Partida Rol por web

Chad conocía una Tienda de Comestibles cercana. Estaba a unas cinco cuadras de distancia, tenía bastantes sectores: verduras, frutas, alimentos preparados, conservas, bebidas, etc. Lo malo es que hacía mucho que no iba allí. Desde que la infección se desató, o lo que sea que fuese, nadie podría asegurar la causa realmente, ni siquiera los militares; las zonas amplias, urbanas, comerciales, han sido dejadas de lado.

El sitio podría estar completamente destrozado.

Ni hablar de que hace seis meses que ya no hay energía eléctrica, al menos no en este edificio ni en los aledaños, así que se puede suponer que el super no es muy diferente.

Los militares, los tres que han quedado, intentan ver la manera mejor de cubrir esas cinco cuadras. Podrían hacerlo caminando por los callejones, por las terrazas, por el sistema cloacal o directamente salir a la calle... y esperar que haya pocos.

Chad se ofrece para guiar al grupo hasta el supermercado, así que los militares y él no paran de parlotear de cómo llegar hasta ese sitio. Aprovecho que parecen distraídos para rebuscar algo en mi mochila: mi pistola. Al encontrarla me la coloco en la espalda, enganchada en la cintura de mi pantalón, de manera que la pueda tener a mano por si... la ocasión así lo necesitara. Trato de cubrirla bien colocándome de manera adecuada la camiseta.

Me acerco a la puerta que la bicha abrió, asomándome primero para ver qué hay en el interior. Miro hacia atrás, hacia los hombres, para decirles:

- Mientras van charlando y eso voy a ver si puedo encontrar algo útil por aquí. Espero no ver a más de estas cositas -digo apartándome del re-cadáver poniendo cara de asco.

Mientras Chad hablaba con los militares sobre la ubicacion del mercado y veian la manera de llegar al mismo, escucha que Jesse iria a revisar el sitio por donde vino el zombie. Haciendo un suave gesto con la mano derecha detiene la platica con los otros hombres para girar la cabeza hacia la chica del grupo y agregar con el mismo tono que un padre le dice a un niño acerca de no meter los dedos en las tomas de corriente: "No creo que sea buena idea. No sabemos como logro entrar ella, mejor deja que ellos revisen el sitio -al juzgar por la apariencia campechana de Jesse, Chad se ve obligado a agregar: sin animos de ofender".

Me detengo un instante mirando hacia la habitación de la que vino la mujer más muerta y retrocedo hasta situarme hasta el balcón, agregando:

- Está bien... iré a tomar un poco el aire mientras se deciden. Tengo hambre... -el rugido de mis tripas apoya mi afirmación.

"Ellos saben manejar armas mejor que yo y por lo que parece llevan más conviviendo en esta situación que yo. Echo de menos cuando aún era ignorante de lo que estaba sucediendo a mi alrededor..."

Me apoyo en el umbral de la puerta del balcón, mirando hacia el callejón por el que vi pasar a los soldados, a la espera de que decidan algo de una vez.

 Tiene razón. 

Chicos, id a mirar si encontrais bolsas o mochilas. Les digo señalando la habitación. 

Luego vuelvo a mirar al hombre. Creo que lo mas seguro es ir por la calle, por muchos que haya, en los tejados podriamos caer a menos que haya accesos seguros. En las alcantarillas, a saber que encontramos en las alcantarillas. Y los callejones son estrechos. Yo diría de ir por las calles grandes, podremos protegernos mejor.

-Señor creo que tenemos que hacer recuento de municiones primero.

Dice Jack mirando seriamente. Casi no ha articulado palabra desde la entrada al edificio, pero como siempre tiene ideas buenas y aplicables.

Jack hace un recuento de sus municiones y dice:

-Señor, tengo dos cargadores de 10 balas cada uno para mi revólver. Eso es todo, 20 jodidas balas.

William saca también sus municiones: tiene dos cargadores de 10 balas cada uno para su carabina, 2 granadas de fragmentación para su lanzagranada (además de tres granadas de fusil) y tres cargadores de 10 balas cada uno para su revólver, por lo pronto parece el mejor armado.

Respecto al propio Daniel, él posee dos cargadores de 10 balas cada uno para su revólver, y tres cargadores de 30 balas cada uno para su M16.

 Muy bien, no creo que necesitéis mas para mirar en esa habitacion. Coged todo lo que pueda ser útil.

Si seguíamos así, con eso sería bastante para llegar al supermercado y probablemente salir de la ciudad con los dos civiles vivos.

Iremos por las calles centrales pues a menos que tengas algo en contra... ¿Chad? Le pregunto al hombre sin recordar muy bien su nombre.

