Partida Rol por web

Sus manos se clavan en Frisbee cuando la moto empezó a patinar en su rueda trasera, amenazando con tirarlas a ambas en un accidente fatal dada la velocidad. Hubiera gritado, tal vez lo hizo, pero no lo escuchó. Como si le hubieran quitado el sonido al mundo. Y luego...luego nada. Luego todo normalidad de nuevo, la moto vuelve a encontrar su lugar, una rueda delante de la otra.

Su corazón volvió a latir y sintió las lagrimas caer por sus mejillas. El pánico se había mezclado con la lujuria y la lujuria con la adrenalina y era...era más de lo que Alice podía controlar. Le faltaba el aire, el casco la agobiaba, todo el alcohol que recorría su cuerpo se había evaporado. Tal vez se había corrido, no lo sabía, si era así no lo había sentido así que...como si no. Más o menos.

-Para Frisbee.- le dice acercándose lo más que puede con su casco al de ella- Para por favor.- ¿la oiría?

La motocicleta no se detuvo. Su conductora no te oyó o no te hizo caso. Probablemente fue lo segundo cuando tu cuerpo sintió que la velocidad aumentaba. El miedo te superó. El pánico. Tus límites. Pensabas que era divertido. Y lo fue durante un rato, orgásmico casi. Solo que el orgasmo llegó y se fue, ahogado por una adrenalina disparada en tu cerebro protegiéndote de la inminente caída. 

Esta no llegó. Y tú no te acordaste de parar el mando del vibrador de Frisbee. Tu ama también deseaba comprobar hasta donde era capaz de llegar. Lo malo, o lo bueno, es que era una persona que amaba el riesgo y el peligro. Y que no era capaz de detenerse ante las alarmas. 

La moto una vez más se desvió de su trayectoria. Instantes antes habías sentido una rigidez en el cuerpo de Frisbee, un envaramiento, un acercamiento de su espalda. ¿había alcanzado el clímax? La rueda delantera bailó, la trasera siguió el baile, un zig-zag escalofriante, te veías saltar y salir volando de tu asiento. Te sujetas a Frisbee hasta aplastarle los pulmones. Cierras los ojos empapados en lágrimas.

Vas a a morir.

En un alarde de pilotaje, Frisbee logra controlar las salvajes sacudidas del vehículo, que mantuvo la velocidad aunque esta fue decreciendo, toma una salida de la autovía y un minuto después se detuvo junto a la acera. La tatuadora levantó su visera. -¡¡La puta hostia!! -Hay risa en su exclamación.- Muñequita...Alice..? Creo que no lo repito más, tú y tus desafíos, jajaja

Cuando el vehículo finalmente se detiene, Alice piensa que el mundo es un lugar maravilloso ahora que se ha detenido. Pero la adrenalina y el miedo, el pánico aún bullía en su interior y...simplemente no podía controlar todo lo que sentía. Se saca el casco violentamente y baja trastabillando de la moto para acabar medio mareada apoyada en el quitamiedos y vomita toda la cena y la cerveza hacia la cuneta del área de servicio. Su cara estaba pálida en varias tonalidades por debajo de su habitual moreno y le temblaba el labio inferior. Los ojos rojizos revelaban que había llorado bajo el casco. 

Miedo. Ira. Angustia...casi dos accidentes, ella pidiendo que parase...Una nueva arcada, pero ya no había más contenido que vaciar en su estómago. Todo lo "bueno" de la borrachera se había esfumado y ahora solo quedaba el descontrol emocional deshinibido y el malestar general. ¿El huevito y su vibración? Olvidados, casi ni lo sentía a juzgar por cómo le temblaban las pierna.

-Frisbee...casi nos matamos... Dos veces ¿Cómo puedes estar riendo?- pregunta, con un matiz incrédulo y que iba en camino hacia el enojado desdén en su tono.- ¿De verdad no me oías cuando te dije que parases? Joder...-las lágrimas de miedo silenciosas e incontrolables brotaban de sus ojos y ella notaba que casi estaba hiperventilando. Tenía que calmarse...con las manos temblorosas busca en su bolso su cajetilla de tabaco.- Apaga...apágalo, por favor.- se refería al huevito, ella hace lo mismo y apaga el de ella.

Frisbee te ayuda a coger la cajetilla de tabaco. También le tiemblan un poco las manos, las pupilas dilatadas, la tez algo enrojecida. Pero está eufórica por la experiencia, abandonada a la excitación de haberse enfrentado a la muerte. Aunque tu estado y tus palabras la detienen en su abrazo y sus risas. Apaga el mando, te enciende el cigarrillo, de pronto su expresión preocupada por tus náuseas y vómitos.

