soy una cabrona hija de puta. Me pones mucho y pensé...yo que se qué cojones pensé. Esto es muy loco. Yo qué se , Alice. Es genial estar contigo, no he follado nunca así antes. Llámame, honey. Si no lo haces...vale, te entenderé, me comeré mi mierda, no voy a molestarle. Pero...joder, cualquiera la caga, ¿no? Llámame, Alice, o manda un telegram. 

La voz de Frisbee es quizás más de lo que Alice puede soportar. La tatuadora estaba...¿llorando? Joder Alice...que hija de puta eres. 

La morena se recuesta para atrás en la silla, tensa como la cuerda de una guitarra mientras las palabras de Frisbee llenaban el espacio entre Michelle y ella...literal y metafóricamente, por desgracia, un hilo con un doloroso anzuelo se había clavado en el corazón de Alice y ahora el sedal se estaba recogiendo...recogiendo y recogiendo en dirección a una motera tatuadora con un problema con las drogas. Pero Alice tenía un problema aún mayor...Frisbee era su droga.

Se cruza de brazos y la mano derecha la lleva a los labios, comienza a morderse las uñas mientras el mensaje acaba. Joder parece durar una eternidad o dos.

Cuando termina, Alice no se atreve a mirar a Michelle a la cara, no quiere que vea la duda en sus ojos...no quiere plantearse que exista esa duda...pero existe.

-Pe...perdona yo...tengo que salir a fumar...-deja el móvil allí mismo en la mesa, no quiere ni tocarlo, como si fuera una trampa para ratones...en cierto modo lo era ¿no? Y si Michelle no se lo impide, sale a la puerta del local con las manos temblorosas buscando un cigarrillo con las manos temblorosas.

Que hija de puta eres, Alice...

Sales a fumar fuera, recibes el impacto del frío de la lluvia. Michelle se queda atrás, en la mesa, mirándote, sin articular palabras, sin decirte blanco ni negro. Suficiente te había dicho ya. 

El primer cigarrillo se te cae entre esos dedos temblorosos. Solo era un mensaje, por dios...pero que sí, que podía robarte el alma.

El segundo cigarrillo lo enciendes. Y se te cae también. Te peinas. Miras adentro, miras afuera. Es una trampa para ratones y tú eres esa ratoncita. ¿Y si no es así? ¿Y si Frisbee está llorando? ¿Y si eres esa hija de puta? ¿La tatuadora que conoces lloraría por esa discusión? ¿Te está manipulando? Podría ser. ¿Qué obtiene Frisbee contigo? Es tu droga. ¿Y tú para ella?

El mensaje suena real. Su voz...es ella. Su tono, sus palabras. ¿Se ha preparado? Fresbee no es de estrategias, aquí te pillo aquí te mato. Aunque no sea una emboscada, sabes lo que puede pasar. Eres consciente de las consecuencias. 

No tienes que decidir ahora. Estás de finde con Michelle. Has ido a ver a Nessie. En un rato regresaréis. Quizá esta noche, si tienes ganas, te folles a la rubia. ¿te apetece? En parte sí, en parte no. 

El tercer pitillo prende y fumas ansiosa, agotándola en pocas caladas. Te calma un poco los nervios.

Solo un poco.

Mierda. Piensa cuando se le cae el primer cigarrillo.

Puta mierda. Se forma en su mente ante la pérdida del segundo.

Fuma con ansiedad, como si le fuera la vida en ello. Ha olvidado el chubasquero dentro pero apenas se da cuenta. El calor de los nervios y del volcán de su interior la mantiene ajena a la lluvia y al viento. Así como esta mañana, el clima parecía su aliado, ahora simplemente le era indiferente.

No...Frisbee no era de estrategias. Pero estaba pasando por su proceso de duelo...justo igual que ella. Salvo que la tatuadora estaba sola...seguro que era de esas que se encerraban en sí mismas cuando las cosas iban mal. Fumando y metiéndose droga...si, eso pegaba mucho con ella. Alice tenía a Michelle pero Frisbee... Joder...

Tu aquí de fiesta en Escocia pensando en follarte a Michelle y ella pasándolo mal por ti. Tía, ya te vale.

Calla, no la líes, si lo pasa mal que se fastidie, tu tampoco lo estas pasando bien. Ahora que estabas relajada va y te manda esa mierda ¿de qué va?

Yo creo que deberías charlar con ella...

Te va convencer...volverás a sus pies y será como ella quiere ¿es eso lo que quieres?

Joder...

Se termina el cigarro y piensa en encenderse otro...pero no lo hace porque nota como se le empieza a mojar la ropa, el aire frío la corta en dos...y casi es más agradable que lo que siente dentro ahora mismo.

Vuelve dentro, aterida de frío y mira con gesto de disculpa a Michelle:

-Lo...lo siento. Ya...ya estoy mejor.- mentira, pero ¿Qué podía decir?

Al poco de sentarte, el camarero trae una bandeja con dos tazas de café y la cuenta para Michelle. El café no está mal, te calienta las manos, que no hace falta que lo haga en el estómago.

Michelle asiente a tu disculpa en silencio. Un silencio largo y espeso. Si no rompes a llorar es por pura vergüenza. Estás naufragando y lo sabes. Quieres la droga de los besos de Fresbee. Quieres la dulce droga de la boca de Michelle. Quieres echar un polvo y así entrentanto que el mundo se olvide de ti. 

Deseas follar y perder el control y la consciencia. Qué bien. Eso es. Pero qué dices. No, ahora no. ¿Luego? No sabes. ¿De verdad Fresbee lo está pasando mal? 

