Partida Rol por web

El policia apuntaba todo lo que le iba diciendo, cuando termina su relato da unos golpecitos con el boligrafo en el block y dice:

- Bien, el chico era de raza caucasica supongo no?

Se queda esperando la respuesta para despues añadir:

- Señorita deberia de tener cuidado estos dias porque las dos personas que estuvieron en la tienda aparecieron totalmente quemadas poco tiempo despues, de hecho el vendedor ardio mientras hablaba con un periodista el cual no ha podido ver nada del asunto. Le recomiendo que tenga mucho cuidado y sea prudente, aunque, llevo a verla?

Negó con la cabeza rotundamente. Aquella sensación aún se encontraba en su espalda, y parecía que tenía la intención de seguir extendiéndose. El hormigueo ya era insoportable, no por una cuestión de dolor, pues no le dolía en absoluto, si no porque había visto lo que eso era, y ahora se encontraba delante de un agente, no era momento para empezar con locuras.

─ No, no me vió... y tendré cuidado, gracias.

Quería salir de allí ya, pero por ahora... debía de mantener el tipo frente al agente. Miró sus manos, con suerte... las zonas visibles de su piel aún seguirían igual.

El hombre asiente y dice:

- Muy bien señorita Smith, aun asi no dude en llamar a la policia si tiene cualquier sospecha o se encuentra en peligro, tambien le recomiendo que no salga sola a la calle ni vaya a lugares solitarios en unos dias.

Se pone de pie y ofrece su mano para estrecharsela a la chica, el hombre parecia en cierta forma preocupado por el estado de Alice

La sensacion estaba por todas las partes de su cuerpo que tocaban la silla, aparentemente era como si parte de la silla se hubiera quedado pegada a su piel, aunque ella la sentia como si realmente fuera su piel. Por el momento se habia quedado solo en esas zonas, pero al pensar en su espalda, al hacerse una imagen completa de ella nota como poco a poco la sensacion va extendiendose a toda la espalda

Alice se levantó de la silla, aun incómoda. No podía quitarse de la cabeza esa sensación de la espalda, y para colmo... cuánto más pensaba más se extendía aquel hormigueo. Suspiró, y esbozo media sonrisa (una sonrisa comprometida, y poco sincera, para reflejar una tranquilidad falsa) y le estrechó la mano al agente después de haberse incorporado.

─ Bien agente... ¿Y cómo es eso de que se quemaron, qué les pasó? ─ese instinto curioso era difícil de perder para ella, hasta en las situaciones más... sobrenaturalmente comprometidas.

Permaneció de pie frente al agente, separados por la mesa. Esperando respuesta a su curiosa pregunta.

El policia niega con la cabeza y dice:

- Sinceramente no lo sabemos, los testigos solo dicen que ardieron, y nadie consiguio ver la fuente de la llama ni como les rociaron con nada, simplemente ardiero

Acompaña a Alice a la puerta y dice:

- Asi que señorita por favor tenga mucho cuidado estos dias

─ Bien... ─dijo mientras se dirigía a la puerta acompañada por el agente.

─ Calcinados... ¿Calcinados? ¿Será una venganza del tipo ese? Mierda... ¿Y si viene a por mi? Es lo que me faltaba... y aún sigo con ese hormigueo en la espalda, al final tendré que ir a ver a un médico o algo por el estilo. Creo que en cuanto llegue a casa llamaré al trabajo, lo dejaré una semana... por si las moscas. No me fío.

Nada más salir, lo primero que hizo fue buscar a su hermano con la mirada, después se dirigió hacia él.

Por fin volvian a casa Konrad conducia rapidamente la moto para llegar lo antes posible, ambos hermanos estaban callados cuando dejo la moto en su sitio habitual a apenas 10 metros de la puerta, fue entonces cuando sucedio algo que no se esperaba la joven ni su hermano.

Frente a ellos se detiene alguien, Alice le reconoce rapidamente es el chico que habia atracado el establecimiento el dia anterior:

- Vaya asi que si que eres una monada realmente.

El chico mira a Konrad y dice:

- Esto no va contigo asi que mejor te marchas, tengo algo que discutir con la señorita la cual parece que no se entero que no debia hablar con la policia.

Es una autentica lastima porque no eres una mona, pero no puedo dejarte pasar

El chico levanta el brazo con el que apunta a donde estan los dos hermanos, en ese momento Alice comienza a sentir bastante calor en todo su cuerpo salvo en la parte donde habia sentido el hormigueo antes.

Konrad parecia extrañado y dice:

- Tio que es lo que quieres, porque no te quitas de ahi

Habían sido muchos años sintiéndose protegida por Konrad, pero ahora lo que menos quería Alice es que él corriese el riesgo de acabar mal por culpa de ese cretino.