-Hostias...No dejaría que te sucediera nada. Conozco mi moto. Muñequita…

Se enciende su pitillo -Tía, que esperabas con un vibrador en el coño, y correrte sobre una moto en marcha. -se encoge de hombros, no culpa a ninguna de las dos, le da una calada a su cigarro- Joder, ha sido una puta pasada…

Te coge por los hombros, de frente, sonriendo y animándote - Alice, honey, que has tenido un puto orgasmo a 140 km por hora...En la puta vida me hubiese atrevido a probarlo si no estás tú...Eres una tía cojonuda.

Otra calada- Va, que ya está, serénate, mierda, vamos a casa y te relajas. Un baño caliente, va, venga, sonríe. Que estamos muy vivas, tía. Que me digan quien ha hecho una cosa así antes, una mierda, no me lo creo.

Alice agradece con un cabeceo que la ayude con el cigarro y expulsa el humo de manera temblorosa también durante las primeras caladas, hasta que la nicotina hace su efecto placebo y amansa los nervios.

-Ya...lo siento. No pretendía...ha sido un poco locura si...-dice, recuperando un poco la calma. En verdad no era culpa solo de Frisbee, las dos habían subido la apuesta y las dos se la habían jugado, a sabiendas del peligro pero ignorándolo.

¿La Alice de hace unas semanas, la que no estaba tan encoñada por Frisbee, pensaría lo mismo?

-Eso del bañito caliente suena bien...va, me has convencido...pero ahora ve un poco más despacio ¿eh? No tentemos a la suerte más esta noche. Dicen que a la tercera va la vencida.- comenta para quitar un poco de hierro al asunto.

Alice nunca lo pensaría, es decir, no ahora pero Frisbee había dicho una cosa la hostia de importante...

"En la puta vida me hubiese atrevido a probarlo si no estás tú...Eres una tía cojonuda."

¿Qué significaba eso? ¿Acaso iba a ser acertada la referencia de la gasolina y el mechero? ¿Y si entre las dos se animaban a descender por una espiral de riesgos y locuras, cada una animada por el pasito que daba la otra? Siempre buscando otro límite que romper, siempre al borde del barranco...viviendo al filo de la navaja...hasta que una de las dos se cayera.

¿Capaz...o incapaz?*

-Fijo que voy más despacio. -Frisbee se hace como si no pasara nada, pero la conoces y te das cuenta de que bajo esa capa de tía dura, hay un reflejo del susto que habéis vivido. -Primero, el cigarrillo.

Fuma contigo, riéndose, nerviosa, dándote un beso, sonriendo para las dos. Su corazón va acelerado tanto como el tuyo. Transcurren minutos en los que reflexionas acerca de vuestra relación. Mechero, gasolina, intercambiando roles. ¿Será así? Pero, ¿te vas a rajar? Frisbee es capaz de lanzarse a todo o eso te parece. ¿Y tú?

¿Capaz o incapaz? 

-Me toca a mí el próximo reto -rompe tus pensamientos. Tiene razón, tú has sido la del huevo, la de ponértelo, la que aceptó su propuesta...eh! ¿Entonces de quién es el turno?

Un segundo cigarro para calmarse por completo.

Después a casa. La tatuadora no corre, y no tardéis en llegar. Lo primero para Frisbee es una cerveza y una raya (¿y tú?) . Te prepara el baño y ella misma te cuida con la esponja, con el champú, con crema para las laceraciones de ayer…

No hay sexo esta noche. No estás o ninguna de las dos para ello. Es noche de mimos y de charla y de quedarse dormidas muy juntas.

Y vivas. 

Alice se va relajando a medida que el cigarro va mermando, el corazón vuelve a su lugar poco a poco y empieza a relativizar lo ocurrido. 

Total...¿quién no ha tenido un susto al volante? Es normal, Frisbee ha manejado la situación perfectamente...no debería darle importancia...seguro que nunca vuelve a conducir así de salvaje...

Pero...¿ha molado a que si? Bua...un poco sí...pero estuvo mal...mal mal mal...¿no? Bueno...si pero...joder solo se vive una vez ¿no?

¿Qué será lo próximo? ¿Capaz o incapaz? ¿hasta donde?

Alice vuelve al mundo real tras varios segundos perdida en sus cavilaciones cuando la tatuadora habla de "el próximo reto" ¿le daba miedo? Sentía que una inmensa bola de nieve había empezado a rodar...

-Vale tu elijes el próximo. Pero que no tenga que ver con una moto eh jaja- le bromea tirando el cigarro al suelo y mostrando una sonrisa mayormente tranquila.