Mirar a un callejón solitario no es nada interesante y de mientras ir escuchando el maravilloso plan de ir de la mano por la calle con el riesgo de que hayan más de esas cosas por la calle me estaba dando naúseas, pero del miedo.

"Somos 5 personas, 3 militares, Chad y yo. Los militares tienen muchísimas posibilidades de salir de esta. Están armados, tienen formación en el combate y en la supervivencia, y deben de estar acostumbrados a situaciones de riesgo. Chad creo que se ha tomado un buen valium. Y yo... tengo una pistola que nunca he usado contra persona o monstruo parecido. La de veces que la he sacado pero no he podido. Al menos tienen balas de sobras."

- ¿Iremos por la calle? Parece peligroso, aunque no he estado en esta ciudad ni un sólo día, no sé en qué situación está... ustedes sabrán -me giro y miro a los hombres- ¿Cuál es el plan? ¿Cargar con provisiones y marchar hacia el refugio?, que está...¿Dónde? ¿Muy lejos? Espero que tengan vehículo cerca...

No sé si se dan cuenta o no, pero la idea de moverme me pone enferma. Aunque este no es lugar seguro. Mierda de todo...

El entuasiasmo de a poco envolvia a Chad. Pocas cosas eran las que lo excitaban y hacia tiempo que habia conseguido un nivel de relajacion superior. Por eso creia el que al no estar asustado o exaltado habia logrado pasar desapercibido algunas cuantas veces entre los no muertos los ultimos dias. "Con la energia en paz nada puede perturbarte" eran una de las enseñanzas que habia aprendido.

Esta seria la primera vez que se movilizaria en la ciudad en grupo despues del incidente con los zombies. Presentia que solo se podria mover con exito pero acompañado era distinto. Lejos de sentirse seguro con la armas de fuego de los militares, a pesar de todo, habia algo en su ser que no las aprobaba. Sin embargo entendia a la perfeccion la situacion y nada de lo que pensaba o sentia lo haria explicito, al menos no por el momento, y mucho menos a unos cuantos desconocidos.

"Pues por mi esta bien. Es una ventaja que sea de dia, claro. Nunca he salido de noche. Y supongo que si somos mas podremos cubrir mas angulos de vista. Me parece importante ir tranquilos y en silencio. Bueno, a mi me ha funcionado de esa forma".  "Puede que parezca una idiotez, pero el miedo es un factor que nos juega en contra. Si esas cosas fuesen animales salvajes, y dudo que no lo sean, posiblemente oigan pasos al correr o huelan la transpiracion humana... Ojala tengan presentes este tipo de cosas".

En ese momento Chad se percato de lo que dijo Jesse. "Refugio..."  Pero antes de preguntar nada, prefiero ser optimista y util: "Ah, y en cuanto a mochilas o cosas asi. Creo tener en mi departamento. Esta un piso mas arriba si me esperais voy por ellas".

Dejando atras a la nueva inquilina junto a los tres militares, Chad sube a su departamento por la escalera, cuidando que ningun roedor o bestia algo mas grande ande por el piso.

Al llegar al 2B, toma algunos platos y los rompe con un repasador, guardando los fragmentos mas filosos en el mismo, y colocando el paquete en una doble bolsa plastica, que luego guarda en su morral. Ademas agarra una mochila en la que tenia alguna provisiones basicas de primeros auxilios como banditas, alcohol, vendas y aspirinas. Alli guarda algunos objetos "picudos" mas como cuchillos y tenedores, y otros pocos cristales de diversos colores. Por ultimo rellena el espacio sobrante con mas bolsas plasticos.

Chad estaba listo para volver cuando se decidio: "Si... mejor lo llevo conmigo. No vaya a ser que por una u otra razon se extravie".

El joven reikista corrio a su cuarto y tomo un cubo magico que tenia escondido en el cajon de ropa interior, dentro de una media. Aquel cubo magico, una vez se consiguiese resolver, se lo podria abrir desde el color azul como si de la tapa de una caja se tratara. Dentro tenia uno de los cristales mas valiosos y poderosos que atesoraba.

Antes de que pudieran responderle algo, Chad salio del departamento de Jesse y se encamino a la escaleras. Subio con cautela a su departamento y a los pocos minutos regreso. Traia su morral algo mas cargado, con una forma algo inusual. Una mochila al hombro apenas llena con alguna que otra cosa de utilidad, en su mayoria eran bolsas plasticas vacias.

"Es todo lo que tengo. Si no les molesta los viveres prefiero dejarlos, como una seguridad. Tampoco eran muchos, solo para una persona".