Alice dió un paso alante, y extendió su brazo izquierdo, por delante de Konrad, le miró y le dijo:

─ Por favor, Konny, sube a casa. Yo hablaré con el tipo este.

Era hora de hacerse cargo de sus propios problemas, y esto estaba fuera del alcance de su hermano. Nada era normal, ese tipo apuntaba hacia ella, y todo su cuerpo se calentaba peligrosamente excepto la zona de su espalda... justo donde notaba ese hormigueo al entrar en contacto con un material. En la comisaría, mientras más pensaba en esa zona... más se expandía, y precisamente en ese momento... esa zona estaba a salvo de aquellas llamaradas internas.

─ Extiéndete... extiéndete... extiéndete... ─repetía Alice mentalmente, prestando especial atención a la zona de su espalda que aún tenía una temperatura dentro de lo normal.

─ Y tú ¿Qué quieres? No le he dicho nada a la policía de ti, no sé ni quien eres... ni tu nombre, ni dónde vives. Nunca antes te he visto... ─se mantenía seria, con la mirada clavada en los ojos del cretino─ así que mejor será... que te largues.

Konrad parecia bastante poco dado a marcharse, pero finalmente lo hace con una mirada de advertencia al tipo ese. En su interior sentia el calor cada vez mas intenso, pero tambien sentia como la zona que le hormigueaba se extendia, de hecho ya podia verse el escote como estaba siendo cubierto por una especie de aleacion metalica similar al material del que estaba hecha la silla de la policia, el chico mira y dice:

- Y entonces porque vienes de la comisaria, acaso crees que soy tonto pequeña?

Le mira directamente a los ojos y dice:

- No, ademas me has visto y el hecho de que hayas dicho lo que has dicho es porque si que lo viste, supongo que no tardaras mucho en sentirte demasiado ardiente como para hablar verdad?

Aliviada por la partida de su hermano, la chica observó el rostro de aquel chico. Miles de preguntas le asaltaban la cabeza, pero aquellos calores comenzaban a ser peligrosos, y requerían toda su atención. Lo primero era lo primero.

La chica apretó los puños con fuerza, ladeó ligeramente la cabeza y miró al suelo. Ese ardor comenzaba a ser insoportable, por suerte, fuese lo que fuese conseguía contrarrestarlo con esa misma sensación que en todo el trascurso del día le había traído de cabeza.

Concentrada en el hormigueo que se desarrollaba en su espalda, cerró su mandíbula con fuerza, sin mediar palabra con el chico de enfrente, y frunció el ceño a la par que cerraba los ojos y apretaba con fuerza los párpados, mientras llevaba una mano a su abdomen (a fin de cuentas es la zona donde el calor era más fuerte), y a pesar de que no sabía que ocurría, todo le resultaba casi instintivo. Hablando consigo misma, en su mente se repetía esa palabra que parecía estar dando resultados;

─ Extiéndete... extiéndete... ─poco a poco resonaba con más fuerza en su cabeza, ordenándoselo a si misma─ ¡extiéndete, vamos, extiéndete, quitame ese calor de encima, joder!

Se encontraba más preocupada por mitigar aquellas llamaradas nacidas de su interior que por prestar atención al cretino, aun así, fue capaz de contestarle.

─ Me han... preguntado por el atraco. Nada más, no saben nada de ti. Ni quién eres... ni nada.

Tras esas palabras, salidas a trompicones y con un tono claramente distraído, Alice permanecíó inmóvil, en el sitio, no dijo nada más.

La tarde seguia avanzando pero aun el sol no se habia puesto. Mientras los dos estan alli apenas hay personas que pasean pero la mayoria no les prestan atencion a lo que sucede. La sensacion era extraña, por un lado notaba que su cuerpo se estaba convirtiendo en aquel material, y aunque podia moverse con normalidad sentia que el ardor solo estaba en el estomago, una pequeña parte que no estaba cuvierta y su cabeza, justo las partes de su cuerpo que no estaban cubiertas por ese material.

El chico extrañado dice.

- Que es eso, que estas haciendo, porque te estas volviendo de ese color y porque no ardes? no tendras tu tambien poderes

─ La pregunta es... qué coño estás haciendo tú... ─dijo Alice, en una pregunta retórica, aún esforzándose por expandir aquella sensación y reducir las llamaras.

Posó ambas manos sobre su abdomen, apretándolas contra el mismo. Continuó repitiendo esa palabra en su cabeza, 'extiéndete', como si de un mantra se tratase, y parecía que realmente hacía efecto. Los nervios se habían cambiado por aceptación y el miedo por coraje, aquello superaba a la razón y había entrado en un juego en el que si quería ganar tenía que abrir su mente.