Luego casa, baño, agüita calentita...Alice pasa de la raya esta vez, si acaso unas caladitas a un canuto. Cuando Frisbee acaba de bañarla, Alice le ofrece lo mismo, masajeándola tiernamente con la esponja, sin aire provocativos, sólo ofreciéndole cuidados.

La charla acurrucadas es intrascendente, con los nervios de la noche Alice no tardaría mucho en quedarse adorablemente dormida, sin tan siquiera luchar por mantenerse despierta, solo se deja llevar por los brazos de morfeo.

La mañana es de relax total. Ninguna se quiere levantar de la cama, hay besitos y caricias, cuchicheos amistosos, alguna palabra guarra de Frisbee, pero da la impresión de que ni la una ni la otra quiere nada más, se está muy bien así, pegaditas sin otra razón de ser que quedarse quietecitas respirando el aliento mutuo, o fumando un canuto.

Pero unos besos llevan a otros y Frisbee acaba por recorrer tu cuerpo con su boca hasta alcanzar la cueva de los deseos y comerte el coño con una delicadeza que no es propia de ella. Después viene ducha, hay que espabilar un poco, tú esta tarde tienes lío, y ella aprovechó para concertar una cita en el estudio y trabajar unas horas.  La mañana transcurre lánguida, el domingo con tu ama se va agotando. Ha sido intenso en todos los sentidos. Y has pasado casi dos días con ella, durmiendo en su casa. ¿Podrías hacer esto cada semana? ¿Dos días, tres? ¿Para empezar? No lo tienes claro, sí, no. Después de este finde te sientes más enganchada a ella. Mucho más. 

Tras la comida, Frisbee propone acercarte a la pensión, ya que tiene que ir a su estudio de tattoos. Entonces llega una de las preguntas que estás esperando y que hasta ahora no te la hizo.

-¿Y me vas a contar que tienes esta tarde? -sonríe, torciendo su cautivadora sonrisa.

Al fin la esperada pregunta, Alice sonríe, no llega a mostrarse incómoda pero si un tanto insegura.

-Pensaba que no te gustaría saberlo. - se excusa como explicación a la pregunta implícita de por qué no lo ha dicho antes- He quedado con alguien. Solo para unas cervezas y poco más, aún no sé cómo acabara.- no quiere entrar en demasiados detalles, pendiente de las reacciones de Frisbee para cortar o alargar el tema en este punto tan polémico de su "relación".

La sonrisa de ella se mantiene, congelada, amistosa pero tirante.

-No me gusta el contenido de la respuesta. Si preguntas tienes que estar preparada para lo que te suelten. -Se abre una cerveza, te pasa un botellín. -No entiendo qué necesidad tienes de otros rollos, con lo que tenemos. Y con tu rubia -que Frisbee no se chupa el dedo.

Bebe un trago-Pero vale, son tus historias. Has sido sincera -se encoge de hombros- No te voy a preguntar, ya me cuentas lo que quieras. Bueno, ¿cuándo quedamos? ¿Entre semana, el finde que viene? Me gustaría que durmieses aquí un par de días, en la semana. Vernos...follar...¿qué dices? Piénsalo. 

La respuesta de Frisbee le amarga un poquito, pero no le dice nada, no protesta. No quiere discutir, no por eso. Tal vez Frisbee acabe por entenderlo...o tal vez no. Pero dar más explicaciones de las necesarias era un camino que ya sabía cómo terminaba. A Alice no le costaba ser sincera en este aspecto, procuraba aportar un punto de tacto para no soltar "he quedado para follar con otra"...esa respuesta tampoco le haría bien a nadie.

Compone una sonrisa y extiende la mano para tomar la de la tatuadora.

-Gracias...- es todo lo que piensa decir al respecto, no sabía porqué tenia la necesidad de agradecerle nada. ¿Gracias por no juzgarla? ¿Gracias por no querer hacer sangre con este tema? ¿Gracias por "permitírselo"? Ni siquiera lo pensó.

Separa su mano y relaja el tono para volver sobre la segunda cuestión.

-Vale, me parece bien. Me gustaría. Tal vez...-piensa en el sábado, lo que le dijo Simone...¿iba a ir? el cuerpo le gritaba SI y la mente le suplicaba ¿EN SERIO NENA?...tenía que pensarlo. Y además estaba Michelle con la que también quería pasar un par de días desde...otras ya mañana es lunes...que jaleo por dios.- Un par de días. Seguro. Aún no se cuando. Tal vez ¿jueves y viernes? Y sábado hasta la noche...¿lo vemos?- propone con una sonrisa.

