Partida Rol por web

Sueños de Color Rubí

El origen del mundo y la Religión

Cargando editor
10/11/2018, 17:24
Director

LA CREACIÓN DE MUNDO ROJO

 

Los Dioses Creadores, Elmenya y Darkaroth

Antes de que siquiera hubiese vida, el mundo que posteriormente se llamaría "Mundo Rojo", fue el único testigo de una debastadora batalla entre dos Jóvenes Dioses. Los dos únicos hijos del Dios Superior, Elmenya y Darkaroth, iniciaron una pelea por tener el control de dicho planeta, el cual casi es destruído en el apogeo. Duró miles de años, y ambos dioses cada vez estaban más debilitados. No obstante jamás se rindieron en el intento de ser el soberano de dicho planeta.

 


 

Los Sub-Dioses, Dragones Dorados y los Obscuros

Fue entonces cuando nacieron Los Dragones Dorados, los hijos de Elmenya, y los Obscuros, los mismos de Darkaroth.

Criaturas con poderes que rozan a los dioses y que continuaron la batalla de sus padres por varios centenares de años más... Nadie logró la victoria.

 


 

 

Con el paso de los eones, la tierra fue siendo habitada por los humanos, quienes fueron creados por los Dragones Dorados a partir del poder de Elmenya. En su contraparte, bestias y monstruos también fueron creados por los Obscuros de la misma forma. Y con el paso de los años, esos humanos fueron evolucionando y creando civilizaciones con sus propios gobiernos, sus propias leyes… adorando a su diosa creadora Elmenya. Las bestias y monstruos fueron los enemigos de los humanos desde tiempos inmemoriales, cada uno queriendo tener el control y dominio del mundo por largo tiempo, conquistando y batallando sin descanso alguno. 

Pero de eso ya hace tiempo… El poder y la magia que emitían Elmenya y Darkaroth en su letargo fue utilizado más rápido de lo que podía regenerarse, así que todas las criaturas del mundo perdieron la capacidad de usar su poder en gran medida. Las criaturas con poderes mágicos son ahora más escasas y raras, al igual que los humanos… quienes con muy poca frecuencia pueden lograr ser magos o hechiceros.

 


 

Por otro lado, el paso del tiempo fue menguando la sed de sangre de las bestias, y el repudio que tenían algunas personas por estas. Cada vez había menos fieles, los grupos de ambos bandos se separaban. Muchos no querían tener nada que ver con los dioses y querían seguir su propio camino al margen de ellos… Cerca de esa época fue cuando ocurrió algo que ni los dioses se esperaban. Por primera vez en la historia, una humana acabó enamorándose de una bestia. Una relación que se consumó a escondidas de todo el mundo… y de ellos nació una criatura a día de hoy legendaria. 

Akain fue el nombre que le fue dado el híbrido, quien adoptó la fisionomía humana de su madre y algunos rasgos de bestia por parte de su padre. Sin embargo fue una criatura que creció con un talento innato para utilizar una magia jamás vista… una Magia que no se parecía a la blanca de Elmenya, ni a la oscura de Darkaroth. Era algo que iba mucho más allá, y que nadie era capaz de entender a excepción de él. El nacimiento de Akain dio a conocer el origen de otro tipo de magia, llamada "Energía de Caos". Con ese poder, Akain viajó por el mundo y se convirtió en un profeta que pregonaba su propia ideología que iba en contra de los dioses, e intentaba convencer a todo el mundo que no tenían porqué estar en guerra por algo que no iba con ellos. Por ese motivo los hijos de los dioses, Los Dragones Dorados y los Obscuros, fueron contra él con la intención de matarlo. Sin embargo Akain ya había conseguido muchísimos seguidores y fieles que lo apoyaban, sobre todo híbridos incomprendidos que fueron perseguidos por todo el mundo para ser aniquilados por su desconocida naturaleza y extraño poder. No eran bien vistos, ni por parte de las bestias ni por parte de los humanos.
Akain fue perseguido durante muchísimos años en los que demostró que su poder podía ponerle las cosas difíciles a los mismísimos semi-dioses, pero finalmente fue derrotado y asesinado por éstos. Hoy día son muchos los que a la sombra apoyan las ideologías de ese legendario híbrido, llegando incluso a formar clanes y sociedades secretas para rendirle culto como si se tratase de un dios más.