─ Extiéndete... no dejes que este cabrón continúe. Extiéndete... vamos... un poco más... extiéndete... ugh...

El esfuerzo era constante, y Alice comenzaba a agotarse. Con su voluntad casi desplomada del todo, y esa sensación de hormigueo avanzando por prácticamente todo su cuerpo, la chica cayó al suelo, clavando una rodilla en el mismo, la planta del otro pie aún se mantenía firme. Sus mano izquierda continuó en su abdomen, la otra se apoyó en el suelo para evitar caerse del todo.

─ ¡L-Lárgate...! ─exclamó, un poco más alto de lo normal.

En ese momento se escucha un disparo, Alice sorprendida mira hacia delante y ve como el chico cae al suelo, la sensacion de ardor desaparece totalmente, el chico cae al suelo con un disparo en la cabeza, la mirada perdida y la sangre saliendo de su cabeza es lo mas dantesco que ve Alice en todo el dia.

Casi sin fuerzas puede ver como un hombre bien vestido con una pistola comienza a correr hacia ella:

- Estas bien? chica estas bien?

Se acerca a Alice y le ofrece la mano, se queda entonces mirandoo el estaod el cuerpo de esta sorprendido en un inicio, pero aun asi le ofrece la mano mientras guarda su arma

Todos aquellos pensamientos se evaporan al sonido del disparo. Una mezcla entre alivio y temor se fermenta en el estómago de la muchacha al observar tan macabra escena. Es entonces cuando el miedo se apodera de la voluntad de la muchacha, remiten completamente de su mente esa palabra que repetía y olvida por completo el hormigueo en su cuerpo. Presencia la muerte, en vivo y en directo, por primera vez en su vida.

Sin tener aprecio ni cariño a aquella persona, los ojos de Alice se inundan en lágrimas, cargadas de nervios y tensión que desean ser liberados por algún lado. Sus labios se secan completamente, quedando sin habla, sin palabras, y casi sin aliento, escucha los pasos, distorsionados por el previo brutal sonido del disparo.

Observa una figura a su lado, de reojo. Toma su mano y se levanta, le observa con incertidumbre.

─ No lo sé.

Contesta fríamente, mientras vuelve a dirigir su mirada al cadaver que yace frente a ella, bañando la calle con sangre.

El hombre mueve a Alice para que esta no mire al cadaver y si le mire a el mientras dice:

- Tranquila, no le mires, ese tipo era un asesino y ha tratado de matarte como ya hizo con el otro cliente y el dependiente

El hombre mira a la calle como mirando para ver si alguien o algo venia

- No deberiamos quedarnos mas tiempo aqui, vamos, tu casa esta aqui al lado verdad? deberiamos subir a ella para que puedas estar a salvo

Le ayuda a incorporarse:

- Por cierto no me he presentado, Joseph Andersen agente de la CIA

Toda la atención se centra en aquel hombre, más bien... la poca atención que queda de Alice. Prácticamente en shock, solo asiente ante las palabras de este y mira de reojo el portal donde vive, señalándolo ligeramente con un gesto de cabeza. ¿El hormigueo? No sabe si sigue ahí, en su cabeza ahora solo se repite una secuencia de imágenes en la que ve como a ese tipo le vuelan la cabeza.

Su mente prácticamente se había saturado, gente calcinada, 'poderes', su piel, la CIA... demasiadas cosas en las que pensar y demasiado poco tiempo para hacerlo.

Ambos caminan y Alice nota como la extraña textura de su piel va remitiendo poco a poco pero de forma firme, para cuando llegan al portal ya practicamente ha desaparecido, el hombre de la CIA habla:

- Vamos, tenemos que hablar de un par de cosas y sobretodo ver que esta bien, señorita ahora mismo lo primero que debe hacer es beber mucha agua, hidratarse como pueda, es muy importante

Una vez ambos llegaron al portal, Alice reaccionó de forma instintiva, haciendo caso a la rutina a la que estaba acostumbrada durante toda su vida; sacar las llaves.

Sí, su mente estaba difusa, distraída y bastante distante de la realidad, pero poco a poco iba volviendo en si, con pequeños gestos rutinarios.

El hormigueo se disipó, no llegó a saber si porque aún seguía ahí y había conseguido ignorarlo completamente, porque se había acostumbrado, o porque realmente... ya no estaba. Como fuese, introdujo las llaves en el portal y subieron al segundo piso de los bloques, cuarta puerta.

─ Estoy... bien, creo... ─fue todo lo que dijo, por el momento.

La puerta que daba directamente con su casa no tardó mucho más en abrirse, con Konrad esperando probablemente al otro lado, Alice lo único que quería era llegar a casa y meterse en la cama. Suficiente por hoy.