No hay sangre. No corres riesgos de más explicaciones que no han sido solicitadas ni exigidas. Aunque posiblemente Frisbee se está tragando un hueso. ¿Lo acepta, lo entiende, está encoñada y lo soporta? A saber. 

Sonrisa por sonrisa -Mejor el miércoles. Quedamos por la tarde y le damos. ¿Te dejas aquí tus juguetes? Para no cargar, ir y venir.

Después hay un chubasco de besos y mordidas y risas. Que os tenéis que marchar. 

Te lleva en moto a la pensión. No corre, no al menos en exceso. Todo un viaje tranquilito. Y en la puerta del edificio despedida inacabable de besos de todo tipo. Una voz resuena en tu cabeza. ¿Dejas esto por lo desconocido?

-¿Cuándo te haces otro tattoo? Molaría...

La moto se aleja. Subes, te tiras en la cama o fumas en tu balconcito de las meditaciones.)}

¿Vas a ir o pasas? Tú misma lo has pensado, "he quedado para follar con otra" . Pero, ¿tienes ganas hoy? ¿Tienes ganas de ese cuerpo kilométrico? 

Alice accede a lo dejar allí los juguetes, no pensaba utilizarlos con nadie más. En cuanto a lo del miércoles, Alice recordó que tenía medio cita con Lindsey para el jueves por la tarde, de modo que no le confirmó nada a Frisbee, ya le mandaría un mensaje cuando confirmase con Sey que ese plan seguía en pie. Por parte de Alice desde luego.

-¿Otro tattoo? hmm  pues si podría ser, me gusta...lo pienso ¿si?- le dice con cierto entusiasmo en los ojos rodeandola con los brazos una última vez y devolviéndole los besos.

Luego llega la calma, tenía un ratito de relax para ella. Siempre que estaba con Frisbee en su casa dudaba sobre lo de vivir con ella pero cuando llegaba a su querida habitación de hostal, su pequeño rincón de paz, su oasis de soledad...se le pasaban todas las dudas. Ni Frisbee ni Kate...le gustaba esta independencia, tan sólo lo cambiaría por otra pensión algo más laxa con las horas de llegada. Aunque hasta ahora no había sido un problema. Casi mejor dejar las cosas como estaba que estaban bien.

Revisa los mensajes del móvil y su agenda le recuerda lo de Karlie. No hacía falta pero estaba bien el recordatorio. ¿Iría? Por supuesto. Alice tendría muchos defectos pero era presentable y si quedaba en algo sólo una cosa de alta gravedad podría impedirle llegar. Recuerda la moto anoche...alta gravedad, si desde luego un impacto así habría sido de altísima gravedad... que locura...

¿Se lo vas a contar?

¿A quién?

Ya sabes a quién

¿A Michelle? No...no mejor no

¿Porqué?

Ni de coña...¿para qué? ¿Para preocuparla? No hay nada que contar porque no pasó nada...

...vale vale...

Bufa, alejando las vocecillas sabiondas de su cerebro y comienza a cambiarse de ropa, olvidó llevar varias mudas a casa de Frisbee, su ropa apestaba a sexo y a porros. Que rico, en verdad...

Se cambia, elige una camisa ajustada pero no demasiado provocativa, color mostaza y un pantalón vaquero azul oscuro, Informal, casual. De tranquis. No es como que hubiera quedado para follar...solo iba a...conocerla mejor. Si luego surgía sexo o no...bueno ¿quién sabe?

Ni hablar de pasar de la cita. Tú cumples. Y, para qué te vas a engañar, quieres ver a esa tía. ¿En qué plan va? ¿Y tú? ¿A verlas venir o cómo vas a entrarle? Sobre la marcha, ¿no? 
Eres la abeja reina. Reina del mundo. Decides a quien te follas y cuando. Has tenido un orgasmo en moto, aunque no te enteraste mucho. A ver quién supera eso. Dominas cuando quieres y eres sumisa cuando te da la gana. Eres dómina y tienes ama. 

Reina del mundo total.

Alejas voces igual que espantando moscas. Fuera, fuera, lo superfluo, lo insustancial, lo que no te gusta, sobra. 
Pues venga, a ver. Nerviosilla pero controlando.
…

La cervecería está a tope. Es grande, se ve limpia, huele a cerveza, claro, a bocatas de baicon, a sandwiches y a helado, combinado todo con el olor corporal de tanto personal, hombres y mujeres de diferentes edades, pero no resulta desagrable. Música hard blues, baile al fondo, un billar, en el otro rincón, dardos. No ves a Karlie, te acomodas en la barra. Has llegado diez minutos antes, no pasa nada. No hay mensaje de ella. 