-¿Vamos? -Michelle está de pie a tu lado. Tú, una vez más, la sigues sonámbula hasta el coche. Tu jefa no ha dicho nada acerca del mensaje. Ni tampoco lo menciona durante el trayecto de vuelta, en el que habla un poco más de su ex y también de su hijo. Menciona una entrevista que tendrás que hacer la semana próxima. Tú aceptas cabeceando, es trabajo, y eso te pone en alerta, borrando cualquier otra disyuntiva o cuestión. 

Llegáis a casa. Mary no se ha ido todavía, a la espera de vuestro regreso. Saludáis a ambas mujeres. Tú sigues en tu dimensión particular. -Ve y dúchate y entra en calor, Alice. Antes de la cena quiero que me prepares el planing de la semana que viene, por favor. 

Vale. Claro. Tienes unas cuatro horas por delante. 

Alice hace su mejor esfuerzo por olvidar el mensaje unos intantes y seguir la conversación con Michelle. Sabe que su jefa trata de distraerla para que tome distancia con el momento presente...que lo vea con perspectiva. Y como el tema del trabajo suele funcionar muy bien, Michelle no duda en usar esa baza, algo que Alice, en cierta manera agradece.

Pero Alice...es como si no estuviera; va como sonámbula, salvo que piensa y recuerda lo que pasa y lo que dice la rubia, pero no discute...solo lo hace, con reacciones mínimas.

Cuando vuelven a casa de Agnes, Alice saluda con un gesto ausente y una sonrisa forzada a la enfermera. Entonces Michelle le da tareas y la recomendación de la ducha le hace acordarse de que está helada y que le castañean los dientes. No, si al final iba a ser verdad que iba a estar resfriada.

-Si, Michelle. Ya me pongo con eso.- responde en un tono neutro, monocorde pero antes de irse...antes de irse le pone su teléfono en la mano a la rubia. Tenía las citas y los asuntos pendientes de la semana en la cabeza, se esforzaría por recordarlos...pero no quería tener el móvil...no ahora que la angustia se cerraba en su corazón. Hiciera lo que hiciera con respecto a Frisbee...no podía decidirlo ahora y temía que su debilidad le jugara una mala pasada.- ¿Me lo guardas? -pregunta pero no espera respuesta, simplemente se va camino de una ducha calentita y de ropa seca.

Llora en la ducha otra vez...no intenta reprimirlo, llora amargamente bajo el agua sintiendo que ésta puede llevarse todo lo malo...pero lo malo no termina. Se convence de que debe salir de allí y ponerse a trabajar. Boli, papel y un cigarro en el balcón...eso es todo lo que necesita ¿no? Sólo eso...mentira, claro. Su imagen en el espejo le llevó los ojos al mordisco del cuello...las yemas de sus dedos acariciaron el morado persistente y los recuerdos la volvieron a golpear, amenazando con derrumbarla...suerte que no tenía el móvil.

Trabajar...tenia que...trabajar...

Vamos Alice...Michelle te ha mandado a trabajar para no verte la cara en un rato, no la cagues en eso también.

No seas cruel...Michelle lo ha hecho porque sabe que necesitas enfriar la cabeza.

La has cagado...ojala Michelle no hubiera escuchado el audio... si ya la tenía por una cocainómana...que desastres Frisbee...

¿Estará bien? ¿Y Michelle? ¿Estará bien?

Basta ya...a trabajar.

Si...mejor ponerse a trabajar...boli...papel...

El trabajo siempre te ha ayudado a espantar los males y las preocupaciones personales. Y tú siempre has sido muy hormiguita en ese sentido, incansable, esforzándote por dar lo mejor de ti y que la faena sea impecable. De manera que te dedicas en cuerpo y alma a la tarea que te ha encomendado tu jefa. Mañana tendrás que pasar todo esto a las agendas, pero bueno, será mañana. Tienes claro que esto seguramente no estaba en el planing del finde, pero las cosas han salido de esta forma.

Michelle te avisa para la cena. Es tarde, habéis comido tarde y la cena se ha demorado a una hora en la que Agnes ya se va a acostar. Has terminado hace rato, bajas al primer piso, sino más animada, sí menos nerviosa. Has tenido dudas si es que la rubia no quería ver tu cara, ¿te lo crees eso, en serio? No puedes empezar a desconfiar de ella también. ¿O sí? ¿Cuánto tiempo tardará en hartarse de ti? 

Apartas pensamiento, ella te ha dejado muy claro lo que vive contigo. Le das las buenas noches a su madre, te sientas a cenar con Michelle. Te pregunta por el trabajo, echa un vistazo a tus apuntes con ojo crítico. Mientras transcurre la cena marca algunos comentarios y fechas, escribe anotaciones o te las comenta. Es evidente de que no va a sacar a colación más el "tema" si tú no lo haces. 

Es una cena tranquila, sencilla, con algunas sonrisas y risas, pero nada que ver con la de anoche. 

Bendito trabajo, piensa Alice, incluso se permite el lujo de sonreír y estar animada mientras le explica a Michelle el planning. Se siente orgullosa y en seguida el pensamiento de que Michelle no quería verla queda descartado. Tan solo intentaba hacer algo bueno por ella.

Pasa la cena, Alice vuelve a no tener mucho apetito, hace su mejor esfuerzo por comer la mayor parte de su plato pero a medida que el trabajo va quedando atrás el nudo se le vuelve a formar en la boca de su estómago. Pero mantiene el tipo toda la cena y cuando acaba ayuda a Michelle a limpiar y a recoger, dejando todo impoluto.

La noche había llegado, las sombras se extendían por doquier y estaban por oscurecer de nuevo su ánimo.

Alice va quedándose cada vez más y más callada hasta que suben a la habitación y la morena toma el bálsamo para ponerlo en las manos de Michelle.

-¿Podrías...? Gracias.- le dice con un hilo de voz cuando acepta si es que acepta.

-¿Ha...ha habido más mensajes...?