Cinco minutos. Una cabeza destaca en la entrada, es ella. 

A Alice le gusta el local, no le importa esperar, pero se va pidiendo una cerveza, le parece mal estar allí sin pedir nada. Pide una rubia normal, pero se nota que no es la calidad de un bar normal. El sabor es intenso aunque sea rubia.

Y hablando de rubias...otra, claro. Alice la ve enseguida, como para no. Era imponente, no solo pro su altura, también por su carisma y su atracción. La morena levanta la mano para señalar su posición y la recibe con una sonrisa.

-Ey, por aquí. ¿Barra o mesa? Este lugar es genial, no sé cómo no lo he descubierto antes.

-Hola-. Un beso en la mejilla, rozando la comisura de tus labios. Mira alrededor- No está mal. La cerveza es lo mejor. Y los dueños son majos. Bueno, son amigos míos -sonríe, al desvelar el pequeño secreto. 

Te observa. Un buen repaso. Se ha desprendido de su halo de timidez. Tú a ella, el vestido es de falda corta, sus piernas larguísimas terminan en botines. Joder, es super alta. Si de por sí las dos llamáis la atención por separado, juntas ni digamos.

-No veo mesas libres. En la barra se está bien, me gusta.

Antes de que se pida una cerveza, el barman, de unos cuarenta años, le pasa una jarra de espumosa cerveza negra- Gracias, Lester. - Karlie te come con los ojos, igual que en el despacho. Le has entrado con la velocidad y potencia de una bala directa a la frente.

-Sköl - golpea ambas jarras.  

-Ah. De modo que me has traído a tu territorio. Chica lista.- comenta alzando su jarra en gesto apreciativo y una sonrisa traviesa. La observación mutua es intensa y es evidente que a ambas les gusta lo que la otra ve. Ella se ha arreglado bastante, seguramente le da más importancia a esta cita que la propia Alice, pero no parecía haber ofendido a Karlie. 

-¿Skol?- repite con gesto interrogante, pero alza su jarra para brindar y bebe.- ¿No eres de por aquí no?

Karlie asiente con una sonrisa tímida. Aunque a ti te empieza a parecer que ese comportamiento es fingido.  -Claro. Siempre intento jugar con ventaja. ¿Tú no?  

Bebe contigo y se carga media jarra.-Muy sedienta. Está fresquita e impactante. -le da otro trago- Soy noruega. Madre noruega, padre inglés. 

Su perfume alcanza con rotundidad tu olfato. Notas de lila y azahar, envuelven su cuerpo y se desplazan aquí y allá conforme se mueve o gesticula. 

-Tú también eres impactante. Para qué te voy a mentir, ¿no? Me has dado una hostia con el erotismo que desprende tu atractivo cuerpo, desde la sonrisa a tus gestos o tu forma de caminar. Tienes una carga sexual como hacía mucho que no encontraba en nadie.

Bebe algo más, se relame los labios. Sus ojos brillan de tal manera que casi adivinas lo que viene a continuación. -Tienes claro para qué hemos quedado, ¿verdad? 

Alice se quedó como un conejo al que le habían dado las largas en una autopista. Algo atontada y perpleja por las maneras directas de Karlie. Bueno...directa era decir poco. Era como un tren al borde del desacarrilamiento. Y Alice se sentía en mitad de la vía, mirando con morbosa curiosidad y preguntándose cómo seria...ese tren llamado Karlie.

-¿Para repasar apuntes de derecho y jugar al billar?- pregunta, retadora, recuperada de la primera embestida, Alice contrataca su "balazo" con una salida por la tangente. No iba a combatir el fuego con fuego, que fuera ella quien pusiera toda la carne en el asador, a ver qué mas cartas guardaba la noruega.

-Para repasar apuntes de anatomía y lengua inglesa. -responde con el doble sentido en sus palabras y en su sonrisa que, curiosamente, sigue siendo tímida. Algo que medio desmienten sus ojos. -¿Juegas al billar? ¿O quieres que te enseñe?

Apura su jarra y se pide otra.

-Mi hermana juega mejor que yo al billar. -Su mirada es franca con un punto enigmático y guasón- ¿Te gustaría que te la presente? También es alta...Le hablé de ti. Tiene ganas de conocerte, pero, bien, eso depende de ti. No abuso de tu confianza.

¿Una hermana? Hum...Sin duda te ha atraído a su terrenos y te ha preparado una trampa. Aunque al menos respeta tu decisión...